Mamá.... yo solo me hago daño, ayúdame tú 2

Una vez pajeado por su madre, el siguiente paso era evidente y él jugaría con la bondad de su madre para conseguir acostarse con ella.

Qué tal?.....

Agradezco los comentarios que he recibido del relato precedente. Paso en este a comentar lo que ocurrió después a Antonio, su amigo Pepe y la madre del primero, Teresa, ya sabéis, en primera persona. Recuerdo que este relato tiene todos los trazos de ser verídico (chismorreos y gestos que lo evidenciaron), aunque he tenido que poner la imaginación para completar partes que desconozco.

-Pepe vino varias veces a casa, lógicamente, ya no sólo por el aliciente de jugarse unas partidas conmigo sino de que mi madre le dejara exhausto a base de pajas y felaciones. También mi madre me seguía satisfaciendo y además cada vez mucho mejor, no sólo porque ya conocía mis ritmos, sino porque cada vez lo hacía de una forma más sexy, por ejemplo, me acuerdo de la primera vez que me lo hizo totalmente desnuda, en el salón.

Estaba viendo el Canal Disney, echaron una parte de Blancanieves y me imaginé a esa princesa con los enanitos alrededor dándola placer. En seguida me entraron ganas de que mi madre me soliviantase, con lo que la llamé:

Mamá, ¿puedes venir?

Dime Antonio....qué quie..- no le dio tiempo a terminar la pregunta cuando vió mi bulto en la entrepierna del pantalón corto del pijama. - ¡otra vez hijo! ¡Muchas fuerzas tienes tú, vas a acabar con tu madre!

Entonces, también supongo por el calor que hacía en casa en verano se quitó el pijama por completo, tanto la camiseta como los shorts. Estaba totalmente desnuda.......sus tetas están algo caídas, pero yo tampoco es que hubiera visto millones por aquel momento y menos a ésa distancia tan próxima, aunque los suyos sí, me maravillaba cada vez que los veía. Y qué decir del pubis.....mi madre ha tenido siempre poco bello en todo su cuerpo, ha tenido suerte y no se ha depilado mucho con lo que lo tenía medio vacío de bello muy liviano y se le notaba bien la raja....

Ella se sentó en el sofá con las piernas algo abiertas, yo me puse enfrente y comenzó directamente a mamar y a pajearme al ritmo que sabía que yo iba a responder bien y rápido. Ohhhhhhh, qué bueno, qué bien lo hace.......En ése momento dejé de mirar a mi madre y comencé a imaginarme ésa escena que originó la idea de la paja, pero en vez de Blancanieves me imaginé a mi madre follada, satisfecha y dando satisfacción a los siete enanitos...No paraba de imaginar que mamaba las pollas de todos esos enanos y que la follaban sus agujeros con sus no tan diminutos miembros. Entre unas cosas y otras avisé a mi madre de que me corría, sacó mi polla de su boca y me pajeó delate de sus tetas para que cuando me corriera no ensuciara mucho, ohhhhhh, qué placer más grande.

La siguiente vez que lo hizo de una forma más provocativa fue cuando me lo hizo tumbada con zapatos de tacón, os podéis imaginar.......

Habíamos llegado de una comunión, mi padre se había ido el viernes por la mañana y no pudo venir con nosotros, y fuimos mi madre y yo solos. Cuando volvimos le dije a mi madre que había estado todo el día sin nada de sexo y que me gustaría un poco....

Bueno pero espera, me quito al menos el vestido – me dijo en plena acción de desvestirse – y lo siento mucho cariño pero te lo haré tumbada en el sofá, ¿te importa?

No mamá, no te preocupes muchas gracias – ¿Que si me importaba? ¡Si era mucho mejor!

Disfrutaba de unas vistas excelentes, muy sensuales con mi madre pajeándome. ¿A quién le importa éso?

Cuando ya cumplí los quince, 3 años de pajas de mi madre, la volvieron muy caliente. Cada vez que llegaba mi padre de un viaje largo mi madre se desfogaba con él de una forma increíble, pero unas veces mi padre tenía ganas y podía y otras no. A la pobre mi padre había algunas veces que no la podía satisfacer pues llegaba muy cansado y tenía que ir al día siguiente a un viaje corto.

Cada vez los trabajos que fue cogiendo mi padre fueron de viajes largos, o doblando turnos en un camión con otro conductor, porque pagaban bien y le llamaban más, con lo que mi madre comenzó a necesitar más alivio que antes y ésto también hizo que se descuidara con el pestillo del baño.

Un día, después de satisfacerme a mí, fue consigo misma, como solía hacer, pero esta vez no cerró la puerta. Yo al principio quería dejarla sola pero...lo que vi y oí y me hizo recapacitar.

Estaba en mi habitación, cargando un juego en la consola y empecé a oir suspiros suaves.....como la única TV que estaba puesta era la mía de la consola y aún no sonaba nada, esos suspiros tenían que ser de mi madre, así que me acerqué a mirar al WC. Mi madre estaba de pie en frente del inodoro tapado, apoyándose en él, con las piernas entre abiertas y frotándose el coño, que veía lubricado, de abajo arriba rápidamente. Tenía los ojos cerrados, la boca entre abierta y soltando esos quejiditos placenteros....ella intentaba no hacer ruido para que yo no la oyera, pero sí lo hice.

La polla "saltó" de nuevo, pero en vez de hacerme una paja me entraron ganas de aprovechar ese coño que parecía que esperaba que lo penetraran. Con algo de valor, porque mi madre nunca me había dejado verla masturbarse ni tocarla cuando ella me lo hacía, entré en el cuarto. Ella se sobresaltó un poco y dejó de tocarse....

¡Antonio hijo! – dijo dando un respingo – qué susto me has dado hijo, por favor sal y cierra la puerta.

¿Mamá...eso que estabas haciendo es lo mismo que me haces a mí?

Sí hijo sí, pero ¿te acuerdas que te dije que es muy íntimo? Pues eso te pido que me dejes sola un momento por favor – Me dijo totalmente sonrojada y tapándose un poco las zonas púbicas. Casi ni me miraba a la cara de la vergüenza que parecía estar pasando.

Bueno mamá, lo entiendo, pero si tú me lo haces a mí, ¿no quieres que yo te ayude a ti?

Por un rato se quedó pensando si aceptar o no....

No hijo, yo te lo hago a ti para que no te hagas daño, pero yo sé hacérmelo sola, venga Antoñito márchate ya...

Jo mamá.....que no me importa de verdad, venga ponte como estabas – y sin dejarla muchas opciones a responder casi, me puse detrás de ella y la agarré la vulva que la tenía muy pero que muy mojada e imité el movimiento que hacía ella.

Al principio hizo ademanes de resistirse un poco, pero no eran siquiera con intención pues no opuso ninguna resistencia física, simplemente me miraraba y me decía entre suspiros "hijo ohhhhhh no deberías........ohhhhh......ésto no es lo mismo que te ohhhhhhhhh hago yo a ti ohhhhhhhhh".

Seguí jugando con el coño de mi madre a su merced, ella guiaba mi mano con sus palabras "máass despacio, así ohhhhhh, abre los dedos y frota alrededor, ohhhh síiiiiiii, ohhhh", no estuve mucho tiempo la verdad, porque poco después de cambiar el ritmo dos veces y frotar más arriba o más abajo me empezó a decir "sigue más deprisa....ohhhhhhh, más deprisa siiiiiii, ohhhhhhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiigueeeeeee", y se corrió entre gemidos, ya poco contenidos, arqueando la espalda hacia arriba y hacia abajo. Tenía la mano empapada...

Mientras mi madre se recuperaba de ese orgasmo yo me bajé los pantalones muy deprisa mostrando mi erección con gotitas de presemen en mi capullo, con mi mano mojada me froté un poco la polla y sin mediar palabra le metí la polla en el coño a mi madre...

Antonio, éso nooooo, estás llegando demasiado lejos! – me dijo sin todavía poder casi moverse de la falta de fuerzas que le produjo el orgasmo.

Mamá – dije yo ya bombeando torpemente – ¿porqué no? ¿No es mejor que disfrutemos los dos en vez de que te canses tú sola entre hacérmelo a mí y hacértelo a ti?

Ahhhh ohhhh Antonio espera, hijo espera un poco ohhhhhhh, vamos a la habitación y ahí te ahhhhhhh te digo cómo se hace.

Yo, saqué mi mástil de ella con algo de desconfianza, no sabía si hablaba en serio o quería que la dejara. Pero ella respiró hondo, se irguió, me agarró de la mano y me llevó efectivamente a su habitación. Me dijo que me tumbara boca arriba, no tardé claro, de un cajón de su coqueta sacó un preservativo y me lo puso diciéndome "hijo, que ya eres un hombre, si tienes sexo con alguien debes ponértelo como yo te lo voy a poner", y procedió a desenrollar el condón despacio con la mano sujetando el pequeño depósito con sus dedos. Cuando me lo hubo puesto se puso de rodillas a la altura de mi cintura, formando una especie de puente y se fue introduciendo mi picha en ella, ohhhhhhhh qué placer....

Hijo, acaríciame el cuerpo- atinó a decirme mientras me cabalgaba.

Sí mamá.....ohhhhhhh, así?, ohhhhh

Sí hijo.......tócame el pecho, ohhhhhh así sí, ohhhhhhhhhh

Estaba disfrutando mucho, follarme a mi madre o mejor dicho, que ella me follara era delicioso, pero el condón le estaba quitando un poco de sensibilidad a mi glande con lo que noté que mi orgasmo tardaba en llegar un poco más de lo normal.

Hijo, ¿quieres intentarlo tú? – me dijo sudando algo ya.

Sí mamá.

Y cambiamos de postura, ella se puso "a cuatro patas", con sus piernas abiertas lo suficiente como para que mi pene estuviera a la altura perfecta de su entrada y puso el culo inclinado hacia arriba.

Ahora, agárrame de la cintura y muévete hacia adelante y hacia atrás ayudándote también con las manos.- me dijo mirándome por encima del hombro izquierdo

Se la clavé despacio y empecé a moverme como ella me había dicho, no tardamos en gemir, sobre todo ella, que parecía que esa postura le gustaba mucho.

Ohhh síiii, hijo, síiiiiiii. Sigue asíiiiiii, ohhhhhhhhh, ohhhhhhhhhh siiiiii

Le cogí el tino al movimiento y empecé a moverme más rápido.

ohhhhh, síiii más rápido hijo, muy bien, ohhhhhhhhh

Con una de sus manos comenzó a frotarse el clítoris mientras yo la penetraba. Yo ya no podía más......¡menudo espectáculo visual y físico estaba teniendo!

Mamá me voy a correr, ohhhhhhhh

Vale hijo ohhhhhhhhhhhh pero no pares, no pares, ohhhhhh

Me voy mamá, me voy yaaaaaaa, ohhhhhhhhhhhhhhhh

Mientras yo me estaba corriendo, mi madre aceleró su mano para poder correrse también con mi pene aún dentro de ella y lo consiguió jadeando y jadeando. Noté como el interior de su coño se contraía y expandía con su orgasmo estrangulándome y soltándome el pene.....Ohhhhh qué forma de terminar nuestro primer polvo.

Cuando ambos recuperamos un poco la respiración mi madre me dijo que no estaba demasiado bien lo que habíamos hecho, que pasaba por ser la primera vez, pero que no hiciéramos esto más, que ella sólo me pajearía y ya está, sin embargo yo siempre aprovechaba cuando ella se iba a masturbar para entrar cuando no se acordaba de cerrar la puerta y terminábamos follando.

Un día, mi madre, limpiando mi habitación hojeo una de las revistas que yo tenía escondidas donde había un especial anal....cuando entré en mi cuarto, ya la ví masturbándose mirando la revista. Me iba a acercar a ella, pero me dijo...

Antonio, trae la botella de aceite de oliva de la cocina y un preservativo de mi coqueta por favor.

¿Para qué querrá eso mi madre? Pensé yo en ese momento, ¿qué querrá hacer con el aceite y el condón, ¿lanzar globos a la calle y mojar a alguien? Era ridículo, no tenía ningún sentido con la situación ni con el acto en sí de hacerlo. Luego me quedó claro que es una muuuuuuy buena combinación.

Antonio, ponte el condón- me dijo cuando llegué a la habitación con los "utensilios". No tardé mucho en ponérmelo y luego, dándose la vuelta y ofreciéndome su culo me dijo – ponme un poco de aceite en mi ano hijo.

Ya me quedó claro, mi madre quería que se la metiera por ahí. A mí siempre me había gustado ver como a las tías les follan el culo, pero no creía que mi madre lo querría hacer, es más pensaba que eso no da placer realmente, que era sólo cuestión de morbo.

Vale, ahora vas a meter tu pene muuuuuuuuuuy despacito hijo y si te digo que pares hazlo por favor.

Vale mamá – me estaba asustando un poco con éso que me decía mi madre, a las tías de las revistas no parecía que las doliese en absoluto. Fuy metiendo mi picha en ese agujerito, que se fue perdiendo poco a poco dentro, muuuuuy poco a poco – vale así mamá?

Ahhhh sí así vale – parecía que no la estaba molestando demasiado.- Ahora muévete despacio hijo.

Comencé a meterla y sacarla muy despacito, pero, joder qué gusto nos estaba dando a los dos, ohhhhhhhhh, qué estrecho lo tenía y qué placer nos propinaba, ohhhhhhhh. Después de unos segundos el ritmo se aceleró y la follaba al ritmo de siempre.

Ohhhhhhhh, sí hijo, ohhhhh, qué bueno es éstoooooo, ohhhhhhhh

Sí mamá, me gusta, ohhhhhhhhhhhhhh

Los dos gemíamos y disfrutábamos de esta nueva experiencia para ambos. Entonces mi madre en vez de acariciarse el clítoris como siempre hacía, se metió dos dedos en su coño que la hicieron jadear aún más fuerte.

No pares hijo ohhhhhhhhh, no pares, ohhhhhhhhhhhh

Mamá me voy a correr ya, ohhhhhhhhh

Entre espasmos me corrí en el culo de mi madre mientras ella seguía masturbándose su coño hasta correrse poco después. El ano también tenía espasmos abriéndose y cerrándose, cosa que me sorprendió, pero me excitó muchísimo.

Después de ésa vez, mi madre y yo tardamos en hacerlo un poquito otra vez por el culo. A mí me daba igual por dónde se la metiera con lo que cuando ella quería por el culo pues bien, cuando no, pues también bien.

Otro día, en la piscina, estaba con mi amigo Pepe y le estaba comentando todo lo que había hecho con mi madre, tuvo que quedarse boca abajo durante un buen rato y que habláramos de fútbol para que se le pasara la erección que estaba teniendo. En ese momento me vino a la cabeza otra vez la escena de Blancanieves y los siete enanitos y se me ocurrió que un día que Pepe viniera a casa intentáramos que mi madre se sintiera......"Blancanieves".

Creo que me he extendido demasiado, así que mejor dejamos el cuento de Blancanieves para otra ocasión.

Saludos y gracias por leerme,

Corey666