Mañana será (6)

Con mis dedos masajeaba sus pezones, cada vez que inspiraba y se inflaba su pecho, sus tetillas se acercaban más y yo las apretaba más fuerte, respiraba cerca de su oido y...

Mañana Será VI

((Primera parte en http://todorelatos.com/relato/31259/ ))

((Segunda parte en http://todorelatos.com/relato/31717/ ))

((Tercera parte en http://todorelatos.com/relato/31906/ ))

((Cuarta parte en http://todorelatos.com/relato/32478/ ))

((Quinta parte en http://todorelatos.com/relato/33602/ ))

Me acuerdo del primer instante en que entré en aquella preparatoria y vi por primera vez la cara de todos ellos, me acuerdo del misterio que rodeaba a cada uno de aquellos que no conocía, quienes y que llegarían a ser para mi a partir de ese momento en el que fuimos compañeros de preparatoria en todo el tiempo que conviviríamos juntos.

Me acuerdo haberlo visto, platicando y presentándose ante un grupo de compañeros como buen primer día de clases. Entrando al nuevo colegio, me acercaba con la emoción y el temor de quien conoce algo nuevo o a alguien nuevo.

-¡Hola, que tal!, Hola, Hola, mucho gusto, Manuel, mucho gusto, Manuel H….

Me acerque al grupo de personas con el que platicaba, los saludé, él al último.

-Hola, mucho gusto, Manuel.

Como a cualquier persona desconocida con la que estás dispuesto a convivir cierto tiempo, lo analizaba profundamente.

-Hola, soy Eugenio D.

Al saludarlo lo vi a los ojos. Sentí algo especial en el, sólo una impresión. Sólo nos miramos a los ojos un milisegundo más de lo que harían dos personas conociéndose. Milisegundo en lo que buscaba (o buscábamos) en los archivos de mi memoria por que me resultaba familiar o especial.

Después lo comprendí, yo no lo sabía pero la mente no solo recuerda el pasado, también recuerda el futuro.

-Y ¿de donde eres….?

-Yo vengo del insituto….

Siguió la presentación mutua unos instantes, luego proseguí saludando a otras personas menos relevantes.

-Hola, mucho gusto, José Ignacio A… pero dime Pepe, no me gusta Nacho

-Ok, Nacho… perdón Pepe. Jeje

Pequeña broma mientras al mirarlo nuevamente demoraba instantes más en reconocerlo, me acuerdo de esos ojos obscuros que en ese momento me transportaban al futuro y los mismos ojos que abrieron esta ventana en el tiempo y ahora eran develados por la luz cegadora del cuarto de hotel.

Lo reconocimos Eugenio y yo, tal como temimos, sólo podía tratarse de alguien comprometedor, no se trataba de la mucama ni del botones que, apenados, solo partirían de nuestra habitación con una sonrisa pícara.

Era Pepe, ahí parado viéndonos fijamente, pasmado, impresionado por el espectáculo, pensamos que seguramente de diría a todos. Temíamos por nuestra reputación, por lo que pasaría al día siguiente cuando todos se enterasen.

-¿¡Que haces aquí!?

-¿Qué están haciendo?, Ustedes estaban

-¿Cómo entraste?

-¿Estaban cogiendo?

-¡Puta Madre, por que entras!

-Tu me diste la llave ayer Eugenio, yo venía por mi cartera.

-¡Por que a esta hora!

-Perdón, solo venía por mi cartera, ya me voy

-No Pepe, espérate, por favor, no le digas a nadie.

-Entonces ustedes dos, son… y que fue entonces lo del table dance, pensé que te gustaba

-No es lo que crees.

-¿No te habías traído a una puta?

-Si pero se fue y pues estaba caliente y pues

-Y si claro, ustedes dos solos, y el calor, la playa, si pues si.

-Por favor Pepe, no le digas a nadie, si dices algo nos jodes.

-Pues

-Te doy lo que quieras pero no digas nada, no fue culpa de genito, yo lo incité.

-Solo fue un día, se nos cruzaron los cables eso es todo, no debiste habernos visto.

-¿Nada más hoy? Por que ayer en la mañana también se les veía muy contentos y se miraban ustedes dos como ocultando algo.

La persona o más suspicaz o mas malpensada de la tierra nos había descubierto, o más bien, me había descubierto; me sentía culpable de que la reputación de Eugenio estuviera en juego por mi culpa. No sabía que decir

-Esta bien, no diré nada, pero con una condición.

-¿Cuál? -¿Cuál?

-Tres mil varos (pesos)

Se levantó Eugenio hacía el buró donde tenía su cartera, la abrió y juntaba el resto de billetes disponible para su viaje, estaba tan nerviosos que hacía esfuerzos para no tirar su cartera.

-Es todo lo que te puedo dar, por favor no le digas a nadie

-Hum… esta bien, con esto basta.

Guardó el dinero, sólo oímos el abrir y cerrar de la puerta mientras quedamos impávidos, arrepentidos, sin vernos a los ojos dejamos pasar segundos de silencio

-¡Hola!

-¿Y ahora que quieres?

-Jaja, Cayeron

-¿Cómo que caímos?

-Si guey, es broma

-¿Broma?

-Si guey, era broma, no le diré a nadie, toma tu dinero.

-Pinche guey, ¿En serio?

-Si guey, todos tenemos algún secreto, ¿no?

-Pinche Nacho, nos asustaste, pero gracias guey, perdón que hayas tenido que ver esto.

-No hay pedo, no pasa nada, sólo les estaba dando un sustito, por eso estaba serio aunque me estaba cagando de risa por dentro.

-Y por que nos asustas pendejo

-Perdón Manuelito, es que también me pone nervioso ver a dos gueyes cogiendo, les digo que ya pensaba mal, pero no creí que sí fuera cierto.

-Pero nunca habíamos hecho nada. -Sólo fue un jugueteo

-Entonces eché a perder su primera vez.

-No guey, no es eso.. es que.

-No te pongas rojo, no hay pedo, esta chido.

-Pero no debiste habernos visto

-No importa guey, no tiene nada de malo, aparte tenía curiosidad de ver como cogen dos gueyes.

-Entonces, ¿nos estabas espiando?

-Este… no.

-Ya dinos la verdad, nos oíste o que

-No, es que hace rato regresaba a mi cuarto, había ido por hielos y ví a la puta salir. Luego, no podía dormir, estaba en la terraza y escuchaba movimiento, y luego los oí, me asomé y estaban desnudos

-Y nos empezaste a espiar

-Pues sí, sólo quería ver que estaban haciendo.

-Y ¿como entraste?

-Pedí en recepción una llave, después de todo me registre en esta habitación, no se acuerdan el relajo con las habitaciones.

-Pinche Naco, querías descubrirnos verdad.

-No te enojes Genito, yo también tengo curiosidad de repente

-¿Curiosidad de que?

-Pues de esto, de lo que ustedes estaban haciendo

Se levanto y se dirigió al switch, lo apagó y quedamos a obscuras

-¿Qué haces, por que la apagas?. ¿Ya te vas?

-¿Y ustedes dos son gays?

-Pues este… -Pues el…. No sé….

-y… ¿andan?

-¿Andamos?, ¿Cómo? ¿Novios?.. este no….

-Este…..

-¿Oigan y que se siente?

-Pues

-¿Puedo entrarle?

-¿Entrarle?

-¿Entrarle a que?

-Pues ya saben, a esto, pues, aquí con ustedes.

-Entonces, quieres que nosotros, los tres

-¿Trio?

-Si, guey. Es que parecía que les estaba gustando mucho y pues estaría bien intentarlo, ¿No?, Bueno creo… y si no, pues nada mas los veo y ya… o ya me voy como quieran. Y saben que no digo nada.

Ahora, el nervioso era el. Sus ojos inquisidores habían sido su teatro y su defensa, ahora el avergonzado de lo que pedía.

-Ven

-¿Y ahora?

-Ven, sientate… aquí… en medio de los dos.

-¿Nervioso?

-Sí, algo.

-Pues que bueno, por que te vamos a hacer sufir el mismo miedo que pasamos con tu bromita, ¿verdad Manuel?

-Si, prepárate por que va a doler.

-No espérense, como que va a doler, que van a hacer. Mejor no.

Entendí, entonces lo que Genito quería decirme con la mirada, me puse atrás de Pepe y aprisioné su dos brazos de manera que no se pudiera mover. Genito se puso delante de el y rápidamente bajo sus boxers.

-Eugenio que vas a hacer, perdón por la broma, fue un juego.

-Te lo voy a morder hasta arrancártelo.

Eugenio mostraba una cara tan sanguinaria que Pepe lo creyó todo y abanicado soltaba patadas, pero fueron contenidas por Eugenio.

-Suéltenme ya, por favor

-Despídete de tu amiguito.

-No, no, me vas a matar, ¡auxil…!

.Le tapé la boca por que empezaba a gritar, mientras Eugenio metía el pene de José en su boca, y

-No, NO, Eugenio, No….. ¡Arrrggg!

le dio una mordida que probablemente, sin herir, dolería un poco pero casi le provocaba un infarto a nuestro amigo bromista. Apenas podía contener con mi mano sus gritos, sentía el latir en su cuello, sudaba y estaba pálido, de verdad creyó que perdería su miembro. Luego Eugenio, empezó a chuparla suavemente.

-A verdad, era broma

  • No mames, creí que si me la arrancaría de verdad.

-Tranquilo, ya pasó.

-Mejor no, ya me quiero ir.

-No ahora te aguantas

-Es que me espantaron

-Como crees que te la iba a arrancar a mordidas

-Y como creen que los iba a extorsionar si los quiero un chingo, también al pendejo ese.

-hhhh..hh hh hhh..hh

Eugenio, con el falo en la boca apenas balbuceó un "chinga tu madre" respondiendo. Pepe se relajó y no fue necesario aprehenderlo mas y empezaba disfrutar de su petición.

-Ay guey, ¿que esta haciendo?.

-Te gusta verdad.

Con mis dedos masajeaba sus pezones, cada vez que inspiraba y se inflaba su pecho, sus tetillas se acercaban más y yo las apretaba más fuerte, respiraba cerca de su oido y olía su pelo, recién lavado, lacio olía a las hierbas del shampoo, lo acariciaba con mi nariz. Eugenio, a su vez, lamía su pene, con su lengua parecía abrazar el glande, y exploraba cada rincón de la anatomía de su miembro, cada huequito era apretado su saboreado con la punta de su lengua, suavemente, si suave, rico, si, sigue así, no pares, más, más fuerte, fuerte.

Anhelando por más acción el pene de Pepe latía cuando Genito, lo sacó se su boca, se incorporó y lo abrazó de frente y caímos acostados en la cama.

-Pequeña broma, espero no te la hayas creído, Jaja.

Tirados, yo atrás, Pepe en medio y Genito adelante, abrazados, nos movíamos rítmicamente. Pepe buscaba hacer coincidir su pene con el de Eugenio, para que se frotasen y apretaba sus glúteos en su esfuerzo, sus glúteos donde yo buscaba meter mi pene. Cada vez que movía su pelvis para atrás se abrían un poco sus glúteos y o presionaba hacia ellos. Eugenio y el se besaban locamente mientras con sus manos se acariciaban el pelo. Yo seguía acariciando los pezones de ambos con ya que ellos dos median los mismo quedaban pezón con pezón.

Los tres mejores amigos reunidos, como decía, la amistad es amor sin sexo, excepto en este caso, o tal vez éste sea el último grado al que puede llegar la amistad, no importa el sexo. Total confianza hasta para satisfacer uno al otro, sin importar los tabúes, ni prejuicios. Querer al otro tanto que puedes tocar su piel, su carne, incluso hasta desearlo.

Ahora Eugenio recostado, boca arriba, Pepe sobre el, sosteniéndose, como pilares, sus brazos, sus piernas se enrollaban y sus penes y testículos frotándose, yo atrás de Pepe, de rodillas con mi pene húmedo frotaba su ano y sus alrededores. Tomé con mi mano sus dos penes al mismo tiempo y los masturbaba lentamente. Con mi otra mano, metía dedos en el ano de Pepe, los doblaba hacía adelante donde encontraba su próstata que se hinchaba al ritmo de la masturbación, cada vez que se hinchaba yo masajeaba y él gemía.

-Vas métela, pero ve por condones, hay ahí en ese cajón

-Ya venías preparado verdad, mira hasta de sabores hay.

-Si obvio. Oye Eugenio te puedo

-Si a huevo, pero ponte condón.

-Tráete dos Manuelito, ponme uno

Yo me puse el mío, mientras en la cama se acomodó Eugenio boca abajo, me acerque, me dispuse como estaba y por atrás ponía lentamente el condón en el pene de Pepe mientras le frotaba el mío en su ano.

-Ahora si te va a doler y no es broma

-Yo aguanto, métela

Tal como dijo la metí toda de una vez, sin escalas ni suavemente, estaba tan apretado que sentía que me cortaba la circulación.

-Relájate Nachito, ahora métesela tu.

Y de un golpe, pero más despacio, metió su pene en Genito, que ya un poco acostumbrado, le facilitó el paso. Empezó poco a poco el vaivén. Subía el ritmo y el placer, mas adentro y mas afuera, cada vez más intenso.

-Genito. Ha… Desde…Desde que..ha. nos conocemos… en la secun… quería hacer esto… con tigo. Ha. Te quiero… También… también a ti Manuelito…. Te quiero… Los amo

Como si fuese corriente eléctrica, llegó el orgasmo desde mis entrañas, se propago hacía Pepe y luego hacia Genito, luego se propagó a cada parte de nuestros cuerpos, caímos rendidos, exhaustos, sudando.

Es este recuerdo, muy tenue y apenas vislumbrable censurado por las leyes de la física clásica que llegó a mi mente en el instante que vi por primera vez al amor de mi vida, Genito, y luego a Pepe (o Nacho) que también aprecio mucho.

Aunque en sus ojos vi un futuro, jamás creí que algo así nos sucedería, es impresionante lo que depara el futuro, lo que depara un nuevo día

-Oye ví mas condones en la caja.

-Pues que esperas ve por ellos.

(cont)