¡Mamá!
Hay cosas en la vida que una madre puede enseñar para disfrute sexual.
Mamá y yo siempre hemos estado muy unidas. Papá murió en un accidente de coche cuando yo era muy pequeña y jamás mi madre buscó a un nuevo compañero, por lo que he carecido de la figura de un padre. Mamá se dedicó exclusivamente a mí, lo que ahora que soy adulta valoro como un gran sacrificio. Una mujer tan guapa como ella y tan voluptuosa ha tenido decenas de pretendientes, pero ha preferido que no hubiera interferencias en nuestra relación, no se fiaba de casi ningún hombre para que viviese con nosotras.
Me hice mayor y poco después de cumplir los dieciocho le dije a mi madre que había conocido a un chico y que días después de presentárselo me iría a vivir con él. Mi madre se puso triste, casi se enfadó. Me consideraba su "pequeña", tenía miedo por mí y casi me reprochó su vida falta de un hombre por dedicarse a mí. Discutimos, le dije que ella lo había elegido así, que yo no la obligué. Finalmente las cosas se calmaron y nos abrazamos entre lágrimas, diciéndome ella que estaría encantada de conocer a Marcos, mi novio.
Marcos llegó un sábado por la tarde a casa y quedó fascinado con mi madre a primera vista. No lo pudo disimular. Además mi madre se vistió con una camiseta de tirantes que dejaba ver todo su generoso escote, porque ella tiene el triple de tetas que yo.
Creo que mi madre había bebido alcohol, quizá por estar deprimida ante mi inminente marcha. La ingesta de alcohol era entonces lo que le hizo desinhibirse y actuar de un modo novedoso para mi, pero que no me resultó ni humillante ni ofensivo, sino sorprendente y diría incluso que hasta gracioso.
Tras el beso de rigor en la mejilla mi madre le echó mano al paquete, pero a pesar de mi sonoro "¡Mamá!" , ella no cejó en el empeño de manosear entre las piernas de mi novio que sorpresivamente se dejaba hacer y para colmo mostraba en aquella parte una hinchazón más que evidente después de varios segundos del insólito trato de mamá. "Tu madre es un encanto nena" exclamó Marcos el muy capullo. Pero sonreí, al ver cómo dos personas a las que tanto amo empezaban a compenetrarse.
¿Por qué no me la chupas querida futura suegra? Así enseñarás a la nena como se hace.
Y sí, efectivamente una puede aprender muchas cosas de una madre, pasar un rato excitante mientras ella lo enseña y además reforzar los vínculos familiares.