Mala suerte 2

Paula empieza a reaccionar y......

Vi como cogía el maletín de su portátil de al lado de su mesilla y salía por la puerta de la habitación, después oí abrirse y cerrarse la puerta de la casa, había estado tan ciega que ni siguiera me fije que su portátil estaba en la habitación, si me hubiera fijado….. Si lo hubiera visto….

Puede que entonces….

Tal vez….

Quizá…..

Me acerque de rodillas hasta donde estaba tirada la foto del día de nuestra boda, sin importarme los cristales que había en el suelo de cuando la foto lo golpeo. La cogí y la abrace contra mí mientras las lágrimas escapaban de mis ojos de forma incontrolable. Pronto estaba llorando a lágrima viva.

Lo había perdido, había perdido a mi marido por un estúpido error, por mi propia estupidez, todo era culpa mía. Me subí a la cama y me hice un ovillo sin dejar de abrazar la foto contra mí. Era incapaz de pensar, de razonar, solo podía llorar amargamente. No sé el tiempo que estuve llorando, ni cuando me dormí, pero cuando desperté ya era Sábado por la mañana.

Ni siquiera me levante de la cama, solo abrí lo ojos, mire el reloj de la mesilla, a su lado vi la foto que la noche anterior intente tapar. Entonces separe de mi la foto del día de mi boda, la mire y volví a romper a llorar de nuevo, apenas podía hacerlo, el dolor de mi garganta era insufrible, debía de tenerla destrozada, los ojos me escocían muchísimo y aun así seguía llorando sin poder parar.

No sé cuánto tiempo pase en ese plan, de pronto sentí como la puerta de la calle se abría, inmediatamente pensé que era Miguel, que lo mismo todo podía solucionarse, me incorpore de golpe, me di cuenta que mi cara debía de estar fatal por las lagrimas, así que me limpie las lagrimas con los brazos y el dorso de las manos, y abrazando la foto espere a que entrara para poderle pedir perdón, para suplicarle, no sabía que le diría, que haría, pero el simplemente pensar eso fue como un rayo de luz, era una nueva oportunidad. Daros cuenta en qué estado me encontraba, para llegar a pensar una estupidez semejante después de lo que había pasado la noche anterior.

  • ¡¡Paula!! Que ha pasado, como estas así, que ha ocurrido…..

No era Miguel, era mi hermana mayor, Verónica, quien había entrado en mi casa, no recordaba que había quedado con ella para ir a recoger mi maldito coche a mi trabajo. Volví a desplomarme sobre la cama llorando, cuando mi hermana me abrazo y me empezó a bombardear a preguntas sobre lo que me pasaba, a la vez que intentaba consolarme. Solo puede gimotear el nombre de mi marido, "Miguel". Mi hermana se separo, me miro y me volvió a abrazar mientras me decía que todo se arreglaría, que seguro que era una discusión tonta de las nuestras, eso sí, yo seguía aferrada a la foto de mi boda como una desesperada.

Cuando logre calmarme un poco, Vero me empezó a preguntar por la bronca que habíamos tenido. Temerosa le conté a Vero lo que había sucedido, como Miguel me pillo con otro en la cama y como me dijo que me fuera mientras me miraba con esa mirada de me dio tanto miedo, una mirada de asco y desprecio profundos. Vero se pudo muy seria, me soltó y se levanto de la cama.

  • Levántate y dúchate.
  • Vero yo….
  • Ya hablaremos luego, de momento dúchate, luego miramos de hacer tus maletas e irnos a mi casa. Aquí no puedes quedarte bajo ningún concepto.
  • No me ire, no tirare todo por un error, cuando vuelva le pediré perdón, le suplicare, le

Vero me soltó un guantazo que me hizo que me callara en el acto.

  • Cállate de una puta vez Paula, si quieres tener una oportunidad no puedes estar aquí cuando el regrese. Dúchate mientras yo recojo todo esto y empiezo a hacer tu maleta. ¡¡¡Venga Leches!!!

Baje la cabeza y me fui para la ducha. Estaba claro que no le había hecho ni pizca de gracia lo que la conté, pero ninguna en absoluto, al fin y al cabo es quizá su mejor amigo, confidente y apoyo en los malos momentos, más que yo, la verdad es que eso siempre me ha molestado un poco (soy una cínica, me ha molestado siempre muchísimo, no tengo motivos pero me da unos celos de impresión), la complicidad entre ellos, pero como cuando lo conocí ya lo sabía me toco aguantarme.

Verónica fue la que me presento a Miguel, y fue en gran medida la responsable de que se enamorara de mí, ya que cuando le pedí ayuda para conseguirle se alegro muchísimo por poder tenerlo de cuñado y me ayudo muchísimo con él, ya que lo conocía perfectamente. Ahora mi hermana tenía que asumir que quizá lo había hecho un desgraciado por "liarlo conmigo".

Yo tengo 27 años, mi hermana Verónica tiene 30años, igual que Miguel. Cuando nos presento me gusto muchísimo, 1’92 de altura, pelo negro como el carbón, ojos más negros todavía si es que ello era posible, y una mirada profunda llena de cariño. Me dije que ese chico era para mí, no era gay y estaba en ese momento libre, un mirlo blanco, tenía que conseguirlo sin importar como y lo conseguí, me costó horrores precisamente por ser hermana de Verónica, era la hermanita de su mejor amiga, por tanto sagrada, que coraje me daba. Aunque precisamente eso también fue mi mejor arma para poder hacerle mío, ser la hermanita de Verónica. 2 Años después de que nos presentara nos casamos.

Cuando el año pasado Vero se separo de José, el desgraciado de su marido, fue Miguel quien más la apoyo. Era la tercera vez que le pillaba en un renuncio de faldas, Miguel ya la había avisado cuando le perdono la primera vez, le dijo que no lo perdonara, que si quería le diera otra oportunidad, pero que le dejara claro que el perdón se lo tendría que ganar. La segunda vez que lo pillo tropezó otra vez con la misma piedra, incluso Miguel y ella se enfadaron por el asunto. Al final….. Bueno, eso es cosa de Vero y no es plan contarlo aquí. Por todo esto es por lo que temía contarle todo a mi hermana.

Me metí en la ducha, abrí el agua caliente y pegue mi cabeza contra la pared, en ese momento mis ojos se fijaron en mis muslos, vi que tenia chorretones de semen seco de ese cabròn de Carlo bajando por ellos. Como una desquiciada me empecé a frotar con saña mis muslos, mi sexo, mi culito, y toda yo en general para intentar borrar cualquier rastro de fluidos del error cometido en la noche pasada.

Cuando me calme volví a pegar mi frente a la pared mientras mis lagrimas empezaban a pugnar por volver a salir de nuevo. En ese momento se abrió la puerta del baño y entro Vero.

  • Paula sal de la ducha de una vez, vístete. Llama al seguro que manden una grua a por tu coche a tu trabajo y que lo lleven la taller de debajo de mi calle, ya les he avisado de que le llevaran tu coche. No te olvides de avisar al vigilante que van a ir a recogerle.
  • Pero….
  • ¡¡Venga muévete!!!

Hice exactamente lo que mi hermana me dijo.

Durante las 3 semanas siguientes intente hablar con Miguel por todos los medios sin éxito ninguno. Siempre estaba de viaje, no paraba en Madrid, estaba claro que me evitaba. Mi hermana me daba su apoyo, pero era consciente de que la costaba, después de lo que la hizo su Ex llego yo y se lo hago a Miguel, sin comentarios.

Carlo que estaba en mi empresa comisionado por otra compañía desapareció, le sustituyo otro compañero, por lo visto según nos dijo este Carlo había tenido una pelea y le habían dado una paliza, 4 costillas rotas, la nariz rota y una muñeca fisurada. Según el e habían intentado robar, no se atrevió a volver, supongo que temía cruzarse de nuevo con Miguel. Los golpes que sentí en las escaleras debió de ser que Miguel le tiro por ellas como un pelele y le dejo para el arrastre, la verdad es que me alegro, por cabròn, y creedme que cuando más adelante lo explique me daréis la razón.

Estaba desesperada, no había forma de hablar con Miguel, siempre estaba de viaje. Afortunadamente Vero es mi hermana y me hecho una mano. Estábamos cenando cuando me lo soltó.

  • Mira Paula hoy he hablado con Felipe, el compañero de Miguel, el va a estar en Valencia hasta la semana que viene, se el hotel donde está alojado

Me levante de golpe de la mesa.

  • Dímelo y el viernes me voy a verle a Valencia, a pedirle per……..
  • ¡¡Cállate Paula!!

Me volví a sentar despacio otra vez, mirando el rostro congestionado de Verónica.

  • Paula, te voy a echar una mano con Miguel, voy a conseguir que puedas hablar con el cara a cara, pero entiende esto bien… piensa detenidamente lo que vas a hacer, a decir, a pedir o a contarle porque será posiblemente tu último cartucho para que tengas una oportunidad.
  • Gracias Vero.

Mi hermana solo asintió, y siguió cenando.

Vero se fue el viernes y volvió de Valencia el domingo, cuando llego a casa no la deje ni dejar la maleta, la bombardee a preguntas sobre Miguel sin piedad.

  • Mira Paula no te voy a contar nada de lo que he hablado o dejado de hablar con Miguel, eso que te quede muy claro, pero si lo que quieres saber es si está bien te diré que si, está perfectamente bien.
  • Gracias a dios. Me alegro que no esté mal.

Lance un suspiro de alivio, los ojos se me empezaron a humedecer, aunque trate de disimularlo, la verdad es que temía lo que pudiera hacer, si algo tengo claro es lo que Miguel me ama, eso jamás lo dudare.

  • Tu eres gilipollas Paula, mentalmente esta hecho una mierda porque la mujer de la que "ESTA" enamorado, y te recalco el "ESTA", le engaño con otro en sus narices. Además ahora no sabe si solo fue ese o existieron más. He logrado que acepte a regañadientes y como favor hacia mí quedar contigo en algún sitio para que hables lo que le tengas que hablar.
  • Gracias Vero, no podre
  • Ni te molestes en darme las gracias Paula, si lo he hecho es porque eres mi hermana, de lo contrario me tendrías enfrente y metiendo baza para que te mandara a tomar por culo.
  • Tan mal está la situación…… susurre.
  • Peor, está peor. Me dijiste que te miro con asco y desprecio, que te asusto que él te mirara así, que nunca creíste que esa mirada la dirigiera a ti, te recuerdo que te tiraste llorando por esa mirada varios días por cómo te sentías. Pues bien eso no es ni la punta del iceberg de sus sentimientos hacia ti en este momento.
  • Lo sé, supe que estaba condenada en cuanto vi esa mirada en sus ojos dirigiéndose hacia mí. Sé que si no es por ti no tendría ni esto, ni la mas mínima oportunidad.
  • Le has hecho mucho daño Paula, muchísimo, y no te será fácil. Ahora piensa muy detenidamente lo que vayas a hacer, decir, pensar o pedir cuando estés frente a él, porque te garantizo que esta es tu última oportunidad, nuca le he visto en este plan que esta. Le tienes a punto de entrar en plan ladrillo como tú lo llamas con respecto a ti y vuestro matrimonio, esta auto convenciéndose que no mereces la pena.

Lo que yo digo de Miguel como en plan ladrillo es que se encabezona de una forma increíble, es más fácil conseguir que una pared se aparte para que tu pases que hacer o convencer a miguel de algo cuando se pone así, por eso le digo que se pone en plan ladrillo. Es como un adoquín, igual.

  • No te preocupes Vero, iré a casa y preparare la cena para cuando vuelva cenar mientras hablamos.

Vero abrió los ojos como platos.

  • Pero tú estás loca o que te pasa. Como vas a volver a tu casa a preparar la cena para hablar mientras cenáis, ¿para eso te consigo una oportunidad jugándome su amistad?, ¿para qué tú hagas esta estupidez?.
  • No te preocupes Vero, se perfectamente lo que hago. Se lo que esto te ha tenido que costar, nunca cometería una idiotez, sé que es la única ocasión que tengo de conseguir que me dé una oportunidad. Soy plenamente consciente de lo que me estoy jugando, por favor, confía en mí. No fallare y sé que hacer exactamente para lógrarlo.

Me quede absorta recordando como logre que dejara de mirarme como la hermanita. Estaba en su casa esperándole para irnos a buscar a Vero y salir por ahí. Miguel es informático y suele desde que le conozco hablar con su compañero Felipe cuando están arreglando algo ayudarse viéndose y hablando entre ellos por video conferencia. Cuando esta así se absorbe y no se entera de nada, vi que era mi oportunidad, y la aproveche.

Deje caer el vestido al suelo, me quite el sostén y me baje las braguitas, me agache y repte por el suelo hasta debajo de la mesa, con mucho cuidado le empecé a bajar la cremallera de la bragueta del pantalón, saque su pene que estaba morcillón y me lo metí en la boca, chupándolo como si fuera un chupa-chups. La verdad es que intento el pobre levantarse pero como puse mis rodillas sobre sus pies no pudo y una vez que le saque el pene ya le fue del todo imposible.

Solté una risita mientras seguía pensando….

Aun recuerdo los esfuerzos que hacía para que Felipe no notara lo que le estaba pasando, no daba pie con bola al hablar con él. Mientras le chupaba el pene le acariciaba con una mano los testículos mientras que la otra la subía hacia su pecho mientras el intentaba que no lo hiciera para que Felipe no viera nada. Cuando se corrió en mi boca me lo trague todo, salí hacia atrás de debajo de la mesa y me levante para que me viera completamente desnuda. Casi se muere cuando me vio así….

Volví a soltar una risita otra vez.

Cuando corto apresuradamente la comunicación, puse mis manos en las cintura y le dije que yo era Paula, no la hermanita de Verónica y que por si no se había dado cuenta estaba loca por el. Me empecé a vestir otra vez ante sus atónitos ojos, cuando acabe me volví y le dije algo así como que en vista que el no se decidía a partir de ese momento era su novia le gustara a mi hermana o no. Quizá debería de pensar en dejar mi idea original como Plan-B y recurrir a otras cosas…….

Volví a la realidad y al mirar al frente me fije que Vero me miraba fijamente y sin poder evitarlo solté un respingo, por un momento pensé que me había leído los pensamientos….

  • Paula que estas tramando, que estas perdida en tus pensamientos y soltando risitas.
  • Yo, nada hermana, nada. –dije poniendo mi mejor sonrisa, cosa que hizo que mi hermana frunciera el ceño, que bien me conoce la jodia.

Lo tenía decidido, definitivamente lo haría. Era mi única oportunidad.

Al día siguiente salí a comprar todo lo necesario para la cena con Miguel y después me fui de tiendas para preparar el nuevo Plan-A, es decir, lo que sería el postre de la cena, o sea, yo con un conjuntito que haría resucitar a un muerto. Aunque por si acaso también empecé a preparar el plan –B., ya veríamos como se desarrollaba todo.

CONTINUARA.