Mama tuvo una gran fiesta en la playa

Unas vacaciones familiares acaban en humillación para nosotros y placer para mama.

Las vacaciones transcurrian con normalidad, llevabamos 5 dias en Mallorca, mi padre, mi madre Gemma mi hermano Edu y yo, Edu es 2 años mas pequeño q yo que tengo 19 años.

Estabamos cenando tras pasar todo el dia en la playa, era un restaurante italiano cerca de la playa, el caso es que mi padre y mi hermano siempre estan vacilando a mi madre con la comida, que si no coma tanto, que si se esta poniendo muy gorda etc etc, son bromas que saben que la sientan mal pero que acepta con normalidad.

Mama no esta mal, a sus 45 años esta rellenita pero no gorda y sobre todo siempre ha sido una mujer guapa, solo lo hacemos pq sabemos que la molesta, nos encanta picarla sobre todo a Edu y a mi padre.

El caso es que aquella noche la cosa estaba caliente pq mi madre y mi padre habian discutido durante la tarde, el caso es que mi madre se cabreo y sin decir ni palabra se levanto y se fue, yo tambien he de reconocer que me paso con las bromas aunque aquella vez no tuve nada q ver.

La cosa es que tampoco le dimos mucha importancia y terminamos de cenar con normalidad, ya eran eso de las 0:10 y como mama no habia vuelto supusimos que se habia ido al hotel, asi que emprendimos el viaje de vuelta al hotel esperando encontrarla alli, ibamos caminando por la playa cuando encontramos un circulo de gente, unos 15 y en el centro habia una cola de gente, pensamos que estaria pasando algo y nos acercamos al circulo, no se veia nada asi que preguntamos que estaba pasando y aunque habia varios extranjeros sobre todo ingleses y alemanes habia algun español, uno de ellos nos oyo preguntar y nos respondio.

"Nada, hace una media hora ha llegado una tia a la playa y se ha puesto a gritar que todo aquel que considere que tiene un buen polvo y tuviera ganas de follarsela se pusiera a la cola y eso es lo que hemos hecho, la tia esta regular pero no veais como folla, ya ha despachado a 5".

Papa se rio y nos animo a participar pero desde luego ni mi hermano ni yo teniamos intencion de ponernos a follar con mi padre delante asi que el chico que nos habia contado lo ocurrido nos dijo que sino participabamos nos pusieramos en el circulo que jaleaba a la puta, alli estaban las chicas y los tios que no querian participar pero al menos miraban, eso hicimos y conseguimos ponernos en primera fila, cuando vimos a la mujer, casi nos da un vuelco el corazon, era ni mas ni menos que mi MADRE.

Mama enfadada no habia ido al hotel sino que al parecer se habia detenido en la playa y habia sido la organizadora de la bacanal, ni con las copas que mama habia tomado esa noche jamas imagine que fuera capaz de algo tan horrible y deplorable, mi propia madre era una puta vulgar.

Vimos a mama en el suelo con un hombre desnudo al lado, un gordo de esos vejestorios alemanes que pasan su jubilación en Mallorca, se estaba pajeando ante mama , el hombre alargó su mano libre y empezó a sobarle las tetas con avidez.

Entonces estalló. Disparó una primera ráfaga de abundante semen viscoso que se estrelló contra la cara de mama que, sorprendida, la recibió con una risita. De un fuerte tirón, el hombre la atrajo hacia él con violencia. Quedó arrodillada entre sus piernas y aceptó sumisamente que terminara de eyacular restregando sobre sus pechos la enorme polla, que no dejaba de vomitar una increíble cantidad de leche blanca y pastosa, que se iba desparramando lentamente por la redondez de sus tetas, cayendo sobre su vientre. Al levantarse tenía la cara y el torso lleno de semen. Se restregó la espesa crema por los pechos con ambas manos, masajeándose ansiosa los pezones con ella, y luego fue recogiendo despacio los restos de su cara con los dedos, que se chupaba con verdadera fruición como si saboreara un delicioso manjar mientras todos los presentes rugían y aullaban de excitación exceptuando claro esta a mi pobre padre a mi y a mi hermano que estaba como atontado ante lo atonito de la situacion.

Luego, se sento en la arena y abrió exageradamente las piernas, el circulo se estrecho para ver mejor, mama con una mano se separó los rosados labios vaginales y mostró a todos su coño abierto, como exponiéndolo en un escaparate.

Un potente rugido lleno la sala cuando, entre gemidos, empezó a acariciarse el sexo con la otra mano. Alguien le tendió una enorme botella de licor. Ella hizo ademán de beber pero, sin quitar el tapón, se limitó a chupar y lamer el largo y grueso cuello de la botella fingiendo que mamaba una polla gigantesca, tan enorme que casi no le cabía en la boca. Se produjo un profundo silencio de expectación.

Mama tomó el extremo ensalivado de la botella y, entre gemidos de placer, se lo restregó por los abiertos labios de su coño. Luego lo colocó frente a la entrada de su agujero, agarró la botella con ambas manos, cerró los ojos y empezó a presionar. Del primer impulso se insertó unos pocos centímetros, apretando los dientes para resistir la brutal penetración. El principio del inmenso cuello se fue introduciendo a pequeños empujones, desapareciendo lentamente entre sus piernas. Aquel tubo, en su zona inicial, tenía el grosor de un pene considerable. Luego, según avanzaba se ensanchaba hasta un diámetro que parecía hacer imposible su empeño por insertarlo en la íntima estrechez de su sexo. A cada nueva presión, mama se detenía un instante para sentir el creciente y frío tubo de cristal dilatando con ímpetu las paredes de su vagina. Acompañaba su esfuerzo apretando los dientes con fuertes jadeos y gemidos, mezcla del esfuerzo y del gozo, que se combinaban con los gritos de ánimo de los espectadores para que siguiera: ¡Métetela toda, puta!, ¡Vamos, sigue… hasta el fondo!, ¡Más fuerte, guarra!

Alguien gritó junto a papa: – ¡¡Empuja fuerte, zorra!! y otro hombre, que tenía la mano dentro del pantalón y se acariciaba ostensiblemente las pelotas, le dijo a papa, en tono de complicidad, sin saber que estaba hablando con el esposo de la mujer: " Se ve que esta putita no está bien follada y se derrite por tener algo duro en el coño".

Papa no dijo nada, supongo que bastante humillante era la situación para el como para encima montar el pollo y que todos los presentes descubrieran que mi pobre padre era el esposo de aquella mujer que se comportaba como una puta muy reputa.

No sé como pudo lograrlo pero, finalmente, el enorme y largo cuello desapareció entero, insertado dentro del coño de mama, que emitió un profundo suspiro de satisfacción seguido de un gritito de júbilo y todos los presentes prorrumpieron en grandes aplausos. Sonreía mirando victoriosa a todo el mundo con el rostro congestionado. Se acarició los pechos y se pellizcó los pezones mordiéndose los labios con lujuria mientras el resto de la botella permanecía inmóvil asomando entre sus piernas. Aquello fue el detonante final para animar a los que hacian cola. Un hombre joven de aspecto ingles que habia en la cola junto con 2 negros y 3 chavales de unos 15 años se acercó hasta mama. La puso a cuatro patas y le embadurnó profusamente el agujero del trasero con la sustancia de un tubo que yo creo era bronceador.

Entonces mama hablo por primera vez

"Venga, rapidito, el primero de la cola que venga a darme por el culo"

No podria creer que mi madre estuviera hablando de esa manera pero no tuve tiempo de plantearme el comportamiento de mi madre, el primero de la fila se acerco a mama con su enorme polla erecta en una mano. Durante todo ese rato, mama permaneció inmóvil, arrodillada a cuatro patas sobre la arena, con el culo en pompa. Asistía divertida y expectante, sonriendo viciosamente, a la pugna que se desarrollaba por perforar su trasero sin oponer la más mínima resistencia. Es evidente que a cualquier mujer le gusta sentirse admirada e incluso deseada, pero mama parecía muy orgullosa, disfrutando intensamente del torbellino de pasión que había logrado despertar en aquella multitud de hombres y mucho me temo que la culpa habia sido nuestra por hacerla creer tantas veces que ya no era atractiva.

Abrieron paso al primero que se acercó blandiendo su abultada polla erecta. Cuando empezó a presionar con energía entre sus nalgas, con aquella inmensa verga pugnando por abrirse paso a la fuerza hasta el interior de su ano sin ninguna delicadeza, miré la cara de mi madre, hasta entonces divertida, y pude ver como apretaba los dientes y los puños con fuerza, cerrando los ojos para resistir la brutal penetración y entreabriendo los labios para emitir un prolongado gruñido de dolor, entrecortado por agudos gemidos de placer.

Al sentir los primeros embates de aquella formidable polla dentro de su ano, mama empezó a vibrar, presa de una irrefrenable excitación. Pude distinguir claramente en su rostro una expresión de pura dicha, de auténtica felicidad mientras el tipo se la follaba por el culo con entusiasmo. En cuanto éste descargó su caudal de semen en el ceñido agujero, los otros, se aprestaron para ir embutiendo sucesivamente sus erectas vergas entre las nalgas de mama para, según se iban vaciando, sustituir rápidamente en la misma postura, una polla por otra. Los cuatro primeros la dieron por culo con un ansia violenta, casi con desesperación. Pude ver la punta de cada miembro ensanchando el tenso anillo de músculos anales antes de penetrarla. A veces, deslizaban el brazo por debajo y le manoseaban las tetas al mismo tiempo que bombeaban adentro y afuera de su culo.

Mama, con la boca muy abierta, jadeaba con fuerza y cada vez que sentía la polla de turno penetrarla hasta el fondo con suficiente brío para notar la presión del vello púbico sobre sus nalgas, emitía un agudo gemido de gusto. La follaban con tanta furia que se podía escuchar el impacto de sus vientres contra su piel, o el ruido sordo de sus huevos contra el trasero de mi madre. Le estaban dando por el culo de una manera tremenda, desenfrenada, salvaje, animal, como ella deseaba.

Vi, absolutamente asqueado, como el quinto, un negro, que tenía un miembro inmenso, tomaba el relevo. El rostro de mama revelaba una expresión vidriosa, un gesto de auténtico gozo, de infinita dicha; una mirada de pura felicidad. Estaba en éxtasis, disfrutando locamente de cada momento de placer, de cada violenta embestida de aquella increíblemente erecta y enorme polla del joven estibador. La penetraba como un poseso, hincando con saña toda la longitud de su descomunal herramienta en su culo una y otra vez. Fue éste quien por fin logró que mama estallara en un orgasmo prolongado, agitando todo el cuerpo por el éxtasis y temblando de gusto.

Durante todo el tiempo que la estuvieron dando por culo, no opuso la más mínima resistencia, no manifestaba ningún rechazo mientras la sodomizaban una y otra vez. A veces, cuando la potencia o habilidad de las embestidas del hombre de turno aumentaban su inmensa excitación, se balanceaba acompasadamente adelante y atrás para acompañar las acometidas y sentirse perforada hasta el fondo de su ano, lanzando fuertes jadeos y gemidos de placer.

La cola era larga y el septimo la agarro con rudeza, la obligaba a volverse boca arriba y empezó a follarla por delante. Mientras tenía esa polla alojada entre sus piernas, agitándose con furia en su coño, se agarraba con fuerza a las caderas del hombre, ondulando su cuerpo a cada acometida, y lanzando unos entrecortados grititos de satisfacción. Éste, nada más correrse, extrajo su verga pringosa aún goteando y la limpió restregándola sobre los pechos de mama que, complaciente, se limitaba a sonreírle al mismo tiempo que otro se aprestaba con urgencia a tomar su lugar.

Antes de ser penetrada de nuevo, levantó las piernas por encima de los hombros del tipo, quien la asió por las caderas para perforarla con un ansia desmesurada y una potencia y velocidad increíbles que, aún así, se iban incrementando según avanzaba la follada. Si antes lanzaba grititos entrecortados, ahora prorrumpió en un interminable y voluptuoso alarido de gozo que sólo cesó cuando el individuo se corrió con verdaderas ganas descargando sus fluidos en su más profunda intimidad.

"Asi, muy bien, follarme como el cornudo de mi marido no sabe follarme, hacer que le crezcan unos cuernos de impresión, quieron que me folleis hasta reventarme"

Otro tipo se acoplo entre sus piernas y clavaba con furia su verga en el coño de mama, que permanecía quieta, gozando ensimismada de las potentes sacudidas que se producían entre sus piernas. Alguien le mostró orgulloso el calibre de su instrumento y ella le sonrió. Abrió unos ojos como platos y se relamió lentamente con gesto goloso y lascivo, invitándole a acercarse. Luego entreabrió la boca para recibir la enorme verga entre sus labios y empezar a lamerla y chuparla con avidez. Seguía recibiendo con gusto las furiosas penetraciones en su coño, pero se aplicó con deleite a lamer aquel pene y engullirlo con gula hasta la garganta para conseguir que disparara unos potentes chorros de leche pastosa sobre su boca abierta, donde los recibía ávidamente con la lengua, esparciéndolos por su paladar.

El tipo que se acababa de correr entre sus labios alabó a gritos su habilidad y, enseguida, algunos mostraron el deseo de probar tan fascinante experiencia, organizando rápidamente otro turno para disfrutar de las mamadas de mama.

De vez en cuando, alguno de los que miraban arremolinados, esperando su turno y jaleando al que embestía con tenacidad el coño de mama, no podía resistir más y alcanzaba el clímax de la turbación disparando chorros de semen que impactaban en la cara, los pechos, o el vientre de mi madre, que los recibía riéndose alborozada.

Durante más de tres cuartos de hora, una polla tras otra fueron desfilando por su coño y su boca. Todos querían su parte del botín, incluso los más educados o menos bebidos, que se habían contenido hasta entonces. Su boca estaba siempre llena y su lengua no cesaba de moverse sobre alguna verga. Sus piernas se abrían al máximo, se levantaban por encima de los hombros o descansaban sobre su pecho, mientras aquellos miembros entraban y salían de su coño y de su boca, provocándole oleadas de placer y encadenando potentes orgasmos, que le hacían proferir alaridos de gozo.

En todo ese momento mama no deparo en nuestra presencia o al menos yo no la vi sorprenderse por vernos ni hacer nada que me hiciera pensar que nos habia visto.

Entre los que la estuvieron follando con apasionamiento en esa postura y otros tantos que descargaron su caudal de semen entre sus labios, lograron que, después de varios relevos, mama enlazara una serie de fortísimos orgasmos encadenados, que la mantuvieron durante muchísimo rato vibrando de placer, en un éxtasis increíble, porfiado y agudo, interminable. Pero ella nunca tenía bastante. Estaba completamente desatada y fuera de control. Cada orgasmo que experimentaba, en lugar de calmarla, parecía llevarla a un grado aún mayor de deseo y excitación sexual.

Ya debían dolerle los huesos de aguantar tantas acometidas sobre la arena de la playa , porque se levantó y se dirigió hacia una tumbona meneando el culo provocativamente como una furcia.

Inclinó el cuerpo hasta apoyar las palmas de las manos sobre la tumbona y comenzó a ondular el cuerpo contoneándose con un lujurioso movimiento felino para desentumecer sus doloridos músculos.

Un tipo se colocó tras ella y, tras sujetarla con ambas manos por las caderas, le obligó a separar las piernas al máximo y empezó a hincarle desde atrás su enorme polla en el coño. Ella emitió un sonido de aprobación y arqueó progresivamente el tronco.

Con un firme impulso, le clavó toda la longitud de su polla en una penetración muy profunda que provocó en mama un grito de gusto al sentirse completamente empalada por aquel enorme pene que ahora empezaba a agitarse con furia desmedida en su interior. Enseguida fue aumentando la potencia y velocidad de sus penetraciones. Su verga entraba y salía del coño de mama con una rapidez inverosímil. La follaba con urgencia, con un ritmo sobrehumano, como si el mundo estuviera a punto de acabarse. Era tan deliciosa la sensación que le provocaba la potencia y la prodigiosa cadencia de la brutal follada que estaba recibiendo desde atrás, que se agitaba temblorosa con aullidos de entusiasmo y ondulaba rítmicamente las caderas a cada acometida, hasta que él disparó su carga de semen entre convulsiones, agarrado con fuerza a los pechos de mi madre.

Apenas había terminado de sacar su polla cuando la escuché proferir un potente gemido de gusto al sentir que una nueva verga rígida y voraz se internaba con ansia entre sus nalgas para hundirse hasta el fondo de su ano. Este no había soltado su botella de cerveza y, sin dejar de follarla el culo desde atrás, se la ofrecía para que bebiera. Ella se reía intentando acoplar sus labios a la cerveza que, con las potentes acometidas, se desparramaba por sus pechos y todo su cuerpo.

Todavía vi pasar algunos más que la follaron ansiosos, unas veces por el coño y otras por el culo. Cada vez que una verga desfallecida y exánime era reemplazada por otra tiesa y vigorosa, que la penetraba con ansia, lanzaba un potente grito de placer.

Entonces tomó el relevo uno con bastante más habilidad. Le insertó suavemente desde atrás la punta del miembro en el coño y se mantuvo estático, sin moverse un buen rato, hasta lograr que mama, angustiada por la incertidumbre y derritiéndose ansiosa de deseo, le suplicase a gritos que se la metiera.

"Vamos cabron, metemela hasta el fondo", el tipo no se movió ni un milímetro.

Intercalando largas pausas, fue haciendo avanzar muy lentamente su enorme polla rígida, taladrando el voraz coño de mama que se abría subyugado por la penetración, mientras ella se deleitaba mordiéndose los labios de deseo.

Cuando acabó de embutir toda la longitud de su aparato, deslizó una mano por debajo y, al tiempo que la follaba muy despacio, empezó a acariciarle el clítoris con destreza.

Al recibir esta nueva ración de semen en su interior, pude observar como un verdadero río formado por la mezcla de innumerables eyaculaciones rebosaba de su coño y serpenteaba por el interior de sus muslos. Ella se entretuvo en recoger el preciado líquido de sus piernas para restregárselo con avidez por los pechos y paladear los restos de sus dedos.

Entonces vi como un chaval de unos 15 años se disponia a tomar su turno para follárse a mi madre y, agarrándola de sus largos cabellos con fuerza, la hizo arrodillarse violentamente ante su entrepierna. "Chúpamela, zorra"

Observé como mama, sumisa y sonriente pese al dolor del tirón de pelo, se acercaba de rodillas con los labios entreabiertos. El chico le arrimó su gruesa polla erecta y mama totalmente entregada sin importarla q el chico fuera menos incluso que sus hijos, la sujetó delicadamente, abrió la boca y engulló el pene y comenzó a chuparlo como si fuera un delicioso manjar. Rodeaba el glande con la lengua y lo saboreaba con ganas para volver a engullirlo hasta la garganta, mientras le obsequiaba con aceleradas caricias de su lengua y sus labios. Tal y como se la estaba chupando me pareció que se esmeraba al máximo con la polla que tenía en la boca.

A veces extraía la verga de su boca y le golpeaba con ella en la cara, mama hacía esfuerzos por volver a atraparla con sus labios, y él no dejaba de insultarla de forma soez entre bramidos de placer. Aquello me repugnaba. El niñato con pintas de bakala más asqueroso de todos, estaba disfrutando la más sublime mamada de mi madre y, además, no dejaba de maltratarla ni de humillarla. En una maniobra, mama perdió el equilibrio. Se le escapó el recio y grueso pene que no acertó a introducir en su boca y, mirando al suelo, prorrumpió en su risita estúpida. El bakala le respondió atizándole un fuerte bofetón que la hizo caer al piso y dejó marcados sus enormes dedazos en la blanca y delicada piel de la mejilla de mama.

Tras el seco sonido de la bofetada se hizo el silencio y sólo se oyó el gemido de dolor de mama, apagado por el ronco vozarrón que le gritaba:

"No te distraigas, puta,vamos, levántate y trágatela toda, zorra"

Su cara reflejaba una mezcla de miedo intenso y radiante gozo, era evidente que aquella situación de abuso, sumisión y subyugación absoluta, le había provocado una extraña y nueva sensación que la excitaba desaforadamente. Sometida, agachó la cabeza y, totalmente entregada, dijo con un hilillo de voz implorante, casi llorando: "Sí, sí, perdón, perdón".

Avanzó humillada de rodillas, retomó la gruesa verga con la mano y se la llevó a la boca para aplicarse al máximo con los labios y la lengua sirviéndose de toda su técnica. Fue una mamada antológica. El grueso pene, ahora limpísimo y brillante de saliva, era recorrido por su lengua que vibraba por todos los rincones a una velocidad increíble, incidiendo en los puntos claves. Desaparecía hasta el fondo, engullido por la garganta y emergía de nuevo entre caricias de sus labios ardientes. El bakala continuaba humillándola con grandes voces que todos reían: – ¡¡Adentro puta, hasta la garganta!! ¡¡Te mueres por comerte una buena polla, guarra!!, que sólo fueron interrumpidas por un fuerte gruñido cuando empezó a descargar su caudal de leche en la boca de mama que se esforzaba en tragar el fluido a la vez que pugnaba por meter y sacar el miembro con rapidez, mientras el muy cerdo se recreaba en su orgasmo pellizcando con rabia los pezones de mi madre que experimentaba al mismo tiempo una extraña combinación de dolor, inmenso placer y profunda humillación.

Al subirse la bragueta, alejó a mama con un empujón displicente que la dejó sentada en el suelo, denigrada y humillada con la cabeza gacha, donde permaneció jadeando estremecida.

Otro bakala se acerco a mama, sonriendo y sacudiendo su polla rígida cerca de la boca de mama que, extrañamente, varió totalmente su actitud y lo rechazó, negándose a acceder a sus pretensiones. Insistía en acosarla, pero ella mantuvo una posición de resistencia que originó un forcejeo entre ambos. Pese a su mayor fortaleza física no conseguía dominarla porque se defendía con un brío inusitado.

Entre risas, varios amigos del bakala se abalanzaron sobre ella que mantenía su defensa con firmeza pataleando y sacudiendo su cuerpo intentando zafarse de ellos. Pero el final de la desigual lucha no podía ser de otro modo: mama quedó vencida, inmovilizada en el suelo por varios hombres que la sujetaban. Por un instante pensé en acudir en su ayuda, pero justo entonces advertí en su rostro el estado de enorme excitación que le había provocado el fragor de la pugna y como disfrutaba al sentirse de nuevo dominada y a la merced de sus agresores que, entre quejidos y pateos, la elevaron para mantenerla suspendida en el aire, asida férreamente por los sobacos y las caderas, entre cuatro fornidos estibadores.

La sujetaron por los muslos, forzándola a mantener las piernas muy abiertas. Ella se sacudía con asombrosa energía, pero estaba tan bien agarrada que le era imposible soltarse y sólo conseguía ondular su cuerpo y agitarse nerviosa en el aire. El que había gritado pidiendo ayuda se colocó entre sus muslos y, sujetándola con ambas manos por las caderas, le insertó con rabia la verga en el coño de un sólo impulso. Ella suspiró con fuerza al sentir la rabiosa y repentina penetración y luego empezó a jadear ansiosa cuando empezaron a balancear su cuerpo adelante y atrás con ritmo, como si fuera un ariete, con lo que la polla que tenía embutida en su sexo entraba y salía con un compás cadencioso que ellos jaleaban alegremente. Mientras la follaban balanceándola en el aire, ella intensificó las sacudidas y ondulaciones de su cuerpo. Pero, con tales movimientos sólo logro incrementar el placer del que la penetraba y acelerar que descargase su ración de semen dentro de ella. En cuanto éste se corrió y extrajo su polla chorreante, cesaron el movimiento y la sostuvieron estática en el aire. Ella cejó en su intento de forcejear y se resignó a su suerte permaneciendo inmóvil en vilo, suspendida como si fuese una pluma con las piernas aún muy abiertas y, rindiéndose a la situación, se abandonó dejando caer la cabeza hacia atrás. Enseguida, otro se apresuró a ocupar la posición recién liberada entre sus piernas y le clavó con ansia su enorme polla erecta en el coño y empezó a follarla con una energía desaforada.

Se había rendido abandonándose a las circunstancias pero, al experimentar las potentes acometidas de la formidable verga que la perforaba a enorme velocidad y con extraordinaria avidez, comenzó a emitir agudos gemidos de placer, señal inconfundible de que habían desatado de nuevo su insaciable lujuria. Uno de los que la sujetaba por los hombros extrajo su verga tiesa para acercársela a la cara. Ella estiró su cuello hacia el rígido miembro empalmado y entreabrió los labios con gula para recibirla en su boca e iniciar una nueva mamada. Parecía disfrutar enormemente entusiasmada con esas dos pollas clavadas profundamente en su cuerpo suspendido, y hacía verdaderos esfuerzos para engullir y sorber la enorme verga de su boca, mientras recibía las vigorosas acometidas en el interior de su sexo.

Era evidente que ya debía estar derrengada pero todavía la vi tomar las riendas de la situación con una energía pujante y ponerse a cabalgar vigorosamente sobre la polla de uno de los chavales, ver a mama follar con esos niñatos me repugnaba de forma increíble, tumbado de espaldas mientras que otro, arrodillado tras ella, la embestía por el culo. Además, sujetaba con ambas manos las vergas de otros dos que estaban de pie y las iba lamiendo y chupando alternativamente. Mama estaba disfrutando infinitamente mientras la follaban a la vez por todos sus agujeros. En cuanto alguno descargaba su caudal de semen, ya fuera en el sexo, en el angosto agujero trasero, o en la boca de mama, aparecían otros que inmediatamente se aprestaban a ir ocupando los sitios libres con sus vergas erectas.

Al menos 15 tipos se follaron a mi madre aquella noche, ninguno dijimos nada, simplemente nos fuimos al hotel sin levantar la cabeza del suelo, mama llego a los 10 minutos, estaba vestida y no aparentaba haber echo lo que la vimos hacer, papa le pregunto que de donde venia y mama contesto.

"Pues como no resulto atractiva para ningun hombre y estoy gorda me he dedicado a dar un paseo por la playa, crei veros en la playa de lejos pero supuse que no erais vosotros pq no me saludasteis, os noto extraños, no pensareis que estando gorda como estoy me he dedicado a follar con todos los tipos que me he encontrado en la playa verdad, jajaja, venga, vamos a dormir"

Aquel cinismo nos demostro que la muy zorra nos vio en la playa y sigui follando y dejandose ser enculada por todos aquellos chicos sin ningun pudor o vergüenza, hace 15 dias que esto paso y ninguno a hablado del tema, no parece que mi padre vaya a decirle nada lo que esta claro es que nunca volveremos a burlarnos de ella.