Mamada a un joven desconocido en carrefour

Un jovencito de 18 años se convierte en un suculento manjar en una calurosa tarde en un centro comercial, no nos conocíamos de nada, y no volvimos a vernos nunca más,pero acabé con su miembro dentro de mi boca.

- ¡ Pero bueno ! ¿ ¡ Quieres dejar de mirar mis piernas ! ?

- Per,per,perdón......mmmm no la miraba a usted,eh, eh, miraba esos bolsos

- Ya te digo, y ¿ los bolsos están entre mis piernas ?

- Perdón señora, pero....es.... que se me escapan los ojos...no volverá a ocurrir, lo siento.

- Está bién quedas disculpado pero no está bonito que un chico como tú se dedique a mirar las piernas de la señoras.

- No lo hago pero, es que sus piernas son muy bonitas, y me ha gustado mucho.

- Anda , chaval vete y te pones un chupete en la boca

- Perdón señora no quería ofenderla , me voy.

El joven chico salió avergonzado y ruborizado de la zapatería de aquel centro comercial.

La calurosa tarde de verano hacía que la estancia en ese centro comercial se convirtiese en un buen plan para pasar las horas de más calor, con pequeña minifalda, sandalias y una escotada blusa me paseaba en el poco ambientado centro de comercios, había poca gente y las tiendas estaban practicamente vacías, el comprar a esas horas era relajante y tranquilo.

A decir verdad este chico me había alegrado un poco la tarde, lo borde que llegué a ser con él en mis comentarios contrastaban con su avergonzado y arrepentido gesto de pedir perdón y disculpas. Aunque al principio si que me molestó el que me mirase de forma tan descarada poco después con sus palabras y sus gestos comprendí de que era normal de que un joven adolescente se quedase mirando las piernas y el escote de una mujer, además el comentario de que mis piernas eran bonitas me agradó de alguna manera.

Algo arrepentida de  haber avergonzado tanto a ese chico me dirigí a la cafetería del centro comercial, me senté en una mesa y pedí un refresco de cola, casualmente el chico de antes estaba sentado en un taburete en la barra del bar, me miró y rápidamente apartó sus ojos de mí, le daba vergüenza, pero yo que no puedo dejar de escapar una ocasión así decidí de abrir mis piernas con disimulo y me coloqué frente a la barra del bar.

Mirando mi teléfono móvil con disimulo veía como el chico volvía a fijar su mirada hacía mí, pero en esta ocasión era yo la que provocaba sus miradas con mis sensuales movimientos de piernas y con un botón más de la blusa quitado, llamé al camarero , pagué mi refresco y le pedí que cobrase también el de aquel interesante y tímido joven.

No tardó en acercarse a mi mesa cuando el camarero le dijo que yo le había invitado.

- Perdón señora, pero ¿ por qué me ha invitado ?

- Bueno, quería disculparme yo también por lo borde que he sido contigo

- No se preocupe por mí señora, la entiendo y no pasa nada, no tenía que disculparse por nada.

Le pedí que se sentase conmigo y aceptó con algo de dudas.

- La zapatería donde estábamos es de señoras, ¿ que hacías allí ?

- Bueno, la verdad es que miraba unos bolsos para mi  novia

( esa zapatería en cuestión dispone de bonitos bolsos y complementos para la mujer )

-¿ Tienes novia  ? eres muy joven ¿ cuantos años tienes ?

- 18

- Pensé que eras mas joven, ¿ y es el cumpleaños de tu novia ?

- Si señora, cumple 18 y se que le gustan mucho los bolsos

- A las mujeres nos gustan mucho los bolsos, si dejas de llamarme señora te ayudo a elegir uno, por cierto me llamo Alicia.

- Yo soy Rafa, encantado Alicia.

Nos levantamos de la cafetería y me dispuse a ayudar a ese joven para que encontrase el regalo de su novia, pero debo decir que el morbo de ese chaval estaba consiguiendo levantar en mí un inusitado placer que no entendía como podía aumentar mi libido de esa manera.

Yo que había estado antes al igual que él en esa zapatería si que me había gustado uno de los bolsos que había allí colgados pero me parecía muy juvenil para mis cuarenta años, era el regalo perfecto para la novia de aquel joven.

Saliendo de nuevo de la zapatería y con el bolso ya comprado comenzamos a pasear mientras charlábamos por aquel centro.

- ¿ Y llevas mucho tiempo con tu novia Rafa ?

- Seis meses

- Que poquito, yo tengo cuarenta años y conozco a mi marido practicamente desde críos.

- Pués debe de ser bonito llevar tanto tiempo juntos

- No creas, el tiempo va deteriorando la pasión de antes y en ocasiones se hace aburrido y monótono, aunque quiero a mi marido creo que no lo amo.

Este chico me estaba sacando toda una confesión de mi relación con mi marido, pero el echo de saber que no lo iba a volver a ver jamás me hacía desnudar mis sentimientos hacía él.

- ¿ Y porqué sigues con él Alicia ?

- Supongo que porque nos viene bien a los dos y a mis hijos, tenemos dinero y eso tapa muchas carencias afectivas.

- Pues yo no te entiendo, se supone que en una pareja debe prevalecer el amor.

- Si , pero cuando tienes un marido que te ignora y te hace sentir indiferente y no se fija ni si quiera cuando he cambiado de color de pelo,es difícil amarlo.

- Pues yo si que me fijaría en ti Alicia, eres muy atractiva, y ya quisiera mi novia y yo que ella tuviese la mitad de tu atractivo.

Pero bueno, este joven galán si que sabía ganarse a una mujer.

- ¿ Me ves atractiva ? con tu edad y la mía podía ser tu madre.

- Nada de eso, no te veo como una señora mayor , te veo como una mujer muy atractiva.

- ¿ Has tenido alguna vez una relación con alguien mayor que tú ?

- No, Mi novia es la primera y única chica.

- ¿ Y ella es atractiva ?

- Claro pero no más que tú.

Este chaval me estaba poniendo cachonda con tanto alago, y me gustaba escuchar sus piropos hacía mí.

- Tu novia se va a poner muy contenta cuando le regales el bolso, seguro que te lo agradecerá.

- Jajaja, pues claro que me lo agradecerá, es muy bonito y ella es muy agradecida.

- No me refiero a esa clase de agradecimientos, ya sabes me refería a que te lo va a agradecer a solas.

Muy ruborizado y con vergüenza Rafa no quería darse por enterado, aunque poco a poco y con timidez conseguí ir sacándole más palabras.

- ¿ Te da vergüenza hablar de sexo conmigo Rafa ?

- Bueno..... un poquito pero no te preocupes que me siento bien hablando contigo

- El sexo es algo normal, quizás te averguences porque eres virgen

- Nooooo, que vaaaaa, ya lo he echo con mi novia algunas veces.

Vamos todo lo que se dice un profesional del sexo, algunas veces dice el tío. Bendita inocencia, ese chico se estaba convirtiendo por minutos en uno de mis deseos, o como digo yo en una de mis nuevas victimas.

- Que suerte tienes Rafa, mi marido ni me toca ( claro no le voy a decir que el resto de los hombres sí )

- ¿ Nooooo ? pues yo estaría todo el tiempo encima de ti...... perdón por se tan expresivo.

- Jajaja, no te preocupes , me gusta que pienses eso, ¿ Y hace tu novia todo lo que te gusta?

- Mmmmm bueno, todo, todo, no, hay que cosas que si que me gustaría que hiciese pero se niega.

- Todas las mujeres no tenemos los mismos gustos pero si que hay que estar dispuesta a todo y experimentar cosas nuevas.

- Pués mi novia si que le gustan cosas nuevas pero no cumple uno de mis deseos,

- Si quieres cuéntamelo, te puedo aconsejar en algo.

Rafa se encontraba ya más relajado y nuestra conversación sobre el sexo subía de tono, aunque se ruborizaba claramente de sus propios comentarios la conversación era fluida.

- Es que mi novia tiene los pechos muy pequeños, y ... se averguenza de ellos y no me deja ni tocarlos, al principio ni me los enseñaba, pero a mi me da igual, ella no lo entiende y yo me quedo sin poder tocarlos.

- Bueno, pues eso es un poco de verguenza que irá perdiendo con el tiempo, debes de tener paciencia.

- Pero hay algo que si que se niega del todo................

- Ya sé, ¿ a que es el sexo anal ?

- No, no, bueno eso nunca se lo he pedido, pero se trata del sexo oral

- Vaya, que no te la chupa, ¿ verdad ?

Efectivamente, se trataba del sexo oral, pero muy, muy avergonzado no me contestó, simplemente asintió con la cabeza. En todo momento de la conversación Rafa intentaba sin éxito de apartar su mirada de mis pechos, de mis piernas.

- Me miras mucho rafa

- Perdón

- No pasa nada, ¿ te gustan mis pechos ?

Demasiadas preguntas, Rafa creo que comenzó a asustarse, a la pregunta de si le gustaba mis pechos se levantó y frotó sus manos por su cabeza y su cara. Pero pronto me percaté que lo que le ocurría era que había tenido una erección. Me gustó tanto que lograse calentar a este chico que :

- ¿ Me acompañas un momento al baño Rafa?, es para que aguantes mis bolsas cuando entre.

- vale, voy contigo.

La soledad en esa calurosa tarde como dije antes hacía que el centro comercial estuviese poco concurrido, y observando que el aseo de las chicas se encontraba vacio :

- Ven Rafa, entra conmigo

En esta ocasión no se lo pensó mucho, abrí la puerta del aseo para minusválidos que es más grande y lo invité a entrar. Cerré con cerrojo esa puerta.

Quité los botones de mi blusa y subiendo mi sujetador dejé al descubierto mis pechos, sin decir nada Rafa se lanzó a ellos como si le fuese la vida en ello, con su boca y con su lengua no paraba de sobar mis pezones, me estaba calentando brutálmente este chico, se colocaba los senos en su cara y disfrutaba de ellos como quería.

No tardé en poner mi mano encima de su pantalón y notar el gran bulto que escondía debajo, me puse de rodillas y con gran atino bajé muy rapido el pantalón de Rafa.

Vaya con el chaval, menuda herramienta me presentaba, grande , gruesa y completamente rasurado, sin pedir permiso alguno rodeé el miembro con mi mano derecha y con mi lengua en primer lugar comencé a lamer la punta de su glande, con mis labios intentaba de morder un poco la punta del miembro, eso sí escondiendo mis dientes para no hacer daño, Rafa se dejaba hacer y solo se limitaba a dar pequeños gemidos de placer, sabía que era su primera mamada y no quería que se le olvidase a este chico.

Mi boca solo la sacaba para pasar mi lengua por sus testículos, y de allí de nuevo a su gran miembro, me exictaba tanto la situación que allí mismo de rodillas comencé a masturbarme con mi otra mano libre, me pasaba los dedos una y otra vez al mismo tiempo que tragaba el miembro de Rafa.

Adapté el ritmo de masturbación oral de Rafa al mio, y mientras yo seguía camino del clímax a Rafa se le volvían la orbitas de sus ojos con semejante mamada, y no es por presumir, pero semejante mamada no se la iban a repetir a este chico.

Introducía su miembro por completo en mi boca y mis dedos jugaban con mi clítoris de igual manera, Rafa colocó sus manos en mi nuca y me empujaba con ellas para que no sacase mi boca de su miembro.

- Me falta muy poco para correrme Alicia.

- Cuando tu quieras Rafa, dejate llevar y te corres cuando quieras.

Aceleré muy rápido el roce de mis dedos que masturbaban mis zonas íntimas, y esperaba paciente la llegada de lefa por parte de Rafa, ésta no se hizo esperar en mucho tiempo, y con su miembro dentro de mi boca comencé a sentir como depositaba de forma violenta y contínua su lefa dentro de ella, mi mano ayudaba a exprimir hasta la última gota de leche pero sin sacar su miembro de mi boca, y el orgasmo por mi parte comenzaba a aparecer con el acelerado movimientos de mis dedos.

Lo miré, me miró, abrí mi boca y colocando mi cabeza hacía atrás para que no se saliese su lefa le enseñé lo que había depositado allí, y en un par de tragadas desapareció de mi boca todo su fluido.

La cara de satisfacción de rafa era todo un poema, me sonreía y me daba las gracias una y otra vez .

- ¿ Te ha gustado Rafa ?

- Ni me lo preguntes, ha sido la mejor experiencia de mi vida, te lo aseguro.

- Me alegro mucho por tí, ya has dejado de ser virgen en esto del sexo oral.

- Desde luego que sí, pero lo de chupar tus tetas también me ha gustado mucho, y ver como te masturbabas me ha excitado de gran manera, pero lo más ha sido cuando me he corrido en tu boca.

Me abroché los botones de mi blusa y Rafa se subió su pantalón, salimos de aquel baño y le dije a Rafa que me marchaba.

- ¿ No nos vamos a dar los teléfonos Alicia ? me gustaría que volviésemos a vernos.

- Vuelve a casa, regala el bolso a tu novia, y no vuelvas a repetir esto con ninguna otra chica que no sea tu novia, dale tiempo y paciencia, cuidalá , respetalá y quierelá muchísimo.

Le dí un pequeño beso en sus labios y me marché, no volví a verlo jamás.