Maldito jueguecito 2

Continuación de lo que ocurrió al día siguiente

A la mañana siguiente, desperté sin saber si vivía un sueño, pero no, era real. Recordé donde estaba. Miraba aquella habitación. Sabía que estaba en aquella casa rural, en aquella mezcla de nervios, ansiedad, excitación y celos. Me levante, me vesti y baje a desayunar.

Al entrar al comedor, vi a Susana hablando con el chico de la noche anterior. m

Me acerque a ellos.

  • ¿Te acuerdas de Mario? - me dijo Susana
  • Lo recuerdo. ¿Que tal estais? - conteste algo desganado.
  • Bien, bien - contestó Susana - ¿y tu que tal? ¿cómo llevas lo tuyo?.

No supe qué contestar, me limite a resoplar sin saber realmente cuales eran mis sentimientos. Mario nos miraba sin entender demasiado.

  • ¿Y estos dos, han bajado ya? - pregunté.
  • ¿Quien? ¿vuestros amigos? - respondió Mario - Con la nochecita que han pasado, no sé si se habran levantado ya. Mi habitación está pegada a la suya, y no han parado en toda la noche. Parecen recién casados, jeje.

A mi no me hizo gracia. Susana me observaba para ver como reaccionaba. le hice un gesto de que estaba bien, y que no pasaba nada. Seguimos desayunando tranquilamente, cuando aparecieron ellos. Bea me miraba, intentando analizar cada uno de mis gestos. Dani sonreía con un orgullo, y mirándome como diciendo “me he follado a tu chica, chaval”. Intente disimular y seguir desayunando. Dani se presentó a Mario, le presentó a “su novia Bea”. Casi toda la conversación la mantenían ellos dos. El resto nos dedicábamos a mirarnos pero nadie conseguía adivinar nada de lo que se cocía en la cabeza de cada uno.

  • Bueno chicos, voy a estirar las piernas - dijo Mario - ¿te vienes Susana?¿te apetece un paseito?
  • Vale - respondió - pero dame cinco minutos que me cambie. Dani, ¿puedes ayudarme un momento con el móvil? Me ha salido algo raro y quiero que le eches un vistazo. - Susana me miró, indicándome que hablara con Bea.
  • ¿Ahora? Pero yo… - contestó Dani, mientras que Susana le daba un golpe en el brazo como dándole la orden de obedecerla. - Claro, que si. - disimulo  Dani

Mario salió hacia el exterior de la calle, Dani y Susana, fueron hacia la habitación de esta, dejándome tiempo para hablar con Bea. Temía preguntar, porque me daba miedo la respuesta. No sabía si lo que me iba a contar, me tranquilizaría o abriría en mi una herida imposible de cerrar. Fue ella, la que tomó la iniciativa.

  • Alberto, no olvides que te quiero - me dijo - No lo olvides. Esto solo es un juego.
  • ¿Un juego? Un juego que se ha ido de las manos, un juego que duele - le respondí.
  • ¿Dolor? ¿solo dolor? ¿en ningún momento has sentido otra cosa?
  • Bueno,... - no quise darle parte de razón, pero ella lo sabía.
  • ¿No te has excitado en ningún momento? A mi, me duele hacerte daño. No quiero que sufras. Quiero que formes parte del juego, que busques el placer. que te olvides de posesiones, de soy tuya o de él. Si entras en el juego, disfrutaras, el dolor se ira, y serás más feliz. No quiero verte asi, de verdad. - dijo Bea

No parecían sus palabras, parecía que Dani hablaba por ella, pero lo peor no era eso. Lo peor es que muchas de sus palabras tenían razón.

  • Cuentame que ha pasado esta noche, Bea - le dije.
  • ¿Quieres saberlo? No quieres hasta que estés preparado y dispuesto al juego. No quiero contarte nada, lo que pasa dentro del dormitorio, se queda en el dormitorio como lo que pasa en un campo de fútbol, se queda en el campo.

Bea no sabía nada de futbol, ¿que me estaba contando? Seguían siendo las palabras del gallito de Dani.

  • ¿Cuando has aprendido tanto de fútbol? - pregunté
  • ¿Crees que yo no he tenido dudas? ¿Crees que no ha habido un momento en que he estado a punto de parar? Pero Dani, me ha ayudado a ver el juego, a disfrutar y tú también debes hacerlo.
  • Cuentame que ha pasado, estoy preparado.
  • No lo estas - miró hacia las escaleras. Ya bajaban Dani, y Susana - Si realmente estás preparado, esta tarde tras la comida hablaremos en el cuarto, pero solo si estas preparado. - rápidamente se calló, ante la presencia de Dani que acaba de llegar junto a nosotros.

Susana se fue con Mario a dar un paseo, Dani cogió a Bea y también se fueron, y allí me quedé plantado en la mesa, sin saber qué hacer.

Salí a dar una vuelta por el bosque cercano a la casa rural. Estuve dándole vueltas a lo que Bea había dicho. Cuantas más vueltas le daba, más me convencía de que tenía razón. Cuando dudaba, recordaba sus palabras “No olvides que te quiero”. Era un juego, me excitaba, porque negarlo. Mi único miedo era perderla, pero ella insistia en que me quería. ¿Cual era el problema?  El problema era Dani, era mi orgullo de ser no ser yo el ganador y de que lo fuera él. Pero yo había estado con Susana, y lo había disfrutado, el juego era para todos. En eso estaba cuando oí ruidos tras un arbusto. Me acerque por curiosidad. Era n Susana y Mario que retozaban tumbados sobre la tierra. Sus manos recorrían sus cuerpos. Ella tenía el sujetador puesto, y sus pantalones. Él tenía el torso desnudo pero aun con pantalones, aunque las manos de Susana pronto se lo iban a quitar. Dude si retroceder e irme por donde había venido, pero seguí allí mirando. Sus manos fueron desnudando sus cuerpos, los besos entre ellos no cesaban y la pasión los invadía. Mario le comía el coño a Susana. Ella gemía, disfrutaba como antes lo había hecho conmigo. Él se colocó sobre Susana, le metió su polla lentamente, y entonces ella giró su cabeza, me miró, me lanzo un beso sin ruido. Me sentí descubierto y me fui. Ella sabía que yo estaba allí, y siguió disfrutando. Decidí que solo era sexo, que había que disfrutar, y que el juego debía seguir.

Tras la comida, me acerque al oído de Bea, y le dije:

  • Acepto el juego, quiero jugar pero me gustaria saber que paso anoche y como te sentiste.
  • Me alegro mucho. A las cuatro en mi cuarto. - Y siguió a lo suyo.

Llegaron las cuatro. Toque la puerta. Me temblaban las manos y me flojeaban las piernas. Bea me abrió la puerta. Me alegré de que fuera ella y no él, el que me abriera la puerta. Dani no estaba en la habitación.

  • Cuéntame Bea.¿Estas bien? - le pregunté.
  • Yo estoy bien si tu estas bien. Necesito que tu estés bien, para poder disfrutar plenamente. ¿me dejaras disfrutar? - contestó.
  • ¿No has disfrutado ya?
  • Si, la pregunta es si he tenido sexo con Dani, la respuesta es sí. He disfrutado del sexo, pero también pensaba en ti, en como estarías, y podría haber sido mejor.
  • Yo… - no sabía qué decir. Yo había disfrutado con Susana, llegando a olvidarme de Bea por un momento, y ella...Un momento, me estaba haciendo sentir culpable, después de todo. Preferí callar, para no romper el juego.
  • Cuentame que paso anoche - le pedí.
  • Te lo contaré, pero con una condición.
  • Tu diras…
  • Voy a atarte a la cama, desnudo. Si tu polla se pone dura, significa que el juego te gusta, si no, es que no estás dispuesto a jugar. Ese será el detector de mentiras que usare. ¿Aceptas?
  • ¿Es necesario atarme?
  • No quiero que te toques, no quiero que te ayudes si no te excitas, y no quiero que goces demasiado si te excitas. ¿Aceptas?
  • Acepto.
  • Fuera ropa entonces - me ordenó

Me desnude. Me indicó que me tumbara boca arriba en la cama, con la cabeza a los pies de la cama, y los pies en la cabecera de la cama. Bea me ató manos y pies. Era un juego que habíamos hecho en alguna ocasión y ya tenia practica de como atarme para que los nudos fueran seguros sin desatarse. Una vez que estuve desnudo y atado perfectamente. Me beso en los labios, y comenzó a hablar. Ese beso ya había animado mi polla sin empezar a hablar, no comente nada porque estaba deseando oírla.

  • Cariño, debo contarte algo antes de contarte lo que paso anoche. - dijo Bea.
  • ¿Ahora? podrias habermelo contado antes de atarme. Yo deseo escuchar lo de anoche.
  • Escucha y luego hablas, por favor. Hace unas semanas, cuando me compre el vestido azul de tirantes que tanto te gustó, ¿lo recuerdas?
  • Por supuesto, te queda perfecto, pero ¿a qué viene todo esto?
  • Aquel día, en el centro comercial, me encontré con Susana y Dani. Estuvimos hablando, poniendonos al dia de las novedades de nuestra vida, y quedamos en cenar juntos antes de Navidad. Ellos, también estaban de compras. Susana me dijo que podías seguir comprando juntas, y no me importo, asi me podria ayudar con la elección de ropa. Dani se mantenía en silencio y parecía conforme con cualquier decisión que tomaramos Susana y yo.

Yo, sólo podía escuchar, y deseaba que siguiera hablando,deseando saber.

  • Hasta ese momento, nada podría pensar que llegaríamos a esto. Siguió la tarde, como cualquier persona que compra con una amiga. Mirando ropa, vestidos, de todo un poco. Susana vio un vestido, muy provocador, con gran escote, con casi la espalda por completo al aire, y dijo que le gustaría probarselo. Dijo que era algo que nunca se compraría para salir a la calle, pero le gustaría ver lo que se siente con un vestido tan provocador, ¿te animas?. Yo accedi, entre risas y bromas. Y fuimos al probador. Entramos allí, Dani se quedó fuera, Susana cerró la cortina, y nos pusimos a probarnos el vestido. Susana había dejado la cortina ligeramente abierta, pero  yo no me di cuenta, ahora se que conscientemente para que Dani pudiera observar desde fuera.

Bea hizo una pausa, cogio la botella de agua, bebió y continuó

  • Nos quedamos en ropa interior, nos probamos los vestidos. Mejor sin sujetador dijo Susana, le hice caso, nos reímos, y cuando estaba quitándome el vestido para volver a vestirme, me di cuenta de la cortina, y de como Dani me miraba con esa sonrisa. Cerré la cortina rápidamente, en bragas como estaba. Susana me pregunto que si no me gustaba que me miraran. No dije nada. Me empezó a decir que tenía un cuerpo bonito, que no tenía que tener miedo de lucirlo. Susana abrió la cortina, y Dani entró con nosotros en el probador. Yo seguía solo con mis braguitas, y tapandome los pechos. Dani me empezó a contar que era muy bonita, que no debía tener miedo a lucir mi cuerpo, que ellos tenian una relacion abierta, y que disfrutaban de ello y quizá debería probarlo. Él se acercó a mi boca y me beso, yo no respondí al beso. Mire a Susana con cara de qué está pasando. Se limitó a besar a Dani, mientras yo miraba como sus lenguas se enredaban. Susana alargó la mano me agarró por la cabeza y la dirigió hacia los labios de Dani, donde esta vez sí respondí a ese beso. Todo quedó en eso. El resto de la tarde continuó acabando las compras y hablando de las relaciones. Les dije que no sabría cómo animarte, ni siquiera si serias capaz de animarte. Dani me dijo que quedáramos para cenar algún día, y él se encargaría de animarte. Y por lo que veo estas animado - me dijo mientras miraba mi polla.
  • Y hasta aquí hemos llegado. El resto de la historia ya lo sabes.
  • ¿Así que lo tenias todo preparado? - le pregunté
  • Yo no preparé nada, yo no sabia como Dani lo iba a hacer, yo no sabía hasta dónde ibas a llegar, yo también he ido descubriendo poco a poco cada sorpresa, y eso me excitaba. Dani ha sabido ir sorprendiéndome en cada paso, para ir excitándome poco a poco, y de esta forma conseguía que no me echara atras. Ha sabido mantener la tensión y la sorpresa, teniendome caliente a cada momento.
  • Vale, ya sé cómo hemos llegado a este juego, ¿pero que paso anoche? - pregunté
  • Qué más da, lo que pasó anoche - me contestó
  • Quiero saber lo que me he perdido esta noche.
  • Sexo, solo sexo. ¿Tu que tal con Susana anoche? - me preguntó
  • ¿Como sabes eso? - respondí sorprendido
  • ¿Donde crees que fue Susana despues de estar contigo? Vino a contarnoslo, para que no estuviésemos preocupados. Le pedimos nosotros que fuera a  animarte, volvió a contarnos lo que había ocurrido, y disfrutamos los tres juntos de más sexo.

Mi polla estaba bastante animada, y ahora solo buscaba el morbo de saber cada detalle de lo ocurrido. Mis manos no podían tocar mi polla, lo deseaba, y con sus detalles quizá darán placer a mi polla.

  • Necesito los detalles de lo que paso anoche. Dijiste que me lo contarías. Cuéntamelo.
  • Dije que si querías saberlo, vinieras, pero no que te lo contaría.
  • ¿Como? No me lo vas a contar.
  • No, no te lo voy a contar.
  • Necesito que me lo cuentes, he aceptado el juego.
  • No te lo voy a contar, lo vas a ver. Dani, ya puedes salir - gritó Bea.

Dani salió del baño de la habitación. había estado escondido todo el rato. Yo intentaba levantarme pero estaba atado. me sentía incómodo delante de Dani, desnudo y atado.

  • Ahora, vas a poder ver lo que paso anoche, más o menos. Las cosas no siempre surgen igual, pero podrás hacerte una idea - dijo Dani con una sonrisa y se abalanzó a comerle la boca a Bea.

Bea respondía al beso. Sus lenguas se introducían en la boca del otro. Sus manos acariciaban suavemente al otro, y se introducían bajo sus ropas. Los besos y las caricias continuaban, y las ropas poco a poco caían al suelo. Dani besaba los pechos de Bea, mientras le quitaba los pantalones, Bea dio la vuelta a Dani, abrazandole por la espalda mientras ambos me miraban. Le desabrocho el pantalón mientras besaba su nuca, sus hombros, su espalda.. Ella metió la mano bajo el calzoncillo, mientras me decía. No sabes el aparato que hay aquí abajo, te vas a sorprender. Lentamente le bajó la prenda, y la verdad es que tenía una buena herramienta. Él se giró y le comió de nuevo la boca a Bea, le bajó las bragas y ambos quedaron desnudos. Mi polla estaba que reventaba, mis manos deseaban tocar mi polla o tocar a Bea, necesitaban sentir pero no podían. Bea se acercó a mí, me besó, se acercó a Dani y tambien le besó. Ambos se acercaron a la cama en la que yo estaba atado, y allí junto a mi, Bea se sentó y le comenzó a lamer la polla de Dani. La recorría con su lengua, lamía la puntita, escupía sobre ella, y se la introdujo en la boca. yo no creia que le fuese a entrar en la boca, pero Bea lo hizo, se la trago entera hasta el fondo.

  • Esto me lo ha enseñado a hacer Susana para poder tragar entera - me dijo mirándome.

La polla me dolía de cómo la tenía, creo que no cabía más sangre en ella. Bea disfrutaba, Dani gozaba, y yo estaba más excitado que nunca. Ella se tumbó a mi lado, y ahora Dani le comía el coño a mi pareja. Él sabía hacerla disfrutar. Bea disfrutaba cuando yo le comía el coño, pero Dani tambien sabia darle el placer que ella pedía. Sabía recorrer cada parte, dedicaba el tiempo justo al clítoris, paraba para seguir por otras zonas del coño, volivia saborear el clitorix. Bea estaba muy mojada, parecía que era una corrida continua, parecía que sus flujos no paraban. Él se puso sobre ella, acercó su polla a su coño, jugaba con ella, le hacía desearla. Bea le pedía que entrara y él obedecía, cuando Bea comenzaba a disfrutar, sacaba su poll y volvía a jugar con ella, así estuvieron un rato. De pronto Dani, le dijo a Bea que se levantara, le dijo algo al oído. Bea se acercó a mí, me besó, y colocó una pierna a cada lado de mi cabeza, se inclinó hacia delante, y vi en primer plano el coño de mi novia, estaba mojadisimo, luego vi la polla de Dani a escasos centímetros de mi cara y como entraba en el coño de Bea, comenzó a bomBear a un ritmo constante que hacían disfrutar a Bea. Yo no podía con mi polla, estaba que reventaba. Deseaba moverme, y al mismo tiempo deseaba estar paralizado viendo cada detalle. Estaba concentrado en lo que veía cuando note algo cálido en mi polla, Bea me la estaba chupando, me iba a correr de un momento a otro.

  • Bea, eso no pasó anoche. no le comiste la polla a nadie. - dijo Dani.
  • Es verdad, me había olvidado - y Bea dejó de chupar mi polla.

Estaba a punto de correrme y este cabrón, me había cortado el rollo. Dani sacó la polla de su coño, se acercó a su culo. Conmigo nunca lo había hecho por el culo. Bea le recordó que fuera despacio como anoche y así lo hizo, lentamente introducía la puntita, la sacaba volvía al coño, la humedecía bien, he introducía algo mas, asi estuvo un buen rato, del coño al culo, del culo al coño, hasta que acabo de meterla entera. Bea gemía, disfrutaba, clavaba sus manos en la cama.

De pronto, se oye ruido en la puerta, se abre y aparece Susana.

  • Aquí es cuando llegue yo. Bueno, no se si fue este momento u otro, pero me uní a la fiesta. Es para que veas lo que te perdiste anoche, Alberto.

Susana se acercó a Dani, le comió la boca, luego fue a Bea , le comió la suya, y se entretuvo en sus pechos, masajeandolos y besandolos. Se desnudó, y se colocó frente a Bea para que le comiera el coño. En la posición que yo tenía, poco podía verlas, solo en algún movimiento pero era suficiente mi imaginación hacia el resto. Mi polla estaba que reventaba. Las posiciones fueron cambiando, las combinaciones entre ellos también, y mi excitación en aumento. Luego ambas se sentaron en la cama, Dani se masturbaba, ambas abrieron la boca, y Dani se corrió sobre sus bocas. Bea acercó su mano a mi polla me dio unas rápidas palmaditas, que hicieron que me corriera, descargando sin poder disfrutarlo como me hubiera gustado.

  • Más o menos fue así. Como tu no estabas, no podíamos dejar que participaras, pero si quieres la próxima vez podríamos disfrutar los cuatro. - dijo Bea, luego me beso y me desato.

El juego había cambiado, ahora ya formaba parte del juego.