Maite la contable

Inicios en el mundo de la sumisión de Maite.

Todo ocurrió hace unos 5 años, aproximadamente.

Una tarde como otra cualquiera, yo estaba navegando por internet con el Messenger abierto.

De repente me apareció alguien que no estaba agregado en mi lista de contactos:

Ella: Hola, ¿quién eres?

Yo estaba flipando un poco…

Yo: Eso digo yo. ¿Y quién eres tú? Jajaja

Ella: jajajaj bueno me llamo Maite, soy de Barcelona y no sé por qué te tengo agregado en el Messenger…

Vista la situación y dado que por aquel entonces, yo ya llevaba unos años en el mundo del BDSM, pensé en lanzarme a la piscina.

Yo: Pues yo tampoco lo sé… ¿Te atrae el mundo del BDSM, de la sumisión sexual?

Ella: ¿¿¿El qué??? No, que va. Yo soy una chica muy normal.

Yo: Pues no sé chica…

Así seguimos hablando durante un par de horas.

Resultó que a la tal Maite le encantaba Rocco Siffredi; lo bueno que estaba, lo fuerte que era y sobre todo, como trataba a las mujeres en sus películas.

Mmmm vi bastante claro que a ella le llamaba la atención ser tratada como las porno stars de esas películas, aunque fuera de forma inconsciente y nunca lo hubiera verbalizado.

Yo: Supongo que habrás visto una película de Rocco que se llama Fashionistas…

Ella: Pues no, ¿está bien?

Yo: Está cojonuda, además salen unas tías que están muy buenas y Rocco les da caña por todas partes.

Ella: Mmmmm…

Pensé en acelerar un poco las cosas, ya dice el refrán que el que quiera peces que se moje el culo…

Yo: Podría llevarla a tu casa y luego hacemos un cine fórum con preguntas y respuestas.

Ella: La verdad es que parece una buena idea aunque no te conozco de nada y podrías ser un perturbado o un violador…

Creo que está bastante claro que de lo que más nos pone a los hombres, es la caza o la pesca.

Yo ya había tirado el anzuelo y la sirena había picado, ahora sólo tenía que saber rematar la faena para que me abriera las puertas de su casa con una amplia sonrisa.

Yo: Yo lo decía por ti para que la pudieras ver y disfrutar. Pero tienes toda la razón, no me conoces de nada. Aunque has sido tú la que me ha entrado. Mejor será que lo dejemos. Bueno ha sido un placer. Nos vemos… Un beso

Ella: Espera, bueno cuantas prisas, vale, vale ya lo he pillado… jolín que prontos.

Yo: Si no pasa nada. Quedamos como amigos y ya está.

Ella: No te enfades hombre.

Se me hacía la boca agua y ya me estaba frotando las manos.

Yo: Si no me enfado. Pensaba que nos lo podíamos pasar bien y nada más.

Ella: Vale. Mira hacemos una cosa. Podemos quedar el viernes de la semana que viene. Yo preparo algo de cenar, sencillito que no soy mucho de cocinar y luego vemos la peli. ¿Qué te parece?

Yo: ¿¿¿Y si resulta que eres una psycho o una violadora???

Ella: jajajajaj Bueno me está bien empleado. ¿Empatados no?

Yo: Bueno, ya veremos. Podemos quedar a las 21 horas, ¿¿te parece??

Ella: Si perfecto. Pero supongo que charlaremos durante la semana. En cualquier caso te doy mi teléfono por si pasa algo XXX

Yo: Perfecto. El mío XXX. Si, supongo que hablaremos. Bueno pues un beso, tengo que salir.

Ella: un beso y perdona por dudar de ti.

Yo: Estás perdonada.

Durante la semana charlamos un poco un par de días.

El jueves anterior a nuestra cita, acabamos de matizar las cosas.

El viernes a las 21:15 (hay que enseñar quien manda desde el principio), llamé a la puerta.

Me abrió la puerta Maite, como no podía ser de otra forma.

Era una chica de estatura media, con larga melena negra y rizada, estaba bien proporcionada y era atractiva.

Tenía unos morritos muy deseables, buenas tetas y buen culo, según me fijaba mientras la seguía hacia el salón.

Ella: Bueno pues ya estás en mi casa. ¿¿¿Traes la peli??? Jajaja

Yo: Si tranquila aquí la tengo, jajajaj. La cena huele muy bien…

Ella: ¿¿¿Una copa de vino, una cerveza???

Y así comenzó la deliciosa velada. La cena estaba correcta, sin llegar a ser nada del otro mundo, pero muy agradable.

Durante la misma hablamos sobre muchos temas, unos más trascendentales que otros. Una vez acabamos de cenar…

Ella: Si quieres siéntate en el sofá y te traigo el café.

Yo: Perfecto.

Cada vez me gustaba más la tal Maite. Parecía solícita, servicial, amable, sexual y muy sensual.

Yo: ¿¿¿Quieres que prepare la peli???

Ella: Si tú mismo. A ver si ahora serán emociones muy fuertes para estas horas jajajaja

Yo: jajajaj Tranquila, no creo que se te corte la digestión

Trajo los cafés y se sentó a mi lado en el sofá.

Le di al play y comenzó Fashionistas, gran peli que recomiendo a todos los amantes del sexo duro.

A mí enseguida se me puso dura, y ella cuando llevábamos unos 20 minutos vi que empezaba a respirar de forma bastante acelerada y audible.

Yo: ¿¿¿Te gusta la peli???

Ella: Joder sí, me encanta, es buenísima. Gracias por haber venido y por haberla traído.

Yo: De nada. Ya sabía que te encantaría.

Me cogió la mano.

Ella: ¿Me tocas el coño? Es que me arde. Estoy muy caliente. Por favor.

La miré a la cara. Y asentí. Me encantaba aquella situación, había morbo, sensualidad, erotismo, el ambiente que estábamos logrando era delicioso.

Mmmmm que gusto sobarle el coño por encima del culotte (se levantó la falda en cuanto asentí para sobarla).

Yo: ¿Te gusta?

Ella: Oh sí, no pares por favor, me encanta como me tocas!!!

Yo: No puedes correrte sin mi permiso.

Ella: ¿Cómo? ¿Lo dices en serio?

Yo: Totalmente. Claro que si lo prefieres dejo de tocarte y me voy.

Había que apretar un poco más, las cosas se disfrutan mejor cuando sabes tirar de la cuerda lo suficiente pero sin pasarte.

Ella: No, no, no te enfades. De acuerdo. No me correré sin tu permiso.

Yo: Eso está mejor.

Parecía que ya tenía a aquella perrita en el bote. Mmmmm que delicia…

Dejé de tocarla y me puse de pie, mientras la película seguía avanzando; aunque a mí me gustaba más nuestra propia película.

Abrió los ojos de golpe y se me quedó mirando.

Yo: ¿¿¿Qué estás esperando???

Ella con cara de cómo…???

Yo: Ponte de rodillas delante de mí.

Ella muy servicial así lo hizo, sin dejar de mirarme.

Expectante por lo que iba a suceder, esperando mis órdenes, se notaba que estaba prestando toda su atención.

Con mi mano, en un gesto tierno y demoledor, cogí suavemente su mentón y mirándola fijamente a los ojos…

Yo: El primer día que hablamos por el Messenger me dijiste que no te atraía la sumisión ni el BDSM. ¿Me engañaste?

Maite no sabía que cara poner.

Ella: La verdad es que dentro de mí supongo que siempre he sabido que me gustaba, pero nunca he encontrado a nadie que supiera sacar lo que llevo dentro.

Yo: ¿Te refieres a sacar a la superficie a la perra que está deseando salir?

Se puso un poco roja, aunque no demasiado y tras mirar a todas partes menos a mí, volvió a dirigirme la mirada.

Ella: Sí – casi de forma inaudible.

Yo: ¿Cómo? ¿No te he oído? – Me encantaba toda aquella situación de dominio y poder.

Ella: Que sí, que quiero que saques la perra que llevo dentro… Por favor.

Yo: Mucho mejor, perra.

Sonrió.

Yo: Ahora quiero que me saques los pantalones. Venga. Sin levantarte, por supuesto.

Cuando me los había sacado, le cogí del pelo y llevé su cara a mi polla, que en esos momentos estaba deseando ser atendida como es debido, y empecé a frotar su cara de un lado al otro, para que sintiera bien mi ser palpitante.

Yo: Te gusta, ¿verdad zorra?

Maite asintió con una gran sonrisa y muy acalorada.

Yo: Vas a ser mi puta. Si te portas bien disfrutarás como no lo has hecho en tu vida. Empieza a lamer esta polla que vas a adorar. Por encima de los calzoncillos, perra.

Me encanta tener a una buena perra con su nariz y su boca caliente, jugando con mi entrepierna. Sintiendo su aliento. Dilatando los momentos para sentirlos con todo mi ser y hacérselos sentir y disfrutar también a mi puta.

Yo: ¿¿¿Quieres disfrutar de esta polla???

Ella: Si… por favor…

Yo: Bájame los calzoncillos.

Me gustó la cara que puso como diciendo que le gustaba lo que veía y que se le hacía la boca agua, y nunca mejor dicho.

Yo: Ahora la vas a lamer muy despacio y no te dejes los huevos, que también tienen derecho a disfrutar de esa lengua que me va a dar muchas horas de felicidad.

Entonces le di un suave bofetón. Ella puso cara de sorpresa. La cogí del pelo y agachándome le di el primer morreo de los que iban a ser una gran serie.

Me encantaba jugar con su lengua caliente y larga. Y también follarle la boca con mi lengua, moviendo su cabeza para que mi lengua no parara de entrar y salir.

Yo: ¿¿¿Te gusta cómo te trato, perra???

Entonces decidí comprobar la temperatura en su coño.

Yo: Yo diría que mucho. Estás ardiendo, pareces un volcán a punto de entrar en erupción.

Le di otro bofetón un poco más fuerte.

Había que recordarle quien llevaba las riendas.

Yo: Venga, como te he dicho. Empieza a lamer muyyyy despacito. Y aparta la mano de tu coño, no quiero que te toques. Concéntrate en mi polla.

Empezó a lamer como si le fuera la vida en ello, bien despacio, totalmente entregada.

Yo: No olvides los huevos, lámelos con cariño, vamos!!!

Ella intentaba complacerme en todo momento y puedo decir que lo estaba logrando.

Pasado un buen rato…

Yo: Venga perra, ya puedes empezar a mamar polla.

Mmmmm como mamaba la muy puta!!!

Entonces empecé a follarle la boca, cogiéndola bien por el cogote y de los pelos.

Yo: Así puta, aguanta, puedes tragarte más, venga, esfuérzate cerda!!!

Me encantaba tener la polla en su boca, sacarla y entonces darle un bofetón. Repetirlo varias veces, logrando siempre sorprenderla cuando menos se lo esperaba.

También me gustaba sacársela de la boca y acercársela, a punto de meterla de nuevo, ella alargaba la lengua pero tú la retienes cogiéndola del pelo, ella babea, la muy zorra.

Ella: Por favor, dame polla, la necesito, la quiero… Déjame que te la chupe, por favorrrrrr

Yo: Eres toda una perra en celo salida, ¿lo sabes verdad???

Ella: Mmm bra dgsdjfodsjf sí lo soy fwefewff soy tu perra deferegrgregreg…

Estaba llegando el momento de correrme.

La cogí de la cabeza y mirándola fijamente y despacio:

Yo: Ahora me voy a correr, puta, y quiero ver toda mi leche en tu boca. No te la tragarás hasta que yo te lo ordene. ¿Está claro?

Ella: Si está muy claro.

Llegó el momento supremo y descargué toda mi leche en su boca.

Yo: Qué gusto, joder!!!!

Le di un nuevo bofetón.

Yo: Muy bien zorra. A ver, abre la boca y enséñame mi leche caliente.

Maite obedeció con una sonrisa.

Yo: Me gustas puta. Ahora trágatelo todo. Te lo has pasado bien?

Se lo tragó todo.

Ella: Sí señor, me ha encantado esta noche. ¿¿Quieres quedarte a dormir??

Yo: No. Me gusta dormir en mi casa.

Me vestí, le di unos buenos morreos y me fui a mi casa.

Al cabo de un par de días volvimos a charlar por el Messenger.

Me comentó que al principio de la velada no le parecí demasiado dominante, es parte de mi encanto supongo, dejar que las cosas vayan fluyendo con tranquilidad. Sin prisa pero sin pausa.

Pero que una vez que se sentó en el sofá, ya vio que aquella noche iba a ser cojonuda.

También me dijo que le había parecido un hombre muy interesante, porque cualquier otro se me habría follado y ya está, en cambio tú me trataste como lo estaba deseando hacía años.

Sonreí… que delicia de perra!!!

Continuará…