Mamá y la banana

Una mamá caliente y una banana...

Marbel.

Marbel. Es una cantante bastante bella, su piel es suave como la seda y de color blanco. Pero no de ese color pálido sino bronceado... Ese color característico de  mujeres latinas y caribeñas. Sus ojos expresivos y negros, sus pómulos pinos y enmarcados. Sus labios gruesos y pequeños. Su  cabello ondulado, la hacen ver bella para cualquiera. Pero su cuerpo tan voluptuoso es lo que hace que los hombres suspiren por ella.

Y eso ella lo sabe. Por eso cuando sale al escenario. Sale con vestidos muy ceñidos a su cuerpo, de color rojo, negros, platinados. Siempre por encima de la rodilla casi siempre justo debajo de dónde comienza sus enormes dos masas de carne, sus piernas largas y torneadas terminando casi siempre con tacones de aguja de diferentes colores… y casi siempre con un gran escote mostrando a su público sus dos grandes tetas. Sus seguidores han jurado que en ocasiones le han logrado ver algún pezón o la vagina en alguno de sus bailes

Aunque esto nunca se ha confirmado, sí ha hecho que la fama de la cantante haya subido cada vez más y más, aunque hay que resaltar que su talento también le ha colaborado bastante.

Marbel, acaba de salir del escenario moviendo sus poderosas caderas muy sensual, mientras se despide cariñosamente de sus seguidores. Ella está consciente de que las miradas tanto de hombres como mujeres se dirigen directamente a su culo grande y parado. Y aunque nunca lo aceptaría  en público sabe muy bien que eso la pone muy cachonda.

Mientras les da la espalda a su público Marbel, quiere flexionar sus piernas y subirse su vestido para mostrar su poderoso culo a sus seguidores, pero sabe que ahora en ese momento no es pertinente. Está segura que cuando se despida de los escenarios va a despedirse por lo grande… tal ves dejándose culiar  en pleno escenario,. Bueno esa es la idea de Marbel, con su despedida por lo grande.

Cuando dentra a su camerino su concha esta tan mojada que no puede evitar yevarce la mano a sus pliegues y acariciarse un poco. Asiéndole sacar gemidos de placer. Cuando ya tenía dos dedos en su coño y estaba extremadamente caliente escucho que su celular sonaba.

Sin dejar de tocarse contesto.

-¿Si?.

-Hola. Mamá.

-Marbel. Tenía sus dos piernas abiertas, mientras se veía en un espejo de cuerpo completo , como se metía dos dedos en su coño. Cuando le contesto a su hijo. No le dio mucha importancia, incluso sintió un morbo extra que su hijo estuviera del otro lado de la línea.

Así que estiro la mano y agarro un banano que estaba en una mesa cercana y le respondió a su hijo.

-Sí, cariño ¿Qué pasa?.

-Mientras con aquel banano se acariciaba la concha chorreante.

-¿Ya bienes?.

-No cariño, mamá está jugando un poco. Así que se va a tardar.

-¿ estás en un parque de diversiones?. Y no me llevaste. – Escucho Marbel que su Hijo la acusaba. Con una voz triste.

-No. Cariño. Como crees. Estoy divirtiéndome con un banano.

-¿Qué?. Los bananos solo sirven para comer.

-Por eso cariño. Te acuerdas cuando te digo que es divertido comerte las frutas, y que por eso no debes dejarlas en el plato. –Sí.

-Pues eso… Mamá, esta disfrutando y divirtiéndose comiéndose el banano.

-Marbel, estaba extremadamente caliente con esa conversación que tenía con su hijo. No pensaba que la inocencia de su pequeño la iba a poner tan perra. Como para ya tener mitad del banano en su coño. Así que sabiendo que estaba mal lo que iba a hacer, decidió ponerle un poco más de picante a la conversación que tenía con su hijo.

-Y dime cariño. ¿Ya te tomaste la lechita para dormir?.

-Sí, aunque sabes que no me gusta.

-No saliste a mamá, ya que amir me encanta la lechita. –Mientras decía esto se metía todo el banano en su coño. Sacándole un gemido.

-¿Te pasa algo?.

Sí, cariño. Solo es un sonido que hacen las mujeres cuando les gusta mucho el banano. – Mientras decía esto comenzaba a sacarse el banano y metiéndoselo más rápido.

-¡sí, ohhh, cariño como me encanta el banano!. – Cuando estaba en esto ya fuera de control, sintiendo que su concha era un pequeño volcán. Escucho que su hijo le decía.

-¿nunca te he escuchado disfrutar tanto con un banano?.

-sí, pero es todo… a ti, no avía disfrutado tanto comiéndome un banano. Uffff. ¿Quieres escuchar a mamá como disfruta con el banano?.

Síii.

-Marbel: comenzó a gemir, más fuerte y más sensual. Para su hijo. – ¡Mmmm, que bueno es el banano como se me mete asta a dentro!. Me siento tan llena de banano, como quisiera tu banano. Cariño. Que perra soy. – Mientras decía esto comenzó a correrse, teniendo u un orgasmo como no lo había tenido nunca. Cuando vio como avía dejado el sofá y sus sentimientos de remordimiento le llegaron. Sintio asco de si misma, pero en el fondo quería repetirlo.

Levanto el celular que se le había caído por el orgasmo. Y escucho a su hijo del otro lado de la línea, algo preocupado.

-Tranquilo cariño ya voy para el hotel. No vayas a quedarte dormido ya que quiero que estés despierto para darte las buenas noches…