Mama luchis

Ya nada lo detiene, el sexo entre madre e hijo se consuma. historia real.

MAMA LUCHIS.

Es tarde y corro presuroso, la noche llegó y falta mucho para llegar a casa, mi madre se molesta cuando me tardo en regresar de la escuela, en voz alta le digo: "mama luchis ya estoy en casa", ella me llama desde el fondo de la casa. La encuentro en la cocina, lleva un vestido de flores, con botones al frente, algo transparente, deja saber como es la ropa interior que lleva, sus caderas anchas y nalgas grandes, me calientan con solo mirarla, el vestido le llega a la rodilla y contemplo sus chamorros macizos y depilados, muy blancos, viste sandalias de pata de gallo, sin medias, es la clave de que papa salio de la ciudada y, de que su cuerpo es mio hasta que nos agotemos.

La saludo de lejos con algo de timidez, después de todo se trata de mama y parece que solo yo hago el amor con mi propia madre, sonriendo, me contesta, me toma de la mano y me jala para besarme en los labios, le devuelvo la caricia, y tomándola con ambas manos por su cintura, la jalo hacía mi, le repego mi pene ya listo para el sexo, si vientre se endurece y su lengua penetra mi boca, respiro su perfume, uno que yo le regale para una navidad, otra clave de que tendremos sexo libremente.

Le desabotono el primero, ella ofrece su cuello arqueando la espalda, y mis manos van hacia sus senos, los acaricio con frenesí, mientras mis boca le chupa el cuello, y busca su nuca, el pelo se alborota, pierde su peinado tan cuidado, ella gime y dice "si, eso es llevame al cuarto", obedezco sin recatos me desnudo frente a ella y mi ropa queda enredada en el piso, de la cocina, mientras entra a la recamara, su vestido cae rapido, y lo mismo sucede con el brassieree y sus pantaletas, ya desnuda, se acuesta en la cama y separa las piernas, su monte de venus, humedo, y maternal, espera mi pene, la jalo hacia la orilla de la cama y de un solo golpe lo meto, no finge, no se reprime, grita con fuerza y clava sus uñas en mis nalgas, jalándome hacia ella, para penetrarla hasta le fondo, mis movimientos son como ella me enseño años atrás, hacia delante, lento, y profundo, luego circular, sus pernas me rodean la espalda, se moja de tal manera que mis piernas lo sienten, le tomo un pie y le beso los dedos, sigue gimiendo, una contracción me anuncia el orgasmo, sus dientes se aprietan y rechinan, su rictus de dolor-placer me excitan y me obligan a esmerarme, le llega como ola, no se detiene, grita con fuerza, gime se retuerce ,suda, afloja el abrazo, conozco sus lacitud, esta agotada, el esfuerzo es mucho, normal ya no es una joven, pero igual goza.

Me acuesto y ella se sube en mi vientre con la cara viendo los pies, su mano acomoda el miembro de su hijo y se deja caer con suavidad para que entre, sus nalgas quedan a mi vista, y sus movimientos ritmicos, me llevan rapido a un orgasmo.

Nos separamos, ella se pone una bata ligera y entra al baño, yo recojo mi ropa y voy a mi cuarto a estudiar y hacer tareas escolares, mas tarde cenamos y ella va al estudio a mirar televisión, mientras tomo un baño y me meto a la cama.

Mas tarde ella me alcanza, lo narrado es solo el inicio de esa noche, que promete ser fenomenal, como todas nuestras sesiones se sexo prohibido.

Durante muchos años así hemos vivido nuestra sexualidad, me espera ansiosa a que regrese de la escuela o de la tienda, para darle sexo, muchas noches solamente nos dedicamos al placer de nuestros cuerpos. ¿Como sucedió?, en otros relatos lo he contado y, en un par de ocasiones nos hemos comunicado con las personas que piden conocer mas de cerca nuestra experiencia.

No busco sorprender a nadie, solamente platicar nuestras vivencias.

Incestum.