Mama y la tía Elena

Una historia como tantas

Mama y la tia Elena.

Como comenzar a relatar esta rara experiencia?

Me resulta complicada pues ni yo mismo la he llegado  a interpretar en su justa dimensión.

Ocurrió hace tiempo y recien ahora me dispongo  a rememorarla, pues ya nadie de sus protagonistas mas que yo están para leerla.

Eran tiempos mas romanticos, menos evolucionados, no tan cambiantes, el entorno mas tranquilo y las costumbres mas sencillas.

Solo el ruido del tranvía al pasar podía despertarte en esas tranquilas noches donde en la ciudad todos o casi todos dormían.

Al menos asi sucedia en los barrios periféricos.

Eran todos inquilinatos, las villas miseria no existían, todos éramos laburantes, la policía era la autoridad, no había motochoros y los pocos ladrones eran tan conocidos que para ellos era frustrante serlo.

A las putas y sus cafisios los conocíamos, lo mismo que  a los quinieleros, mercachifles y tuhanes.

Cada uno con su oficio, que se cuidaban de ejercer lejos del barrio porque aquí les resultaba muy peligroso.

Había un profundo sentido de familia, hasta se podría decir que hasta resultaba mafiosa nuestra conducta en ese aspecto.

Cada hogar tenia un jefe, el mayor de los hombres asumia ese rol, su palabra eran ordenes ineludibles y quien las violaras debía cumplir severas reprimendas o abandonar sin mas tramite  a la “familia”.

Cuando ese caudillo no existía, la mujer mas vieja asumia su papel dictatorial.

Asi se componían los clanes urbanos de la época.

Raramente aparecia en una familia una oveja descarriada, y si la había, se la encausaba o echaba para que como paria vagase por la vida.

El hogar donde ocurria esta historia tenia por “pater familiae” a mi madre.

En la pieza donde habitábamos dormíamos, mama, la tia y yo.

Mama en esa época tenia 30 años, la tia 20 y yo 16.

Nunca supe quien fue mi padre y mi apellido es el mismo que el de mi madre.

Mi madre y mi tia dormían en una cama doble y yo en una simple, allí al pie de la cama grande había una mesa y sobre ella un calentador a kerosene, lo llamaban “el primus”, decían porque el mechero era silencioso???, rara denominación pues era la marca del artefacto.

En esa mesa comíamos y hasta era mi escritorio para hacer los deberes escolares.

La cocina era un cuartito muy chiquito edificado en el patio, las compartía mama con otras dos vecinas.

El baño era único para toda la vivienda y hacíamos cola para usarlo.

Las urgencias se remediaban en una bacinilla colocada al pie de la cama grande.

Sentir como meaban dentro de ella me alteraba pues pensaba y terminaba haciéndome una bella paja.

No tenia oportunidad de ver ni a mi tia, y menos  a mi madre desnudas o semidesnudas, además los pensamientos eróticos para con ellas eran un tabu imposible de superar, solo el ruido de su meadas y algún raro suspiro proveniente de su cama, eran motivo de mi morbosa excitación pajera.

La tia estudiaba y trabajaba en casa, le traian ropa a medio hacer para agregarle las mangas y los cuellos; mama trabajaba afuera se iba a las 8 y regresaba a las 5 de la tarde, a todos le decía que era empleada en una oficina de seguros.

La tia estudiaba pintura en bellas artes, pero nunca vi un cuadro pintado por ella.

En verano tanto la tia como yo nos íbamos a bañar al balneario de la ciudad sobre el rio, allí ambos en traje de baño podía jugar con ella a la vez de contemplar su bella figura cubierta por una malla enteriza de lana, como eran en ese tiempo, de color marron oscuro.

La tapaba toda y tenían pollerita de manera que no se le notaba el pupo, todo era imaginación.

Mama nunca fue, al menos con nosotros al balneario.

En época de vacaciones escolares solia acompañar  a la tia a sus aburridas visitas a un lugar donde artistas nada famosos presentaban sus obras, la entrada era gratuita y entonces podía disfrutar de alguna golosina o refrigerio durante el paseo.

Esta vez la muestra fue para mi muy excitante pues había muchos desnudos de hermosas mujeres casi todos ellos.

Había tres cuadros de un mismo autor donde una mujer bellísima en distintas poses mostraba sus encantos a tal punto que no ocultaba nada, al contrario parecía mostrarlos a propósito para enloquecer al observador.

Tenia morbo, eran porno, lastima que la chica usaba antifaz.

Elena, mi tia se detuvo mucho tiempo observando estas pinturas, mucho mas de lo normal, las analizaba y trataba de descubrir a la modelo pues según ella esos detalles los conocía muy bien.

Yo pensaba aclaro si es mujer como no va a conocer una concha, unas tetas o un buen culo.

Yo no sabia como acomodar mi pija pues estaba al palo y temía se notase.

Ella me miraba y sonreía mientras sus mejillas presentaban un arrebol encantador.

Ya caia la tarde y se hacia de noche, salimos y cansados nos sentamos en un banco en el parque que rodeaba la muestra. Estaba bastante oscuro pues el farol aledaño estaba apagado.

De golpe me abraza y me besa en la boca siento su lengua querer entrar en la mia y asi estuvimos un ben rato jugando con nuestras lenguas mientras su mano me apretaba sobre el pantalón a la pija.

Urga me desabrocha la saca, se agacha y me la chupa.

En contados segundos le lleno la boca de leche, y ella seguía mamando, luego me guía la mano a su entrepierna donde separa su bombacha y hago contacto con su concha totalmente mojada, caliente, suave, le meto mis dedos y la pajeo sin mucha técnica pues era la primera vez que tocaba una, hasta que me abraza y temblando me vuelve a besar, se había corrido con mis dedos.

No nos hablamos por un largo rato, yo temia, que estuviese enojada y que le contase a mama lo ocurrido, eso seria motivo de una paliza memorable.

Nada de eso ocurrió, solo me recomendó silencio, que lo ocurrido debía ser un secreto entre ambos, que si me había gustado otro dia lo repetiríamos.

Asi llegamos a cenar con mama en casa.

Esa noche sus gemidos fueron muchos y mi paja gloriosa.

Al  dia siguiente mientras yo estudiaba en el patio escuchaba como la tia le contaba a mama que habíamos ido a la muestra de arte y ella le recriminaba que no era lugar para mi pues hay cosas que seguramente me hacen mal.

Le conto de unos retratos de una mujer de mediana edad muy bella casi como ella, que la dejaron realmente caliente.

No pude saber quien era esa tan hermosa modelo pues posa con antifaces.

Mama callaba y de golpe le pregunta quien era el autor, ella le da el nombre y mama se va  a la cocina a pelar las papas para la cena, lo raro era que faltaban mas de cuatro horas para la cena.

La tia se me arrima y me pregunta: no se te habrá escapado nada de lo de ayer?

No tia, es nuestro secreto y cuando volvemos a hacerlo?

Si te portas como un caballero, muy pronto, muy pronto, debo encontrar un lugar para ello.

Y aquí en la pieza?

Es muy peligroso, no vaya a ser que un dia regrese temprano y nos pesque.

A mi me faja, pero a ti que te puede hacer?

Echarme!!

Por fin la tia consiguió un departamento de una amiga y allí fuimos,

Fue una tarde gloriosa, allí debuté, la tia me hizo de todo y yo a ella, sali enamorado, echo un idiota.

Lo repetimos muchas veces, eran unos jueves con las mas maravillosas tardes de mi vida.

No sé como ella una hembra preciosa se conformaba con lo mio, que a esa edad no era muy grande no mas de 15 cm y no muy gorda, con bastante prepucio que ella se encargó de retraérmelo bien, dolía pero me gustaba, gracias a ella me quedo muy normal.

Ella no era una mujer alta no mas de 1,55 lindas tetas medianas, piel canela por, lo que su pechos tenían areolas bien marrones y pezones bien parados, los que disimulaba con algodón dentro del corpiño, eran otras épocas hoy las chicas los lucen sin ningún reparo.

Un culito parado y redondo con un ojete bien fruncido a  pesar de que lo usaba bastante según me contaba.

Su concha una belleza, y su lengüeta salía como un garbanzo rojo brillante al que chuparlo me daba tanto placer como a ella.

Nunca nos hemos cuidado ni conocía que ella lo hiciese pero por suerte nunca estuvo embarazada, decía que no era un defecto, que era una gracia, asi no tenia ningún problema como tienen la mayoría.

Falleció soltera pero tuvo infinidad de parejas de todo tipo, seguramente gozó del sexo hasta sus ultimos días.

Deje de verla a los tres años de haberla cogido por primera vez.

Bueno allí viene lo bueno de esta historia.

En esos tres años mi vida fue tomando otro cariz, no solo me gradué de técnico electrónico, algo muy moderno para la época; con él  pude conseguir un buen trabajo que gracias  a eso, nos mudamos de ese conventillo y si bien alejado del trabajo, pudimos hacer nuestra casita.

Durante ese tiempo con la tia, esta tenía la idea fija de que la modelo que presentó Gutierrez en esa oportunidad en cuatro poses una a mas sugestiva que la otra era Julia, lo único que no coincidía para nada era la bella cabellera que lucia en sus cuadros frente a la melena corta que usaba normalmente, el color de pelo y sus destellos eran los mismos que los de mama.

Fuimos a verla en nuevas muestras ahora ya conmigo como ayudante detectivesco en arte, sin resultados contundentes.

Al final la encara a mama y le cuenta lo de la modelo de esas obras.

Ella la ignora y le dice que no le gusta el arte pictórico y menos esas cochinadas.

Pero sigue notando nerviosismo en las contestaciones de mama.

Al final decide vigilar en la medida de sus posibilidades el estudio de Gutierrez.

Nada pudo descubrir, solo saber sobre la vida del pintor ya entrado en años, casado con tres hijos, que a su vez lo habian hecho abuelo.

Al saber de ello y conocer  a mama, descartó sus sospechas y por tiempo olvidó el asunto.

Pero una nueva muestra con seis poses de la enmascarada ahora de carácter eróticas por no decir porno.

Donde al hombre nunca se lo veía mas que a su miembro o su sombra.

La modelo había sido la misma de siempre pero en una presentación estaba “marcada”.

Si marcada, con un  simple marcador edding 360 indeleble en un muslo en su parte interna un tilde de no mas de un centímetro que el pintor pintó exacto.

Ahora la tia no tenia dudas. Me lo dijo, lo que me causó una sensación de asco que conservé por unos meses cada vez que tenia  a mi madre presente.

Pero volví a ver sus cuadros una y mil veces, la deseaba, era el sueño de mi vida, un choque de sentimientos se apoderaron de mi mente, era una locura pero no podía refrenarla.

Comienzo a revisar su portafolio, solo papeles de una aseguradora, cuando posaba como modelo?.

Voy  a la aseguradora y una amiga de mama era la recepcionista, pregunto por ella y la chica se puso pálida, me dijo hoy no vino a trabajar.

Una mañana la esperé en la puerta de su supuesto trabajo, no llegó nunca.

Otra mañana cerca de la puerta del estudio del pintor, bingo!!!, allí llega tenia llave abre y entra.

Le cuento a la tia, con la que ya no teníamos muy buena relación pues ambos estábamos celando por la misma persona, sin que ella lo supiese.

Nuestra nueva casa iba ya tomando forma ya que todos los fines de semana trabajábamos en su construcción, lógicamente muchas de las tareas mas complejas las íbamos contratando, al final nos mudamos ahora ya teníamos dos habitaciones como dormitorios, una linda y amplia cocina comedor y un baño solo para los tres.

Esa nueva convivencia a pesar de los abrumadores celos hacía que en ese verano estuviésemos con menos ropa de lo habitual.

Al final la tia abre el fuego paseándose desnuda cosa que enfureció a mama y allí comenzó su destierro.

Yo con solo pantaloncitos y mama enterada de la relación con la tia que muchas noches no dormía con ella para hacerlo conmigo.

Yo tratando de abordar a mama y ella resistiéndose, mientras trinaba de celos por su hermana menor.

Si hasta cogíamos con la puerta abierta para que nos viese, ella lo hacia para darle rabia y yo para darle ganas.

Al final  Elena un dia juntó sus cosas y un amigo de ella vino con una combi cargaron todo y se fue con él.

Quedamos solo mama y yo, ella sin su hermana y yo sin mi tia, ambos sin nuestra hembra.

Mi acoso se hizo intenso y nuestra relación llego al limite que debía o ceder o irme de casa, asi me lo grito en un cena.

Claro ella tenia su macho, quien la retrataba y la tenia contratada como modelo, esa era su única entrada.

Si renunciaba se quedaba en la calle y dependería solo de mi, cosa que la fastidiaba porque conllevaba tener que acceder  a mis exigencias amorosas.

Y evidentemente me quería solo como hijo, no como amante.

Ese estado de cosas llevo un tiempo en que lo único que progresó fue la casita, ya casi estaba terminada cuando colocando la antena para nuestro recientemente adquirido televisor, me caigo del tejado rompiéndome una pierna y luxándome el tobillo de la otra.

Totalmente impedido guardo cama, por suerte el seguro del trabajo respondía en fecha con asistencia medica y sueldos, pero ella para atenderme dejó su trabajo cosa que nunca supe si le dolió o no hacerlo pues junto  a ello dejaba a su viejo amante.

Pienso; si fue así o no, porque lo que ocurrió luego fue reamente ventajoso para ambos.

La atención que me prestaba incluía obligadamente acceder a mi sexo para cuando mis necesidades bilógicas lo requerían, lo que hacia que en repetidas ocasiones tuviese que manipular mi pija, con los resultados propios de mi juventud.

La falta de sexo y quizás el tamaño junto  a la reacción espontanea de lo mio, la debieron incitar a desear lo que antes era una asquerosa aberración.

La cuestión que cada dia que pasaba la sopesaba mas tiempo entre sus manos hasta que logré una espontanea eyaculación allí la oprimió y sacudió hasta vaciármela por completo, luego limpio mi leche sin dejar de probar un poco y comentar que estaba rica.

Lo que siguió fue lo clásico en estas ocasiones, cada dia mas desnudeces y caricias, entre ambos, por fin descubría en vivo lo que había contemplado en lienzos, el precioso y exuberante cuerpo de mama.

La luxación se curó y comencé a levantarme con un pierna enyesada caminaba y hasta me atrevía a asediarla, ahora con su beneplácito y total correspondencia, hasta que compartimos la cama y se decidió a sentarse sobre  mi miembro introduciéndoselo totalmente, allí pude disfrutar de su primeros orgasmos incestuosos lo que gozamos hasta que una fea enfermedad me dejó sin su preciosa compañía.

Fuimos muy felices, fue la mujer de mi vida, nos complacíamos en decirnos que entre nosotros habíamos hecho todo lo que era posible hacer.

Fueron 34 años inolvidables pues mi primer polvo con ella la vivi a los pocos días de cumplir 20  años.