Malentendido

...y yo pensé que era una manera de decir...

Me lo habían avisado, mucho no entendí, o no quise hacerlo, si cogía como nunca había visto a mujer alguna hacerlo, sólo le importaba mi placer, me hizo delirar de gozo como mujer alguna lo había hecho jamás.

Además, el mensaje era un tanto ambiguo y poco realista para una relación adulta aunque transitoria, circunstancial, diría.

Me habían avisado, son las dos primeras veces, después...

Las dos primeras veces fueron inolvidables, era una máquina de placer que sabía dónde, cuándo, cuánto y como hacer, con labios, lengua, manos, pies, vagina, senos, muslos, para que un hombre se estremeciera de placer y pidiera más a gritos...y recibiera más, incansablemente.

Era la tercera vez en una semana, estábamos, ya hacía más de una hora, ensayando posiciones, tactos, lamidas, ella se contorsionaba mojada sobre mí, hasta que se arrodilló con su maravilloso culito vuelto al cielo, presta a engullir, con oh! tanta habilidad sobrenatural, mi miembro violáceo y palpitante...

...el dolor me penetró hasta el cerebro, grité y abrí los ojos, y al ver su boca babeante de sangre y su sonrisa de triunfo, entendí...

...tené cuidado con la tercera vez, es una mina muy castradora