Mallorca 4º dia. En un bar de alemanes
Merche se iba calentando, poco a poco, hasta que revento de placer y su cara se transformo en puro deseo
Hola, soy Juan, debido a que Merche ha estado ocupada con los preparativos de los carnavales, me encomendo la escritura de esta experiencia, luego ella le echara un vistazo porque a mí algunos detalles se me pasaran por alto, los hombres tenemos ese defecto por naturaleza.
Me desperte yo primero, era temprano todavia. La luz ya inundaba la habitacion, me puse depie y la estuve obserbando detenidamente, Merche era perfecta, desnunda en la cama, de medio lado con una pierna encogida dibujaba formas y curvas en mi mente imposibles de plasmar en un lienzo, cada segundo que la miraba me invitaba a mirarla el segundo siguiente, no encontraba ni un pequeño rincon que no me gustara de ella, ni por fuera ni por dentro, había tenido mucha suerte al conocerla, una mujer que me comprendiera, como yo era, con mis gustos y manias.
Fui hacia la terraza y abrí la puerta dejando que entrara la brisa del mar, ni una nube se divisaba, era un día hermoso, mire para abajo y como de costumbre la playa se estaba llenando, pero no teniamos planeado ir, nuestros planes eran darnos un descanso y disfrutar uno del otro plenamente aquel dia.
Merche se despertó estirando todo su cuerpo, se veia explendida, se levanto sin decir palabra y vino hacia mi dandome un beso profundo con los ojos cerrados, colgandose de mi cuello con los brazos y pegando sus senos contra mi pecho. Una escena para no olvidar en la vida y para estarle siempre agradecido.
-Estas preparado cariño. Me dijo.
Habia planeado cambiar un poco el escueto vestuario que tenia. Yo no soy mucho de ir de compras, siempre odie el hecho de esperar a que ella se probara una a una todas las prendas que tenian en la tienda de turno, pero sabía que desde ahora en adelante todo iba a ser diferente, que lo disfrutaria como ella.
-Tendremos que desayunar algo primero. Conteste yo y ella me repondió:
-Baja tu primero y pide el desayuno, voy a ver que hago con este vestido, si lo arreglo o lo tiro. Refiriendose al vestido morado con flecos que lució el primer dia en la disco.
Baje al restaurante y pedí mi desayuno solamente, Merche tardaría lo suyo todavia, me quede pensando en lo ocurrido el dia anterior y en las consecuencias que podria traer para nosotros cuando las vacaciones terminaran.
A los cinco minutos bajó ella, era increible, habia conseguido transformar aquella ropa convencional en pura provocación. El escote de la chaqueta dejaba muy poco para la imaginación y sin los flecos enseñaba gran parte de su vientre, la falda parecia haber encogido cinco o seis dedos, y su pierna al andar asomaba por una raja a la izquierda que mostraba casi todo su muslo. Según me dijo ella, habia doblado la cinturilla de su falda y cun cuatro puntadas aqui y allí,consiguió dejarla a su gusto (y al mio). Tomó su desayuno y salimos, poca gente en la calle, era temprano pero ya hacia bastante calor. Merche empezó a andar, ese movimiento que adoptaba su cuerpo al avanzar por aquella calle me dejó como pasmado, era como una persona nueva, su erotismo fluia sin parar, con naturalidad, era parte de ella para siempre. Yo la seguí despacio hasta que no pude evitar abrazar esas caderas, ahí fue cuando descubrí que no llevaba bragas. ¡Ibamos de compras y no se había puesto bragas !. Esto era inadmisible, llevaba tres dias en la isla y parecia que estas situaciones no paraban de sucederse, mis fantasias ya estaban completamente superadas pero continuamente iba rompiendo mis esquemas menteniendome con un calentón todo el dia, me dolia el miembro de tenerlo todo el dia erecto.
Yo le pregunte:
-¿Merche, no me dijiste que ibamos de compras?¿No llevas bragas?
Y ella me respondió poniendo cara de felina:
-De ahora en adelante no iré nunca de compras, iré mas bien de caza .
Cada palabra, cada sonido que salía de su boca, parecia bien pensada y calculada para provocar en mí una reación termica, el contacto con sus caderas y la mirada que me dedicó convirtió mi sangre en lava.
La primera, una tienda de regalos, cacharros y trastos inservibles, un monton de estanterias repletas de cosas sin importancia. Dentro del local diez o doce clientes, la mitad hombres, que acompañaban a su pareja con cara aburrida. Merche comenzó el espectaculo, se agacho por primera vez, yo que estaba detrás de ella pude ver el final de sus piernas perfectamente, lo hizo despacio para atraer la mirada de dos señores que estaban frente a ella.
Merche miraba aquellos objetos como si estuviera buscando algo, en realidad yo sabía lo que estaba buscando, la atencion de aquellos señores. Las miradas lascivas sobre ella, provocaban su excitacion que yo percibía por el cambio de movimientos, lo hacia adrede para mostrar sus pechos, uno primero, después el otro. La atención que robaba era tal, que sus victimas tropezaban unas con otras. Merche sabiendose observada, dió el ultimo giro de tuerca, se puso en cuclillas abriendo un poco las piernas, dejaba así entrever que no llevaba ropa interior alguna, proponia una panoramica extension de todas sus intimidades. Después de esta escena Merche se levanto cogió dos cacharitos y avanzo por el estrecho pasillo, como buscando alguna otra cosa, sin mirar siquiera a los alli presentes, pero procurando el roce con ellos, que tampoco hacian nada por apartarse, esperando el contacto. Una mirada bastaba para cortar la respiración, se dibujaba en su cara el deseo, la perversión. Llegamos a la caja y salimos a la calle. Tenia el pulso acelerado y conversamos un poco sobre el tema y Merche me dijo:
- No sé que me pasó, pero si alguno hubiera dado el primer paso habría perdido el control, no me hubiera negado a hacerlo allí mismo.
Tocaba ahora una tienda de ropa, no era muy grande, un mostrador a la izquierda unas barras con ropa a la derecha y frente a estas dos probadores con cortinas como puertas. Merche empezó a elegir camisetas, camisas, una faldita pos aquí, otra por alli, me entrego las perchas con toda la ropa y fuimos hacia los probadores. La gente entraba a la tienda y pude comprobar que teniamos seguidores, hombres que ya habia visto en la tienda de regalos, querian seguramente seguir viendo el espactaculo que Merche iba regalando.
Tomo una prenda de mi mano y paso al probador, sin cerrar la cortina se desnudo, el espectaculo había comenzado, todo le sentaba bien faldas camisetas, camisas. Los seguidores no se perdían detalle de los movimientos que Merche hacia. Al final con tanta espectación creada no supe siquiera que es lo que habiamos comprado. Merche salió peor que habia entrado y yo estaba algo descolocado.
Nos dirijimos hacia el hotel para dejar las bolsas de ropa, pense que me tocaría calmar la calentura de Merche y antes de llegar a la entrada nos encontramos con los mirones del día anterior. Merche después de saludar subíó a la habitación para dejar las compras.
Los mirones me informaron de que como nosotros no fuimos con ellos a la playa nudista, invitaron a la escursión a Diana y Alex, estos aceptaron gustosamente, sacaron entonces la camara, mostrandome a Diana en todas las posiciones posibles desnuda por completo. Bajó Merche y me pilló con la camara en la mano, mirando foto a foto poniendose a mi derecha para compartir mi visionado.
-No parece tan inocedente después de todo. Dijo merche con una ironia controlada. Cuando terminamos de verlas todas. le devolví la camara a los mirones, estos se fueron a descansar y darse una ducha, según nos dijeron.
Merche me dijo cuando se habian alejado.- Vaya, pues de aburridos no tienen nada
Me cogio la mano y nos fuimos andando. A la derecha según se sale del hotel, hay una calle con escaleras que nunca habiamos pisado, me indico con la mano que queria descubrir lo que habia por alli, era una calle empinada, segun parecia el barrio antiguo de aquella zona, calles estrechas a los lados iban saliendo y se perdian en sus propias curvas. Llegando casi arriba a la izquierda un barril en la calle y un cartel encima de una puerta imposible de leer, era un bar de alemanes. A mi no me extrañaba que fuese de alemanes, lo que me extrañaba era su ubicacion.
Merche pasó primero preguntando si estaba abierto, era un bar pequeño, una hilera de mesas a la derecha una mesade billar americano a la izquierda y de frente la barra que no debía de medir mas de seis metros. Me senté a la izquierda de la barra en un taburete alto, ella quedo depie y pidió dos cervezas, el camarero interumpió la charla que mantenia con el unico cliente que habia allí para servir las cervezas. Este cliente ya lo había visto yo antes, pense durante unos segundos. Era el recepcionista del hotel y así se lo hice saber a Merche.-Bueno , mejor para él. Me dijo.
Se acerco a mi abriendome las piernas y me engancho sus brazos a mi cuello in mediatamente al alzar sus brazos sus pechos quedaron fuera , acerco su boca a mo oreja y dandome un mordisquito me dijo:
-Alzame la falda, quiero que me vean el culo, quiero follar ahora mismo.
Merche había tomado la iniciativa, ya no había vuelta atrás. Bajé mis manos rodeado sus caderas mientras besaba sus pechos y comence a acariciar su culo levantando su falda poco a poco, sin miedo, esta vez no habria reproches, metí una mano por delante de ella tocando su coño, lo tenia empapado, mis dedos entraban y salian con suma facilidad. Merche saco mi polla y la empezo a masajear mientras se contorsionaba por el gusto que le proporcionaban mis dedos en su vagina. De pronto se agacho y me la empezo a acariciar con la lengua, era tremendo el gusto que me hacia sentir, de inmediato se acerco el recepcionista mirandome, como pidiendome permiso para actuar, asentí con la cabeza y el empezo a tocar su culo mientras con la otra mano sacaba su polla, el camarero viendo la escena corrió a cerrar la puerta del local para ponerse al lado de mi ofreciendole a Merche su polla. Merche no la rechazo, la cogió con una mano fuerte y empezo a masturbarle dadole una chupada de vez en cuando, El recepcionista viendo a Merche como tragaba mi polla se dispuso a penetrarla, con una fuerte embestida la metio toda de una vez. Merche estaba como loca, acelero su ritmo y yo intente aguantar un poco más,
era imposible, la cara de gusto y de vicio que ponía me hicieron eyacular dentro de su boca, no pude aguantar. Cambiando su boca de polla siguió con la misma intensidad, mientras el recepcionista la metia y la sacaba entera sin parar, el camarero se veía que no iba a aguantar mucho más, Merche poseía una lengua portentosa capaz de volver a un hombre loco en dos pasadas. El camarero ya noaguantó más, agarrando a Merche del pelo le saco la polla de su boca para correrse en su cara. El recepcionista tardó un poco mas y dando un quejido se corrio sin sacarla. cuando merche se puso depie tenia la cara y la entrepierna manchada de semen que le chorreaba sin parar. Merche fue al servicio a limpiarse, tardo sólo un par de minutos, al volver todavia seguiamos tecuperandonos los tres, le hecho mano al paquete del camarero y le dijo:- Que, ya no tienes más. No obtuvo respuesta. Merche se habia quedado a medias, era increible su apetito sexual.
Pedí la cuenta, por supuesto estabamos invitados e incluso nos invitaron a volver otro día por el mismo precio.
Salimos del bar, no sin antes despedirse Merche de estos dos con un restregón, pusimos rumbo al hotel, era casi la hora de comer.
Hola, soy Merche , después de añadir algunos detalles que mi marido Juan había omitido, creo que no se me olvida nada.
Quiero agradecer a todos los comentarios que habeís hecho de mis anteriores experiencias, como podeís comprobar no queda ni uno sin contestar.
Gracias a todos. Un beso Merche