Mamá triunfó en los negocios (1)

La vida del revés. Una madre deja a sus hijos con el padre para centrarse en su trabajo...y llegar a lo más alto.

MAMÁ TRIUNFÓ EN LOS NEGOCIOS (I)

Esta historia es un poco diferente, ya que los inicios son contrarios a lo que suelen ser.

Hasta cuando tenía nueve años mi familia es lo que se diría una familia normal, con mi padre, Javier, que es médico de profesión y sobre todo una persona excepcional, mi madre, Loreto, que después de estudiar Económicas entró en un empresa en la que ha ido subiendo peldaños, mi hermana, Estela, que es un año mayor que yo y yo mismo, que me llamo Pablo y en la actualidad tengo 18 años.

Bueno, pues hasta los nueve años mi padre trabajaba en un centro de salud (y lo sigue haciendo), bastante cerca de casa y mi madre trabajaba en una gran empresa que estaba en pleno proceso de expansión, de la cual ella era una de las principales artífices. La situación es que mi padre era y sigue siendo el que se ocupa de la casa, de nosotros (tema colegios y eso), mientras que mi madre cada vez llegaba más tarde a casa y se iba antes, sin dejar de comentar que a veces pasaba algunos días fuera. Era una situación difícil, que explotó cuando mis padres decidieron separarse. Estaba claro que mi madre había elegido su trabajo antes que a su familia. Ella fue la que se fue de casa y a veces, solo a veces pasábamos algún fin de semana con ella. Eso si, pensaba que con comprarnos los mejores juguetes del mercado cumplía con su labor de madre, cosa que sobre todo a mi hermana no le parecía…ella quería a su madre. Con el paso de los años mi padre rehizo su vida y empezó a salir y luego a convivir con Maite, una enfermera de su centro, un poco más joven que él, pero tengo que decir que un encanto en todos los sentidos. Ella sabía que no era nuestra madre, pero nos trataba como si fuéramos sus hijos (que ella no los tenía). Mamá, por su parte se limitaba a fines de semana, cada vez más esporádicos y regalos, en forma de juguetes o de dinero.

Bueno, nuestra vida discurría normalmente hasta hace dos veranos, cuando contaba con 18 años y mi madre, que por ese entonces tenía 44, llegó a lo más alto de su empresa: era la consejera delegada y nos llamó para ver si queríamos ir de vacaciones con ella. Mi hermana dijo que no, ya que vamos a decir que le tiene un poco de rencor por todo lo pasado y no le perdona el no haber estado con ella cuando dice más la necesitaba. Yo por mi parte, después de hablarlo con mi padre le dije que si, que sin problemas, que al fin y al cabo era mi madre y que debía pasar tiempo con ella. Tengo que decir que mi madre siempre fue una mujer con mucha clase, además de ser muy guapa, pero incluso con el paso del tiempo su belleza fue aumentando, y su refinamiento también, tanto que ya no fumaba cigarrillos normales, sino unos exclusivos muy delgados. Ahora era mucho más exclusiva, pienso que debido a sus altos ingresos, porque a veces a uno no es que no le gusten los lujos, pero no están a su alcance. Por tanto sabía que no iba a ir a un hotel de rango medio a un sitio masificado, sino a un lugar cuando menos bastante exclusivo. Cuando me preguntó si tenía el pasaporte en regla le dije que si, por lo que ya sabía que el viaje era al extranjero y a un sitio donde se necesitaba pasaporte. Me llamó un día para ir de compras con ella, ya que como suponía el hotel sería de lujo y me tenía que poner "a tono con el local". Me compró un par de trajes y ropa de buena marca. El día entes de salir me fui a quedar a la casa de mi madre y salimos en un coche de su empresa rumbo al aeropuerto. Llegamos y fuimos a facturar, como es lógico en primera clase rumbo a…Maldivas. Ya al menos sabía el lugar. La pena para mi es que no es un sitio donde hubiese un mínimo de marcha…creo que lo que tocaba era descansar y descansar. Pensé que mi madre no tenía a nadie que llevarse a un sitio tan paradisíaco, ya que si tuviese un novio o pareja o algo del estilo, no nos lo habría pedido a nosotros. Subimos al avión y nos acomodamos para un viaje largo. Al llegar y tras pasar el trámite de pasaportes y eso nos esperaba un coche para llevarnos a coger un bote, para tras cuarenta minutos llegar a nuestro destino final, un atolón con el hotel como única construcción

El hotel era un paraíso entre la tierra y el mar. La habitación parecía un pequeño palacio, sobre una especie de laguna y con una pequeña piscina privada, con un par de hamacas en una terraza y por supuesto la habitación con vistas al mar desde la cama incluso. Nos cambiamos de ropa y salimos a dar un mini paseo, porque espacio no había mucho. Nos tumbamos un rato a leer, que al menos si me había advertido para llevar cosas de lectura o videojuegos (que no me gustan demasiado). A la hora de cenar fuimos al restaurante y cenamos una langosta que estaba exquisita, con vino francés y postre. Nos fuimos a una terraza a tomar un licor mientras mi madre se fumaba un cigarrillo, e hicimos algo de tiempo para irnos a dormir. Nos fuimos a la villa con una cama, pero de gran tamaño y tras ponerme el pijama se puede decir que caí en coma, ya que estaba muy cansado por el viaje y creo que mi madre también, porque casi ni nos dimos las buenas noches. A la mañana siguiente tras levantarnos, desayunar en la propia habitación (incluso con champagne), fuimos a ver la laguna sobre la que estábamos. Estuvimos hablando sobre posibles actividades a realizar. La primera que salió fue la de hacer submarinismo, que nos gustó a los dos, por lo que fuimos a la recepción para inscribirnos en un cursillo para principiantes, que comenzaba al día siguiente. Otra cosa para la que hicimos reserva fue para el spa, cosa que a mi madre le encanta. Esa misma tarde tendríamos disponibilidad y mi madre pensó que mejor hoy que mañana, por si acaso. Estuvimos un buen rato en la playa, tomando el sol, yendo al agua y tomando alguna que otra cerveza fresquita. Luego comimos algo ligero y nos quedamos en la piscina de la habitación. Mi madre se cambio de bikini, poniéndose uno de súper diseño, bastante escaso de tela, sobre todo en la zona del culo, que lo dejaba bastante a la vista.

Fuimos al spa y entramos a una sala, donde nos dijeron, en inglés, que afortunadamente hablaba, gracias a muchos veranos en Inglaterra, que nos quitásemos la ropa y nos pusiéramos una especie de braga de papel. Yo pensaba que a mamá le iba a dar corte, pero no, eso si, nos dimos la vuelta para cambiarnos, pero luego mi madre quedó sin la parte de arriba. Nos tumbamos en las camillas y nos dieron un masaje genial, del que salí completamente relajado, afortunadamente, ya que la visión de las tetas de mi madre me dejó un poco descolocado al principio…y es que las tiene muy bien puestas, de un tamaño considerable, duras, eso si, un poco blancas para mi gusto. Volvimos a la habitación y nos tumbamos en las hamacas de la terracita. Mi madre empezó a hablar conmigo

  • Tu hermana me odia, ¿verdad?- dijo mi madre con una mirada trascendental.

  • Hombre…odiarte, odiarte, no, pero digamos que no te tiene mucho aprecio- le respondí, intentando suavizar un poco la verdad

  • Pues de verdad, he intentado daros todo lo posible y…- la interrumpí

  • Ya, pero ella lo que te echa en cara es que no estuvieras con ella y que para ti lo primero fuera el trabajo y no tu familia.

  • ¿Y tú, que piensas?- me dijo mirándome fijamente a los ojos

  • Pues…creo que ha debido ser muy duro para ti, aunque no lo parezca y que la decisión te debió costar mucho, no se a lo mejor pensabas en compaginar, pero luego ya no era posible- le dije como respuesta que muchas veces había pensado a esa misma pregunta.

  • De verdad no te imaginas a lo que he tenido que renunciar para llegar a donde estoy- dijo mamá con cara triste

  • Ya me imagino

  • De verdad, en todos los aspectos, soy una mujer que ha triunfado en su trabajo, pero que ha fracasado como esposa, madre y mujer- dijo mientras le daba un trago a una copa de vino blanco que nos estábamos tomando

  • No creo que sea para tanto…hombre, como esposa está claro que la cosa no funcionó y como madre, si bien yo te comprendo, he de reconocer que no has sido la mejor madre del mundo y como mujer…no se, yo te veo fantástica- le dije al no saber a que se refería.

  • Hombre, gracias, pero no solo es eso…es el no poder tener una relación estable, o siquiera inestable…ninguna, parece que para los hombres no existiese, no se…- otro sorbo

  • Quizá esos hombres para los que no existes están en tu misma empresa, o se relacionan con ella- le dije sospechando el motivo

  • La mayoría, si no todos- dijo mamá

  • Hombre, yo creo que el motivo es que los intimidas. Los hombres son muy suyos y ya es bastante duro para ellos que les mande una mujer, para encima irse con ella a la cama- creo que era un razonamiento de lo más lógico.

  • Visto así…creo que tienes razón- asintió mi madre, con otro sorbo

  • De todas formas, son cosas que irán cambiando con el paso de los años. Yo creo que mi generación es mucho más igualitaria en ese aspecto.

  • ¿A ti no te importaría que te mandase una mujer?

  • No…siempre y cuando sepa más que yo, o esté mejor preparada. En ese aspecto creo que debe mandar y hacer las cosas el que mejor sepa.

  • Bueno, bueno…estoy a punto de ofrecerte un puesto en mi empresa

  • Si, claro, llevando cafés, porque con mi preparación

  • Bueno, esperaré que termines los estudios ¡ja, ja, ja!

Pedimos la cena para la habitación y seguimos hablando mientras cenábamos. Cuando retiraron todo, nos quedamos donde estábamos y preparé un par de copas, whisky con hielo para mi madre y ron con cola para mi. Mi madre cogió uno de sus cigarrillos y lo prendió. Yo cogí la caja, por ser rara, no por otra cosa.

  • ¿Tu no fumarás como tu hermana, no Pablo?- dijo mi madre que sabía perfectamente que mi hermana fumaba, yo creo que tabaco y lo que no lo es.

  • No ¿por qué?- le dije, sin entender la pregunta de una persona que en ese momento está fumando

  • No, por nada, para darte la chapa de que no es bueno y eso…pero creo que ya lo sabes.

  • No, la verdad es que no fumo porque no me gusta nada, si bien he de reconocer que me atrae mucho ver a las mujeres fumando, en algunas circunstancias

  • ¿Qué quieres decir?

  • Hombre, que hay mujeres en las que el fumar es un acto de lo más sensual y lo hacen con mucho estilo- le dije a mi madre

  • ¿Cómo…así?- dijo mientras le daba una calada a su pitillo mientras ponía cara de mujer fatal, con los labios entreabiertos, dejando escapar un poco de humo.

  • Justamente. Le dije entre risas. Estuvimos un poco más y nos fuimos a dormir para ir en condiciones a la clase de submarinismo

Al día siguiente clases teóricas, práctica en la laguna y relax. Vimos la magnífica puesta de sol y fuimos a cenar a uno de los restaurantes. Pedimos unos entrantes y un plato principal, con una botella de vino y por supuesto uno de los deliciosos postres. Luego un licor digestivo. Cuando íbamos rumbo a nuestra villa, mi madre se me agarró del brazo y apoyó un poco la cabeza en mi hombro. Llegamos al destino, y como el día anterior nos sentamos en la terraza a tomar algo. Otra vez lo mismo de la noche anterior. Mi madre olvidó el encendedor en su bolso y le di lumbre con una de las cerillas de las que ponen los hoteles. Tras la primera calada mi madre hizo el gesto del día anterior de mujer fatal, entre las risas de los dos. Seguimos charlando de cosas triviales y bebiendo copa tras copa.

  • Sabes, Pablo, además de la sensualidad natural esa que dices…se puede aumentar- dijo mi madre, cuando hablábamos de no se qué

  • ¿Si, como?- le dije un poco mareado por el alcohol, pero poco

  • Con otros ingredientes…mira- mi madre sacó una barra de labios rojo intenso y se pintó los labios con aires de no se como decirlo…como de erotismo.

  • Guau…es súper sensual- le dije yo

  • Pero todavía tenemos más armas- dijo mi madre

  • ¿Por ejemplo?- quería saber más.

  • Fíjate- mi madre se soltó un par de botones de su camisa, dejando a la vista un generoso escote, a la vez que cruzaba las piernas con una falda digamos que no muy larga- ¡Perdone! ¿Me da fuego?- dijo con voz sensual.

  • Desde luego…así conseguís todo lo que queréis.

  • ¿De veras?

  • Ya te digo- era increíble lo que una mujer con sus artes puede conseguir- entre risas nos fuimos a dormir. La cosa es que con todo lo sucedido, pues mi polla estaba a tope…y tenía que disimular.

Al día siguiente, de nuevo playa y relax. Por la tarde nos quedamos en la piscina de la villa. Siguiendo con la "broma" del día anterior mi madre cogió un pitillo y me pidió fuego

  • ¡Perdone, caballero! ¿Me da fuego?- dijo con voz sensual

  • Como no- le dije- aunque le falta alguno de los elementos de ayer- hice la observación

-¿Por ejemplo?- puso un poco cara de asombro

  • Aquí lo de los botones…no se, no se, yo diría que es menos sensual- le dije entre risas

  • A ver si así…te parece más sensual- dijo mi madre, que metió la cabeza en la piscina, para mojarse los cabellos, se desabrochó la parte de arriba del bikini y se tapó, un poco, no mucho, los pechos con una mano y repetía- ¡Perdone, señor! ¿Tiene fuego?

  • Si claro- le dije con cara de alelado, sin poder dejar de mirarle las tetas

  • ¡Más sensual imposible! ¿o no?- dijo mientras volvía a su hamaca con su pitillo encendido (no era lo único) y sin su parte de arriba, girando su cabeza y mirándome por encima de sus gafas de sol

  • Ya te digo ¡uf! Eso es sensualidad y algo más y lo demás es cuento- mi madre se terminó el pitillo mientras yo me metía en la piscina a bajar un poco la temperatura de mi cuerpo, que era mucho mayor que la de un horno a máxima potencia. Al momento ella estaba en el agua conmigo.

  • Cuéntame, Pablo, ¿tienes novia?

  • No ¿Por qué lo dices?

  • Por nada, para saber algo más de mi hijo, nada más. Pero ¿has tenido, no?

  • Bueno, si, si queremos llamarlo así- novia, novia…bueno, digamos que amiga íntima, eso fue lo que tuve

  • ¿Qué, estaba contigo en el colegio?

  • Si, bueno, era de un curso menos, pero si, en el mismo colegio...bueno ¿y tú, has tenido novio, pareja…lo que sea?- le dije porque a su edad lo de novio no suena muy bien.

  • La verdad es que novio lo que se dice novio…pues no; pareja lo que se dice pareja…pues tampoco- mi madre parecía jugar conmigo

  • ¿Entonces, qué?

  • Pues imagínate…ya eres mayorcito- dijo mi madre, mirándome de nuevo por encima de sus gafas de sol.

  • Tengo muy mala imaginación…no se- le dije, para ver a donde se atrevía a llegar mi madre

  • Pues, lo que he tenido han sido rolletes, pocos, la verdad, de una noche aquí te pillo y aquí te mato, ya sabes.

  • No te imaginaba de ese tipo- le respondí a mamá

  • ¿De que tipo?- dijo ella con cara de asombro

  • De las de una sola noche…no se…no me lo esperaba

  • Hombre, Pablo…por muy lo que sea que creas que soy, vamos hablando claro…un polvo nos gusta a todos ¿no?

  • Claro, claro- le dije a mi madre, que se acercaba a donde estaba

  • Y tú…ya has echado algún polvo- mi madre tenía una mirada que ya no era sensual…era sexual

  • Si te soy sincero, no

  • ¿Te gustaría arreglar ese pequeño detalle?

  • ¿Cómo?- no salía de mi sorpresa

  • Pues como va a ser…echando un polvo- contestó mi madre al tiempo que pasaba su mano por encima del bañador y me tocaba el rabo, con lo que a pesar de estar en el agua, se me erizó hasta el último pelo de mi cuerpo

  • Es que yo…- empecé a decir

  • ¡Ssssshhhh!- me mandó callar mi madre mientras su mano buscaba bajo mi bañador y se acercaba para darme un beso.

  • ¡Mamá!- exclamé

  • Dime cariño- dijo mi madre mientras terminaba de bajarme el bañador, dejándome en pelotas dentro de la piscina

  • ¿Qué haces?- le dije retóricamente…solo es que no me lo podía creer

  • Pues darte todo mi amor…el que no te he dado en estos años, te lo voy a dar concentrado- dijo mientras me guiñaba un ojo.- ¿te parece bien que entremos en la habitación?

  • Esto…si…claro- estaba completamente fuera de juego. Salimos de la piscina y mi madre tuvo la ocurrencia de poner el cartel de no molestar…a mí ni se me habría ocurrido.

  • Ven a la cama con mami, mi amor- dijo mi madre mientras se dejaba caer sobre la gran cama de nuestra villa

  • Voy- casi no tenía palabras…era completamente surrealista, estar desnudo con mi madre con la cual apenas tenía trato

  • Cómele las tetas a mami, mi amor…eso me vuelve loca- la verdad es que no tardé ni medio segundo desde que me lo dijo…solo había chupado un par de tetas y recordaba que era genial- Eso es cariño…muérdeme el pezón, suavecito…que gusto…si diosss mío, que bueno

  • Mami…tienes unas tetas geniales…creo que no me cansaría nunca de comerlas- estaba a tope

  • Pues tengo otras partes de mi cuerpo que quieren tus atenciones-dijo mi madre

  • ¿Si, por ejemplo?- cada vez estaba más caliente

  • Por ejemplo…la otra teta, tengo dos y te has centrado solo en una- mi reacción fue ir a por la otra teta y a morderle el otro pezón.

  • ¿Así está bien?- pregunté una de las veces que saqué la cabeza para respirar

  • ¡Genial!- mi madre estaba con los ojos cerrados suspirando, mientras sujetaba mi cabeza con sus manos. La verdad es que no se cuanto tiempo estuve chupando las tetas de mamá, pero era el mejor momento de mi vida. Subí mi cabeza a la altura de su cara y empezamos de nuevo a besarnos, con pasión, con frenesí. Estaba tan caliente que no dejaba de pasarle la polla por encima del bikini a mi madre, que de vez en cuando dejaba escapar algún que otro gemido. Realmente me la estaba follando por encima de la ropa- Vamos a quitar cosas que no nos sirven- dijo mamá mientras se quitaba la parte inferior del bikini.

  • Me parece estupendo- dije mientras por primera vez veía el conejo de mi madre, blanco como sus tetas, con poco pelo, perfectamente arreglado formando un pequeño triángulo de vértice inferior.

  • Vamos a ver este tesoro- dijo mami mientras se daba la vuelta poniéndose de rodillas sobre la cama y me cogía la polla con la mano- Si, si, si…un tesoro- dijo de nuevo mientras que con una mano la sujeta, con la punta de la lengua probaba mi rabo- ¡Ummm, que rico!- exclamó tras meterse la polla en la boca y pasarle la lengua de arriba abajo, para luego entretenerse en chupar solo el surco que está entre el capullo y el tronco de la polla. En la postura en la que estaba mi madre, con solo levantar un poco la cabeza, podía llegar perfectamente a su coño, que fue lo que hice.

  • Tu también tienes algo muy rico por aquí- le respondí tras darle la primera chupada al coño, muy bien depilado, con unos labios gruesos y un clítoris de gran tamaño, que me entretuve en chupar de forma especial, cosa que a mi madre volvía loca, casi dejaba de chuparme la polla. Estuvimos un buen rato en esa postura, mi primer 69. Al rato empecé a subir el ritmo de mis lamidas y mi madre, paralelamente las suyas, de forma que al poco estaba a punto de correrme- ¡Mamá….ya estoy a punto, casi estoy!

  • Vale mi amor- respondió mi madre justo después de sacarse mi polla de la boca y seguir haciéndome una paja con la mano, hasta que no pude más y comencé a echar leche sobre las tetas de mi madre, que se untaba como si fuera una crema hidratante, e incluso cogió un poco con su dedo índice y se lo llevó a la boca, chupándolo como si fuera un helado.

  • Ha sido genial…lo mejor de mi vida- dije entre jadeos.

  • Pues todavía falta la mejor, ¿no?- dijo mamá con voz pícara

  • ¿Si?

  • No dejarás irse a mamá así…quiero sentir tu polla en mi coño mi amor y seguro que tu también ¿a qué si?

  • Claro- dije con una excitación máxima que hizo que mi herramienta volviera a ponerse a tono en cero coma. Mamá se sentó sobre mí, pero no directamente sobre la polla. Se movía de forma muy insinuante, con las manos sobre la nuca o sobre sus pechos. Podía notar como de su cuerpo salía algún fluido, que supuse eran los por la excitación de mi madre. Poco a poco se fue acercando hasta que mi polla entró en contacto con sus labios. Parecía que a mamá le habían dado una descarga eléctrica cuando nuestros genitales se tocaron por primera vez. Así estuvimos un rato hasta que mamá tomó mi polla entre sus manos, se levantó un poco y se la puso en medio justo de su precioso coño, dejándose caer a continuación.

  • ¡Siiii!- fue lo que dijo mi madre cuando mi polla entró por primera vez en su súper húmedo coño

  • Oh diossss, que apretado lo tienes

  • Siiii, mi amor…es que ha estado a dieta últimamente…pero ahora me vas a saciar bien, ¿verdad tigre?- dijo mi madre mirándome fijamente a los ojos con cara de vampiresa.

  • Claro que si…te lo voy a dar todo

  • Eso espero, porque te advierto que no soy de las que se corren en un segundo y quedan satisfechas…yo me corro rápido, pero puedo estar HORAS follando- dijo mami, lo que me dejo helado

  • ¿Horas?- repetí incrédulo

  • Horas, mi amor…lo que aguantes- dijo al final para no presionarme- Pero es mejor ir paso a paso, como ahora, dijo mientras subía y bajaba sobre mi polla de forma suave.

  • Eres genial, mami- le dije mientras me levantaba y le daba un beso. Seguimos follando los dos sentados en la cama, mientras nos besábamos, le tocaba las tetas, le chupaba la oreja…el ritmo poco a poco iba subiendo

  • Así, sigue, fóllame más fuerte- decía mi madre mientras me arañaba la espalda suavemente con sus uñas

  • Sí, si, más fuerte- casi no tenía aliento

  • Más fuerte, mi amor, fóllame, fóllame- m madre empezaba a gritar como una loca, cada vez más alto. Apretamos un poco el ritmo hasta que mi resistencia empezaba a quedarse justa.

  • Mami…me voy…me corro

  • Si, si, si…lléname el coño cariño…llénalo, mi amor. Córrete en el coñito de mamá

  • Siiii- fue lo que dije antes de lo que yo pensaba que eran litros de semen inundasen la vagina de mi madre.

  • Uf, ha sido genial- dijo mi madre mientras recuperaba el aliento, sacando un cigarrillo de su bolso. Lo encendió y me lo pasó- Hijo, después de un polvo como este…tienes que fumar…no queda otra- dijo mientras le daba una calada y se lo devolvía

Mi primer polvo es y será inolvidable