Mamá enviciada con mis Masturbaciones.02
Mi madre y yo continuamos con nuestro vicio mutuo continua.
Segunda parte del relato “Mamá enviciada con mis Masturbaciones"
(http://www.todorelatos.com/relato/138253/)
Un día sábado muy temprano me levanté a la cocina para tomar un vaso de agua.
Al salir al pasillo escucho el televisor de la pieza de los padres. Estaban despiertos. Camino unos pasos y veo salir a mi madre de su habitación. Solo con una camisa de tirantes, muy delgada, color piel. Con su índice derecho en sus labios me indicaba que tenía que mantener silencio. Solo me dediqué a contemplar a sus exquisitas curvas luchando por liberarse de la delgada prenda. Lo delgada de esta dejaba en claro que sus delicioso pezones ya estaban duros y dispuestos, sin sostén que los contuviera. Y que no llevaba calzón alguno que obstaculizara, a quien les habla, de gozar de las bondades de tan complaciente y ardiente hembra.
- Voy a buscar algo para comer a la cocina y a poner a lavar a la lavadora - dijo en voz alta hacia la habitación donde mi padre estaba acostado viendo a la TV.
Ella se arrodilló ante mi bajando mi pijamas, y liberando mi verga erecta. Comenzando a mamar sin miramientos.
Sus ojos clavados en los míos, mientras mi herramienta entraba y salía lentamente solo hasta la mitad de su extensión. Sus manos apretaban mis muslos. Su lengua le daba los buenos días a mi falo con calientes caricias en la parte baja de mi glande, y con su lengua apretándolo contra su paladar cada vez que mi pene entraba en su boca. Sus mamadas comenzaban a aumentar su frecuencia y con eso mi placer.
Mi verga estaba empapada con la mezcla de su saliva y mis líquidos preseminales. Puso sus labios envolviendo mi glande, presionando los con el cálido borde interno de estos, como un masaje, mientras que con su mano derecha pajeaba en toda su extensión mis 18 cm de verga. Tironeaba suavemente mi escroto tomándolo entre mis bolas, cada vez que su impetuosa mano tiraba hacia atras mi forro. A ratos abría su boca al máximo y lamía mi glande desde abajo, logrando sentir la suavidad de su tibia lengua desde la mitad de mi falo, pasando por el frenillo y llegar a la punta, sin dejar de tironear mi prepucio.
De pronto escuchamos ruidos desde el dormitorio de mis padres. Nos alertamos. Ella soltó mi pene y se puso de pie. Yo subí mis pantalones y caminamos rápidamente en silencio a la cocina. Ocultos escuchamos a papá entrar al baño.
Eso estuvo cerca mamá.
Si no hay adrenalina, ¿cuál es la gracia? - dijo ordenando ordenando cosas en la cocina, para preparar el desayuno.
Me quedé un instante mirándola, de perfil, sus curvas se marcaban perfectamente bajo esa delgada prenda. Además, al encontrarse a contraluz, su figura se traslucia. Su culo grande y redondo, junto con sus golosas tetas colgando naturalmente y sus puntiagudos pezones erectos, grandes como aceitunas. Provocaron que mi verga volviera a levantarse con ansias de continuar con lo que fue interrumpido.
Me puse detrás de ella, subí su camisa de dormir hasta la cintura, puse mi pene (ya fuera del pantalón) entre sus nalgas. Para luego abrazarla por la cintura y cargar mi verga en su raja caliente.
Tu padre puede aparecer en cualquier momento - en tono de duda.
Bah! - exclamé - ¿acaso no querías adrenalina?
Estábamos en eso cuando escuchamos la descarga del WC.
Con mis manos recorrí su caliente piel, aun con la calidez de la cama, por debajo su ropa, desde su cintura hasta sus grandotas y calientes tetas. Ella levantaba su cola para sentir más a mi dura verga restregarse en su raja. La humedad de su sexo en aumento comenzaba a facilitar nuestro roce.
Comenzamos a coordinar nuestros movimiento, ella inclinaba cada vez más, acercando mi ariete a la entrada de su cueva. Yo amasaba sus abundantes mamas a medida que comenzaba a rozar los labios de su vagina. Con cada arremetida mi glande acariciaba las puertas de esa placentera gruta, impregnando de sus caldos mi herramienta. Al momento en que comenzaba a penetrar vagina, y sentir como sus labios comenzaban a envolver mi pene. Escuchamos la puerta del baño abrirse y cerrarse.
Rápidamente, doblemente excitado que en el pasillo, solté a mi madre y caminé a la logia, simule ordenar la ropa sucia, dando la espalda a la puerta, para evitar que él notara mi erección. Mi madre simulaba algo agitada, mientras preparaba unos sandwish. Cuando papá apareció en la puerta de la cocina.
Mi verga, aun erecta al máximo, palpitaba dentro de mi pantalón del pijamas, manchados ya por los jugos de mamá.
¿Que preparas? - pregunto papá.
Unos sandwish - dijo mi madre algo agitada aún.
Podrías hacer unos huevos fritos, me dieron ganas. Están dando un programa bueno en la TV y quiero seguir viéndolo acostado.
Ya mi amor - dijo mamá - no hay problema, yo te llevo el desayuno en un rato.
Estás colorada. ¿Que te pasa?
Nada, me dio un poco de calor nomás.
Si va a hacer calor hoy - dijo mientras se iba.
Era increíble la indiferencia de mi padre hacia mamá. Ella estaba casi desnuda en la cocina y el le dió lo mismo.
Luego de esos eternos 2 minutos. Retome mis labores, solté la ropa que simulaba ordenar y caminé hacia ella que seguía preparando el desayuno.
Levanté su camisa, descubriendo su culo. La respuesta de ella fue inmediata, apoyo su abdomen, tetas y antebrazos en el mesón. Quedando en 90 grados, poniendo a mi completa disposición su raja, objeto de mi placer. Acomode mi verga en la entrada de su vagina y suavemente metí mi glande, el que fue recibido sin obstáculos, en un calce perfecto.
Tomándola con ambas manos de su cadera. La penetre de manera completa, sin pausa, pero sin prisa. Disfrutando de los placeres de su carne. Sentía que mi verga un rodeada por sus carnes fervientes, apretando mi falo en un ardiente abrazo. Llegue a lo más profundo posible, hasta el punto de sentir que me estrellaba contra su pared más profunda, mientras ella liberaba murmurados gemidos.
Asi, empalada, acaricié recorriendo su espalda con mi pulgar derecho cargandolo levemente a lo largo de su columna, sin retraerme de su interior, sino cargandome aún más en ella. Sus gemidos continuaban suavemente. Luego lo hice con la izquierda desde su cadera marcando mis dedos en su piel. Volví a recorrer su espalda hasta tomarla de su hombro derecho. Y comencé mi mete y saca.
- Uyyy siii... Me encanta como me tomas, como me tocas y me follas. - dijo entre resopladas.
Mis penetraciones eran fuertes y profundas en un ritmo constante. Mi verga salía casi totalmente para volver a entrar fuertemente en su totalidad, rematando en su ajustado interior. El choque de mi glande en su interior liberaba casi un choque de placer que me obligaba a seguir haciéndolo cada vez más fuerte, enviciandome.
Suaves y alargados "ay" se escuchaban salir de la boca de mamá, al ritmo fuerte y marcado con que la estaba poseyendo, come penetrándola 1 vez por segundo. Su ardiente cavidad recibía deseosa mi polla en cada arremetida elevando el placer a niveles superiores. Mentalmente contaba cada penetración , que era respondida por un contenido gemido de ella.
1... "Ay" ... 2 "ay" ... 3 "ayyyy" ... 4 " uuuhh" ... 5 "mmmm"...
Sus tetas aprisionadas contra el mueble de cocina amezaban con escapar por los costados de su hermoso cuerpo. Ella estaba apoyada con sus antebrazos en el mesón, aun con un pan casi molido en su mano derecha empuñada, y un cuchillo mantequillero, en la izquierda. Cómo salía y entraba casi completo, el poco aire que entraba entre penetraciones provocaba pequeños pedos vaginales que sonaban de tanto en tanto, al momento en que se lo metía.
10... "Fuerte..."... 11... "Uhh"... 12... "Aiiii.."...
Los fluidos de su gruta afloraban con cada movimiento lubricado todo y empapando mis huevos, hasta mis piernas.
20... "Siii" ... 21 "mmm"... 22 ... "Ahhh"...
- ¡¡María!! - grito mi padre desde el dormitorio.
23... "Ay.." ... 24.. "shhh..."
- (25) ¡¡¿Queeeé?!! - respondió gritando de vuelta, sonando más a un gran gemido.
26... "Shhh" ... 27... "calladito..."
¿Puedes hacer los huevos con tomate?
(28) ¡¡¡¡¡Siiiii!!!!
29.. "tienes.." (murmurando) ... 30... "Que"... 31... "Apurarte..."... 31... "Me..."... 32... "Me vengo"
Seguí con el banquete sexual de su cuerpo. Hasta que ella se corrió doblando sus piernas y arqueando su espalda. Soltó un meloso "mmmm". Su vagina apretó con fuerza mi miembro haciendo que yo la siguiera en un orgasmo épico. Descargue mi semen acumulado de días en su interior en muchos disparos que sentí como chorros. Los cuales gatillaban placer desde nuestros terminales nerviosos. Sentia mi descarga desde la contracción de mis bolas, recorrer mi verga en su extensión y terminar liberándose en su interior, llenándola. Su sexo es lejos una de las delicias más extasiantes que he probado en mi vida.
Mi verga siguió con sus contracciones en su interior aún después de haber eyaculado. Solté sus hombros y ella se dejó caer sobre el mesón nuevamente. Aun estaba algo erecto así que seguí bombeando la suavemente. Tomándola de sus caderas, disfrutando de la suavidad de su piel, y apretando sus hermosas nalgas con mis manos. Lo blando de su anatomía, lo caliente de su tacto estaba volviendo a excitarme. Solo un pequeño instante pasó para que ella se reincorporara moviendo su culo siguiendo mi ritmo. Aproximadamente dos minutos pasaron para que volviera a empalarla completamente con mi mástil erigido en todo su esplendor. Con mis pulgares separé sus glúteos para penetrarla más profundamente. Todo ese momento fue un trance de sexo.
Divina juventud - dijo mirándome con la típica mirada del ciclista, osea por sobre el hombro hacia atrás.
Me calientas mucho - dije. Mientras la follaba nuevamente.
Dejame hacer esos huevos. - dijo agitada.
Se paró, limpió su sexo con una servilleta y mirando mi pene dijo sonriendo. "A la tarde seguimos".
- Si no llego con el desayuno luego, tu padre va a sospechar. Separa la ropa para lavarla - Aprovechó para mandarme.
Aun caliente y resignado, camine con mi erecto falo brillante por la mezcla de nuestros fluidos. A separar la ropa sucia. Debía portarme bien para no perder los beneficios que estaba disfrutando.
Ella terminó de preparar lo que le encargaron, y se marcho.
Las cosas siguieron en la supuesta normalidad de lo cotidiano. Me levanté más tarde, para almorzar. Aun caliente, a pesar de haber descargado una buena cantidad dentro de mamá en la mañana. Mis ansias de sexo no menguaban.
Bistec con arroz era el menú. Estaba bastante sabroso. Me senté en el comedor, donde mi padre se encontraba a la cabeza, luego mi madre a su lado derecho. Obviamente me senté frente a mamá. La muy perfida estaba usando un vestido escotado, no grosero, pero coqueto. Se veía hermosa, deseosa.
Nuestras miradas se cruzaban cómplices, mientras la conversación fluía en la mesa. Hablamos cosas misceláneas, sin mayor importancia.
¡Me acabo de acordar! - exclamó mi madre sorpresivamente - Tengo que preparar una presentación de Powerpoint para una reunión del lunes y estoy complicada con eso. ¿Me podrías ayudar? - Me preguntó mirándome a los ojos y con una sonrisa insinuante.
Ya... está bien - respondí en tono levemente molesto, para disimular - después de almuerzo.
Mi padre seguía comiendo y mirando el televisor. Para luego decir:
- Hagan lo que quieran, yo voy a dormir una siesta.
Nos miramos casi inmediatamente a los ojos, con mamá. Para después sonreír bajando nuestras cabezas.
"Que gran oportunidad" pensé. La verdad es que con la sola idea de que tendríamos sierra libertad para liberar nuestras perversiones, me excite inmediatamente, mi pene reaccionó al instante.
Disimulamos nuestra ansiedad y calentura, hasta terminar de almorzar. Con una conversando con papá.
Terminamos de comer y ayude a mamá a llevar los platos y cubiertos a la cocina. La atrape contra el lavaplatos mientras dejaba algunos trastes en el.
Con mis manos en su cadera y mi verga ya erecta entre sus nalgas le dije al oído "cuando quieras te ayudo con tu presentación". Ella tomó una de mis manos, paró la cola y respondió suavemente "espera que papá se duerma, voy a buscar el pendrive con la información, espérame en tu dormitorio"
Se separó de mi y se fue. Rápidamente con mi carpa en mis pantalones, me dirigí a mi habitación.
Estaba tan caliente que apenas llegué a mi pieza me saque los pantalones y calzoncillos. Mi verga saltó como resorte una vez liberada.
Pasaron unos 15 minutos que parecieron eternos. La ansiedad me tenía parado frente al pc mirando videos de maduras Curvy como mamá, y pajeandome. Afirmaba mi mano te tenía tomada mi polla en el borde del escritorio y movía mi pelvis simulando penetrar un buen culo, como el culo de María.
En eso estaba cuando escuché golpear la puerta.
Traje el pendrive ¿Puedo pasar? - dijo María, en tono inocente.
Si, sí adelante.
Al entrar cerró con seguro la puerta. Traía el mismo vestido de verano, con motivos floreados y tonos rojos, algo escotado y con el largo suficiente para cubrirla hasta medio muslo. La diferencia es que a juzgar por la caída de sus apetitosas tetas, no estaba llevando sostén alguno. Además, sus marcados durísimos pezones, la delataban.
Sus hermosos pechos se bamboleaban bajo su ropa, con su coqueto caminar.
Tomo mi verga con su mano izquierda, la cual ya había soltado al verla entrar. La idea de que solo llevará ese vestido delgado puesto elevó mi calentura al nivel de desesperación, con mariposas en mi estómago y un hormigueo en mi falo.
Acariciando mi pene me dijo al oido:
Por fin se quedó dormido tu padre - levantó su mano para mostrarme el pendrive - Traje algo aquí que quiero que veas.
Ahí está el computador, todo tuyo.
¿Que estás viendo?
Porno, maduras con sus curvas apetitosas como tu.
mmmm ¿y yo soy asi? - preguntó acercando su cuerpo de frente al mío, mirando la pantalla y rozando mi glande en su sexo.
Tu eres mucho más hermosa, y caliente.
Con ambas manos tome su culo desnudo por debajo de vestido, a cercando a mi. Mientras ella seguía sin perder detalle del video porno, ni tampoco, dejar de estimular su sexo con mi erecto pene. Bese su cuello, recorriendolo hasta llegar a su oído.
Necesito volver a penetrarte - esas palabras solo fluyeron desde mi calentura.
Todo a su tiempo - cargando sus manos en mis hombros - siéntate en la silla.
Asi lo hice y sin dejar de pajearme se arrodilló entre mis piernas.
- Masturbate en mi cara.
Soltó mi pene para dejarme a cargo del menester. Tomé mi falo con mi pulgar, índice y dedo medio. Para comenzar con una paja lenta. Ella besaba y lamía mi glande ya brillante. Mis movimiento eran lentos tirando lo más que se pueda mi forro para atrás y descubrir en toda su magnitud mi verga para ella. Para que lo siguiera besando y regresando por su cara.
Mi glande paso por sus párpados, mejillas, nariz, labios, y de vuelta. Su húmeda lengua lo envolvía a ratos, mientras yo aumentaba mi ritmo cada vez más. En varias ocasiones comenzaba a sentir ese hormigueo previo entre mis testículos antes de eyacular y me detenía para no terminar tan luego.
Mantuvimos ese juego un rato. Entre caricias de ella y mi lenta paja sobre su cara. Mi excitación y sobreestimulacion había llegado a tal punto que el pulso de mi verga hacia que está saltará como espasmos.
Cada vez cargaba más la cabeza de mi miembro en su cara, haciendo trazos con este como si fuera un lápiz o un plumón. Mi líquido preseminal dejaba líneas en su rostro al pasar. Apenasrozaba su boca, ella respondía chupando y lamiendo. Llegué a un momento en que yo podía resistir más mis ganas de acabar, acabar sobre su hermoso rostro. Llenar su cara de mi semen.
Sentí como mis genitales luchaban por liberarse de tanta carga erótica. Así que puse mi verga al costado izquierdo de su cara. Con mi forro recogido sin mover mi mano, solo movía mi pelvis. Ella besaba y lamía mi pene. Con los movimientos recorría desde su ojo hasta su boca, rozando su piel con mi glande.
De pronto no pude contener más y comencé a liberar mi descargar genetica sobre si linda cara. El primero fue abundante y llego a su frente, el segundo de una cantidad similar cayó en su párpado y el siguiente en su mejilla. Su lengua lamía desde abajo a mi tronco. El siguiente disparo mojó su nariz y los siguientes se posaron en su lengua. Ella siguió recibiendo mi leche mientras recorría mi pene aún erecto con su lengua.
Cuando termine de eyacular, ella con una gran sonrisa y mirada ardiente, tomó mi verga con una de sus manos y usándolo para recoger los restos de semen de su cara, para luego mamarlo aprovechando lo que quedaba de dureza.
Eso fue delicioso, pero aún no me has ayudado con la presentación. - dijo cuando soltó a mi pene flácido y sin restos de corrida.
Después de esto, pídeme lo que quieras - le dije mientras se ponía de pie.
Ella se volteo e inclinó, sin doblar sus piernas para poner el pendrive en el puerto USB. No era mucho espacio, por lo que su culo empinado quedo a escasos centímetros de mi cara.
Mi calentura me hizo poner manos a la obra, comenzando a recorrer sus piernas, desde sus rodillas, subiendo, y metiéndome bajo su ropa.
Levanté su vestido hasta su cintura, quedando al descubierto la totalidad de hermoso, grande, suave y redondo culazo. Comencé a lamer la parte trasera de sus piernas, para subir lentamente. Mis manos amasaban sus nalgas blandas y calientes. Y su aroma a hembra invadía el ambiente.
- Mira - interrumpió mi labor.
Era el vídeo de ella misma de espaldas sobre su cama, desnuda totalmente, abierta de piernas y masturbándose con un consolador. Su coño estaba totalmente depilado. En el vídeo. Y lo busque con mi mano para comprobarlo. Su suavidad me cautivó inmediatamente hasta casi eyacular.
- Vine depilada y limpiecita para ti mi amorcito - dijo mirándome para atrás. - te hice este vídeo para que te masturbes pensando en mí cuando yo no esté.
En la mañana con la prisa,no lo había notado.
Estaba tan endemoniadamente caliente que no puse mucha atención a sus palabras. Su video me tenía atónito, su hermoso cuerpo expuesto en todo su esplendor retorciéndose de placer cada vez que ese aparato entraba y salía de su vagina.
Cuando reaccioné estaba con mi nariz metida en su ano, y lamiendo su raja, mientras que con mi pulgar derecho estimulaba su clitoris. Por su parte, ella levantaba más su cola para permitirme comer de su sexo.
El sabor a hembra de sus caldos me tenía absorto en un mar de pasión. Quería comerla entera. Ella separó un poco más sus piernas y comenzó a restregar su raja sobre mi cara. Sus jugos me empaparon desde mi frente hasta mi mentón. El roce de carne ardiente por mi cara estaba provocando ya una nueva erección. A pesar de lo vivido recientemente.
Fueron cuatro o cinco pasadas en las que solo me limité a sujetarla de su cadera y sacar mi lengua para saborear su sexo; antes de que la pasión me obligara a dar el siguiente paso. Me puse de pie, y ella me siguió, volteando se hacía mi. Baje los tirantes de su vestido por sobre sus hombros, cayendo este al piso y dejándola completamente desnuda para mí.
La tela recorrió sus curvas mientras las descubría. Lo primero en revelarse fueron esos deliciosos senos naturales, colgantes y pesados, coronados por esos pezones rosados y duros. Luego esa cintura y barriguita propia de una hembra madura y maciza. Para terminar con sus caderas anchas y piernas formadas.
Nos entrelazamos en un magreo pasional con mis manos en su grandes nalgas y ella con brazos rodeando mi cuello. Nuestras lenguas hacían el amor, y yo apretaba su suave trasero, sintiendo el carnal placer en ese manoseo.
Nos giramos, quedando ella de espaldas a la cama. De un momento a otro yo estaba sobre ella. Me tenía abrazado con sus brazos y piernas, yo con mis codos apoyados a los lados de su cabeza. Tome sus manos con las mías, entrelazando nuestros dedos, estire sus brazos por sobre su cabeza. Seguí besándola desde su boca hasta sus senos descubiertos, libres para mamarlos. Los bese cuidadosamente alrededor de su aureola, pasando por sus bordes laterales, inferiores, sientiendo el peso y volumen de sus exquisitas masas. Nuestros sexos se ensamblaron con total correspondencia. A media verga, giraba mi cadera en círculos. Ella contenía sus gemidos juntando fuertemente sus labios. Solo se escuchaban unos suaves, pero cada vez más fuertes y largos, "mmmmm....".
Seguí bajando con mi boca hambrienta, recorriendo su caliente piel, hasta llegar a su ombligo, solté sus manos y puse sus piernas en mis hombros. Abrí sus piernas, levanté sus caderas y puse una almohada bajo en su espalda. Su jugosa raja quedó completamente a mi disposición.
Sin más, comence a comer de su coño. Chupe su clitoris excitado, del tamaño de una aceituna, para seguir recorriendo con mi lengua los rincones de su húmedo sexo. Me serví de sus labios vaginales como si se tratarán una boca a la cual besaba, en un magreo hambriento. Luego de varias pasadas por casi toda la extensión de su raja. Me enfoque en estimular específicamente su clitoris.
Mis manos pasaban por debajo de sus piernas abiertas para tomar, cada una, sus mamas. Las apretaba trata de abarcar lo más posible de sus voluminosas tetas, manteniendo sus pezones entre mis índices y dedos medios. Apretando y soltando dichos botones al ritmo en que mis lamidas se abrían paso entre sus labios y estimulaban su clitoris.
Un rato inmensurable de tal dinámica de lujuria incestuosa pasó, hasta que las ganas de volver a penetrarla me obligaran a sacar mi cara de esa fuente de placer. Y colocar mi glande ansioso en la entrada de su encharcada gruta.
Tome sus tobillos para abrir sus piernas, que junto a su pelvis levantada, dejo la vía despejada para una penetración profunda. Comencé a cargarme sobre ella para penetrarla hasta el fondo. Lo hice sin apurarme para disfrutar el roce de mi miembro con la parte superior de su vagina. Cuando llegue al fondo, sentí chocar mi glande con su pared más interna, salí lentamente, alucinando por el placer que nos provocaba, llegando a dejar solo la cabeza de verga en su interior; para luego, volver a entrar sin apurarme.
Ella apretaba sus músculos internos para sentir aun más la fricción de nuestros sexos. Luego de 3 o cuatro veces de esas penetraciones lentas y profundas, solté sus tobillos, ella mantuvo abiertas sus piernas, tomándolas desde la parte de atrás de sus rodillas. Mojé mi pulgar con mi saliva para tocar su clitoris expuesto totalmente en esa posición. Con mis 18 cm de verga totalmente ensartado en su coño, agarre fuertemente su teta derecha con mi mano izquierda.
Empecé a penetrarla, retirándome solo hasta la mitad de verga para volver a metérsela a fondo, con mi pulgar estimulando su órgano de placer, siguiendo mi ritmo invasor de sus entrañas. La folle sin apurarme pero fuertemente. El placer era indescriptible.
Ella movía sus caderas en círculos, y a ratos levantaba un más sus caderas, facilitando mis penetraciones. Su cara de placer evidenciaba su disfrute, sus ojos cerrados, la boca apretada y su respiración agitada, me decían que estaba haciendo lo correcto para satisfacernos mutuamente.
El hormigueo previo a una pronta eyaculación comenzaba a manifestarse. Solté su clitoris y con ambas manos apretando sus tetas. Aumente mi ritmo. Cómo nos gustaba. Con fuertes y profundas penetraciones seguí ocupando su sexo. El cambio de ritmo la hizo soltarse aún más. Comenzó a gemir, primero suave y luego lo tanto.
uhhhh... Siiii.... Dale .....
Shhhh... - le pedí que bajara el volumen.
no me immmmmporrta... - murmuró.
Eso de que no le importará me calentó aún más. Solté sus tetas y me deje caer sobre ella. Nos besamos sin dejar de penetrarla, bese su cuellos, chupe su piel, lamí sus pechos hasta llegar a mamar uno de sus pezones. Lo mamé con fuerza como tratando de alimentarme de el, mientras mis estocadas no cesaban. Sentía que mi orgasmo estaba cerca, ella me rodeaba con sus piernas, y yo me cambié de teta, para seguir mamando de esos pezones contundentes.
Ella con una de sus manos me aprisionaba la cabeza contra su teta para que no dejara de chuparle el pezón. Mis penetraciones eran cada vez más rápidas. Sentía el chapoteo de sus jugos de su sexo con los movimientos. Solté su teta y puse mis codos apoyados a los lados de su cabeza y seguí penetrándola fuertemente. Era un mete saca intenso. Luego María, mi madre, mi caliente amante, soltó sus piernas, solo envolviendo me con sus brazos. Entendí que había alcanzado un orgasmo. Por lo que solo la penetre a fondo, mantuve en la profundidad, donde sus entrañas envolvían mi glande en un abrazo hirviente, y besándonos apasionadamente eyacule en su interior. Cada disparo de mi semen provocaban espasmos en nuestros cuerpos, y piel de gallina. Fueron 5 o 6 chorros, los que inyecte en su vagina. No dejamos de besarnos hasta pasados varios minutos.
Escuchamos la manilla de la puerta tratando de abrir. Saltamos de la cama al instante. Mi madre la había dejado con seguro, lo que nos dió algo de tiempo.
Oye! Están encerrados! - escuchamos a papá al otro lado.
Ahhh... Pase a cerrar el seguro, te abro papá - dije disimulando.
Mi madre muy astuta, tomó mi teléfono celular y llamó al teléfono fijo del departamento.
- Ya no importa, voy a contestar el teléfono.
Esos segundos fueron valiosos, no sé cómo nos vestimos, abrimos la ventana para ventilar y mamá puso una presentación en el Powerpoint que ha tenía lista.
Abrí la puerta y salí al baño. Papá miro a mi dormitorio y siguió a la cocina. Luego de no alcanzar a contestar el teléfono.
- Cortaron , no alcance a contestar. Voy a tomar un vaso de agua - dijo.
Continuaremos.