Mamada en la sesión golfa

Comenzó a mover su mano sobre la mía sobre su miembro, deslizándolo por su tronco desde la base hasta su glande, impregnándome por algo húmedo que podría ser orina o líquido preseminal.

Mamada en la sesión golfa

Esta experiencia me ocurrió hace años, creo recordar que fue el pasado nueve de octubre del año dos mil quince, cuando se me ocurrió ir al cine a ver una película, película que mi mujer no estaba en la labor de quererla ver, no quedándome otra que ir solo. Estuve mirando cines para ir a verlas, luego el precio de la entrada, viendo que eran muy caras a excepción del día del espectador o el de la pareja. Viendo que, si asistía a la sesión golfa (sesión en España de cines), las películas que proyectaban eran más económicas (4€), pero en cambio debía de ir a partir de las 00:00 horas de la noche. Tras conversarlo con mi mujer, está me soltó…

  • “Tú sabrás lo que vas a hacer, pero si vas, luego conmigo ni se te ocurra acostarte, no quiero que me despiertes”.

La verdad es que me esperaba que hubiera más gente viendo la película, no entendiendo si era por la película en sí, o porque era viernes o quizás la hora, pues, aunque ponía que se proyectaba a las doce y media de la noche, la verdad es que finalmente se proyectó a la una menos diez de la madrugada. Tras una hora y cuarenta y cinco minutos viendo la película de Alejandro Amenábar, cuya sinopsis de intriga, policiaca que no llegaba a entusiasmarme por mucho clima que hubiera de tensión y tramas. Película que hubo momentos que era pesada e incluso asfixiante, por no decir decepcionante, donde actores como… ‘Ethan Hawke, Emma Watson o David Dencik’ entre otros intentaban no quedarme dormido.

Llevaba al menos tres cuartos de hora divisando esta trama, cuando la coca cola comenzó a hacerme efecto, entrándome unas enormes ganas de ir a orinar. Gracias a la pantalla podía bajar los escalones hasta salir de la sala, mirando donde estaban los servicios, observando que no había nadie fuera, extrañándome que no viera a nadie del personal de los cines.

Caminé hacia los aseos situado al fondo de un pasillo, abrí la puerta que esta era de esas que se cierran sola, había dos orinales de pie, dos cabinas con wc y lavabos. Me situé en uno de los orinales, comenzando sin mucha prisa a soltar la hebilla de mi pantalón, desabotonar el botón, bajar la cremallera y meter mi mano hasta coger mi miembro, sacándolo y comenzar a orinar. Hay estaba yo disfrutando de mi meada, cuando escucho como la puerta se abre, entrando un hombre mayor, digo mayor por sus cabellos blancos y fisionomía. Caballero maduro que por educación me dice… ‘Buenas noches’, dice al tiempo que ocupaba el otro orinal, escuchando como a los pocos minutos el sonido de su chorro. Momento en que esté gira su cabeza y me pregunta…

  • “¿Qué película estás viendo?”.

Contestándole por decirle la película, volviendo este a preguntarme…

  • “Y que, ¿Cómo está la película, pues la mía es un tostón?”.

Le conté que la película me estaba resultando de lo más insoportable, pero que deseaba verla entera más por saber cómo acaba. Dándome la sensación que este se estaba masturbando, digo por la sensación pues lo más lógico, era que se la estuviera sacudiendo que es lo que solemos hacer después de orinar. Movimiento de mano que me dio por mirar, mi intención era mirar con disimulo, pero quizás fui demasiado evidente, pues, aunque aparte la vista con rapidez, creo que no fue lo bastante, ya que este me miraba sonriente. Volviéndome a preguntar…

  • “Y que, vienes solo, con la familia o amigos”.

Respondiéndole de lo más natural, viendo que le gustaba hablar, quizás estaba aburrido de su película. Le conteste…

  • “Que va, vengo solo, ya que la parienta no le atraía la película”.

Contestación que le di al tiempo que nuevamente me da por mirársela, pudiendo comprobar que su miembro estaba erecto, polla que mediría unos dieciséis o diecisiete centímetros. Mirada que, aunque mire con disimulo, esté me había catado ya, pues cogió y tras separarse del orinal, cogió y me mostró su miembro. Soltándome…

  • “No te cortes coño, mírala bien hombre… deja de fingir tanto”.

Me quede de lo más cortado, no esperaba que ese hombre al cual se le veía tan formal, iba con esas miras. Volviéndome este a preguntar…

  • “Dime… ¿Te gusta?”.

Volviendo a insistir por tercera vez…

  • “Contesta hombre, nadie te va a comer la lengua, dime, ¿te gusta mi polla o no?”.

Acabando por contestarle tímidamente…

  • “Si”.

Estaba cortado, no es mi primera polla que veía de un desconocido, pero sí que por esa época me había ‘desenganchado’ de mis inclinaciones, llevaba sin llevarme una a la boca al menos tres o quizás cuatro meses. Estaba nervioso como mi primera vez, aunque en mi caso, era la primera, la segunda y hasta el cuarto año de experiencias, nunca me he adaptado, aunque creo que eso me ayuda y me pone. Este coge y alarga su mano hasta coger la mía, tirando hasta posarla sobre su miembro, sintiéndolo caliente y muy duro, notando sus venas vibrar… uuummm!!. Comenzó a mover su mano sobre la mía sobre su miembro, deslizándolo por su tronco desde la base hasta su glande, impregnándome por algo húmedo que podría ser orina o líquido preseminal. Fue, cuando escuchamos algo de ruido y voces fuera, mi intención tras soltársela era de irme a mi sala a acabar de ver la película, pero no era la intención de este, pues tras tomarme del brazo y tirar de mí hacia las cabinas del wc. Me dijo…

  • “Ven, metamos no aquí".

Haciéndome entrar y cerrar la puerta tras de sí, viendo como este sin mediar palabra, dejo caer su pantalón que por el mismo peso, este quedo a sus pies y tras tirar de sus calzoncillos, estos quedaron en sus rodillas. Pudiendo ver con claridad la polla erecta y dura de este, miembro que como he dicho tendría entre unos dieciséis o diecisiete centímetros, no muy gruesa y con unos enormes huevos peludos. Este se reía de mí al ver mi expresión, jactándose de mi rostro, empujándome hacia atrás, empujón que me hizo perder el equilibrio y acabar por sentarme sobre la tapa del wc. Momento en que este se me acerco al tiempo que rodeo mi cabeza con su mano, acercando su polla a mi boca, soltándome…

  • "Venga chúpala… abre la boca".

Sentí primero su glande restregarse por mis mejillas, golpeándome un par de veces y acabar por deslizarlo por mis labios a pesar de mantenerlos cerrados, presionando fuertemente con su glande, intentando metérmela dentro de mi boca, llegando e incluso a cogerme la nariz, presionando y tapando mis orificios nasales. Acabando por abrir la boca ante la falta de aire, aprovechando este por introducírmela, diciéndome…

  • "Venga chúpala... te va a gustar, vengaaaa... no te hagas de rogar".

Metió su polla hasta el fondo, sintiendo su glande golpear mis amígdalas, haciéndome sentir arcadas. Sacándomela sin llegar a sacar su glande, comenzando a moverse, entrando su polla y saliendo de mi boca una y otra vez, viendo que ante mi falta de cooperación… él hacia todo el trabajo. Acabando por tomar la iniciativa, tomándola y comenzar a lamer su glande, dándole lametones, embadurnarla de babas, acabando por darle una atragantada que casi se corre… ooohhh!!. Este viendo que no debía de ser mi primera polla o que quizás repita lo que me hacen a mí, cogió y comenzó a acariciar mi cuello, e ir introduciendo su mano basta por mi camisa hasta mi pecho, acariciar mis pezones que en esos momentos estaban muy duros, pellizcar y tirar de ellos... aaahhh!!. Soltándome…

  • "Te han follado alguna vez… dime".

Yo iba a lo mío, chupando esa polla, babeándola e ir descendiendo hasta sus grandes huevos, chupando y magreándoselos, jugueteando con ellos, mientras este suspiraba y jadeaba. Volviéndome a decir…

  • “Tienes pinta de ser estrechó, pero no te preocupes con una polla como la mía, no solo no te dolerá nada, ¡sino que vas a disfrutar como una perra en celo… uuummm!!”.

Comenzando a tirar de mis prendas hacia arriba, prendas que tras quedarme sin suéter primero, continuo por dejarme sin camisa, permitiéndole que me las quitara por lo excitado que estaba, llegando a pensar yo que allí mismo acabaría siendo follado... uuummm!!. Pues este no dejaba de insistirme, volviéndome a decir…

  • “Venga chiquillo… déjame follarte, ¡déjame ser el primero… eeehhh!!”.

Dice y vuelve a repetirme, mientras siento sus venas hincharse, escuchándole a esté…

  • “Venga hombre… te aseguro que vas a disfrutar, va a ser tu primera vez y seguro que vas a querer repetir, ¡venga… déjame preñarte… uuuffff!!”.

En eso, siento como este descarga toda su leche dentro de mi boca, notando su liquido viscoso y caliente, sensación que intento sacármela de la boca, pero este no me lo permite al tenerme sujetando mi cabeza con ambas manos. No quedándome otra que tragarme toda su leche, no me quedaba otra que a pesar de las arcadas y náuseas… aguantarme. Tras unos minutos en la cual acabo por sacarme, permitiéndome escupir los restos que la verdad eran pocos, tosiendo por la falta de aire. Este engrandecido, se jactaba de la mamada, presumiendo de haber sido el primero que me dio una polla a probar, asegurándome que lo había disfrutado, cosa que no lo negué.

Cuando me levante de la taza del wc, cogiendo mis prendas para colocármelas, este no solo no me dejo, sino que comenzó a besar y chupar mi pecho, mordiéndome los pezones, mientras me magreaba las nalgas. No dejándome de decirme…

  • “Tenemos que quedar otro día y repetirlo”.

  • “He disfrutado, pero me ha sabido a poco, además tienes mucho que aprender, mira que buen género que tienes”.

Dejándole hablar, permitiéndole que me manosee pues vi como de esa manera pude vestirme, mire el reloj y pude ver que solo estuvimos media hora, aunque me pareció al menos una hora. Antes de salir de la cabina, intercambiamos los móviles, dejándome salir primero y al poco salió él, encaminándonos cada uno a nuestras respectivas salas. Debo deciros que, tras este encuentro, tuve un par de encuentros más con este hombre, dejándole que creyera que me estaba instruyendo en esto del sexo.

Antes de despedirme, debo confesaros que esta experiencia se me hizo muy similar a una que tuve con tan solo dieciséis años, experiencia que me ocurrió cuando fui al cine Azul a ver ‘Desafío total’. Una de las últimas películas que estrenaron antes de cerrar este cine en 1996, pero que tuve que ir a ver esta película hasta por dos veces, ya que la primera me perdí gran parte de ella. Pero bueno, quizás algún día os lo cuente. Bueno os dejo, espero que os haya gustado, ya me decís que os aparecido. Estaré esperando vuestra respuesta, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).