Mamen o la niña de la familia (1)

Abuelo, padre e hija, juntos y revueltos.

Me llamo Javier y tengo 40 años. Aunque nací y crecí en Madrid, España, por razones de trabajo me marché a La Coruña, una hermosa ciudad costera del norte. Allí conocí a la que sería mi esposa, Ana, y allí nació mi hija, Mamen, que acaba de cumplir los 18 años.

Esto que voy a contar pasó hace unos meses, y espero les interese.... Mi mujer y yo siempre nos hemos llevado bien, y aunque ya tenemos 40 años, nos cuidamos mucho, hacemos dieta y siempre que tenemos tiempo practicamos deporte. Nuestra hija, Mamen, es alta, delgada, pelirroja, de piel blanca y llena de pecas, sobre todo por su escote y en los hombros. Poco antes de cumplir los 18 años empezó a dar "el estirón", es decir, de ser totalmente plana, en unos meses desarrolló unos pechos erguidos y grandes, además de ensanchar sus caderas. Me daba cuenta que en unos meses, mi niña se había convertido en una mujer preciosa, y muchos vecinos (jóvenes y no tan jóvenes) la miraban por el barrio.

Me parecía una mujer preciosa, aunque jamás la había mirado con otros ojos que no fueran de padre.... hasta ahora....

Más o menos por esa época, mi madre murió. Había sufrido una larga enfermedad, y dejó a mi padre solo, en Madrid, con apenas 60 años. Aunque toda la familia tuvo tiempo de esperar lo peor, fue un golpe muy duro. Mi hija pasó unos días en Madrid, con su abuelo, mi padre, y me dijo que le encontró muy deprimido. Por ello decidí que unas vacaciones familiares (con mi mujer, mi hija y mi padre), nos vendría bien. Unos días en la playa, descansando, tomando el sol. Reservé un piso en Arrecife, Lanzarote, en el mes de junio, y los cuatro nos fuimos para allá.

Fui allí donde me di cuenta de la espectacular mujer en la que se estaba transformando mi hija. Al llegar al apartamento, por la mañana, dejamos las maletas en las habitaciones y corrimos a la playa. Hacía un día magnífico, y poca gente. Ver a mi hija en bikini me dejó pasmado. De tiras agarradas al cuello y color negro, el pálido y pecoso cuerpo de Mamen era fascinante. Sus pechos eran (son) de talla 90 o 95, cubiertos de deliciosas pecas. Hacía poco se había puesto un percin´ que destacaba en su blanco estómago y entre sus caderas de mujer totalmente desarrollada. Con su pelo color rojo, rizado y largo, casi todos los hombres que estaban en la playa se quedaron mirándola.

En seguida se metió en el agua, seguida de mi padre. Pude ver que mi padre, Marcos, presentaba un aspecto notable. Para sus 60 años casi no tenía tripa, y como siempre había practicado deporte, supuse que muchas mujeres le encontrarían atractivo y no tardase en encontrar una nueva compañera.

Mi padre y mi hija parecían llevarse muy bien, y en el agua no paraban de reír, hacerse agudillas, abrazarse, charlar.... Mamen había pasado unos días en Madrid, tras la muerte de su abuela, y supuse que en esos días habían "estrechado" lazos.

Papá

¿Qué pasa hija?

Me voy al piso, estoy algo cansada del viaje....

Pero si sólo llevas una hora en el agua...

Ya, pero estoy cansada....

No te preocupes Javier –intervino mi padre- que yo también me voy para casa... El viaje ha sido largo y quiero darme una ducha.... Nos vamos los dos....

Está bien....

Mi esposa y yo les vimos marcharse, sin dejar de reírse y gastar bromas entre ellos.

La verdad es que tu padre parece muy animado... –me dijo Ana.

Sí –contesté- se llevan muy bien....

Por la tarde decidimos dar una vuelta por la ciudad, y cenar en alguna terraza. Mi hija volvió a sorprenderme. Llevaba un pantaloncito blanco, transparente, que dejaba ver tu pequeño tanguita negro. Y una camiseta de tirantes azul oscuro, sin sujetador, que marcaba sus pechos, durísimos a sus 18 años. El haber tomado el sol le había sentado bien, ya no parecía tan blanca. Sus pecas estaban todavía más marcadas. Y sus ojos, azul oscuros, brillaban sin parar.

Mamen, hija, que ya no eres una niña para vestir así....

Pero sí está estupenda – me interrumpió mi padre – todas las chicas de su edad van así... ¡Déjala que presuma de cuerpo! ¡Y yo que presuma de nieta!

Salieron juntos del piso, amarrados, como si fueran una pareja. Me pareció un poco extraño tan buen rollo, pero mi mujer no parecía darse cuenta, y lo dejé pasar.

Durante toda la cena, mi padre y Mamen no paraban de tontear, lo que reforzó mi impresión de que su comportamiento tenía más que ver con una pareja de enamorados y no de abuelo-nieta. Mamen estaba espectacular. Todos los chicos y hombres que pasaban a nuestro lado giraban la cabeza. Incluso algunas mujeres (quizá envidiosas) la miraban.

Llegamos a casa pasada la media noche. Todos (incluso mi hija) habíamos bebido algo, y estábamos deseando descansar. En la cama intenté hacer el amor con mi mujer, pero últimamente tiene problemas de sueño, y se tomaba unas pastillas muy fuertes que le dejan "grogui" en unos minutos. Intenté masturbarme, y todas las imágenes que venían a mi cabeza eran sobre Mamen... Su piel, su sonrisa, sus pecas, sus pezones marcados a través de la camiseta.... No podía... Me sentí avergonzado por estar masturbándome, junto a mi mujer, en la cama, pensando en Mamen.... Decidí ir a la terraza, tomar algo el aire. Al salir de mi cuarto y pasar por el de mi hija (cerrado) creí oír unos gemidos... No era posible. Me detuve y pegué el oído a la puerta.

¡Estaba gimiendo! Era increíble. Mi hija, mi niña tenía que estar masturbándose, haciéndose un dedo... y por los gemidos parecía que tenía muchas ganas. En seguida me empalmé. Aunque me sentí sucio, decidí salir a la terraza, confiando en que quizá pudiera verla masturbándose, a través de su ventana.

Me asomé con cuidado, de rodillas, para no ser visto. Pensé en que si mi mujer me pillaba me costaría el divorcio. Los gemidos eras fuertes, pero mi sorpresa fue aún más fuerte... Mi niña estaba tumbada en la cama, boca arriba, desnuda. Su cuerpo era maravilloso. Pero entre sus pierda había un hombre. Al principio me sentí confuso. En las penumbras de la habitación no podía distinguir bien quién era, su edad, nada. Me pregunté cómo habría podido entrar la casa sin darnos cuenta. Cuándo le habría conocido mi hija, si llevábamos sólo un día en la isla. Y mi hija sólo tenía 18 años. Estaba casi en estado de stock. Pero entonces vino lo peor.... El hombre que le estaba comiendo el coño se incorporó, se puso sobre ella, la besó con fuera y se agarró el pene. Iba a penetrarla.

Mi vida, mira cómo me pones.... estos meses sin ti han sido una pérdida de tiempo... En la playa me has vuelto loco... y luego aquí... Casi nos pillan tus padres....

Esa voz... me era muy conocida.

Uffff.... abuelo.... venga... penétrame ya....

¡Era mi padre! ¡Mi padre estaba follándose a mi hija! ¡Era su nieta de 18 años!

Deberíamos tomar precauciones....

No.... no las tomo con los chicos del barrio... y a mi abuelo no pienso pedirle que se ponga un condón.... Vamos abuelo.... rómpeme.... follate a tu putita...

¿Has follado mucho estos meses?

Con niñatos.... Siempre pensaba en ti.... Vamos, no me obligues a suplicarte....

Mi padre penetró a Mamen de un solo golpe, mientras le metía la lengua en la boca y la obligaba a tragar parte de su saliva. Mi hija gimió, con dolor. Mi padre comenzó a bombear muy despacio, rítmicamente. No podía dejar de mirar. Estaba escandalizado, avergonzado. Pero también sumamente excitado. Aquello era lo más excitante que había visto en mi vida. Instintivamente comencé a masturbarme.

En un rato pude ver cómo sus cuerpos se cubrían de sudor, mientras mi padre aumentaba el ritmo de sus penetraciones. De golpe, mi hija se movió, colocando a mi padre sobre la cama, boca arriba (pude ver su erección, y era colosal, mayor que la mía) y sentó sobre él.

-Eres mi zorrita.... Siempre lo serás... uffffff niña.... me queda muy poco....

-Yo también estoy a punto... Tienes que prometerme que... aggggg... no te follarás a nadie más.... era mío.... yo seré tu zorrita..... ufffffff ..... haré lo que quieras...... abuelo.....

Mi padre la cogió fuertemente de las axilas, y empezó a moverla de arriba a abajo con fuera, rápidamente. Los pechos de mi hija bailaban frente a su cara, y él comenzó a comerlos con fuerza, metiéndose esos durísimos pezones en su boca.

-Abuelo, córrete.... uffffff.... vamos..... deja preñada a tu nieta...

-Cielo..... debería sacarla.... aggggg.....

-No... ni se te ocurra.... estos dos meses me han llenado de leche un montón de tíos.... ahhhhhhh.... Y tú que eres mi dueño, ¿no vas a hacerlo?

Eso tuvo que poner a mil a mi padre, porque arqueó el cuerpo hacía delante, comenzando a gemir con fuerza y agarró a Mamen de las caderas. La penetración era profundísima. Mi padre gritó tan fuerte que temí que Ana se despertase. Estaba llenando a mi hija de semen. Hasta la tripa. La corrida tuvo que ser tan fuerte que pensé que sería milagroso que mi hija no se hubiera quedado embarazada.

Yo tampoco pude contenerme. Me corrí con fuerza, contra el muro, en la terraza. Llevaba varios días sin hacer el amor con mi mujer. Me salió abundante esperma, aunque me tuve que obligar a no gemir, para no llamar a la atención de mi padre y Mamen. Los estabas abrazados, cansados, uno encima del otro. Dudo que hubieran oído mucho. Cogí un pañuelo y limpié lo que pude de la terraza, confiando en que mi mujer no notase la macha que había dejado en el muro.

Una vez en la cama, con Ana dormida, no pude dejar de pensar. Mi hija y mi padre. Por lo que dicen tuvieron que liarse en Madrid, cuando ella le hizo una visita. Mi hija se ha convertido en su puta.... y por lo que dice se ha follado a medio barrio.... Y sin tomar precauciones de ningún tipo... Aquello me entristeció. No había educado a mi hija para ello... Pero también me puso a mil, y tuve otra erección. Apenas pude dormir esa noche....

Al día siguiente intenté hacer "vida normal". Por otro lado, no dejaba de mirar a mi padre y a Mamen, pero entre ellos todo eran juegos y abrazos. A medio día me metí el agua con los dos, mientras Ana se quedaba tomando el sol en la arena. Estuvimos bromeando un rato, hasta que Mamen dijo estar cansada del agua y fue a reunirse con su madre.

-Ayer por la noche....¿te gustó lo que viste? – me preguntó mi padre.

-¿Qué?

-Sabes bien lo que digo....

-No....

-Hijo, tienes 40 años.... no hace falta que espíes a la gente a través de la ventana...

Era increíble, Sorprendo a mi padre con mi hija, en mi casa, a pocos metros de mi mujer.... ¡Y mi padre me abronca!

-¡No tienes vergüenza! – grité.

-No sabes lo que dices....

-Cómo.... te follas a una niña de 18 años, que es tu nieta, mi hija.... en mi casa.... con toda la familia.... ¿sabes lo que habría pasado si Ana se despierta? ¿Quieres dejar a la niña embarazada?

-Quizá tu mujer hubiera entrado al cuarto... y habría participado... no se habría quedado como un pasmarote mirando por la ventana, mientras se hacía una paja...

-¿Eh?

-La próxima vez prueba a entrar...

Mi padre se marchó hacia la arena, y se puso a reír con Mamen, como si nada hubiera pasado. Yo me quedé en el agua, paralizado. Por un lado me sentí mal, pero por otro, el hecho de follarme a mi hija (estaba dejando de ser mi hija para convertirse en un bombón de 18 años al que podía follar sin condón) me estaba volviendo loco.

Por la noche volvimos a ir a una terraza. Mamen llevaba un vestido corto, azul, de tirantes, dejando ver gran parte de su espalda. Por supuesto sin sujetador. Sus pezones, por la brisa del mar, se marcaban a través de la tela.

Creo que deberías hablar con la niña – susurré a mi esposa.

¿Por qué?- me preguntó Ana.

¿Has visto como viste? No lleva ropa interior... todo el mundo la mira....

Es joven y guapa... ¡déjala! ¿Cómo puede ser que a tu padre, que tiene 60 años, le parezca bien y tú seas tan conservador?

Increíble. Mi mujer se aliaba con mi padre. Estuve a punto de decirle lo ocurrido la noche pasada. Pero habría sido un error. Y quizá el fin de mi vida tal y como era entonces.

Al volver a casa no dije palabra. Mi padre y Mamen reían sin parar, y me daba cuenta de las miradas que se lanzaban. Esta noche follarían a lo bestia.

¿Tendría valor para unirme a la fiesta?

¿Habéis entrado, poco a poco, en un coñito de una chica de 18 años? Es maravilloso, pura vida, estrecho, fresco, cálido. ¿Habéis penetrado, poco a poco, a una chica de 18 años? ¿Habéis sentido cómo las paredes de su coño se abrían a medida que la cabeza del glande entraba en tu interior? ¿Cómo se ajustaba a vuestro pene como si fuera un guante?

Así me sentí esa noche, mientras estaba sobre mi hija, penetrándola lentamente, disfrutando del momento, comiendo con dulzura sus impresionantes tetas llenas de pecas, mientras la besaba y sudaba sobre ella...

Esa noche había decidido no salir de mi cuarto, pasase lo que pasase. Pero eran las dos de la mañana, y no podía dormir. Ana tampoco había querido practicar sexo. Según ella estaba muy cansada y quería dormir. No podía sacar de mi cabeza la imagen de mi padre y Mamen, follando, como seguramente harían en ese momento, y la invitación de mi padre a participar. ¿Estaría mi hija de acuerdo?

No pude más y me levante. La puerta de la habitación de mi hija estaba abierta. Se oían leves gemidos. Abrí la puerta con cuidado. Mamen estaba a cuatro patas sobre la cama, con mi padre detrás, penetrándola con fuerza, mientras la agarraba las tetas.

Eres una zorrita... Te gusta que te follen con los ojos tapados, ¿eh? Seguro... ufffff .... que has follado con mil tíos, que te han llenado de semen.... uhhhh ... me das vergüenza.... te voy a presentar a todos mis amigos para que te follen sin compasión.... aggggg ..... Te voy a encerrar en mi casa, te voy a atar y te van a follar todos mis amigos, una y otra vez.... uffff

Soy toda abuelo.... haré lo que digas.... que dura la tienes.... uyyyyy.... no pares..... me gusta ser tu putita....

Mi hija tenía los ojos tapados con un pañuelo. Mi padre me vio en la puerta, y me hizo un gesto para que me uniese a ellos, sin dejar de follarse a Mamen. Me acerqué con miedo. Pude oler el semen, el sudor, los fluidos de mi hija.... alargué la mano y toqué la espalda de Mamen, sus pechos, sus hombros. Mi padre salió de ella y se separó.

Ahora te vas a follar a un amigo, y te va a gustar....

No quería hacerlo así, de espaldas. Por eso la moví y tumbé a mi hija boca arriba. Me desnudé y comencé a besarla. Ella no parecía sorprenderse que otro hombre estuviera ahora encima de ella. ¿Me estaría esperando? ¿Habría hablado mi padre con ella? Le quité la venda. Quería que supiera quién la estaba follando, quería ver su cara al penetrarla.

Papá.. menos mal.... llevo deseando esto toda la vida.... –susurró.

Ni niña, pues ahora lo haremos siempre que quieras....

Al penetrarla su cara se contrajo. Esta húmeda y pude notar abundante mucosidad dentro de ella, quizá restos de semen de mi padre. Ahora mismo él esta asentado en un sillón, mirándonos, complacido, masturbándose despacio.

Comencé a bombear, mientras la besaba y miraba sus pechos moviéndose al compás de mis penetraciones. Apreté fuertemente sus pezones, que ya estaba duros y cubiertos de sudor y semen.

Niña, no hace falta que folles con los chicos del barrio, ahora estamos el abuelo y yo..... agggg ... te daremos todo lo que necesites..... ufffff.

Lo prometo.... papá.... ahora sólo seré vuestra putita... de nadie más... nadie me dará más leche que vosotros.... ufffffff .....

Puso las piernas alrededor de mi cintura. Sabía que estaba próximo al orgasmo, y no quería que me escapase.

Córrete, córrete... vamos papá...

Hija, te puedes quedar preñada......

Me da igual.... vamos, lléname.... ufffff

Córrete dentro de ella, yo llevo días haciéndolo.... y media La Coruña lo ha hecho –intervino mi padre- te ha salido una hija bien zorrita....

Pero... ufffffff.....

Mi padre se acercó en ese momento, se sentó a horcajadas sobre la cara de mi hija y le metió su enorme pene en la boca. Yo veía su espalda, y cómo mi hija, al borde del orgasmo, hacía lo que podía con ese pollón en la boca. La imagen fue demasiado para mí. Se la metí hasta el fondo y solté toda mi lefa. Tres o cuatro descargas profundas, casi gritando, de la espina dorsal. En ese momento pude sentir como Mamen temblaba como una loca. El contacto de mi semen con su vagina le estaba proporcionando un orgasmo del carajo. Y a la par, mi padre también se corrió. Ella hacía esfuerzos por beberse todo el semen (que olía fortísimo), pero bastante salió de su boca y acabó en las sábanas.

Rendidos, nos tumbamos un buen rato. Toda la habitación olía a sexo y semen. Mamen me miraba con afecto, mientras acariciaba mi pene lentamente, que poco a poco volvía a ponerse duro.

  • Llevo esperando mucho para que terminemos tan pronto... – susurró.

Continuará...

(Adjunto fotografías de la actriz americana Lindsay Lohan, con gran parecido a mi hija, así podréis haceros una imagen de ella).

Cualquier comentario será bien recibido... Saludos...