Mama está salida...y me provocó (3)

Nuevos encuentros sexuales con mi madre

Tras cuatro años de ausencia, o mejor dicho de no compartir los numerosos encuentros entre mi madre y yo, vuelvo a navegar por aquí para poder hacerlo con nuevas experiencias nuevas.

Bueno mi nombre es Toni por si no lo recordáis, y no es la primera vez que vengo a compartir algunas de mis experiencias con vosotros.

Han pasado cuatro años desde el último relato que deje en esta página, y vaya cuatro años. Voy a relataros otra de las noches o mejor dicho fin de semana loco que pasamos.

No recuerdo bien el día por supuesto pero sí recuerdo que era un viernes. Yo regresé a casa del trabajo y como hacía de vez en cuando, me acomodé en mi habitación tranquilamente para relajarme un rato.

Saque algunos de los fetiches que guardaba y al tema. Para variar eran todos ellos de mi madre. Si, lo mío es obsesión, lo sé, bueno o tal vez enfermedad, pero es que la sensación de angustia que me provoca pensar en practicar sexo con ella es una sensación muy cercana al éxtasis, parecido a un vacio en el estomago, a una angustia.

Saque una de sus bragas, eran de color negro con encaje. Las saque de la bolsa y aun conservaban su aroma. Mmm que delicia, era maravilloso el olor, me las puse bien cerca de la nariz sintiendo su penetrante esencia, que aun se podía extraer humedeciéndolas con la punta de la lengua. Cada vez que me las aproximaba a la nariz, la erección se hacía más violenta aunque ya no dolorosa.

Así estuve un largo rato empezando, parando y continuando para que cuando estuviese a punto de venirme no terminara, ya que hoy tenía esperanzas de hacer algo, pues estábamos solos todo el fin de semana y no tenía planes.

Para continuar saque otro fetiche que conservaba aun, una de sus compresas si como lo estáis leyendo. Puede parecer sucio pero es un fluido más de una mujer y a mí me excitaba de sobremanera pasar el pene por encima de ella como si me la estuviese follando. Una y otra y otra hasta casi explotar.

Para provocar algo la situación, ya que la cosa requería romper un poquito el hielo, me puse a hacer algo de gimnasia en mi habitación hasta que quedé bien sudoroso. Me desnudé y Salí del dormitorio en dirección al baño y pasando por delante suyo, y darme una ducha.

Cuando pasé por su lado me miró y soltó un:

-vaya como está mi chiquitín, que cuerpazo!

-pues voy a darme una ducha y sabes de qué tengo unas ganas locas

-pues claro, de que nos demos una alegría

-si, yo también tengo ganas, de hecho llevo calentando alrededor de una hora. me doy una ducha y salgo así que vete preparándote-conteste yo.

-vale y yo mientras calentaré, dijo mama

En ese momento mama se dirigió al dormitorio a ir preparándose, y yo a la ducha aunque finalmente no me duche, me asee un poco secándome el sudor y ya está, a sabéis que los olores corporales atraen.

Cuando Salí del baño se había dirigido a mi habitación y se encontraba tocándose en ropa interior.

-muy bien así me gusta, dije yo.

-tenía muchas ganas, dame esa polla!

Tomó con firmeza mi pene por la base y comenzó con suavidad a acariciar la punta del glande con su lengua. A continuación paso a tirar todo el prepucio hacia atrás, descubriendo el glande en su totalidad.

-mmm que rico

Me estimuló toda la corona del glande la cual tenía una tonalidad morada habitualmente en mi, dándome un gran placer que hacia mi respiración profunda y acompasada a sus movimientos de cabeza, que brutalidad, ya no recordaba cómo se sentía ya que hacia algunos meses que no lo hacíamos. A esas alturas ya había soltado mucho líquido preseminal el cual degustaba tragaba con agrado.

Al rato la retiré y comencé a saborear su coño, chupando los labios, el vestíbulo, el clítoris y todos y cada uno de sus rincones. Había habido reforma, si se había depilado la zona de los labios mayores por lo que ahora se veía todo más claro. Sobre el clítoris aun se encontraba una espesa capa de pelambrera que no había depilado y que a mí me encantaba.

-qué bien se ve desde aquí mama, y que sabor!

  • ahhhhh, siii, sigue, sigue, ooohhh si chupa, chupa

-mmmm que rico sabe dios.

-siiii, siiii,sigueeeee que bieno ooohhhhhh.

Mama alcanzó un par de orgasmos con mi estimulación, por lo que comprendí no había perdido práctica.

En ese momento nos pusimos a hacer un 69, y disfrutar ambos, aunque como yo le digo siempre, para mi tan solo mamándola ya disfruto, y no necesitaría nada más que eso chupárselo.

Durante el 69 volví a estimularle su punto G, y alcanzó un orgasmo fortísimo con una eyaculación que llegó a impregnar todas las sabanas.

-Mi chiquitín ahora vamos a hacer una cosa, tengo ganas ya de una vez que me la metas

-No mama

-He dicho que si, además ya no tengo riesgo de quedarme preñada, ya soy una abuela a mis 56 años ya no tengo la regla.

-No digas eso, eres todavía un pedazo de mujer! Lo de la regla para mi si es una pena con lo que me gustaba disfrutarla.

En esos momentos la cogí de nuevo y la bese, las lenguas jugueteaban y mientras con mi mano de izquierda le tocaba el clítoris, deshaciéndose de gusto.

Finalmente le hice caso y nos dispusimos a afrontar un nivel mas del tabú que ya suponía esta relación, penetrar su coño, su cueva sagrada.

Se tumbo en la cama con la espalda apoyada en el colchón, abrió las piernas y las separa ayudándose de los brazos los cuales apoyó en las partes interiores de los muslos.

Se separó los labios mayores con las manos y cuando apoye la punta del glande sobre la entrada de la vagina me vine, vertiendo chorros y chorros de semen sobre la entrada del vestíbulo, tuve un montón de espasmos y el orgasmo o el éxtasis del momento se prolongo lo que me pareció un tiempo inicito, aunque seguro que fue breve.

Ese mismo fin de semana no paramos de follar, solo hacíamos que estar en la cama y follar y de vez en cuando parábamos para comer. Fue una maratón de sexo INOLVIDABLE, que aun recuerdo como si hubiese sido ayer.

No pudo ser por esta vez, pero en la próxima os contaré como finalmente si acabamos haciéndolo.

tonivalencia84@hotmail.com

por favor si lee alguna mujer o madre, este, mi primer relato, que me de su sincera opinión pues quizás me sirva como autentica fuente de inspiración.