Mamá cambio mucho (2)

Continuación de las locas vacaciones en la Pitiusa mayor.

MAMÁ CAMBIÓ MUCHO (II)

Hola de nuevo a todos. Quiero terminar de contarles lo que sucedió en las vacaciones que disfrutamos en Ibiza.

Si leyeron el anterior relato me quedé en el apartamento tras una noche loca, absolutamente loca con mi madre. De hecho pensé al despertarme que había sido un sueño. Ese día tras un pequeño escarceo con mi madre nos fuimos a la playa. Nada más llegar, sin ningún tipo de pudor ahora por su parte, mi madre se quitó la parte de arriba y la de debajo de su bikini, quedándose completamente desnuda e invitándome a hacer lo mismo, cosa que por supuesto hice.

Estuvimos jugando en el agua, dentro de la cual mi madre intentaba cogerme la polla mientras que por mi parte mi "misión" era meterle un dedo dentro del chocho. Nos reímos mucho y fuimos a comer algo al apartamento, estando bastante cansados de los juegos. Decidimos quedarnos a tomar el sol en la terraza para descansar y salir esa noche a dar una vuelta por otra de las discos famosas de la isla. Por supuesto que lo primero para tomar el sol fue "ropas fuera". Nos quedamos dormidos un buen rato. Al despertarnos comimos algo, pero nos "quedamos con hambre"

  • Luís, cariño, me puedo comer "algo más". Me he quedado con algo de hambre…-dijo mamá.

  • Claro "¿qué te apetece?"- le pregunté, sabiendo perfectamente lo que quería decirme.

  • No sé…quizá un poco de salchicha…que dices.

  • La única salchicha que he visto es esta- le dije mientras le señalaba mi polla.

  • Me vale perfectamente

Me estuvo mamando la polla hasta que no aguanté más

  • Mami, estoy a punto

  • Ummm- fue lo único que dijo, sin dejar de chupar.

Cuando me corrí, como la primera vez se tragó una buena cantidad y el resto lo esparció por sus grandes tetas mientras se frotaba mi leche y gemía de placer. Ahora fui yo el que colocándome detrás de ella la comencé a acariciar por todo el cuerpo, especialmente en las tetas, pringosas por la leche que acababan de recibir, con una mano, mientras que con la otra le masajeaba su coño, sin llegar a penetrarla con nada. Ella se excitaba cada vez más.

  • Vamos, Luís, cariño, no me hagas sufrir más…fóllame- me suplicaba mi madre.

  • Todavía creo que no estás a punto- le contesté.

  • ¿Como que no?…tengo el coño a punto…venga mi amor, métemela ya- insistía mamá.

  • Te la meteré ya…pero si quieres que sea por el culo- fue mi respuesta.

  • Eres un jodido cabrón y un hijo de puta…estoy a mil por hora, quiero tu polla en mi coño, por favor- suplicaba mamá de nuevo.

  • Si quieres polla, será por atrás…- quería follarme el culito de mamá.

  • Por favor, cariño, se muy delicado…soy virgen por ahí.

  • ¿Qué?, no me lo creo.- le respondí

  • Con tu padre todo era más convencional

  • Iré muy lentamente

  • Por favor, mi vida, si te digo que pares, hazlo

Puse a mi madre en posición y lo primero que hice fue darle sendos besos en los cachetes del culo. Luego, le metí un dedo en la boca, que fue chupando hasta que lo introduje suavemente en su culo. Mamá dio un pequeño respingo pero no dijo nada, solo un suave gemido. Inicié un lento masaje alrededor de su ano, hasta que consideré que estaba bien dilatado y simplemente acerqué la punta de mi polla a la entrada de su culito, y empecé a presionar poco a poco, de forma que primero entró mi capullo y luego el resto de la polla.

  • Oh, si amor, así, despacio, un poco más despacio…-suplicaba mamá

  • ¿Te gusta, mami?- le pregunté mientras ella con una de sus manos se acariciaba su coño y empezaba a hacerse una paja.

  • Siiii, me gusta, amor- lo decía mientras empezaba a moverme con más velocidad, lo mismo que su mano, que ahora subía y bajaba a más velocidad.

  • Muévete, mamá, mueve el culo- le pedía

  • Si, siiii, así, me matas de gusto, cari, asíiiii, ohhhh- decía la golfa de mi madre, mientras estaba a punto de llegar al orgasmo.

  • Ya estoy, mami, ya estoy-le dije

  • Lléname, mi amor, lléname…- pedía mi madre

  • Siiii, voyyyyy- le dije mientras vaciaba mi leche de nuevo, esta vez en sus entrañas.

  • Ha sido fantástico, mi amor. No pensaba que me iba a gustar tanto.

  • Para mi también ha sido genial…poder desflorarte algo. Ha sido lo máximo- le respondí.

Después de descansar un rato, nos duchamos y cenamos, para salir a dar una vuelta. Lo de las discos nos había gustado, así que decidimos probar de nuevo, en otra

Primero nos tomamos algo en una terraza y seguimos a una discoteca muy famosa por su logo de una fruta de verano. Tras pagar la entrada nos metimos en el interior y pedimos un par de bebidas, lo habitual para nosotros (es decir, ginebra con tónica para mamá y ron con cola para mi). Ese día, como sucede en las discos de la isla, era la fiesta de algo así como se tu mismo (era en inglés). Cuando empezaron, la gente se transformaba, se volvía loca…era genial. Las y los gogo bailando como siempre. Mi madre, con un vaso en una mano y un pitillo en la otra se puso a bailar conmigo, como la noche anterior, pero esta vez nos mirábamos a la cara. No dimos un rápido beso y seguimos bailando. La gente descontrolaba bastante. Estando así se acercó una mujer, como la de la edad de mi madre, quizá un poco más joven y empezó a bailar como nosotros, detrás de mi madre. En su atrevimiento le pasó un brazo a mi madre por su vientre mientras le decía algo, que por el ruido no oía. Subió un poco más la mano hasta estrujarle una teta. Me estaba poniendo malo. Casi a gritos la pudimos oír.

  • ¡Que suerte tienes!- dijo la desconocida.

  • ¿Por qué?- le respondió mi madre.

  • Por tener a uno tan joven como ese – mientras me señalaba- aparte de guapo al ser joven, aguanta más, ¿no?- seguía preguntando.

  • Si, no me puedo quejar- le decía mi madre sin querer entrar en más detalles.

  • Debe ser maravilloso, poder estar con alguien así.- insistía la mujer

  • Perdona, pero es que no te oigo…con tanto ruido- siguió mamá. Se dio cuenta y por señas nos dijo que la siguiéramos. Fuimos a la terraza y nos sentamos en una mesa los tres. Aquí el ambiente era totalmente diferente, mucho más calmado.

  • Te estaba diciendo que debe ser maravilloso tener a alguien como él- le decía la mujer a mi madre mientras me señalaba.

  • Si, la verdad es que es una suerte.- mi madre seguí sin querer aclarar mucho las cosas.

  • Por cierto, me llamo Cristina, pero me dicen Cris- se presentó nuestra "nueva amiga"

  • Hola, él es Luís y yo soy Bea, vamos, Beatriz, pero me llaman Bea- nos presentó mi madre.

  • Bueno, Bea, me tienes que decir donde puedo conseguir uno como él. Con las ganas que tengo. Además aplaudo tu valentía, salir así con alguien que podría tener la edad de tu hijo, ya nos gustaría a muchas, pero no todas nos atrevemos- comentó Cris, y mi madre casi se atraganta.

  • Esto…, bueno, si. Hasta hace poco estaba casada, pero ahora soy libre…y no le rindo cuentas a nadie. Si me apetece enrollarme con alguien como Luís, pues lo hago y punto- contestó mi madre mientras sacaba el paquete de tabaco del bolso y le ofrecía uno a Cris, que lo cogió y otro para ella

Me fijé en la mujer. Alta, rubia, no estaba gorda, pero tampoco delgada, tetas normales, en general buen cuerpo.

  • Yo me divorcié hace poco más de un año. Desde entonces…a pesar que puedo, no me como un colín…por eso me das tanta envidia, por estar con alguien así…y por estar con alguien simplemente.

  • Bueno, es suerte conocer a alguien así, como Luís.- aseguró mi madre.

  • ¿Me lo prestas esta noche?- mi madre puso una cara de asombro- ¡es broma, mujer!- rió Cristina.

  • No, si él quiere...-dijo de nuevo mi madre, para asombro ahora de nuestra "amiga".

  • Bueno, Luís, ¿Quieres?- preguntó Cristina.

  • No se. Es que he venido a Ibiza con Bea, y me da palo dejarla sola- empecé a decir.

  • Por mi no te preocupes- dijo mamá.

  • No, Bea, no…- no quería decirle mamá delante de cristina, a pesar de que casi se me escapa en un par de ocasiones- que he venido contigo y me voy contigo…se me ocurre…no se, si quieres venir con nosotros.

  • Pero Luís- dijeron las dos a la vez.

  • Ya, es solo una idea- apunté

  • Por mi…vamos, que a mi no me molesta- apostilló Cristina, para asombro de mi mamá y mío propios.

  • Pues, a mi tampoco- afirmó mi madre, pero creo mas por decir, que por pensarlo así.

  • Entonces ¿queréis ir a casa ahora?

  • Por mi genial- dijo Cris

  • Vale- confirmó mamá

Cogimos un taxi que nos dejó en la puerta del complejo de apartamentos. Al entrar Cris me abrazó por un lado y mamá al verla no se quiso quedar atrás e hizo lo mismo. Iba abrazado a dos mujeres. Al entrar en el apartamento nos sentamos en el sofá. Les pregunté si querían beber algo, a lo que respondieron afirmativamente, mi madre lo habitual y Cristina lo mismo que yo. Mientras bebíamos hablamos de cosas sin importancia. La verdad es que estábamos bastante nerviosos Mi madre sacó otro pitillo, para ella y para Cris. La conversación cambió de rumbo y ahora giraba en torno a lo cerdo que eran los hombres. Se acabaron las bebidas y preparé más.

  • Qué si, Bea, que si un hombre ve un par de tetas mejores que las tuyas se olvida de todo y va a por ellas…por eso te digo la suerte de tener a alguien como Luís- decía Cris

  • Ya te digo…y si no son las tetas es el culo, o las patas de gallo…cualquier cosa…si pueden se van con una más joven…por eso yo me tomo la revancha.- contestaba mi madre.

  • Di, que si, Bea, brindo por eso, por la revancha de las mujeres de mediana edad…- nos había contado que tenía 39 años, como nos dijo se había divorciado, según ella afortunadamente no tenía hijos.

  • Por la revancha- brindamos mamá y yo. De nuevo mamá fue a sacar un pitillo, pero la detuvo Cris.

  • Se me olvidaba… ¿queréis un poco de maría?- preguntó Cristina mientras buscaba algo en su bolso.

  • Va… ¿por qué no?- respondió mami, con lo que casi me atraganto con el cubata. En la radio sonaba música chill out, quizá lo más apropiado. Cristina preparó un petardo de buen tamaño, lo encendió, le dio dos caladas y se lo pasó a mi madre, que tras otras dos caladas me lo tendió a mí (que no fumo) y seguí el ejemplo, pasándoselo a Cristina y así hasta que lo terminamos. Después de ir a buscar la bebida, me senté en el sofá entre mis dos acompañantes, pasando un brazo por encima de cada una, que a su vez se dejaron caer sobre mi cuerpo. Al rato noto como estaban jugando con mi abdomen, acariciándolo. Me armé de valor y con mis manos manoseé las tetas de mi madre con la mano izquierda y la de Cris con la derecha.

  • ¿Te importa si…?- dijo Cris mientras señalaba mi abultado paquete

  • No, por favor- le dijo mamá. Cristina después de un pequeño masaje por encima del pantalón, lo desabrochó y me bajó los calzoncillos, dejando mi polla al aire. Por mi parte me besaba con mamá y la ayudé a quitarse la camiseta. Luego fueron las dos quienes de forma alternativa me iban comiendo la polla. Era un éxtasis…lo más de lo más. En algunos momentos incluso eran las dos quienes uniendo sus lenguas me hacían un trabajo oral inolvidable.

Nos terminamos de quitar la ropa y fuimos al dormitorio. Estábamos a tope. Empecé a besar a mamá y Cristina se unió a nosotros. Incluso cuando bajé a chuparle las tetas a mamá ellas siguieron con su beso, acariciando mamá las tetas de nuestra invitada. Me puse detrás de mamá y apunté a la entrada de su coño, mientras Cris se abría de patas delante de mamá para que esta le pudiese comer el coño mientras yo follaba con mamá. era un frenesí de placer

  • Sigue así Luís, así…hasta el fondo, cariño- decía mi madre, entre lamida y lamida del coño de Cristina, excitándome de sobremanera que me llamase por mi nombre.

  • Que bueno, como me gusta tu coño, Bea- seguía con el juego

  • Pues a mi me encanta que una mujer que coma el potorro…es genial- dijo Cristina- Nunca me lo habían hecho

  • Me voy Bea, me voy…- le comenté a mamá

  • Vente dentro, lléname- respondió

  • Ahhh, siiiii- dije mientras derramaba una corrida colosal en el coño de mi progenitora.

  • Sabéis que…me he corrido con la comida de coño que me has hecho, Bea. Para ser la primera vez que una mujer me lo hace…me ha encantado- dijo Cris.

  • Pues me alegro mucho que te haya gustado la primera vez que me como un chocho

  • No puede ser. Si me lo has comido muchísimo mejor que mi ex en muchos años de práctica…gracias, Bea- y en esto va y le da un beso en la boca, suave, que poco a poco se convierte en un morreo en toda regla. Me fui a buscar la caja de condones que había llevado por si acaso y me coloqué uno. Aunque no parecía nada extraño, follar con desconocidos…mejor tomando precauciones. Mientras mi madre y Cris se besaban yo le lamía las tetas a nuestra nueva amiga y le pasaba de vez en cuando un dedo por su coño, hasta que ella abrió las piernas y metí mi polla en su chumino. Fallábamos con ella acostada sobre su espalda mientras le chupaba el coño de mamá que estaba en cuclillas sobre ella. Cuando llevaba unas cuantas embestidas pareció entrar en un nivel de placer superior.

  • Oh, dios mío, que bueno, no pares, no pares, por dios, sigue así, sigue, asíiii, que bueno- mamá se había incorporado y le comí las tetas.

  • Que bien te mueves, Cris- era verdad, al tiempo que la follaba movía la cadera.

  • No pares ahora, no pares…me corro, Luís, me corroooo

  • Y yooo-dije mientras que el condón casi no podía con la cantidad que había eyaculado.

Nos fuimos a duchar y luego a dormir. Yo en el centro, mi madre a un lado y Cristina al otro.