Mamá, los chicos se quedan a dormir (2)

Una madre necesitada aprovecha que su hijo adolescente y sus amiguitos se quedan a dormir en su casa, para mostrarles más de lo que se imaginan...

Mientras los chicos debatían, ella notó que en varias oportunidades sus miradas se centraban en sus piernas, y particularmente en su entrepierna, tratando de ver por debajo del camisón...

Jimena casi les dio el gusto, abriendo levemente sus piernas para asegurarse que la "V" de su blanca bombachita quedara a la vista de los chicos.

Se inclinó hacia delante, y cruzó sus brazos, causando que sus tetas se engrandecieran por sobre el escote del camisón.

Entusiasmada por la respuesta de los chicos a sus provocaciones, incluido su propio hijo, Jimena separó sus piernas aún más, provocando que el camisón subiera lo suficiente para dejar su bombacha indudablemente a la vista...

"Ya me acordé de un juego que practicábamos cuando yo tenía su edad..., conocen el juego de la botella...?", preguntó Jimena.

Los chicos pusieron cara de asombro, como si no supiesen de lo que la madre de su amigo les hablaba...

"Es fácil, simplemente tenés que hacer girar una botella, y tenés que besar a aquel que quede apuntado por el pico una vez que la botella se detiene", digo ella...

"Dado que soy la única chica, seré siempre yo quien haga girar la botella"...

Dicho esto, Jimena tomó una botella de Coca Cola que los chicos habían consumido anteriormente, y se puso de rodillas frente a la pequeña mesita de café..., los chicos se sentaron alrededor de la misma también...

"Hagamos un pacto: cualquier cosa que vaya a pasar a partir de ahora permanecerá entre nosotros, sí?..., será nuestro secreto...", propuso Jimena.

Los chicos asintieron de inmediato...

Jimena respiró profundamente, e hizo girar la botella fuertemente. Cuando ésta se detuvo, el chico que más cerca estaba de la boca de la botella era Rafa.

Rafa puso una sonrisa nerviosa, y se puso de pie tan pronto Jimena hizo lo propio. Ella se inclinó, y le dio al gordito un corto besito en los labios, que provocó el delirio de los otros, y la vergüenza de Rafa...

Jimena no podía dejar de sonreir ante la situación...

Aún de pie, Jimena volvió a hacer girar la botella, y esta vez el turno le correspondió a Pablo, que de inmediato se puso de pie frente a ella.

Jimena no estaba dispuesta a perder semejante oportunidad frente al rubio protagonista de sus fantasías, por lo cual pasó sus brazos alrededor de él, y lo besó con la boca completamente abierta, introduciendo su lengua en la boca del chico, a lo que él respondió de maravilla...

Finalmente, Jimena rompió el hechizo del momento, y volvió a girar la botella, siendo el beneficiado esta vez, Lucas. Su lengua rápidamente se encontró con la de su antigua profesora, y sus manos acariciaron la espalda de ella. Fue un ardiente beso francés...

El siguiente fue Gabriel, lo que incomodó levemente a Jimena..., intrigada por cual sería la reacción de su hijo. Pero Gabriel sólo sonrió, abrazó a su madre y le dio un beso húmedo que ella no pudo resistir. Jimena, complacida, disfrutó del encuentro de sus lenguas y acarició los hombros de su hijo. Gabriel masajeó levemente el vientre de su madre, y ella quería que ese momento fuese eterno..., pero conciente de que sus amigos estaban observando, decidió separarse...

El juego continuó por un buen rato, con cada uno de ellos turnándose para recibir una buena combinación de beso francés y abrazos de parte de la madre de su amigo. Ni siquiera dejaron de presionar sus evidentes erecciones contra el vientre o la entre pierna de Jimena, de acuerdo a la altura de cada uno.

En su cuarto turno, Diego rozó uno de sus pechos, hecho que Jimena consideró deliberado, por lo que respondió pasando la palma de su mano por el pene del muchacho a medida que se alejaba de él...

Mientras seguía "pegada" a Diego, otra idea se le vino a la mente: "Quién quiere bailar conmigo...?".

Ninguno de ellos se hizo cargo, mientras Jimena buscaba en la radio por alguna frecuencia que pasara música bailable...

"Vamos..., alguien que baile un lento conmigo..., Pablo?", se ofreció...

"Mmmm, es que no sé bailar...", dijo él...

"Es fácil..., acercate que te enseño...". Jimena lo tomó de una mano, y puso la otra sobre el fuerte torso del chico. De inmediato, él iba soltándose, y Jimena lo apretó fuertemente contra ella, sintiendo nuevamente su erección presionando en su entrepierna...

Los demás observaron por un rato, para luego comenzar a hablar entre ellos. Jimena y Pablo se habían alejado del fuego, y bailaban en un sitio más bien oscuro. Ella fue deslizando levemente sus manos desde la espalda del chico, hasta hacerlas descansar sobre sus firmes y ejercitadas nalgas...

Lentamente, Pablo comenzó a hacer lo propio con Jimena, y llegó a depositar sus dedos en el comienzo del culito de la madre de su amigo. Al ver que Jimena no ponía objeción alguna, se tomó más libertades, y acarició y pellizcó el culo de Jimena por encima de su camisón y su bombacha.

El resto de los chicos no podía dejar de percibir el toqueteo mutuo, mientras el rostro de Jimena descansaba en el hombro derecho de Pablo.

Cuando la canción finalizó, y la parejita se desarmó, Jimena ya había conseguido un gran grupo de jóvenes dispuestos a bailar con ella.

Lucas fue el siguiente, y no dejó pasar mucho tiempo hasta que sus manos se dedicaron a acariciar las torneadas nalgas de Jimena. Fue aún más allá, y una de sus manos se coló por debajo del camisón, buscando el contacto directo con la piel de esas apetecibles nalgas. Cuando Jimena dejó escapar un suspiro placentero, Lucas introdujo su mano dentro de la bombacha, acariciando el ahora desnudo culo de la madre de su compañero...

Los demás no podían creer lo que veían..., su amigo estaba manoseando el culo de la Sra. Rossi delante de ellos y del propio hijo de ella, y parecía no importarle...

Rafa fue quien disfrutó la siguiente canción, yendo rápidamente con sus manos bajo la bombachita de Jimena, para acriciar la caliente y desnuda carne de su culito...

Ella sintió su miembro chocando contra su entrepierna, y disimuladamente se rozó contra él...

Gabriel fue el próximo, y no dudó en seguir con las tácticas comenzadas por sus amigos. Sus manos acariciaban el culo desnudo de su propia madre por debajo de su ropa interior, masajeándolo, pellizcándolo...

Pasó sus dedos como si estuviera dibujando, a lo largo de la raja del culo de Jimena, llegando incluso a tocar parte de su vello púbico. Su otra mano estaba muy cerca del pecho de su madre, tanto que llegó a tocarlo abiertamente, sin encontrar resistencia alguna.

No pudo evitar hacer contacto con el duro pezón, que denotaba la excitación reinante en el ambiente. Jimena giró su rostro, y besó a su hijo en la boca, y con un suave movimiento, se puso casi de espaldas a él, y le agarró su miembro por encima de sus shorts de algodón..., sin importar las miradas del resto de los chicos...

Cuando el tema terminó, le siguió un ritmo latino, más movido, y nuevamente Jimena buscó algun compañero de baile.

No tuvo eco su propuesta, por lo cual se sentaron frente a ella, que no dudó en ofrecerles un pequeño show.

Empezó a mover su cintura, lo que hacía que sus tetas se movieran imponentemente bajo su suelto camisón, mientras sus pezones parecían querer traspasar la suave tela...

Se arrodilló en el piso, y arqueó su cuerpo hacia delante, hacia atrás..., mientras los chicos no le quitaban la vista de encima. Se dio cuenta de que estaban tratando de ver debajo de su camisón, entonces flexionó las piernas, logrando que el camisón subiera lo suficiente para mostrar parte de su entrepierna cubierta por la blanca bombachita...

Jimena se puso de espaldas a ellos, y movió su culo al ritmo de la música tanto como pudo. Sus nalgas temblaban bajo su bombacha...

El sensual movimiento hizo que el camisón se elevara aún más, dejando indudablemente a la vista su bombacha, y gran parte de sus nalgas al desnudo. Es que las desenfrenadas y arrebatadas caricias que los chicos le dedicaron a su vulnerable y entregado culito no hicieron más que prácticamente transformar su bombacha en un tanga, ya que gran parte de la tela parecía perderse en la raja de su culo...

Aún cuando el invierno estaba cerca, Jimena aún conservaba algo de bronceado en su cuerpo, el cual quedaba a la vista en comparación con la blancura de sus nalgas...

Jimena observó a los chicos, que tenían sus ojos clavados en su culo, y con una sonrisa cómplice llevó sus manos hasta el borde inferior de su camisón, y lo fue levantando suavemente, casi hasta su vientre. Puso el culo como en pompa hacia donde estaban los chicos, causando que la bombacha se clavara aún más en su raja...

Pablo y Lucas no dejaban de animar a la madura y descontrolada madre de su amigo, al grito de "Vamos Sra. Rossi, siga que lo hace muy bien...!!!!", mientras los demás aplaudían y chiflaban...

Jimena se dio vuelta y los enfrentó nuevamente. La humedad que despedía su entrepierna había hecho que su bombachita casi se pegara a sus labios vaginales, provocando la clásica "joroba de camello". Parte de su oscuro vello púbico empezaba a hacerse visible por los costados de su ropa interior, cuando Jimena levantó nuevamente su camisón..., esta vez casi hasta debajo de sus pechos, permitiendo por primera vez una visión total de su bombacha..., mientras seguía con su demoníaca danza, con una sonrisa lujuriosa.

Siguió subiendo su camisón, dejando ver el comienzo de sus tetas...

"Más, más!!!!", gritaban los chicos a coro...

"Quieren ver más...?", preguntó la hasta hace poco tímida madre...

Todos, inclusive su propio hijo, asintieron con la cabeza. Jimena levantó levemente el camisón, y ya casi la mitad de sus tetas podían verse. Mientras, con sus manos comenzaba a masajearlas con suavidad, y finalmente, con una sonrisa plena, terminó de levantar su prenda hasta dejar ver sus tetas por completo...

Como continuaba con esa danza tan particular, las pequeñas pero firmes tetas de la madre se movían de un lado al otro.

Los chicos, inlcuído Gabriel, no dejaban de animar y aplaudir a Jimena, que con un movimiento sensual se quitó el camisón, y continuó bailando en topless, con su blanca y húmeda bombachita como única prenda. Se acercó a los chicos y se inclinó hacia ellos, dejando sus pechos a centímetros de esos rostros sorprendidos y llenos de placer...

El movimiento de sus hombros hacía que sus tetas se balancearan sin parar, y ella parecía gozar como una poseída, conciente de que sus oscuros pezones estaban siendo devorados con los ojos por los amigos de su hijo...

Jimena llevó luego sus dedos hacia el elástico de su bombacha, y empezó a seducir a los chicos haciendo como que lo bajaba y lo subía..., acción durante la cual se llegó a ver parte de su vello púbico...

Repitió lo mismo un par de veces más, para luego finalmente deslizar su última prenda hasta la mitad de sus muslos, exponiendo a los chicos ese triángulo de vello perfectamente recortado.

Movió su vientre hacia atrás y adelante, como una odalisca, acercando su concha a los chicos, para luego darse vuelta, y exponerles su culito a escasos centímetros de ellos...

Jimena enfrentó los gritos de excitación de su hijo y sus amigos recostada sobre la alfombra, con sus piernas completamente abiertas, su espalda arqueada hacia atrás, sus tetas apuntando hacia el cielorraso, su cintura balanceándose, su lengua recorriendo cada milímetro de su propios labios...

Se vio a sí misma como nunca lo hubiera imaginado..., pero disfrutó con las lujuriosas miradas que los chicos depositaban ante ese cuerpo de 37 años...

Cuando finalmente esa canción movida terminó, dio paso a una más suave, lo que hizo que Jimena dejara de bailar, lo que deparó un aplauso cerrado, con gritos y chiflidos incluidos, de parte de sus entusiastas espectadores.

"Wow..., creo que debería ponerme algo de ropa, no creen...?".

"No!!!!", respondieron al unísono las 5 voces masculinas...

"Entonces, si yo voy a quedarme desnuda, ustedes deben quitarse sus ropas también. Vamos chicos, desvístanse!!!!", provocó Jimena...

Lucas y Pablo se quitaron sus camisetas de inmediato. Gabriel, Diego, y un reticente y vergonzoso Rafa los siguieron. Luego, casi al mismo tiempo, los cinco de bajaron sus shorts, dejando a la vista de Jimena sus erecciones...

Jimena no pudo evitar soltar un suspiro de emoción al comprobar lo encantadoras que lucían sus pijas..., era el momento más excitante de su vida: desnuda ante cinco adolescentes viriles, que también estaban desnudos, con sus penes en plan desafiante, mostrando cuanto disfrutaban ver ese maduro cuerpo sin ropa.

"Por favor!!!!, son todos unos hombrecitos..., quisiera tocarlos a todos..., tengo una propuesta: yo los dejo tocarme, si ustedes me dejan hacer lo mismo...".

Los chicos se acercaron a Jimena, y la rodearon. Pablo fue el primero en poner su mano en la cintura de la madre de su amigo, para después acariciar su viente, y terminar sobando su teta izquierda. Lucas se apoderó de su otra teta, mientras Gabriel y Rafa pusieron una mano en cada nalga de Jimena. Diego no dudó, y puso su la palma de su mano en la peluda entrepierna de su vecina. Jimena sólo atinó a inclinarse hacia delante y tomar con sus manos las dos primeras pijas que encontró, que eran las de Pablo y Lucas.

Las apretó suavemente, mientras ellos simplemente cerraban sus ojos y se dejaban hacer...

Mientras Lucas seguía masajeando una de las tetas de Jimena, Pablo jugaba con su pezón, apretándolo y estirándolo...

"Duele...?", le preguntó a la madre de Gabriel...

"Para nada..., podés ser bien rudo que no siento dolor...", fue la respuesta de Jimena. De inmediato, los dos chicos se dedicaron a apretujar y levantar sus tetas hasta el punto en el que ella comenzó a sentir cierto dolor, el cual quedaba mitigado con la creciente excitación de la sensual y madura madre.

Diego comenzó a palpar la húmeda carne de sus labios vaginales, mientras sus dedos se entremezclaban con el vello púbico. Su dedo índice alcanzó su ya mojado clítoris, causando una sensación inimaginable en ella. Cuando Diego introdujo su dedo mayor entre los labios inferiores de la madre de su amigo, Jimena sólo pudo atinar a abrir sus piernas aún más, y apretar fuertemente los penes de Lucas y Pablo, tras lo cual éstos se dedicaron a chupar las tetas y los pezones de Jimena...

De a poco, ella iba deleitándose con cada una de las cinco pijas que la acechaban...

Jimena comenzó a notar que Diego estaba haciendo algo extraño, ya que sostenía su pene con su mano libre, y lo usaba para acariciar sus muslos. Mientras los demás chicos seguían concentrados en el cuerpo de Jimena, Diego comenzó a pasar la punta de su pene por las desnudas nalgas de su vecina. Luego, sin aviso, introdujo la cabeza de su miembro en la raja del culo de la espigada señora, como disfrutando del tener su pene entre las nalgas de Jimena.

"Diego..., si querés que tu amiguito lo pase bien, tengo un lugar mucho mejor...", dijo ella, mientras giraba sobre su espalda, y acercaba su peluda entrepierna hacia el capullo del amiguito de su hijo.

Diego, de esta forma, se convertía en el primero de los chicos en penetrar a la Sra. Rossi...

El resto de los chicos seguía entretenido manoseando a Jimena por todas partes, sin siquiera percatarse de lo que Diego hacía con ella. Jimena se contraía para sentir el miembro mas adentro, y observó a su hijo Gabriel, que parecía feliz de saborear su pezón izquierdo. Puso sus manos en la nuca de Gabriel, como invitándolo a que se dedicara a su teta por completo, mientras sentía el pene de Diego que entraba y salía lentamente de su cuerpo...

Jimena se colocó de forma de poder acariciar las bolas y el pene de su propio hijo...

Pronto, los chicos comenzaron a tomar cuenta de que Diego se estaba cogiendo a la Sra. Rossi en frente de ellos. La escena era fantástica, con Jimena abriendo sus piernas casi hasta el extremo, mientras Diego la embestía extasiado...

"Ayy, Ahhh, Ahhhhhh...", sólo se escuchaba de la boca de Jimena...

En ese instante, Jimena sintió que Diego descargaba su semen dentro suyo...

"Ahhhhhh, Ahhhhhhhhh!!!!!!!"..., llegaba Jimena a su orgasmo casi al mismo tiempo que Diego. Ella, en ese momento de lujuria, sólo buscó a los chicos para contenerse...

Una vez que Diego se apartó, Jimena se sentó temblando, buscando recomponerse del orgasmo, y observó a los restantes cuatro chicos, aún con sus miembros en sus manos.

Jimena sacó una manta de un mueble, y la acomodó sobre la alfombra. Se acostó de espaldas en ella, abrió sus piernas, y con una sonrisa, dijo a los chicos:

"Quién más quiere cogerme...?".

Jimena jamás había usado esa palabra en público, pero salió libremente de sus labios...

Los cuatro chicos apuntaron sus ojos a la madre de Gabriel acostada, con sus piernas abiertas, su rosada conchita asomando entre la mata de vello púbico, sus tetas cayendo levemente hacia los costados, pero aún así, muy tentadoras.

Al unísono, dijeron "Yo!!!!" mientras levantaban sus manos, pero fue Pablo el primero en ponerse de rodillas ante ella. Jimena agarró su pija y la dirigió suavemente hacia su concha.

Pablo se acomodó, y siguiendo un par de instrucciones básicas, la introdujo dentro de la madre de su mejor amigo.

"Un poco más fuerte, precioso...", le susurró...

"Esto es fantástico...", les dijo Pablo a sus amigos mientras se cogía a Jimena. Sus amigos lo incitaban y lo alentaban, mientras Jimena enroscaba sus muslos en la cintura del chico.

Los gemidos de la madura madre daban cuenta que Pablo lo estaba haciendo bastante bien.

Cercana a un nuevo climax, Jimena puso uno de sus dedos en el inicio del culo del amigo de su hijo. Jimena jamás antes había tenido sexo en frente de más gente, y el ver a los chicos observando la escena la excitó mucho más.

Continuará...