Mamá cambio mucho (3)

La tercera parte

MAMÁ CAMBIÓ MUCHO (III)

Voy a contarles la tercera parte de este relato.

En fin, como suele decirse todo lo bueno se acaba y tuvimos que volver a Madrid. Tras un viaje de una hora, aterrizamos en Barajas. Cogimos un taxi y volvimos a casa. La verdad es que estábamos un poco tristes por el final de las vacaciones, pero por otro lado contentos por el inicio de una nueva situación.

Tras llegar a casa, deshacer el equipaje, salimos a comprar. La diferencia de la última vez fue la felicidad sobre todo de mi madre. Estaba radiante, la mirada destilaba entusiasmo en todo lo que hacía.

Esa tarde, tras colocar todo, follamos en casa por primera vez. Fue algo muy especial. Fue diferente a otras veces. Con la misma pasión, pero más tierno, más como amantes que como polvo salvaje de Ibiza.

A eso de las nueve de la noche llamó su amiga Lorena. Le preguntó si podía pasar por casa. Tenía que hablar con ella. Por supuesto le dijo que pasara cuando quisiera. Me dijo que fuese discreto y eso. Cuando llegó la amiga de mi madre se fueron a una salita desde la que podía seguir la conversación desde un segundo plano.

  • Hija, Bea, que bien que has vuelto- se puso a llorar.

  • Tranquila Lore, ¿qué te pasa?- le preguntó mi madre.

  • Al poco de irte de vacaciones a Ibiza tuve unas sospechas de Antonio. Suponía que me estaba siendo infiel.- le comentaba la amiga de mi madre entre sollozos.

  • ¿Y…?- inquirió mi madre.

  • Pues si, hija, si…como suele decirse la cornuda es la última en enterarse, y creo que así ha sido…y lo peor es con quien- no dejaba de llorar Lorena.

  • ¿Con quien, la conozco?

  • Si, Bea, si. La conoces muy bien…Anita, nuestra "amiga"- en ese momento rompió a llorar más fuerte.

  • ¡Joder, que fuerte! No me lo puedo creer. Si parecía una mosquita muerta- le contestó mamá

  • Si, si, una mosquita muerta…una furcia…eso es lo que es, una jodida puta.- estaba casi gritando.

  • No, se, Lore, sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras. Lo de Carlos no fue tan fuerte, casi es lo más habitual…con su secretaria, pero esto. La verdad es que si que es una zorra.

  • Pues ahora que lo dices si que me gustaría pedirte un favor…si puedes. En caso que no puedas o no quieras…pues me lo dices y punto. Lo entenderé perfectamente.

  • Anda, hija, dime lo que quieres…-le apresuró mamá

  • Pues hasta que encuentre algo donde vivir…esto… ¿podría quedarme en tu casa?- por fin le preguntó Lorena.

  • Hija, me habías asustado…claro que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras- le contestó mi madre. A mi me bajó un poco la moral. Ahora no podría estar con mi madre como a mi me gustaría…pero claro, era su amiga y estaba muy mal.

  • Pues si no te parece mal, mañana me vengo- le dijo Lorena.

  • Sin problemas. ¿Necesitas que te ayudemos en algo?

  • Bueno, eso ya sería demasiado. Me gustaría traer algunas cosas. Si podéis ayudarme, genial.

  • Pues mañana vamos Luís y yo a ayudarte con lo que quieras.

  • Muchas gracias, Bea- le dijo Lorena a mi madre mientras se abrazaba a ella y le daba un beso en la mejilla.

Al día siguiente fuimos a ayudar a la amiga de mamá. Metimos las cosas en el coche (a mi por supuesto me tocó el trabajo más pesado) y volvimos a casa. Tras colocar las cosas salimos a tomar algo, para intentar animar a Lorena. Al día siguiente mi madre le propuso a Lorena ir al jardín a tomar el sol, y en su caso meterse un poco en el agua, en una piscina pequeña, de esas que se montan, donde caben tres o cuatro personas como mucho. Además todavía era verano y hacía buen tiempo. No se si a Lorena le apetecía o no, pero dijo que le parecía estupendo.

Fuimos todos al jardín y para mi sorpresa mi madre se puso a tomar el sol en topless, como si estuviéramos todavía en la playa (lo de ponerse en bolas sería demasiado). Fui a la cocina a buscar algo para beber. Lorena se puso a hablar con mamá

  • ¿Y esto?, Bea- le preguntó Lorena.

  • Pues hija, en Ibiza todo el mundo iba así, y yo no iba a ser menos. Además fíjate que color más bonito han cogido mis tetas.

  • Si, si, ¿pero no te da vergüenza hacerlo delante d tu hijo?

  • Para nada. Es mi hijo, y entre él y yo hay buena relación. Me ha visto así en la playa y no le parece mal. Incluso me ha dicho con un cuerpo como el mío la pena sería no lucirlo.

  • Míralo, que majo

  • Deberías animarte. Es muy cómodo…te da una sensación de libertad.

  • No se, Bea. Me da no se que. Aquí con tu hijo…no se.- le dijo Lorena

  • Por Luís ni te preocupes…es un sol, de verdad te lo digo.

  • Ya lo se…tienes mucha suerte con él…y además es aparente, ya sabes.

  • Lorena…que es mi hijo- intentó escandalizarse mi madre.

  • Ya, pero una no es de piedra, y ahora estoy… ¡necesitada!- hizo una gracia

Ese día a todo lo que se atrevió Lorena fue a hacer como muchas mujeres, es decir, soltarse la parte de atrás cuando toman el sol boca abajo. Quiero aclarar que nuestra casa hace esquina en la urbanización y donde esta el jardín con la piscina goza de una buena intimidad, de ahí la libertad de mi madre a la hora de tomar el sol como lo hacía (en otro caso sería más pudorosa). Por la tarde seguimos un rato en la piscina y por la noche decidimos hacer una barbacoa en el jardín, para celebrar la llegada de Lorena. La verdad es que mi madre quería que se sintiera como en su casa y no como una invitada. Le dijo que era su casa y le enseñó donde estaba todo…podía coger lo que quisiera. Para la cena preparé una sangría, a la que le puse alcohol, pero sin exagerar, es decir, no para niños, pero tampoco para tumbar a un cosaco. Mi madre y Lorena elogiaron mi sangría y bebimos con gusto, a la vez que me encargaba de hacer el fuego y llevar todo lo que era la barbacoa, como sería "función del hombre de la casa". Después de cenar además lo recogí todo y llevé algo para beber.

  • Cuando decías que tu hijo era un sol, creo que te quedas corta…es más que eso. Tienes un tesoro en casa- dijo Lorena a mi madre.

  • Si, ya lo se. Y encima tiene mano en la cocina, como has podido ver.

  • Si, ha sido la mejor barbacoa de mi vida. ¡Que buena estaba!- dijo Lorena. Cuando regresé de la cocina les puse las bebidas. Las dos gin-tonic y yo, para variar ron-cola. estuvimos hablando, sobre todo de lo cerdos, cabrones, hijos de puta, etc, que son los hombre durante casi toda la noche mientras nos tomamos un par de copas y mamá y Lorena fumaban un par de cigarrillos. Nos fuimos a dormir. Antes pasé por la habitación de mi madre, para darle un beso y meterle un poco de mano…estaba a mil, pero me tenía que aguantar.

Por la mañana fui el primero en levantarme y me dispuse a preparar el desayuno. No sabía que desayunaba Lorena, así que hice zumo de naranja, café y tostadas, aparte de la bollería. Ella fue la segunda en bajar y me dijo que tomaría tostadas, pero que se las prepararía ella misma. Le dije que me gustaba la cocina y lo hacía encantado, no porque fuera invitada. Que a mi madre también se lo hacía habitualmente. Se sentó y empezó a desayunar justo en el momento que mi madre aparecía por la cocina con los ojos medio cerrados aún. Le puse lo mismo que a Lore y después recogí. Vagueamos un rato y cuando el sol calentaba un poco más fuimos al jardín. Para comer había paella, que era una de mis especialidades. Al rato de estar tomando el sol me fui a preparar las cosas. Al volver vi a Lorena haciendo topless. La verdad es que tiene unas tetas un poco más pequeñas que las de mi madre, pero muy bien puestas, con unos pezones pequeños pero muy oscuros.

  • Mira, hijo…al principio le daba vergüenza, pero se ha animado. Dile como era en Ibiza- me dijo mi madre.

  • La verdad es que en Ibiza vamos a decir que casi te miran mal si llevas el bikini. Por eso mi madre se animó a quitarse la parte de arriba. Además, como le dije a mi madre, con un buen cuerpo es más fácil…y tú no lo tienes nada mal, Lorena

  • Vaya, muchas gracias…no sabes la vergüenza que me da, pero…la verdad que si que es más cómodo- dijo Lorena

  • En Ibiza incluso había muchas zonas de nudismo- afirmó mi madre- pero yo solo lo hice en la terraza del apartamento- mintió mi madre.

  • Jamás pensé que pudieras hacerlo- aclaró Lorena

  • Ni yo, pero cuando ves a la gente…pues te animas- respondió mamá

El calor se hizo un poco más fuerte y coincidimos todos en la piscina. Mi madre cogió una pelota y se la pasó a Lorena por encima mío, jugando. Ella lo entendió en seguida y se la devolvió. Me di cuenta y empecé a jugar. No me lo ponían fácil. Una de las veces estuve a punto d llegar a la pelota cuando Lorena se la iba a pasar a mi madre, sólo que al caer le pasé una de mis manos sobre una de las tetas de Lorena.

  • ¡Uy!, lo siento- le dije a Lorena

  • Nada, no te preocupes- dijo ella.

Esa tarde mi madre salió a comprar y Lorena y yo nos quedamos en la piscina. Por la noche mi madre propuso pedir unas pizzas para cenar y no tener que preparar nada. Nos pareció bien. Pedimos las pizzas y como la noche anterior preparé algo para beber, lo mismo que el día anterior. Puse algo de música, tipo chill out como la de Ibiza. El ambiente estaba muy relajado. Cuando preparé la segunda copa, mi madre nos sorprendió.

  • Creo que esto hay que amenizarlo un poco, ¿no creéis?- dijo mi madre, sacando una piedra de hachís del bolso.

  • ¿Y esto, Bea?-le preguntó Lorena

  • Otro legado de Ibiza. Si no te parece bien…pues nada- dijo mi madre

  • No, no, nunca he fumado hachís,…pero, adelante- le contestó Lorena

  • Ya verás que bien- dijo mi madre, preparando el porro. Cuando terminó los preparativos, lo encendió, y después de la primera calada se lo pasó a Lorena, que le dio un par de caladas. No sabía si devolvérselo a mi madre o pasármelo a mí. Se decidió por esto último. Le di una calada y se lo pasé a mi madre. Nos dijo que al salir a comprar vio a un chaval vendiendo y no se pudo resistir. Nos reíamos por todo. Mi madre fue al baño.

  • Y, bueno, Luis, ¿tienes novia?, un chico como tú…creo que se lo rifarán las chicas, ¿no?- me preguntó Lorena

  • Pues, no, todavía no. La verdad es que no me interesan las niñatas del colegio. Son muy inmaduras y superficiales. Ahora…bueno…si fuese una mujer…pues si, pero las niñatas, no

  • ¡Una mujer! Guau, que chico. ¿Y de que edad?- quería saber Lorena

  • No es cuestión de edad…de 30, 40 50…no es la edad, es la mujer.

  • Así que una de mi edad… ¿podría ser…tu pareja?

  • ¿Por qué no? – le contesté.

  • Y si no fuera para ser pareja, digamos que solo para

  • ¿Echar un polvo?- la ayudé

  • Si para echar un polvo… ¿también las quieres mayores?

  • Claro, claro…las mujeres saben mucho mejor lo que quieren. Como te digo las niñatas tienen la cabeza llena de pájaros.- en ese momento mi madre llegó del baño y aproveché para ir yo

  • Bueno, Bea…vaya conversación acabp de tener con tu hijo. No te crees que me ha dicho que prefiere las mujeres mayores…dijo que de 30, 40, 50, que la edad es lo de menos mientras no sean unas niñatas

  • Ya, me lo había contado.

  • Incluso me ha dicho…que…para follar solamente prefiere una mayor- le repitió la conversación a mi madre.

  • Si, si, ya lo hemos hablado.

  • Veo que tenéis mucha confianza. Normalmente los jóvenes de hoy casi no hablan con sus padres- dijo Lorena

  • Pero no es nuestro caso…afortunadamente. Además…- bajó la voz- en Ibiza lo vi desnudo y no está mal.

  • Hija, Bea, es tu hijo.

  • Ya, pero como decías antes, una no es de piedra.

  • ¡Ja,ja,ja!- rieron las dos- pues a mi me dan unas ganas…de pegarle un achuchón a Luís- dijo Lorena.

  • Toma, y a mi…- volvieron a reir

Llegué de aliviar tensiones, en el momento que estaban descojonadas.

  • ¿De que os reís?- les pregunté

  • De nada, de nada- dijeron al tiempo, sin poder parar de reír.

  • Venga, va, si es un chiste, yo también me quiero reír- insistí

  • Bueno, va- dijo mi madre- me decía Lorena que estabais hablando que prefieres las mujeres mayores que tu, no solo para salir, sino también para…vamos para follar, ¿es cierto?

  • Bueno, como le estaba diciendo a Lorena, pues si. Las niñatas de cabeza vacía no me van nada. Prefiero una mujer con todas las letras.

  • ¿Y serías capaz de follar con alguien, digamos de nuestra edad?- preguntó la cerda de mi madre. Quería matarla en ese momento…o más bien echarle un polvo.

  • Bueno, si, si ella quisiera, y a mi me gustase, ¿por qué no?

  • ¿Y como te gustan?- insistía mi madre

  • Bueno, mi ideal de mujer…pues esta sobre los 40

  • Anda, como nosotras- dijo mamá- a lo mejor tenemos una oportunidad- rieron las dos.

  • Como decía sobre los 40, digamos que buen cuerpo…no se, que me caiga bien- les dije.

  • Y si pudieses elegir…digamos…que entre Lorena y yo… ¿con cual te quedarías?- mi madre estaba juguetona.

  • No lo se…las dos tenéis buen cuerpo, me caéis bien, no se…tendría que probar- decidí seguirle la corriente.

  • ¿Y tu que dices, Lorena?- le preguntó mamá a Lorena.

  • No se. Estoy flipada, pero si puedo elegir, me pido primer- dijo riéndose

  • Pues si quieres…-le contesté

  • ¿Beatriz?- preguntó Lorena

  • Por mi, si quereis- dijo mamá

  • ¡Uf, que fuerte!… la verdad es que me apetece muchísimo, pero…- empezó a decir Lorena.

  • Pues nada, hija, no te quedes con las ganas, que luego te arrepientes- le dijo mi madre. Lorena se levantó de su silla y me tendió la mano

  • ¿Quieres venir, Luís?

  • ¡Claro!

Nos fuimos a mi habitación, ya que tenía una cama más grande. Cerré pero no eché el pestillo. Al llegar empezamos a besarnos, primero suavemente, luego más apasionadamente. Nos fuimos quitando la ropa, mutuamente. Lo mejor fue sacarle los botones de uno en uno, muy despacio. Finalmente le quité el sujetador y las bragas. Era muy peluda abajo. Me gustan de todo tipo, no digo que solo depiladas o con poco pelo…me gustan todas. Seguimos besándonos, luego le empecé a chupar sus oscuros pezones. Echó su cabeza hacia atrás y empezó a suspirar. La puse en la cama y me fui a su chocho. Estaba mojadísima. Se lo comí con ganas. Ella dijo que quería comerme la polla. Fue un 69 espectacular

-Estoy a tope, Luís…quiero que me la metas hasta el fondo, ¡Ya!, no aguanto más- dijo Lorena.

  • Ya estoy, quiero follarte.

  • Pues no te cortes, fóllame ya- suplicaba. Se puso en la clásica postura del misionero y abrió las piernas todo lo que pudo. La empecé a penetrar- sigue así, Luís, sigue así, que bueno.

  • Que chochito más rico tienes, Lorena…diossss, como me gusta.

  • Y a mi. Como echaba de menos esto.

  • Eso es, muevete, eres una diosa, Lorena, que bueno

  • Así, así, así, amor, sigue, sigue

  • Si, si

  • Lléname, por favor, lléname el coño

  • Hasta arriba

  • Si, hasta arriba, ahora. Amor, ahora

  • Oh, Lorena, tómala, toda

  • Siiii

  • Que vueno, eres genial- le dije a Lorena

  • Eres un follador nato…parece que tienes experiencia

  • Algo- le respondí

  • ¿Con quien?- quiso saber

  • Eso no te lo puedo decir

En ese momento se abrió la puerta del dormitorio. Lorena intentó taparse, pero al ver a mi madre completamente desnuda se detuvo.

  • ¿Beatriz, que haces?- preguntó Lorena

  • Hija, Lorena, como te dije antes…una no es de piedra…y al oíros follar, pues…me he puesto cachonda

  • pero…es tu hijo

  • Ya lo se…pero estoy como decías… necesitada

  • ¿Y eres capaz de follar con tu propio hijo conmigo aquí?

  • Ahora no me importa nada…solo pienso en tener una polla dentro de mi coño

  • Ven aquí mamá- le dije a mi madre. Llegó a la cama y se puso a un lado, dejándome en le centro. Nos dimos un beso en la boca

  • Vosotros…no me digáis que ya

  • Si…en Ibiza

  • Esto si que es fuerte…pero hija, después de estar con Luís…te entiendo perfectamente- aseguró Lorena

  • Y lo mejor de todo es que tiene un buen aguante.

  • ¿Quieres decir…?

  • Si, hija, si, que tiene para las dos

  • Pero con las dos…tú crees

  • te lo aseguro

  • ¿Y eso?

  • Pues…en Ibiza hicimos una amiga…y

  • Hicisteis un trío

  • Si…así que si quieres

  • Nunca he estado con otra mujer en la cama, salvo para dormir, claro- rió nerviosa

  • Ni yo hasta hace unos días- contestó mamá

  • Habrá que probar…no se- dijo Lorena

  • Claro que si- dijo mi madre mientras se acercaba a Lorena y le daba un beso en la boca. Al principio casi se resistió, pero luego se besaron con pasión. Por mi parte, le metía un dedo en el coño a cada una. Mi madre se puso en la postura que antes tenía Lorena y me puse a follarla, mientras que nuestra nueva amante se acuclilló sobre la cara de mi madre que le empezó a comer el coño. Era la primera vez que otra mujer le chupaba el chocho a Lorena, y parecía gustarle.

  • Sigue, Bea, me vas a hacer correr, si sigues así…que bueno

La cosa fue en aumento, hasta que Lorena se corrió bajos los influjos de la lengua de mamá, mientras mi madre se corría por el polvo que le estaba echando. Terminamos sudando los tres, fumando un cigarrillo en la cama. Esa noche decidimos que Lorena no buscase piso de momento. A ella le parecía tener todo lo que necesitaba en nuestra casa.