Mala suerte

Hay días en lo que todo te sale mal y no encuentras otra explicación que la mala suerte.

Hay días, en los que todo te sale mal.

Hoy me levanté con el pie izquierdo,

Lo supe desde el primer momento,

Pues a la hora de tomar de café,

Confundí la leche con el pegamento.

A los pocos minutos el estómago me dolió,

Corrí como loca para ganarle a la evacuación,

Pero al baño demasiado tarde yo llegué,

Solté justo en la puerta mi verde decoración.

Limpié mi desorden y a la regadera me metí,

Para tomar una ducha que acabara con la comezón,

Pero cuando ya me había puesto el jabón,

El agua se había acabado y ni una gota más salió.

Como la única opción que me quedaba,

Caminé a la cocina para tomarla del garrafón,

Pero el peso de éste para mí era demasiado,

Se me cayó encima del brazo y me lo quebró.

Traté de llamar una ambulancia,

Para que me llevara a un hospital a curar,

Pero el teléfono no tenía línea,

Y yo seguía con jabón hasta en el jacal.

Por la desesperación en el piso me revolqué,

Tratando de lavarme con el agua derramada,

Se me olvidó que junto a ésta había vidrios,

Y terminé de todo mi cuerpo cortada.

Me puse una toalla para salir a pedir ayuda,

A una vecina a la cual odio y desprecio,

Por fin pude llamar a la ambulancia,

Pero por un muy alto precio.

La muy depravada y gordinflona mujer,

Un favor a cambió de mi llamada me pidió,

Me pedirá dinero pensé yo pero no,

Se levantó la falda y su coño me señaló.

Chupé y chupé con muchísimo asco,

Esa raja por la que seguro nadie en años pasó,

La maldita gemía como una perra en celo,

Y ni siquiera cuando llegó al orgasmo me avisó.

Con el cuerpo literalmente cortado y olor a sexo me marché,

En una ambulancia a punto de desbaratarse,

Con un par de paramédicos idiotas y recién egresados,

Que de dejarme bien fregada se encargaron.

Cuando llegamos al hospital ya ni quise entrar,

Tome el primer taxi que pasó y me escapé,

Se me olvidó que nada más llevaba una toalla,

Y no fue con efectivo con lo que pagué.

El peludo y asqueroso hombre el cierre se bajó,

Mostrándome una verga que hasta risa me dio,

La mamé tratando de no soltar la carcajada,

Y para mi sorpresa dentro de mi boca mucho más creció.

Empujaba mi cabeza de arriba a abajo dificultándome el respirar,

No creí que pudiera haber mayor humillación,

Pero justo cuando mi cara manchó con su leche,

Mi vecino el sacerdote todo lo presenció.

Bajé del auto para refugiarme en mi casa,

Pero en mi torpeza, las llaves olvidé,

Trepé para entrar por el patio,

Y con unos reporteros en la casa de enfrente me topé.

Creyeron que trataba de suicidarme y me filmaron,

Levanté mis manos para darles una explicación,

Pero al hacer eso la toalla al piso cayó,

Y salí desnuda a nivel nacional por televisión.

Me olvidé de las cámaras y al patio salté,

Tratando con mis plantas la caída amortiguar,

Pero entre tanta cosa no me acordé,

Que el domingo pasado unos nopales planté.

Cortada, espinada y con un brazo roto me vestí,

Tenía que ir a trabajar porque hoy sería mi presentación,

Ya se me había hecho un poco tarde,

Y para colmo entre las prisas se me olvidó la información.

No me di cuenta hasta que estuve frente a los clientes,

No hubo uno solo que de mi no se rió,

Mi empresa perdió ese importante proyecto,

Y mi jefe por ser la culpable me despidió.

Caminé y caminé por las calles de la ciudad,

Intentando de todo olvidarme,

El pronóstico del tiempo por primera vez acertó,

Y como no traía sombrilla una fuerte lluvia me atrapó.

Un caballero muy guapo y atento se me acercó,

A cubrirme con la suya me invitó,

Tanto me gustó que cambiando mis costumbres trate de insinuármele,

Pero el tipo gay me resultó.

Mejor le dije que quería seguir mojándome,

Y así lo hice seguí caminando y terminé empapada,

Sin poner atención a nada cruce la calle,

Un coche me impactó y me dejó a media calle tirada.

Otro atractivo hombre se ofreció a ayudarme,

Y fue él quien ahora una buena encamada sugirió,

Como el golpe no había sido tan fuerte a su casa me llevó,

No podía tener tanta suerte, a la hora de la hora ni se le paró.

Ya era un poco tarde y sólo deseaba irme a mi casa,

Creyendo que ya nada me podía pasar,

Equivocada estaba y no tardé en darme cuenta,

Que la noche apenas acababa de comenzar.

Mientras parada en una esquina esperaba el autobús,

Un perrito muy lindo a mi pierna se acercó,

Creo que la confundió con un árbol o un poste,

Porque levantó la pata y toda me orinó.

Ya no quise esperar y un taxi tomé,

Asegurándome que en la bolsa dinero traía,

No quería mamar otro pene descomunal,

Pero al parecer al conductor un par de monedas le daban igual.

Nos detuvimos en un callejón oscuro y solitario,

Me aventó contra la pared y mi ropa desgarró,

Ni siquiera lubricante o condón uso,

Ahí parados y todavía lloviendo me violó.

Empapada, cortada, corrida y violada llegué y me fui a acostar,

Esperando el siguiente y mejor día que nunca llegó,

Un fuerte temblor movió la Tierra con mi casa incluida,

Y el techo mientras dormía me aplastó.

Ya muerta y a las puertas del cielo creí había llegado mi salvación,

Pero llegó San Pedro a sacarme de mi error,

Poniendo su dedo en mi cara, con gran placer me anunció,

Que Dios por ser una estúpida al infierno me condenó.