Mala suerte

si me hubiera fijado….. si lo hubiera visto….

Hola, me llamo Paula, el viernes sobre las 21:30h de la noche estaba entrando en mi casa con un compañero de trabajo, Carlo, un Italiano de 1’85 de altura, moreno, ojos marrones y con un pene que parecía una escopeta pegado a mi culito, restregándose contra él, mientras su mano izquierda se perdía debajo de mi falda acariciándome el coñito y su brazo derecho me sujetaba fuertemente por la cintura apretándome contra él. Estaba cachonda pérdida, mis jugos resbalaban por mis piernas, parecía una fuente de lo caliente que iba.

Sentí como la puerta se cerraba de golpe tras nosotros, supongo que Carlo la cerró con uno de sus pies tras pasar pegadito a mí, restregándose contra mí. Fui caminando despacito, como podía, hacia el dormitorio mientras Carlo me besaba el cuello, mientras seguía restregando su pene contra mi culito y su mano izquierda me masturbaba.

Al llegar al pie de mi cama sentí como era empujada suavemente sobre ella, me di la vuelta y vi como Carlo lentamente se desabrochaba el cinturón y se abría la bragueta del pantalón mostrándome el pene más grande que había visto nunca, unos 25 cm de largo por unos 8 cm de grosor, se me empezó a hacer la boca agua, Miguel, mi marido no está mal dotado, unos 20cm y de un grosor normalito, la verdad es que no me puedo quejar, además es un amante magnifico, pero esto…. Esto era…. Uhmmmmm!!!.

Rápidamente me empecé a quitar la mi ropa, solo me dio tiempo a quitarme la blusa y el sujetador. Carlo me cogió por la cintura y me puso a cuatro patas de espaldas a él, me levanto como a una muñeca de peluche, sin esfuerzo. Entonces levanto mi faldita, y como mis braguita estaba guardada en mi bolso completamente empapada con mis jugos, solo tuvo que meterme su enorme polla, y remarco lo de enorme polla en mi coñito, fue brutal, la verdad es que me hizo bastante daño. Menos mal que Carlo se quedo quieto hasta que me acostumbre a la nueva medida, o me hubiese destrozado.

Cuando me adapte al tamaño Carlo empezó a moverse y enseguida empecé a disfrutar como una loca de las embestidas que Carlo me estaba dando, hubo un momento que creí que me iba a sacar su polla por la boca de lo profundo que me entraba. Entonces mi vista se fijo en mi mesilla de noche donde había una foto de mi marido que estaba mirando hacia mí, me sentí mal, me dio por pensar que me podía ver allí en esa situación, ensartada como una brocheta por esa enorme verga, intente estirar mi brazo izquierdo para tumbarla, entonces sentí como Carlo me cogía de los brazos tirando hacia atrás de ellos, impidiéndome llegar a la foto.

  • De eso nada putita mía, deja que ese marica vea como se folla un verdadero macho a su mujer, lo mismo aprende y todo, jajaja.

Carlo empezó a reírse, sentí como se agachaba sobre mi, entonces sentí su aliento cerca de mi oreja susurrándome…., "porque además pienso correrme dentro tuyo para dejarte preñada, putita", entonces empezó a embestirme más fuerte todavía. Carlo era un autentico animal, parecía un Martillo Rompedor hidráulico de esos de las Obras (lo he tenido que buscar en internet para saber cómo se llamaban, que conste), tac, tac, tac, tac golpeando contra mi culito.

Lo que me dijo no me gusto en absoluto, porque yo amo a mi marido, pero ese momento mi cuerpo me traiciono y me corrí como una perra, él cabròn de Carlo siguió metiéndomela sin piedad, poco después sentí como me llegaba un segundo orgasmo brutal, bestial, un segundo orgasmo que hizo que me derrumbara sobre la cama arrastrándo a Carlo conmigo, si pensáis que eso hizo que parara estáis equivocados, continuo dándome mas y mas, hasta que sentí que estaba a punto de correrse y recordé sus palabras de correrse dentro de mí.

  • Le grite. Noooooo, salte cabròn, salte, no te corras dentro joder, noooo.
  • Jajajaja, que te crees tú eso zorra, te voy a dejar preñada so puta, para que el marica cornudo de tu marido tenga algo que hacer, mantener a mi hijo, jajajaja.

Intente quitármelo de encima para que no se corriera dentro, pero eso solo debía de excitarle mas al cabronazo, porque me daba todavía más fuerte. Con su mano me cogió la cabeza y me la apretó contra la almohada para que no me moviera. Sentí como se tensaba sobre mí, corriéndose dentro el hijo de puta, al levantar la cabeza me quede rígida, cerré los ojos y solo pude susurrar aterrada… "Miguel".

  • No te preocupes zorra si se entera tu marido te juro que también me lo follo para que no tenga envidia y de paso aprenda cómo se folla uno a una puta como tú, jajajaja, me dijo el muy cabròn.

Enterré mi cabeza en la almohada aterrada sin atreverme a levantarla, como un avestruz ante el peligro, igual. Entonces oí esa voz que también conozco

  • ¿De verdad que harías eso? ¿Antes o después de que termine contigo?

Creí que me moría, por eso me había quedado rígida, cuando había levantado la cabeza antes, había visto en el reflejo del cristal de la foto de nuestra boda que tengo colgada en la pared, justo encima de la coqueta, a Miguel en la puerta del dormitorio, a espaldas de Carlo. Se suponía que hasta el domingo no tenía que volver del viaje, pero allí estaba.

Escuche dos golpes secos y gemir a alguien, levante la cabeza y vi como Miguel sacaba a Carlo a gatas sujeto por el pelo por la puerta de nuestra habitación, sentí abrirse la puerta y después un grito y golpes en la escalera. La puerta se cerro, yo me pase al otro lado de la cama poniendo está entre la puerta y yo, me senté en el suelo y me tape con la sabana esperando a Miguel, temerosa de lo que pudiese pasar entonces.

Cuando Miguel entro vi en su mirada lo que nunca jamás imagine poder ver en él, eso entonces me aterrorizo más que cualquier cosa que pudiera hacerme.

  • Volveré el jueves de viaje, cuando regrese no quiero que en esta casa exista nada que pueda contener la mas mínima brizna de ti, puedes llevártelo todo, y cuando digo todo es todo, como esto por ejemplo.

Avanzo hasta donde yo me encontraba cogiendo de la pared la foto donde había visto su reflejo, la tiro como al suelo, rompiendo el cristal y el marco de la misma. Era una foto del día de nuestra boda, en ella aparecía Miguel rodeándome con sus brazos, susurrándome al oído, que si no fuera mi marido en ese momento me hubiera secuestrado para casarse conmigo, su diosa. El fotógrafo supo recoger incluso como yo me sonrojaba en ese momento, que el destrozara esa foto fue…….

  • Cualquier cosa que necesites se lo dices a mi abogado, el te llamara para los tramites del divorcio.

* Miguel por favor, escucha…..

  • No vuelvas a dirigirme la palabra, te lo repito, cuando vuelva no quiero verte ni a ti, ni nada tuyo en esta casa y si tienes cualquier duda llamas a mi abogado, pero ante todo… No quiero volver a saber de ti, ¡entiendes!.

Vi como cogía el maletín de su portátil de al lado de su mesilla y salía por la puerta de la habitación, después oí abrirse y cerrarse la puerta de la casa, había estado tan ciega que ni siguiera me fije que su portátil estaba en la habitación, si me hubiera fijado….. si lo hubiera visto….

Puede que entonces….

Tal vez….

Quizá…..