Mallorca cambio mi vida

Como tuve relaciones con mi mamá viuda desde hacía unos cuantos años.

MALLORCA CAMBIO MI VIDA

Hola, a todos los lectores de relatos de incesto. Quiero relatarles la historia que ocurrió hace ya algunos años, no muchos, pero que sin duda me marcó para toda la vida.

Lo primer es presentarme. Me llamo José y actualmente tengo 22 años. Vivo en Madrid y voy a empezar el último curso en la Universidad, donde espero licenciarme en Derecho. Físicamente no soy guapo ni feo, del montón, estatura media y sin ser un estudiante modelo, suelo aprobar casi todas las asignaturas en junio, si bien a veces he tenido que estudiar en verano para sacar alguna en septiembre. Hago deporte con frecuencia, y estoy en un equipo de fútbol sala, de amigos, que jugamos para pasar el rato.

La otra parte de la historia es mi madre, Rosa María, que ahora tiene 42 años. Es enfermera y trabaja en un gran hospital de Madrid. Para mi es una mujer increíblemente guapa, pelo castaño claro, ojos color miel y un buen cuerpo en general. Hace poco ejercicio, pero cuida mucho lo que como y como vicios apenas fuma unos 5 o 6 cigarrillos al día y bebe de forma esporádica, algún fin de semana, alguna fiesta...

Vivimos solos ya que mi padre murió cuando yo tenía 8 años, en un accidente de tráfico. Gracias al dinero del seguro, la pensión y el sueldo de mamá podemos vivir desahogadamente, incluso nos permitimos algún capricho.

Mi vida se desarrollaba con la normalidad que puede ser en un hijo único, sin padre. Mi madre siempre se preocupó mucho por mi, ya que era viuda o yo su único hijo, pero no por eso era un niño mimado. De pequeño iba al colegio, jugaba con los amigos etc, es decir una vida normal. La relación con mi madre también era normal, quizá un poco más estrecha de lo normal debido a que ella solo me tenía a mi, aunque tenía a los abuelos, tanto maternos como paternos, tíos primos, etc. Nuestra familia es bastante conservadora, por lo que jamás había visto a mi madre si quiera en ropa interior. Los padres de mamá incluso son de misa diaria.

En fin, la historia que les quiero contar sucedió cuando yo tenía 16 años y mi madre 36. Hasta ese entonces solíamos pasar los veranos en un apartamento de mis abuelos en Punta Umbría, si bien mi madre se volvía a trabajar al finalizar su mes de vacaciones y yo me quedaba con los abuelos y mis primos. Ese año mi madre me propuso hacer un viaje, para cambiar un poco y luego yo podría ir a la casa de los abuelos. A mi me pareció genial. Ahora tocaba decidir a donde ir. Decidimos ir a Mallorca.

Fuimos en avión desde Madrid, apenas una hora de viaje y nos quedamos en un hotel en un sitio que se llama Magaluf (creo que se escribe así) que es una zona muy turística.

La habitación estaba bien y la zona bastante animada. Deshicimos las maletas, nos refrescamos y como era media tarde fuimos a dar una vuelta por la zona. Luego cenamos. En la cena mi madre empezó con una de las típicas charlas de madre, con lo de tienes que tener cuidado con muchas cosas. Yo le pregunté si lo decía por algo en concreto o si era por algo que había hecho. Me dijo que no, pero que no quería que cometiese algunos fallos.

"A que fallos te refieres"

"Bueno, ya tienes una edad en la que empiezas a sentir cosas por las chicas"

"Siento cosas por las chicas hace tiempo"

"Jose, lo que quiero decirte es algo que quizá te lo tendría que decir tu padre, pero como eso no puede ser te lo digo yo. Bueno, ya sabes que si haces ciertas cosas pueden surgir accidentes"

"Te refieres a las enfermedades de transmisión sexual?"

"Entre otras cosas, ya que también están los embarazos no deseados, pero no son solo esas cosas. También está el tema de las drogas. Creo que ya eres lo bastante mayor como para entender lo que hacen. Y aunque yo fume, el tabaco tampoco es bueno precisamente"

"Ya se esas cosas"

"Solo quería que lo supieras, y siempre que tengas una duda sabes que te puedo ayudar".

Alquilamos un coche para conocer la isla, que la verdad es muy bonita, quizá un poco masificada para el turismo, pero preciosa. El primer día fuimos un rato a la playa que teníamos cerca del hotel y por la tarde dimos una vuelta por la sierra, al pueblo donde estuvo Chopin, Valdemosa, que es casi de otro tiempo.

Cenamos y fuimos a dar una vuelta por la zona de marcha. Mi madre pidió un ron-cola para ella y me permitió tomar una cerveza. Teníamos que decidir que hacer el siguiente día y mi madre dijo que decidiese yo. Con la información que tenía en mi poder le dije que quería ir a un parque acuático. Dijo que le parecía bien.

Dormimos hasta tarde, sobre las 10 de la mañana, y nos fuimos al parque. Yo me lo pasé muy bien y mamá también, yo creo que por un doble motivo, porque se lo pasaba bien y porque veía que yo disfrutaba. En un momento dado cuando nos tiramos de un tobogán a mi madre se le salió una teta del bikini, supercasto que llevaba. No se dio cuenta y se lo dije, un poco turbado

"Mamá, se te ha salido un pecho del bikini"

"Uy!"

Esa imagen del pecho de mi madre se me grabó a fuego en la mente. Una teta totalmente blanca, con un pezón muy obscuro y grande.

Nos fuimos casi al cerrar el parque, cansados, pero contentos, y por mi parte excitado, ya que si bien había visto a muchas mujeres en top-less en la playa, la visión de la teta de mi madre me trastornó.

"Jose, que te apetece hacer mañana"

"Yo decidí lo del parque. Te toca elegir a ti"

"Con lo cansada que estoy lo que me apetece es ir a la playa y descansar"

"Pues vamos a la playa"

"Si, pero vamos a una zona que tiene las playas más bonitas de Mallorca. Me han dicho que hay una que se llama Strench que es ideal y hay poca gente"

"Pues vamos"

Al día siguiente cogimos el coche y tras tres cuartos de hora llegamos a una playa casi virgen. Aparcamos el coche y fuimos a la playa. Llevamos una nevera de playa con unos refrescos y algo para comer, una sombrilla y a pasar el día.

La primera sorpresa fue ver gente como vino al mundo, es decir desnudos. Mi madre estaba un poco más apurada que yo. Creo que estuvo a punto de irse, pero nos pusimos en una zona donde apenas había gente. No obstante había algunas personas cerca y mi madre se dio cuenta que a pesar de llevar gafas de sol, no le quitaba ojo a las mujeres que estaban por allí.

"Se te van a salir los ojos de tanto mirar"

"No, si no miro"

"Que no soy tonta…anda, que te voy a poner crema para que no te quemes con el sol".

Luego fue ella la que me pidió que le untase de crema la espalda. Se puso boca abajo y se desabrochó el bikini. Le di crema, de forma muy suave

"Jose, que no me voy a romper, extiéndela bien"

Le di crema en la espalda y las piernas, pero solo llegué a medio muslo.

"Oye, no querrás que me queme. Ponme bien la crema"

Casi temblando le di la crema casi en el culo. Tenía una erección descomunal.

Al cabo de un rato me fui a dar un baño, ya que tenía mucho calor, físico y emocional. Estuve largo rato, y al volver mi sorpresa fue mayúscula. Mi madre se había dado la vuelta y sus tetas aparecían en todo su esplendor.

"Mamá!"

"Perdona, hijo. Si te molesta me pongo el bikini"

"No, por mi puedes ponerte como quieras…"

"De verdad, si te molesta, me pongo la parte de arriba"

"No, no me molesta, solo me sorprende"

"Por qué?"

"Porque hasta ahora no te había visto ni en ropa interior y hoy, hala, enseñando las tetas. Además, que dirán los abuelos"

"No tienen que decir nada, ya que no se lo voy a decir y espero que tu tampoco. Sabes que son muy chapados a la antigua"

"Claro, si no quieres no se lo diré"

"Si, por favor, te lo pido, ya que no lo entenderían"

"Tienes que tener cuidado, ya que las tienes muy blancas y te puedes quemar"

"Ya me he puesto crema"

Seguimos tomando el sol y hablando de cosas sin importancia. Luego mi madre me dijo de ir al agua. Fuimos y yo seguía sin poder quitar ojo de las tetas de mi madre. Ella se dio cuenta y me dijo que parecía que no había visto nunca unas tetas. Yo le dije que si, pero no las de ella.

"Entonces por qué las miras tanto. Parece que te gustan"

"La verdad es que son de las más bonitas de la playa"

"Vaya, gracias, Joselito"

Se me acercó y me hizo una ahogadilla. Por mi parte me defendí y traté de hundirla, ella de defendió y empezamos una batalla en el agua. Mi excitación era máxima, y una vez que cogí a mi madre por atrás, notó mi polla erecta sobre su culo.

"Jose, estás empalmado!"

"Lo siento, mamá"

"No hijo, no te apures, es normal, estamos en una playa nudista y tienes 16 años"

"No, si no es por eso"

"Entonces, por qué?"

"Nada, cosas mías"

"Cómo que cosas tuyas, será por ver a las chicas de la playa"

"Si, será"

"No será, es o no es"

"Es que me da mucho apuro"

"Por qué?"

"No te enfades conmigo, pero lo que me ha excitado es verte a ti sin la parte superior del bikini"

"No, no me enfado, pero me sorprende un poco"

"Ten en cuenta que nunca te había visto las tetas"

"Ya, pero hay cosas que tienen que cambiar y a partir de ahora tendremos una relación más liberal, si te parece bien"

"Por mi, perfecto"

"Pues como estamos en una playa nudista, vamos a practicarlo". Y sin decir más, me bajó el bañador.

"Con que esas tenemos, eh!". Me zambullí en el agua y le quité la parte de debajo de su bikini.

"Vaya con el niño, que rapidez"

Cuando se fijó en mi polla dijo" Anda, si que has crecido"

Así con los bañadores en la mano, y yo con una erección, nos fuimos a la playa, a tomar el sol. Yo estaba a punto de estallar.

"Anda, hijo, ponme un poco de crema"

Le di crema por la espalda y las piernas, pero como antes me detuve en el culo.

"Ya estamos con las mismas, ponme en el culo, que lo tengo muy blanco"

Le di crema en el culo y luego se dio la vuelta

"Ahora por delante"

Ya me armé de valor y le di crema por "TODA" la parte delantera. Luego fue ella la que me protegió del sol.

Volvimos al hotel, y ya con la liberalidad recién adquirida nos cambiamos y duchamos sin tapujos. Luego nos pusimos mutuamente leche hidratante.

Por la noche cenamos, y aunque no teníamos sueño, si que estabamos muy cansados de ese día y del anterior. Volvimos al hotel para descansar. Nos fuimos a la terraza de la habitación y nos sentamos a charlar. Mi madre fue al minibar y se preparó un ron con cola. Me preguntó si quería un refresco. Yo le pregunté si podía tomar otro cubata. Se lo pensó un poco y dijo que si. Llegó con las bebidas y seguimos charlando. Mi madre prendió un pitillo y le pedí una calada. Me dijo que ya me estaba pasando, y que era suficiente. Le insistí un poco y accedió. Le di un par de caladas. La verdad es que no me gustó.

Seguimos tomando un poco y luego nos fuimos a la cama, a ver la tele. Pusimos los canales del hotel y uno era porno. Como quien no quiere la cosa la dejé ahí. Mi madre se dio cuenta inmediatamente.

"Hoy estás un poco revoltoso"

"Bueno, un día es un día"

"Ya, ya, pero son muchas cosas. Total, ya has hecho lo que has querido. Has tenido novia"

"Novia, novia, no, pero si que he salido con alguna chica"

"Y has hecho algo?"

"Algo de que?"

"No seas tonto, que si le has dado algún beso y esas cosas"

"A Mónica le di besos en la boca y me dejó que le tocase las tetas, pero son muy pequeñas, no son como las tuyas"

"Como que no son como las mías?"

"Ya sabes, tienes una tetas muy bonitas"

"Vas a hacer que me ponga roja"

"Lo digo en serio"

"De verdad, crees que son bonitas?". Diciendo esto se levantó la camiseta y me enseñó las tetas. "Quieres tocarlas?"

"Puedo?"

"Te lo estoy diciendo"

Le toqué una teta a mi madre. "Son muy suaves". Seguí tocando un poco, le estrujé un poco la teta y el pezón. Mi madre suspiró casi imperceptiblemente. Me armé de valor y me atreví a chuparle las tetas.

"Que haces?, No, hijo, no…"

Me intentó separar pero sin mucho convencimiento.

"Jose, esto no está bien, soy tu madre…".

Yo no podía parar, seguí comiéndole las tetas, y me atreví a ir más allá. Empecé a tocarle el coño.

"Para, Jose, para, no me toques ahí, que pierdo el control…"

"Mamá eres maravillosa…"

"No, cariño, no sigas que no puede ser. Esto no está bien"

Mientras decía eso una de sus manos comenzó a tocarme la polla. Ahora era yo el que gemía suavemente. Mi madre busco mi boca con la suya y me dio un suave beso. Yo no podía más. Me fui acomodando sobre mi madre, buscando la entrada de su vagina con mi polla.

"Para, Jóse. Lo digo en serio, no sigas, esto ha ido demasiado lejos. Que quieres? Follarme?"

"Si"

"No puede ser cariño…"

"No puedo parar…"

"Esto tiene que acabar aquí…"

Justo diciendo eso mi madre termine de metérsela en el coño. Eso terminó por desarmar a mi madre

"Oh, Dios! Que gusto! Sigue así"

Estuvimos follando poco tiempo, ya que como era mi primera vez me corrí en seguida. Mi madre dijo que no me preocupase, que era normal para ser la primera vez. Me dio un beso y siguió bajando hasta que llegó a la polla. Comenzó a comérmela. Era la primera vez y casi me muero de gusto. La detuve un momento y me di la vuelta, de forma que su coño quedaba a la altura de mi cara. Iniciamos un 69 increíble hasta que nos corrimos como dos salvajes.

Terminamos exhaustos y sudorosos. Nos tumbamos los dos en la cama. Mi madre encendió un cigarrillo y me lo pasó "Te has portado como un hombre, te lo has ganado. Desde que murió tu padre no me había corrido así"

"Ha tenido otras relaciones?"

"Muy esporádicas, y te juro que ninguno me ha dejado tan satisfecha como tú"

"Pues ya sabes donde me tienes"

"Esto tenemos que pensarlo. Sabes que no está bien…"

"Ya, pero hemos llegado a un punto sin retorno"

"Es cierto. En cualquier caso debemos ser muy discretos"

El resto de las vacaciones las pasamos disfrutando en la cama, en la playa, donde ya mi madre iba en top less sin pudor. Al volver a Madrid todo era normal, excepto que ahora yo dormía con mamá, bueno, no solo dormíamos.