Mamita con aficiones de puta

Una celebración sexual y una apertura de ...historias

MAMITA CON AFICIONES DE PUTA.

No había apenas gente en la calle, era 25 de mayo con jornada de reclusión. Mi hijo y mi padre habían salido a andar en bicicleta por las bicisendas de la zona. Mi hija estaba con mi madre preparando el locro para el almuerzo. Mi marido y yo andábamos a paso ligero por el barrio. Paramos un momento. Él iba hecho un señor, pullover gris de lana ligera sobre camisa azul cielo, vaqueros y mocasines de suela de goma. Yo, nikes blancas, calzas azules que se me ceñían como segunda piel y me marcaban bien los cachetes de la cola y una campera gris. Era el momento de la sorpresa. No había nadie cerca. Me bajé el barbijo, me pegué a él. Se dio cuenta que quería besarle y también descubrió la boca. Le besé, primero apoyando los labios, después metiendo bien metida la lengua. Fue un buen beso de tornillo.

  • Tengo una sorpresa para ti- le dije al separarnos.

Y me abrí la campera. Debajo, bien pegada al cuerpo: la camiseta del Atlético de Madrid en la que destacaban mis pezones erectos . Y le volví a besar, al tiempo que le susurraba :

  • ¡Campeones...campeones!.

Sabía que yo era una bomba, he ganado algún kilo desde que me regalaron la camiseta del club de sus amores y estaba explosiva con ella.

  • Tenemos tiempo para que me claves un gol en el arco antes de almorzar- le propuse con la mas insinuante de mis sonrisas.

  • Una idea brillante.

Me tomó de la mano y aceleró el paso en la vuelta a casa. Apenas entramos me quité la campera y me exhibí. Quería que viera que iba sin corpiño y que el rojo y blanco me estilizaba y enguantaba y que al mover los hombros las tetas oscilaban buscando guerra.

  • Vamos donde te veas... putita.

La sonrisa malvada que brillaba en su cara me encendió aun más. Fui frente al enorme espejo, puse una silla para luego poder apoyarme y me descalcé, con las deportivas es difícil quitarse las calzas. Al bajarlas me iba moviendo como una serpiente ondulante. Sabía que era un buen show. Respiré hondo, lucí delantera y tirando del hilo de la tanga pregunté con voz ronroneante:

  • ¿ Qué hacemos con la defensa?

  • Ahora la eliminamos. ¡ Como sabes hacer posturas!...¡ qué putita eres!

  • Y ¡como me gusta serlo para vos y... a vos que lo sea!.

Mi marido se había quitado los mocasines y el jersey y se estaba bajando los pantalones. Le noté la erección bajo el boxer. Moví el culo para incitarlo y le dije mimosa:

  • ¿ Te gusta esta postura?

Me había apoyado en la silla y puesto la cola en pompa, con las piernas juntas, haciendo una L y movía la colita como una perrita buscando verga. Con el pelo largo cayendo casi tapándome la cara era una imagen turbadora y porno.

Mi hombre se quitó el calzoncillo y quedó con la polla erecta que se mostraba entre los faldones de la camisa acercándose a mi trasero. Estaba cómico. Traía una tijera de coser en la mano derecha. Con la izquierda comenzó a acariciarme el culo, me volvía loca la suavidad viciosa con que me masajeaba la piel tersa de las nalgas. Me dio un azote suave y tiro del hilo lateral de la tanga que se tensaba en mi cadera y lo cortó. Hizo que cayera al suelo. Se arrimó a mí y comenzó a pasar su glande por el cachete izquierdo, sentí la humedad de su deseo recorrer mi carne cálida.

  • Avanza por el medio campo la jugada- simulé ser un relator.

Yo no perdía la visión erótica de los dos en el espejo. Estaba quieta, me dejaba hacer, y me gustaba lo que tenía de juego. Apoyó su cabezón en el comienzo del valle de mis nalgas. Yo moví un poquito el culo para notar más fuerte su verga en mi cuerpo. Y empezó a bajar camino del ojete. Me encantaba sentirme tan muñeca para sus deseos. Y llegó. La dejó apoyada en mi esfínter. Se quedó quieto. Una sensación deliciosa : tener una polla en la entrada de tu culo, sentirla, pero sin que entre. Era morboso y me excitaba más y más.

  • ¡Cierra los ojos...putita!

Obedecí, la pija dejó mi puerta trasera. Noté la humedad de unos dedos que me llenaban de saliva el orificio oscuro (lo tengo gris casi negro). Me sodomiza , pensé, y procuré relajarme para poder permitir la entrada de su verga. Abrí los ojos sorprendida, no era su cipote el que me penetraba, eran dos dedos juguetones.

  • Los disparos no entran en el marco, dan en los postes- le oí que comentaba con humor.

Y me hizo dedos en el culo. Es lindo. Te sientes usada, entregada, no te molesta la dilatación, tiene morbo y te das cuenta que eres muy puta. Es un consejo de una gata cuenta cuentos.

Comencé a gemir. Estaba muy cachonda. El ver todo en el espejo me ponía más y más caliente.

  • Clávala- supliqué.

Me incliné más para que tuviera mas cómoda la entrada en mi concha. Sacó los dedos de mi culo, sentí como apoyaba su verga en mi coño y empujaba despacio hacia dentro. Estaba tan mojada que su tranca entró fácil hasta lo más profundo de mi vagina. Se quedó quieto, me agarró las caderas, miró mi imagen de hembra follada con la camiseta del Atlético de Madrid y empezó a canturrear:

-¡ Campeones...¡ campeones! ...¡ campeones!

Y a cada campeón me daba una embestida. No pude evitar comenzar a reírme y moverme a mi aire . Era un polvo muy cachondo, de una pareja que se quiere y saben que el sexo es muy importante en sus vidas.

  • ¡ Que putita eres!...¡ Estate quieta!

Le obedecí y entonces bombeó hasta que me soltó toda la leche. Yo levanté la mano derecha de la silla y me la llevé al clítoris para masturbarme y poder acabar mi orgasmo.

  • Creo que hemos quemado más calorías que si hubiéramos empleado el mismo tiempo en caminar.- dije simulando estar muy seria.

  • Es que hemos estado corriendo...nos.

Mi marido me besó y me tomó de la mano para ir a darnos una ducha rápida y bajar a casa de mis padres a celebrar el 25 de mayo.

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Es de noche , estamos en la cama, yo como siempre en el lado izquierdo de la cama, así es más cómodo pajear a mi hombre al quedar su verga al alcance de mi mano derecha, la mas hábil. Y con ella tengo agarrada su poronga, me encanta tocársela mientras hablamos. Él tiene su palma sobre mi monte de Venus y con dos dedos acaricia mi clítoris.

  • Elenita, Elenita ...¡como te jugar a gatita puta!... y contarlo.

  • Sí , lo de TR me hace bien...me ayuda a ser mas feliz.

Sus dedos se mueven suaves en mi botón cuando sigue con su razonamiento.

  • Lo que pasa que ya no eres una jovencita. Tienes 44 años, dos hijos, uno de casi de casi 16 años, eres una señora...te guste o no.

  • Y... ¿a qué viene eso ? ..ahora.

  • Que estás en una crisis de creación...- sus dedos me masturban delicioso, estoy notando que me mojo. - y nuestra vida sexual, que es cojonuda,y que cuentas, no da para muchos más relatos.

  • ¿Y qué...me insinúas? - le estoy pajeando con los dedos a modo de capucha de su glande, sacando y escondiendo la cabezota de su prepucio y está cada vez más gorda y dura.

  • Eres una MILF, asúmelo. Una mamita que ilusiona follársela. Versión en español del significado en inglés. Tus confesiones son reales, un poco adornadas, pero Elena, tu álter ego, deja volar la fantasía muy pocas veces. Con el vecino atleta y gilipollas y con perroviejo que te calentó , lo demás que has contado es lo que has vivido. No cuentas deseos perversos que tienes y que darían para unas confesiones mucho más golfas.

  • ¿Crees que debo contar cosas que me pasan...o situaciones que me o nos han pasado cargando de ...más fantasía perversa. ?

Le sigo tocando la pija, que está cada vez mas dura, la tengo agarrada y subo abajo arriba sabiendo que va a durar. Hemos cogido a la tarde y no tiene 20 años, así que le puedo pajear tranquila, dándonos a la conversación, una conversación que me está haciendo fantasear con posibles situaciones que me apetece haber vivido. Sus dedos me están acariciando el botón rosado y voy camino de la cima del monte.

  • Es que puedo ser muy mala y vos no quedar bien...en los cuentos. A no ser que seas muy malo, muy malo...como ahora que me estás llevando a un orgasmo digital...

  • Es que eres muy calentona y te va la marcha, gata...piensa en una cosa mientras llegas y me la vas contando.

  • En mis alumnos mayores con la polla al aire , haciéndose una paja mientras yo les excito desnudándome...me encanta..¡ SIGUE...SIGUE..!

  • Te gusta putita.

  • ¡ SIGUE ….YAAAAAA!

Y me vengo como un torrente. Me quedo recuperándome de la carrera, pero sigo haciendo una paja a mi marido. La tiene como una piedra. Ha llegado el momento de atacar y lo hago. Me levanto un poco y me pongo cómoda para meter su tranca en mi boca. Me encanta chupársela.

  • Podías contar siendo tú...y siendo más puta de lo que eres...Sigue mamando … cabrona...Sigue .

Uso la lengua para lamerle bien la minga al tiempo que con la mano le pajeo , sé que ya está a punto. Paro y me separo sin dejar de meneársela.

  • ¿ Cómo de puta quieres que sea tu MILF? ...puedo ser muy mala...tengo muchas tentaciones.

No debo hablar más, paso la punta de la lengua por su glande y lo abarco entre mis labios bajando hasta tener el cabezón bien aprisionado y entonces me suelta su leche.

Le beso haciendo que saboree su semen parte.

  • Puedo intentarlo... y contar cosas de antes y de ahora, mezclando realidad y deseos.

  • Ahora tienes unas tetas hermosas que se sujetan erguidas, antes se caían hacia arriba.

  • Y vos ...tenías mas fuerzas y sin usar pastillas.

  • Gatita.

  • Creo que a partir de ahora voy a ser una minina roja y más mala.