Manipulando a mi tía. Las dudas de Andrea
Andrea piensa que uno de los amigos de su sobrino puede ser su cibernovio, decide invitarlos a su casa y follárselos si es necesario hasta saber si alguno de ellos es el hombre que ha cambiado su vida y la está convirtiendo en una adicta al sexo a través del chat
Hola, soy Andrea, tengo 37 años y toda mi vida he estado controlada por alguien, hasta mi adolescencia por mis padres y a partir de ahí por mi novio y esposo, nunca he tomado decisiones por mi misma y eso ha hecho que sea tímida e insegura, por lo que apenas he tenido relación con nadie que no fuera mi ex marido, de hecho, él fomentaba esta situación para tenerme controlada obligándome a hacer todo lo que quería. Por eso, cuando me abandonó hace un año, me hundí en un pozo del que no era capaz de salir, mis días pasaban uno tras otro sin disfrutar de la vida y sin relacionarme con nadie, lo único bueno que saque de mi matrimonio fue un piso en Las Palmas y una pensión de por vida.
Hace unos meses mi hermana me dijo que su hijo tenía que empezar la carrera en la universidad, pero no tenía medios económicos para sufragar los gastos de alojamiento y no sabía qué hacer. Después de mucho pensarlo y a pesar de que perdía mi intimidad, me ofrecí a alojarle en mi casa si venía a estudiar a Las Palmas.
Hacía años que no le veía y la verdad es que su llegada fue un soplo de aire fresco, era simpático, cariñoso y se preocupaba constantemente por mí, hasta el punto que, al verme tan sola, se ofreció a crear un perfil en internet para ayudarme a encontrar pareja. A mí me dio mucho miedo porque nunca había tenido novio, a excepción de mi ex marido, y porque nunca he tenido redes sociales ni conozco el mundo de internet, pero Javi, que así se llama mi sobrino, me explicó todo y gracias a él conocí un hombre al que pronto llegué a considerar mi novio.
Al principio manteníamos conversaciones intranscendentes, solo hablábamos de lo que nos gustaba y lo que desearíamos hacer en el futuro, pero a poco a poco fueron subiendo de tono hasta llegar incluso a hablar de nuestros gustos sexuales, algo que nunca había hecho con nadie. Me enganché de tal forma a mi novio de internet que todo los días esperaba con impaciencia que llegase la hora de chatear con él. Sin darme cuenta había creado una nueva dependencia y de nuevo tenía otra persona que controlaba mi vida y por la que haría cualquier cosa que me pidiese. Por eso, cuando me dijo que me desnudase frente a él por la cámara del PC, no lo dudé, cuando me pidió que le hiciese una mamada a mi sobrino, inicialmente me resistí porque era una barbaridad, pero ante el miedo a perderlo se la hice sin dudarlo, y la verdad es que fue una experiencia tremendamente excitante, cuando introduje su polla entre mis labios y comencé a chuparla, y sobre todo al sentir como lanzaba semen inundando mi boca y éste resbalaba por mi garganta, tuve una sensación extraña, me excitó muchísimo y deseé que su polla siguiese expulsando leche sin parar para tragármela toda sin derramar ni una gota.
Cualquier cosa que me pedía me sentía obligada a hacerla sin protestar, al fin y al cabo era mi novio y solo deseaba lo mejor para mí, cuando yo hacia algo con mi sobrino es como si lo hiciera con él.
También es cierto que mi sobrino se preocupaba mucho por mi, cada vez que yo intentaba algo nuevo, él se prestaba a hacerlo sin protestar y me ayudaba mucho a no sentirme mal y tener remordimientos por lo que hacía, en ocasiones incluso demostraba una iniciativa impropia de un chico tan joven, como por ejemplo cuando me masturbó en el probador de ropa de la tienda mordiéndome los pezones y tapando con fuerza mi boca con su mano, aquello me excitó tanto que en ese momento imaginé que me cogía del pelo con fuerza empujándome contra el espejo y arrancándome las braguitas de un tirón, deseaba con todo mi corazón que me tomase a la fuerza y me follase con violencia, en ese instante me di cuenta que algo en mi vida iba a cambiar, me excitaba comportarme como una puta y disfrutaba cuando me trataban con dureza.
Aún así, cuando mi novio me dijo que me follase a mi sobrino lo pasé muy mal. ¡Era el hijo de mi hermana! Pero ante su insistencia, y sobre todo al recordar lo caliente que me había puesto al tener el pene de Javi entre mis labios y ver como se corría en mi boca, olvidé todas mis creencias y miedos y decidí follar con él como me pedía mi novio. Después de hacerlo me di cuenta de lo mucho que había disfrutado y lo poco que me importaba que fuese mi sobrino, lo que sentí al chupar su polla y ver como me follaba fue algo que nunca antes había sentido, ni siquiera con mi marido.
Cada vez que tenía sexo con mi sobrino frente a la webcam, estaba deseando chatear con mi novio para preguntarle si le había gustado y después masturbarnos juntos mientras hablábamos de lo que yo había hecho, me encantaba charlar con él y demostrarle lo que era capaz de hacer por nuestro amor, pero sobre todo me excitaba mucho desnudarme y tocarme para él, saber que estaba al otro lado de la cámara viendo como me masturbaba me ponía super caliente, me había dado cuenta que tenía un lado exhibicionista que desconocía.
Todo iba bien hasta que un amigo de mi sobrino vino a casa, esa noche me encontré con él en el aseo y, a pesar de ser casi un desconocido, no pude evitar hacerle una paja, después me masturbé en la cama pensando que mi sobrino y su amigo entraban en mi habitación y me obligaban a chupar sus pollas y a follar con ellos. En ese momento me di cuenta que no hacía todas aquellas barbaridades porque me lo pidiese mi novio, las hacía porque me gustaba y me excitaba, pero justificaba mis acciones pensando que me sacrificaba por el amor que nos teníamos.
La mañana siguiente escribí a mi novio contando lo que había pasado con este chico y por la noche, cuando hablábamos de él, me dijo algo que me sorprendió “ solo me ha extrañado que lo hicieras con Yeray ”. ¿Cómo podía saber el nombre del chico? No estaba segura pero creía que no lo había puesto en mi mensaje. En ese momento dudé. ¿Quién era mi novio? Quizás mi sobrino contó a algún amigo que había abierto un perfil para mí en Badoo y éste se estaba aprovechando haciéndose pasar por mi novio. Pero no era posible, si era un amigo. ¿Por qué me había obligado a chupársela y a follar con Javi? Lo normal es que ya hubiese quedado conmigo para hacerlo él.
Por un instante me dieron ganas de llorar, ir a la habitación de mi sobrino y preguntarle si se lo había contado a alguno de sus amigos. Pero luego recapacité, mi sobrino era incapaz de hacer algo así, se había portado muy bien conmigo desde que llegó y estaba segura que nunca me fallaría.
Tenía tres opciones, seguir la relación con mi novio como hasta ahora, dejarle y perder las sesiones de sexo por webcam y con mi sobrino, o decir a Javi que se marchase de casa y volver a la vida rutinaria que tenía antes de llegar él. Si hacia esto último. ¿Cómo iba a explicárselo a mi hermana? Podría enterarse de todo lo que habíamos hecho y nunca me lo perdonaría. Solo me quedaba una solución, fingir que no sabía nada y continuar hasta tomar una decisión definitiva.
A partir de ese momento decidí castigar a mi novio y no ceder a ninguna de sus pretensiones sexuales, primero haciéndome la enfadada y después fingiendo que tenía la regla, pero pasados diez días me di cuenta que no podía seguir así, estaba nerviosa todo el día y echaba de menos los chat calientes con él, sin quererlo me estaba castigando a mí misma.
Todas las noches, cuando me iba a la cama, recordaba como me masturbaba para él, no podía quitarme de la cabeza como me acariciaba frente a la webcam, cada día desabrochaba el sujetador liberando mis senos y acariciaba los pezones apretándolos hasta tenerlos totalmente erectos, me encantaba mostrárselos en todo su esplendor, después metía mi mano entre las piernas y jugaba con mis dedos acariciando los pliegues de mi sexo, me encantaba separar los labios vaginales para que pudiera ver con claridad la cuevecita en la que algún día, no muy lejano, enterraría su polla en toda su profundidad. ¡Cuanto lo deseaba! Soñaba tener esa verga penetrando mi coño clavándose una y otra vez hasta arrancarme gritos de placer.
Muy a mi pesar echaba de menos el sexo que había tenido con Javi y esto hacia que me volviese loca por volver a disfrutarlo. Finalmente llegué a una conclusión, continuaría como hasta ahora pero intentaría saber si mi cibernovio era realmente algún amigo de mi sobrino que me estaba engañando.
Esa tarde le dije a Javi que nos íbamos al cine juntos, quería disculparme de alguna manera por mi comportamiento para así volver a mantener la misma relación que antes, al fin y al cabo él no era culpable de nada.
Mi sorpresa fue todo lo que ocurrió en el cine, mi sobrino fue más lanzado de lo que yo esperaba y acabamos teniendo sexo en la sala en presencia de un desconocido. Cuando me enteré, no solo no me resultó escandaloso sino que me excitó terriblemente, llegando incluso a pensar que ojala hubiese participado de alguna forma, me hubiese encantado sentir sus manos recorriendo mi cuerpo. ¿Cómo las tendría? ¿Serían grandes, pequeñas, fuertes, suaves? No le dije nada a mi sobrino ni a mi novio, pero esa noche en la cama imaginé que el desconocido se sentaba en el cine junto a mí, bajaba mi blusa, y me arrancaba el sujetador rodeando con sus manos mis pechos apretándolos con rudeza. Solo con ese pensamiento empapé mi braguita y tuve que masturbarme con furor, mis dedos penetraron mi coño con rabia follándolo como imaginaba que hubiese hecho ese desconocido si me hubiese tenido a su disposición.
Debido al estado de ansiedad en que me encontraba por falta de sexo, un par de días después decidí que ya era hora de retomar nuestros chat, así que a la hora de siempre me conecté esperando que también lo hiciese mi novio. Al chatear con él inventé cosas y le eché la culpa por todas las locuras que estaba cometiendo esperando que reaccionase, pero en ningún momento perdió la tranquilidad y no pude saber si era alguien conocido.
Al final me pidió lo que ya esperaba, quería que tuviese sexo anal con Javi. Me hice la remolona para castigarle e incluso fingí llorar para darle pena a ver si se arrepentía, pero no fue así, estaba totalmente decidido a que mi sobrino me follase el culo y yo no estaba dispuesta a ceder a sus deseos. Para ello decidí jugar con él haciendo que mi sobrino me ayudara a engañar a mi novio simulando que me penetraba analmente sin hacerlo de verdad.
Todo fue bien hasta que Javi comenzó a pasar su lengua por mi ano, eso es algo que yo hacía a mi ex marido, pero nunca nadie me lo había hecho a mí, así que en ese momento me excité de tal forma que perdí el control de mis actos, a pesar de ello me repuse y seguí dominando la situación, de ninguna manera iba a darle a mi novio el capricho que quería.
Instantes después sentí un gran placer al notar como el miembro de mi sobrino se adentraba en mi sexo y comenzaba a follarme agarrándome con fuerza por las caderas mientras lubricaba uno de sus dedos y penetraba mi esfínter con él, por primera vez en mi vida ese estrecho agujerito era profanado por otra persona. A pesar de mis reticencias y miedos, la sensación que me produjo fue de enorme placer e hizo que me excitara y moviera con más rapidez al compas de sus penetraciones.
Concentrada como estaba en disfrutar de ese momento, casi sin darme cuenta, su polla había sustituido al dedo y Javi estaba penetrando mi ano haciéndome disfrutar como una autentica perra y consiguiendo incluso que colaborase con él, retorcía mis pezones y enterraba su verga en mi culo mientras yo le jaleaba para que siguiese haciéndolo. En vez de castigar a mi novio como había planeado, dejé que mi sobrino hiciese conmigo cuanto quisiera sin poner ningún límite.
Una vez más había perdido el control y mi novio podía ver a través de la webcam como conseguía de mi todo aquello que deseaba.
Después de corrernos, cuando mi sobrino volvió a su habitación, le dije que deseaba verle pronto para poder estar juntos y hacer con él lo que acababa de hacer con mi sobrino, y lo cierto era que lo deseaba, me daba igual quien fuera, no me importaba que fuese un amigo de Javi, necesitaba tenerle junto a mí y que me follase cuanto antes.
Cuando cerré el chat y me iba a dormir pensé en unas palabras que me dijo Javi. “si mis amigos pudieran no estarían tirándose chicas de la Uni, harían cola para estar contigo”. Quizás era alguno de ellos, lo mejor era conocerlos para ver si así se decidía a presentarse.
La mañana siguiente mi sobrino se levantó eufórico, entró en la cocina donde yo estaba preparando el desayuno y me abrazó con fuerza dándome dos besos y acariciando mi culo sin disimulo, era evidente que se sentía todopoderoso por lo que había logrado la noche anterior.
ANDREA // Buenos días cariño, no me toques mucho ahí que ayer me lo destrozaste.
Miré a Javi y vi que sonreía orgulloso.
JAVIER// Buenos días Andrea, perdona si te hice daño pero no era mi intención.
ANDREA// No te preocupes cielo, ya se que no lo hiciste a propósito. Por cierto. ¿Cuándo va a venir Yeray para acabar el trabajo? Me dijo que tendríais que reuniros otro día.
Al oírme pude ver como cambiaba su cara, la sonrisa desapareció de golpe y se puso nervioso.
JAVIER// No creo que sea necesario, podemos terminarlo en la biblioteca de la Universidad.
ANDREA// De eso nada, pudiendo hacerlo aquí no vais a ir a una biblioteca, dile que os espero aquí esta noche.
JAVIER// No tía, de verdad que no hace falta, Además, el grupo lo formamos cuatro y tenemos que reunirnos todos para refundirlo y preparar la exposición.
ANDREA// ¿Cuatro? Da igual, os espero a todos esta tarde.
Mi sobrino intentó poner pegas diciendo que en casa iba a ser muy incomodo y me iban a molestar, pero yo lo tenía muy claro, así que di por finalizada la discusión.
ANDREA// Te he dicho que no, que vengan todos tus amigos y Yeray se puede quedar a dormir. Y si hace falta que se quede alguno más no hay problema, que duerma en el otro sofá. ¡Y no se hable más!
No acababa de entender por qué Javi se mostraba tan nervioso, pero yo estaba decidida a conocer a sus amigos en busca del posible embaucador.
Ese día llené el frigorífico de cervezas y estuve preparando canapés y pinchos para la cena, después pensé qué ropa ponerme, tenía que ser algo provocativo que les gustase y animase a mi “novio” a salir a la luz. Después de probarme la mitad de la ropa del armario decidí ponerme un vestido blanco ajustado y cortito, con un amplio escote que mostraba buena parte de mis senos, debajo solo una pequeña braguita también blanca.
Por la tarde oí como abrían la puerta pero en lugar de salir a recibirles esperé sentada en el sofá, cuando entraron al salón me incorporé y pude ver la cara de sorpresa de todos, mi sobrino apretó los dientes con fuerza y Yeray me guiñó un ojo en señal de aprobación, junto a ellos solo había venido otro amigo, cuando me lo presentaron supe que era de origen argentino y se llamaba Mateo. Les dije que trabajasen en la mesa del salón mientras yo me quedaba en el sofá leyendo para no molestarles.
Cada vez que echaba un vistazo hacia donde estaban ellos, me encontraba con alguno mirándome, especialmente Yeray que no apartaba la vista de mi escote. - ¿Será alguno de los dos? –Pensé.
Pasadas un par de horas decidí ir a la cocina para preparar algo de picar, me incorporé, di dos pasos y a través del cristal de la vitrina pude comprobar como los tres habían levantado la cabeza de sus libros y miraban con descaro mi culo, bajé la vista y me di cuenta que al levantarme del sofá el vestido se había subido dejando al aire mis cachetillos y parte de la braguita, les miré con sonrisa pícara y tiré de él hasta tapar por completo mi trasero.
Cuando estaba cocinando entró Yeray y se aproximó a mí en silencio, sin darme tiempo a reaccionar, llevó las manos a mis nalgas y me apretó con fuerza contra su cuerpo, al hacerlo pude notar como su miembro había crecido bajo el pantalón y oprimía mi pelvis causándome un gran sofoco, si hubiese sabido con seguridad que mi sobrino no iba a entrar en la cocina, hubiese sacado de inmediato esa verga y me hubiese hincado de rodillas para chuparla con desesperación, pero por miedo a que él o Mateo me pillasen en plena faena, me contuve y me limite a pasar la mano por encima del pantalón acariciando esa enorme maravilla. Yeray sonriendo me susurró al oído.
YERAY// Esta noche no te escapas, vas a tener que chupármela.
En ese momento se abrió la puerta y entró Mateo, rápidamente me separé de Yeray y les dije que tenía que ir al aseo, al salir de la cocina me quedé escuchando detrás de la puerta para ver qué decían.
MATEO// Boludo, no me habías dicho lo buena que estaba la tía de Javi, tiene un culo para reventarlo. Ahora mismo la pondría en cuatro y le metería la poronga hasta romperle el orto.
YERAY// Ja ja ja. Que animal eres. Eso no, pero esta noche no voy a parar hasta conseguir que me haga una mamada.
MATEO// Joder. ¿Y yo qué?
YERAY// A ti no se, pero a mí me la chupa seguro.
Desde el otro lado de la puerta no podía dejar de reírme, tenía a los dos adolescentes super excitados y si uno era mi novio de internet, sin duda daría el paso para identificarse con tal de conseguir sexo conmigo.
Poco después saqué la bebida y los pinchos al salón y los puse sobre la mesita junto a los sofás, les dije a los chicos que se sentaran en uno y yo me acomodé en el otro frente a ellos. En cuanto estuvieron delante pude comprobar que no podían resistirse a mis encantos, tan pronto miraban mi escote como se movían nerviosos para observar el hueco entre mis piernas, algo que yo facilitaba separándolas de vez en cuando para mostrarles el triangulo blanco de mi braguita, que a esas alturas estaba empapada fruto de la excitación que me invadía.
Esta era una situación nueva para mí y quería disfrutar todo lo posible, por primera vez en mi vida tenía frente a mí a tres adolescentes cargados de hormonas, que me desnudaban con su mirada y estaban esperando la menor ocasión para desahogar sus instintos sexuales conmigo. Por un lado me gustaba y me excitaba y por otro me causaba cierto temor, ya que mi única intención era provocarles, quería comprobar si alguno de los amigos de Javi era mi ciber novio y para ello tendría de permitirles ciertas libertades pero manteniéndolos a raya en todo momento.
Sus miradas, cada vez más insistentes, producían en mi una sensación de dominio que nunca había tenido, esta vez no era otra persona la que jugaba conmigo y me decía como actuar, ahora era yo quien marcaba el ritmo y decidía lo que podían o no ver. Mi excitación era tan grande que podía notar como de mi sexo salía flujo incesantemente empapando cada vez más mi braga. – Quiero que vean la humedad de mi braguita y que sepan lo caliente que estoy . - Ese era mi único pensamiento en ese instante.
El más descarado, como no, era Yeray, que movía su cabeza una y otra vez para encontrar un ángulo desde el que ver con mayor claridad el hueco entre mis piernas para después mirarme a los ojos y hacerme una señal de aprobación. Javi tampoco podía evitar mirar mis tetas y mi braguita, pero en su cara me parecían ver gestos de desaprobación e incluso de enfado, algo que yo no entendía.
Cada vez que me inclinaba para coger algún canapé, aprovechaba para mostrar el escote en el que mis tetas se movían con total libertad dejando ver fugazmente mis erectos pezones marrones.
Después de cenar les pedí que me ayudasen a recoger todo y llevarlo a la cocina, una vez allí me puse a fregar platos y vasos dejándolos después en el armario superior del escurreplatos, por lo que tenía que ponerme de puntillas para poder llegar y eso hacía que el vestido se subiese hasta el borde de mis nalgas. Al girar la vista hacia atrás me encontré con Mateo apoyado en la nevera mirando fijamente mi trasero. Su cara era un poema, tenía su vista clavada en mi culo y solo le faltaba babear, por lo que volví a fregar un nuevo plato pero esta vez moviendo mi culo exageradamente y estirándome al máximo para dejar el plato en el estante superior, con lo que el vestido se subió dejando la parte inferior de mis glúteos prácticamente a la vista. - ¿Será él? ¿Habrá venido a decirme que es mi novio? – Pensé. En todo caso tenía que seguir provocándole para que reaccionara.
ANDREA// Hola cielo, no te había visto. ¿Te importa ayudarme a colocar los platos en el armarito?
MATEO// Claro, como no.
Se aproximó por detrás y se puso pegado a mí, casi podía sentir su aliento en mi nuca. Le di un plato y al colocarlo casi tuvo que apoyarse en mi espalda para poder alcanzar el estante.
ANDREA// Así no vas a llegar, pégate más o se te va a caer y se romperá.
Le di un nuevo plato e inmediatamente se apretó contra mí para poder dejarlo en el armario, yo eché mi culo un poco hacia atrás y pude notar como su miembro se apretaba contra mis nalgas. En ese instante sentí un escalofrío y noté como mis pezones crecían bajo el vestido marcándose en él y demostrando mi grado de excitación. Cuando le di el siguiente plato noté como de forma disimulada subió mi vestido dejando mi culo expuesto, se apretó más contra mi colocando su paquete entre mis glúteos y a continuación comenzó a moverse lentamente frotando su verga en mis cachetes.
Aquello que había empezado como un juego se me estaba yendo de las manos y ahora tenía a un amigo de mi sobrino restregándose contra mi trasero, sabía que estaba mal y debía parar, pero no tenía fuerza de voluntad para hacerlo. Mateo me empujaba contra el fregadero agarrándome con fuerza de las caderas y yo echaba mi culo hacia atrás ofreciéndoselo para que lo disfrutase a su gusto.
Una sola idea ocupaba mi mente – ¡Agárrame con fuerza las tetas por lo que más quieras! Si eres mi novio arráncame las braguitas y fóllame por donde te apetezca, haz conmigo lo que quieras. – No paraba de pensar en ello y esperaba que se lanzase y me dijese lo que tanto deseaba oír, pero en lugar de eso Mateo continuaba empujándome sobre el fregadero frotando su polla contra mi braga.
Yo ya estaba tan caliente que había perdió el control de mis actos, y cuando iba a pedirle que rompiese mi braga y metiese su verga de una puta vez en mi coño o en mi culo, oí como se abría la puerta de la cocina y entraba mi sobrino. Éste nos miró sorprendido y con rabia.
JAVIER// Mateo, ven al salón que tenemos que seguir con el trabajo.
Mateo, se separó rápidamente de mí bajándome el vestido y le dijo que iba de inmediato. Al ver la cara de mi sobrino me di cuenta que era un error lo que había sucedido. Quizás mi novio era una persona real y no uno de sus amigos y al hacer esto estaba dejando en evidencia a mi sobrino delante de ellos. - ¿Qué iban a pensar de mi? – Prefería no pensarlo, con esta actitud podría hacer sufrir a mi sobrino y eso cambiaría nuestras vidas, Javi podría dejar de mantener esa relación cariñosa y de confianza conmigo y yo perdería un apoyo importante para los chats nocturnos con los que tanto disfrutaba.
Ante esta posibilidad lo tuve claro, seguiría haciendo todo lo que me dijese mi novio sin dudarlo, me daba igual quien pudiera ser, por nada del mundo iba a renunciar a esas sesiones de sexo a las que estaba tan enganchada.
Poco después salí de la cocina y casi sin mirarles por la vergüenza les dije había llegado la hora de retirarme a dormir, pero que ellos podían seguir trabajando cuanto quisieran, dejé sabanas y almohadas para Yeray y Mateo y me fui a mi habitación. Encendí mi ordenador y pude ver un mensaje de mi novio diciéndome que hoy no podría conectarse.
Seguí leyendo y vi que ponía lo siguiente. “ Mañana quiero que te portes con tu sobrino como lo harías conmigo si estuviese ahí contigo ”. – Si, eso haré.- Pensé. Mañana le compensaré por lo que he hecho hoy. Me tumbé en la cama y me dormí pensando en qué es lo que más le gustaría.
A eso de las tres de la madrugada me desperté al oír ruido en mi puerta, encendí la luz y vi que por debajo de ésta habían metido una nota, me acerqué a recogerla y leí lo que ponía en ella. “ Esta vez vas a tener que chupármela, te espero en el baño.”
La leí de nuevo y a punto estuve de abrir la puerta para encontrarme con Yeray, pero el sentido común me dijo que no debía y volví a la cama. A pesar de ello no podía dejar de pensar en él, recordaba su enorme miembro, su glande hinchado y amoratado lanzando semen sobre mi pecho y antes de darme cuenta ya estaba tocándome, mi mano se había metido bajo la braguita y mis dedos se adentraban en mi vagina bañándose en los flujos que inundaban mi sexo.
Como me hubiese gustado tener esa verga ahora, pero no iba a ser posible, mi sobrino no merecía que le dejase mal ante sus amigos. A pesar de ello seguí tocándome mientras mi imaginación volaba y no dejaba de pensar en lo que iba a hacer mañana con Javi. Mis dedos se movían por mi sexo, recorriéndolo a lo largo hasta llegar a mi orificio anal, allí presionaba y los metía lo más adentro posible mientras pellizcaba mis pezones con la otra mano.
En ocasiones tenía que contenerme para no gritar de placer, no quería que ninguno de los chicos se diese cuenta de lo que estaba haciendo en ese momento, si por casualidad entrase alguno en la habitación no sería capaz de negarle lo que me pidiera, me hubiese dejado follar por cualquiera de ellos.
Por la mañana esperé a que Mateo y Yeray se fuesen de casa, después me puse un camisón transparente cortito con unas pequeñas braguitas, fui a la cocina y llamé a mi sobrino.
ANDREA// Hola cariño, quiero pedirte disculpas por algo que ocurrió ayer.
JAVIER// Ayer te dejaste tocar por todos mis amigos ¿Verdad?
ANDREA// Si mi amor, y no sabes cuánto lo siento. ¿Me perdonas?
Me miró resignado y me dijo que sí, pero me pidió que por favor no volviese a hacerlo. Aunque eso era algo que no podía prometerle, satisfecha con su respuesta me puse de espaldas a él, apoyé las manos en la encimera y le pedí que me la metiera por el culo.
Miré de reojo y vi la cara de sorpresa de Javi, entonces moví ligeramente mi trasero, le sonreí pícaramente y volví a repetírselo.
ANDREA// Métemela por el culo, o como dice tu amigo Mateo, rómpeme el orto.
Mi sobrino se acercó rápido, sacó su miembro, me cogió de las caderas y tiró de mí hacia atrás hasta lograr que su verga se acoplase entre mis glúteos. Al notar su calor en mi piel empecé a moverme ligeramente adelante y atrás. Javi al verlo se aprovechó y comenzó a deslizar su polla en el canalillo entre mis glúteos bajando en ocasiones hasta mi vulva.
El día anterior yo había empezado un juego que podía hacerle daño y ahora quería resarcirle.
El roce constante de su polla en mi sexo me estaba volviendo loca, estaba tan caliente que ya no podía parar, por eso, cuando Javi empujó mi espalda para que me apoyase en la encimera, obedecí de inmediato, apoyé la cabeza y el pecho y eché el culo hacia atrás ofreciéndoselo para que lo follase a su antojo. Al instante vi como Javi apartaba mi braguita y con su verga presionaba mi esfínter anal.
ANDREA// Así no, me vas a hacer daño, échame algo para lubricarlo por favor.
Con mis tetas apoyadas en la encimera pude ver como rebuscaba desesperadamente algo con lo que lubricar mi ano. Javi buscaba por la cocina sin parar y yo mecía mi trasero con desesperación esperando esa polla que tanto ansiaba.
ANDREA// ¡Vamos por Dios! Date prisa, fóllame rápido, no sabes cuanto lo necesito.
Separé mis glúteos con las manos mostrándole el estrecho orificio que tanto deseaba penetrar. Mi sobrino rápidamente dejó caer un poco de aceite en mi ano y lo lubricó metiendo un dedo y moviéndolo circularmente.
ANDREA// Venga cariño, rómpeme el orto.
Volvió a colocar el glande en el esfínter y presionó ligeramente para romper su resistencia, después presionó con más fuerza y de inmediato noté como mi esfínter cedía y su glande penetraba arrancándome un gemido de placer.
ANDREA// Ummmm. Así me gusta, métemela más adentro.
Javi me sujetó por la caderas y empujó con fuerza hasta que su pelvis chocó con mis nalgas, a partir de ahí se lanzó a una alocada carrera martilleando mi trasero sin parar y hundiendo su polla cada vez más profundamente en mi recto. Mis sensaciones pasaban del placer al dolor a cada momento pero yo seguía moviéndome buscando esa verga que estaba castigando mi culo y me estaba haciendo disfrutar de una forma salvaje.
JAVIER// ¿Te gusta que te folle el culo?
ANDREA// Siiii, me encanta, fóllame duro, no pares.
JAVIER// Voy a romperte el culo por Puta.
ANDREA// Si mi amor, hazlo, rómpeme el culo por ser tan puta.
Al contrario que la otra vez, que había sido considerado conmigo y me había follado el culo con cuidado, ahora me penetraba sin consideración hundiendo su polla una vez tras otra sacando mi lado más oscuro, me encantaba comportarme como una perra.
ANDREA// Fóllame duro mi niño. Métemela hasta que me rompas el culo.
Al oír esto dejó caer su mano sobre mi nalga obteniendo un sonoro cachetazo.
JAVIER// Te mereces que te lo rompa por puta.
ANDREA// Si mi amor, he sido muy puta, fóllame duro, dame más fuerte.
En pocos segundos vi como con una mano empujaba mi cabeza contra la encimera y con la otra descargaba un violento cachetazo en mi nalga, podía notar el picor en mis glúteos mientras mis senos se deslizaban adelante y atrás por le encimera. Javi estaba castigando salvajemente mi culo enterrando su polla por completo en mi recto. Mi grado de excitación era tan grande que era incapaz de disimularlo ante mi sobrino y di rienda suelta a mi lado más oscuro.
ANDREA// Así mi amor, así, pégame fuerte, lo merezco por ser tan puta, métemela bien adentro y dime que soy tu puta. ¡Hazlo por favor!
A pesar de tener la cabeza sujeta por mi sobrino, me giré como pude y vi su cara de sorpresa y excitación. Inmediatamente su mano cayó con fuerza sobre mi glúteo produciéndome un tremendo placer.
JAVIER// ¿Así te gusta Puta?
ANDREA// Mas fuerte, dame más fuerte, me encanta.
Ahora, de forma continuada, mi sobrino comenzó a castigar mi culo penetrándome salvajemente y azotando mis cachetes sin cesar mientras de sus labios salían todo tipo de improperios acusándome de ser una zorra y una puta por haberme dejado tocar por sus amigos. Mientras lo hacía, yo tenía una mano en mi sexo y no dejaba de pajearme disfrutando con el castigo al que estaba siendo sometida.
ANDREA// Sigue así cabrón, no pares.
Instantes después pude notar como se dejaba caer sobre mi espalda y su semen inundaba mi recto. Después se retiró resoplando y con cara de felicidad.
ANDREA// ¿Te ha gustado mi amor?
JAVIER// ¡Joder! Ha sido estupendo. ¡Vaya polvazo!
Me coloqué bien las bragas y le dije.
ANDREA// Ahora a la Universidad, ya te puedes ir contento.
Javi me abrazó y me dio un beso largo en los labios. Yo me puse tan cachonda que estuve a punto de pedirle que no fuese a la Universidad y me follase de nuevo.
Cuando conocí a mi cibernovio descubrí que me encantaba el sexo, pero ahora acababa de darme cuenta que me volvía loca el sexo duro y que me tratasen como una perra.