Mamada inexperta

De como me empezó a gustar el sexo oral.

MAMADA INEXPERTA

Vivía en un pequeño pueblo en mi adolescencia donde no había muchas posibilidades de tener sexo ya que todo el mundo te veía y hablaba.

Mis primeras 2 experiencias fueron desastrosas. Ocurrieron apoyadas en la pared de un galpón en menos de 2 minutos.

Pero estaba decidida a disfrutar de aquello que las mujeres mayores hablaban. Y siempre que se hablaba de sexo entre las mujeres mayores se hacia mención de Juanca (Juan Carlos) el era un hombre soltero, sin trabajo fijo, de unos 35 años pero que según decían era muy bueno en las tareas amatorias. Todas hablaban de las otras pero ninguna admitía que ellas lo hubiesen probado. De haberlo echo seria la comidilla de todas las chusmas del pueblo.

Era verano y Juanca le ayudaba a mi padre en el taller, mi padre tuvo que ir a la ciudad a comprar un repuesto y dejo a Juanca cuidando el taller.

Yo por mi parte estaba caliente como un geiser, andaba inquieta por toda la casa, hasta que fui al taller y vi. A Juanca solo y decidí que quería probar con un hombre mayor. Era la mejor manera de saber que era un orgasmo. Esa tarde de mucho calor usaba una remera sin mangas muy vieja y desgastada y un pantalón corto sin ropa interior.

Nunca me costo seducir a un chico ya que soy alta y pechugona y para mis 18 años aparentaba muchos mas. Pero se me hizo difícil llamar la atención de Juanca. Luego de mucho dar vueltas decidí ir de frente y le pregunte si yo le gustaba y el sin mirarme me dijo que mucho así que le pregunte por que no me daba bola. A lo que el me dijo que prefería a las mujeres mayores. Pregunte por que y me dijo que el prefería la experiencia a la juventud. Entonces sacando mi mejor voz sensual le dije que algunas jóvenes teníamos mucha experiencia. El pregunto en que tenia mucha experiencia y el dije que en todo. Durante un tiempo se quedo callado así que me acerqué y acaricie su brazo, el respiro hondo y dijo que no me buscara problemas que de seguro los encantaría a lo que dije que me encantaban los problemas. El miraba a lo lejos y me dijo vamos al rió y contenta por que sabia que esa era una invitación a tener sexo dije que si. Sacamos un auto del taller de mi padre que ya estaba reparado y salimos hacia el rió, pero no fuimos por donde iban todos sino que tomamos otro camino, antes pasamos por la casa de Juanca que trajo unos bultos que no alcance a ver que eran y los puso en el baúl. Salimos del camino y metimos el auto entre los árboles hasta que quedo escondido y de allí el bajo los bultos del baúl que eran una frazada y otras cosas mas y caminamos como 400 o 500 metros y allí nos encontramos con un paraíso y comprendí que ese era el lugar donde Juanca traía a sus amantes. Extendimos las frazadas en el suelo y comenzamos a besarnos. El empezó a bajar y se entretuvo un buen rato con mis pechos cosa que eme encanto luego mi vientre y ya no veía las horas de sentirlo dentro mió pero el seguía bajando y al fin llego a mi entrepierna. Sentir su lengua en ese lugar casi me desmaya del placer con movimientos lentos pero decididos el usaba su lengua como si estuviera buscando algo y por fin lo encontró y sentí tanto placer que se me dificulta detallar lo que paso los orgasmos que tuve me dejaron tiritando y tuve que alejarlo por que sentí que mi clítoris iba a explotar, cualquier roce me ardía pero era tanto el placer que quede agotada por unos minutos.

Cuando me recupere Juanca me pregunto si me sentía bien a lo que le dije que maravillosamente.

Me miro y me dijo "te toca" mientras miraba su pene. Y allí fue cuando me entro pánico. Nunca había escuchado nada acerca del sexo oral y allí me encontraba en la obligación de hacer gozar de esa manera a un hombre que seguramente había probado cientos de mujeres. Pero no podía echarme atrás así que me arme de valor y allí fui.

Primero pensé que me iba desagradar el olor pero no me pareció un olor muy varonil seco pero agradable, y sin saber que hacia comencé a dar pequeños besos a todo el largo, luego le di como pequeños mordiscos pero solo con los labios y estaba muy atenta a sus reacciones empecé a notar que algunas partes le daban mas placer. Como veía que el lo estaba pasando bien continué con mis "mordisquitos" especialmente en la cabeza de la pija y donde se une la piel. El me dijo "me gustan los jueguitos que me haces pero ya quiero que me la chupes en serio" lo mire con cara de no entender y me dijo "dale bebe metetela en la boca" y ahí entendí que mi boca debía cumplir la función de la vagina (disculpen mi ignorancia pero era una tonta chica de pueblo en una época donde el sexo era tabú). Me dio miedo que no me gustara el sabor así que con cierta aprensión fui metiendo un poquito en mi boca y saboree y el sabor me pareció al de los cigarrillos negros así que me anime a más y fui de a poco y muy suavemente metiendo ese falo en mi boca

Mis labios y mi lengua parecieron entender mejor que yo de que se trataba todo esto ya que el evidentemente estaba gozando. A veces empujaba su pija suavemente dentro de mi boca y si de a poco llegue a tener al menos la mitad. Cuando estuvo bien húmeda me fue mas fácil subir y bajar y con eso el disfrutaba mas. En un momento el agarro con una mano mi cabeza y sin hacer mucha fuerza me fue marcando el ritmo así que empecé a ir mas rápido. El gozaba como nunca y yo me sentía la mejor del mundo hasta que una idea ocupo mi cabeza y era que iba a hacer cuando el terminara pero no me dejo encontrar la respuesta. Me agarro con sus dos manos de la cabeza y empujo su pija bien dentro se estremeció y yo sentí que un liquido viscoso y tibio chocaba con mi garganta y llenaba mi boca pero nada de eso me dio asco solo me quede quietita mientras el en pequeños espasmos se descargaba en mi boca. En ese momento sentí una sensación de triunfo y descubrí que me gustaba tanto gozar como hacer gozar. Desde allí el sexo oral fue mi debilidad al punto de que al ver un hombre no siento la excitación entre mis piernas si no que se me hace agua la boca.