Magoya (14)

Nuevos miembros de la cofradia de los magoyas.

Hola amigos, aquí estamos de nuevo los magoyas para contaros nuestras aventuras.

Después de la siesta reparadora tirado sobre el sofá y como aún faltaban un par de horas para ir a buscar a Sarah y a Sofía, nuestra última incorporación, decidí leer los correos que me enviáis con comentarios a estos relatos y entre otros muchos me llamó la atención el siguiente que os transcribo.

" Querido Carlos:

Me han llamado mucho la atención tus relatos y además de proporcionarme unas pajas descomunales la leerlos, me han hecho reflexionar sobre si yo también sería magoya. Te cuento:

Me llamo Miguel, tengo diecisiete años, voy al instituto, salgo con una chica de mi clase desde el año pasado, nos acostamos juntos cuando podemos (que no son muchas veces) pues no tenemos sitio donde hacerlo y la paga no da para ir a un hotel, así que follamos cuando hace bueno y nos vamos de excursión con tienda de campaña, en algún fin de semana que mis padres salen y me dejan solo en casa, en fin, bastante menos de lo que nos gustaría. En cualquier caso nuestra relación es normal, siempre satisfactoria para los dos. Pero a pesar de esto, siempre me han llamado la atención los chicos. Me gusta verlos desnudos, ver sus miembros en las duchas después del deporte me excita algo. Nunca me he considerado por ello marica, siendo además que mis relaciones heterosexuales han sido normales.

Pero leer tus relatos me ha hecho reflexionar sobre si en realidad yo no seré magoya (o bisexual), así que me he decidido a probar con algún chico para ver si me gusta y así poder disfrutar el doble.

Lo he hablado con mi chica y a ella le ha parecido bien, pues ella también ha tenido relaciones lésbicas con su mejor amiga. Por lo que se ve, entre chicas es más normal este comportamiento que entre los tíos, pues tienen más intimidad entre ellas que en la amistad entre dos tíos.

Así que me he planteado con quién podía probar y he llegado a la conclusión de que lo más sencillo era lo más próximo. Y lo más próximo, en mi caso es mi hermano mayor. Se llama Jaime y tiene 19 años. Es deportista, juega al fútbol, tiene muy buen cuerpo (yo tampoco estoy mal), tiene un rabo de escándalo (más de 22 cm, el mío sólo tiene 16cm) y no tiene novia, siempre está con un par de amigos. Así que como compartimos habitación y cuarto de baño y nunca hemos tenido pudor alguno y nos vemos desnudos naturalmente, he pensado en atacarle.

Ahora te cuento el resultado del ataque.

Mi plan consistía en que me viera masturbándome de forma continua y ver cómo reaccionaba. El nunca me ha visto masturbarme, yo a él sí, le espío alguna vez en el cuarto de baño y la verdad es que me gusta verle cómo se menea esa tranca y cómo sale la leche disparada.

Normalmente mi hermano se levanta cuando yo ya he salido del cuarto de baño y me estoy vistiendo para ir al instituto, ese día me "olvidé" de poner el despertador así que nos despertamos a la vez, se levantó él primero y fue a la ducha, yo empecé a pelármela y entré en el cuarto de baño con la polla erecta en la mano mientras él estaba en la ducha, era algo que solíamos hacer, mientras uno se duchaba el otro podía entrar a lavarse los dientes o a mear, ese día yo entré a hacerme una paja delante de él.

Qué haces tío? –me dijo mirando atentamente cómo me la meneaba – Pensaba que estabas meando.

Pues mira, me he levantado así y necesito un apañito urgente. Supongo que no te molesta que me desahogue un poco. No?

No, no, por mí puedes seguir –dijo mientras se secaba.

Siguió lavándose los dientes y pude observar cómo no me quitaba ojo a través del espejo y la polla se le ponía morcillona. Salió cuando yo hube terminado y me había metido ya en la ducha.

Después de comer él iba al baño a lavarse los dientes antes de volver a la facultad, yo lo hacía más tarde pues aunque la entrada al instituto era a la misma hora yo tardaba cinco minutos andando y él tardaba casi una hora entre metro y autobús. Esa tarde me adelanté a él y entré en el cuarto de baño a hacerme una paja en su honor, cuando entró en el baño y me vio me dijo

Chico, otra vez? Que pasa que te ha dejado tu novia o qué?

No, lo que pasa es que llevamos más de diez días sin mojar y se me revientan los huevos de leche. Lo hago habitualmente, lo que pasa es que nunca me habías cazado y hoy, en un solo día, me has cazado dos veces.

Pues nada, dale fuerte.

Se puso a lavarse los dientes y vi cómo me observaba de nuevo por el espejo.

Por la noche al irnos a acostar entramos a la vez al baño a lavarnos los dientes y en esta ocasión fue él el que dirigiéndose al water empezó a meneársela delante de mí.

Qué, tú también? – le pregunté.

Sí claro, lo que pasa es que antes procuraba que no me vieras, para no darte mal ejemplo, pero como tú no te cortas, yo tampoco.

Me estás dando envidia – le dije.

Me puse a su lado empujándolo un poco para hacerme sitio junto a él frente a la taza y empecé a menármela al mismo ritmo que él. Mi hermano la tenía mucho más gorda que la mía y bastante más larga y cuando se le ponía tiesa daba miedo pensar en qué agujero tendría que entrar.

Si quieres yo te la meneo a ti y tú a mí, que dicen que da más gusto al no ser la propia mano de uno. – me propuso.

No es mala idea, así me imagino que es mi novia y seguro que lo disfruto más.

Le agarré su polla, era tan gorda que casi no la abarcaba con mi mano. El agarró la mía y con suavidad empezó el meneo. Yo, con la situación de excitación, duré muy poco salpicando todo el baño en una erupción tremenda.

Chico, para ser la tercera del día has soltado un montón de leche.

Ya te he dicho que tengo los huevos a reventar.

Entonces empezó a darme un masaje en los huevos con las dos manos y dirigió sus dedos con disimulo hacia la parte trasera acariciándome el culo y el ojete. Yo imité su acción y mientras con una mano seguía el pajeo, con la otra le acaricié los huevos y el culo. Al notar que me atrevía como él a acercarme a la puerta trasera abrió las piernas para facilitarme la labor, yo hice lo mismo. Se chupó el dedo y empezó a frotarme el agujero empujando suavemente con la yema del dedo para iniciar la dilatación. Yo seguía con mi paja pero él no acaba de correrse, o aguantaba mucho o necesitaba más estímulo, así que, para subir el ritmo, le eché saliva en la punta del capullo lo que aumentó la lubricación y seguí con mi masaje de huevos y culo, sin atreverme a meterle un dedo, como ya estaba haciendo él conmigo lo que estaba provocando que tuviera la polla tiesa de nuevo. Al final se corrió salpicando mucho más de lo que yo lo había hecho, hasta me ensució a mí pues los espasmos del instrumento lo volvieron incontrolable. Al notar que se corría me clavó el dedo medio de su mano hasta el fondo del culo y la sensación fue indescriptible.

Su polla empezó a bajar, pero la mía estaba otra vez necesitada de un tratamiento.

Pero chico, otra vez estás así? – dijo mientras me sacaba el dedo del culo.

Sí, lo que me has hecho en el culo, nunca me lo habían hecho, pero mira si me ha gustado, que fíjate cómo me has puesto otra vez.

Pareces un mono, tres corridas en un día y sigues con la polla tiesa. Trae que te doy otro meneo a ver si se te pasa de una vez.

Me la meneó mientras me metía de nuevo el dedo en el culo y volví a correrme de forma espectacular. Limpiamos los restos del baño y dijo.

Y ahora a dormir, que mañana hay que madrugar.

De acuerdo.

Había funcionado mi plan. Además me había permitido descubrir que mi hermanito sabía cómo excitar a un tío metiéndole el dedo por el culo. Eso, y que no tuviera novia me hizo plantearme si mi hermano no sería homosexual. Habría tiempo de saberlo, se lo pensaba preguntar, pero no de momento.

Mi plan era ahora convertir la paja nocturna en algo habitual.

A la noche siguiente entramos al cuarto de baño, mi hermano había estado de entrenamiento con el equipo de fútbol, al desnudarse se la noté toda enrojecida.

Qué te ha pasado. –le pregunté señalándosela con la mirada.

Nada, que hoy ha tenido trabajo extra.

Qué, te has estado pajeando salvajemente después de lo de ayer?

Voy a decirte una cosa que espero que sepas guardar en secreto.

Seguro hombre.

Soy homosexual y tengo pareja estable. Follamos cuando podemos, que es todas las semanas un par de veces, después de los entrenamientos y después de los partidos de los sábados.

Y puede saberse quién es?, David o Pedro?

Ninguno de los dos. Ambos son buenos amigos, lo saben y me respetan.

Entonces?

Es el entrenador.

El entrenador del equipo era un chico de unos veinticinco años al que una lesión le había apartado de una prometedora carrera en un equipo de 1ª. Yo lo conocía pues cuando era más crío solíamos ir con mi padre a ver los partidos y lo recordaba, pues hacía mucho que no le veía, como un tío imponente en su casi metro noventa.

Así que mi hermano era homosexual y yo lo tenía todas las noches a mi disposición si así lo deseaba.

Me decidí a contarle lo que me ocurría y cómo había planeado la situación, para ver su reacción, aunque sin sospechar la verdad.

La verdad es que siempre te he deseado, y alguna vez he intentado provocarte. Me he dado cuenta de que a veces me mirabas mientras me masturbaba, pero nunca me había decidido a dar el paso. Ayer me lo pusiste a huevo, pero no quise forzar la marcha. – me dijo.

Pues me gustaría poder probarlo contigo.

Hoy no, no tengo condones y estoy muy cansado, si quieres te hago una paja bien hecha y mañana completamos el aprendizaje.

Por los condones no te preocupes, yo siempre tengo escondidos aquí, en casa, pues los fines de semana que se van los papás a la sierra, aprovecho para traer a mi novia. Pero si estás cansado después del entrenamiento y de follar con tu entrenador lo dejamos para mañana.

Ven que te voy a hacer algo que no vas a olvidar en muchos años.

Me llevó a la cama desnudos como estábamos y me agarró la polla con suavidad, se la metió en la boca y empezó a succionarla, mientras con el dedo me daba golpecitos en la base y en los huevos. Pronto reaccionó y empezó a crecer dentro de su boca. La tenía metida hasta la base, y mientras crecía lo hacía dentro de su boca y bajaba por su garganta, yo notaba cómo rozaba el glande con las paredes de su garganta. Apretó los dientes sobre ella sin clavarlos y empezó a sacarla de su boca arrastrando sus dientes sobre la piel produciéndome escalofríos de placer. Cuando llegó al capullo aflojó la presión para no dañar esa zona más sensible y la lamió con la puntita de su lengua. Se ensalivó un dedo y mientras seguía con la mejor mamada que me han hecho en mi vida, me fue dilatando el ano y metiéndome el dedo, esta excitación me gustaba muchísimo, luego me explicó que masajear la próstata del hombre por el interior del ano es algo que produce mucho placer y que debería aprender a hacerlo si quería que mis relaciones con otros tíos fueran más placenteras.

Yo solía correrme en pocos minutos, mi novia siempre me lo reprochaba a lo cual yo siempre respondía que como yo podía tener dos relaciones seguidas, yo disfrutaba el doble que ella, pues ella tenía su orgasmo cuando yo me corría por segunda vez sin habérsela sacado, tardé esa vez en correrme más de quince minutos y lo hice explotando en su boca que se tragó todo el semen que había echado y se relamía con lo que desbordaba por las comisuras de sus labios. Luego me explicó que es muy importante el llevar un buen ritmo y en romperlo de vez en cuando para retrasar la eyaculación. Aprendí mucho con mi hermano aquella noche.

Al día siguiente mi novia me preguntó si ya había llegado a algo con mi hermano y le dije que todavía no pero que el plan iba funcionando. Quería que la relación fuera completa antes de contestarle. Lo único que me preocupaba seriamente era el tamaño de la verga de mi hermano, si todo ese pedazo de carne tendría que entrar dentro de mi culo iba a estar una semana sin poderme sentar.

El viernes mis padres decidieron que se iban a pasar el fin de semana a la sierra, así que nos dejaron solos a mi hermano y a mí. Esa noche iba a poder disfrutar de mi hermanito y saber si realmente me gustaba tener relaciones con tíos.

La primera experiencia, con la mamada que me había dado mi hermano la noche anterior había sido fantástica, pero veríamos la segunda.

Mi hermano salió con sus amigos y regresó tarde, yo aprovechando que mis padres no estaban había llevado a casa a mi novia y habíamos estado haciendo el amor toda la tarde. No temía ser descubierto por mi hermano, pues sabía que había salido con sus amigos. A las diez acompañé a mi novia a su casa y me fui a la mía esperar que viniera mi hermano. Había renovado la provisión de condones, que había sufrido una merma esa misma tarde.

Cuando llegó mi hermano lo estaba esperando desnudo sobre la cama. El al verme así dijo:

Me estabas esperando?

Sí, estoy deseoso de probar lo que me tienes que dar.

Se sentó sobre la cama a mi lado y empezó a masturbarme. Yo le agarré la tranca sobre el pantalón y se la apreté.

Me da miedo de que todo esto tenga que entrar dentro de mí.

No te preocupes, la primera vez no te la meteré entera pues puedo destrozarte, Poco a poco te irás acostumbrando, si te gusta, y en un par de semanas serás capaz de recibirla entera y disfrutarla de lo lindo.

Se levantó para desnudarse, yo lo observaba atentamente, cuando se quitó el calzoncillo pude notar cómo estaba ya un poco morcillona. Me puso en posición del 69 y me dijo que se la fuera comiendo y masturbando para que se pusiera tiesa, que mientras tanto él me iba a preparar el culo.

Yo nunca me había metido una polla en la boca así que la primera chupada me supo agria, pero no me desagradó. Fui lamiéndosela, intentando meterla en la boca pero era tan gorda que casi me desencaja la mandíbula. Lo conseguí, pero sólo pude meter el glande dentro y acariciarlo con la lengua. Mientras tanto, mi hermano se había untado con vaselina los dedos y empezaba a meterme uno de ellos para ir dilatando mi agujerito. Me producía un gran gusto, yo seguía con mi mamada mientras su polla crecía interminablemente y empezaba a segregar el líquido preseminal debido a mis meneos, más que a la chupada por mi inexperiencia. Me metí sus huevos en la boca que se me llenó de pelos y casi me hace vomitar. Ya tenía tres dedos dentro de mi ano y mi hermano consideró que era el momento de empezar con la prueba.

Me hizo cambiar de posición y ponerme a cuatro patas sobre la cama con el culo en pompa. Se agachó y me ensalivó bien el culo y después de untarse abundante vaselina en su polla la encaminó hacia su destino.

Yo estaba algo asustado de pensar en que aquello tuviera que entrar por aquel sitio tan estrecho, pero la capacidad de adaptación del cuerpo humano es admirable. La apoyó y empezó a empujar suavemente. Entró el glande y me causó bastante dolor. Dejó de empujar y estuvo quieto durante dos o tres minutos, mientras me preguntaba si se me pasaba el dolor. Cuando le dije que ya no me dolía volvió a empujar otro poquito metiendo dos o tres centímetros más. Otro descanso mientras el esfínter se acostumbraba, así, a lo largo de casi veinte minutos estuvo empujando y descansando hasta que noté cómo sus huevos colgaban junto a los míos. Había conseguido tragarme sus 22 centímetros de polla enteros a la primera y la verdad es que no me dolía. La sacó a medias y volvió a meterla despacio una par de veces. Empecé a gozar con el movimiento y éste se fue volviendo más rápido cada vez hasta que llegó a ser frenético, aunque sin violencia. Yo me retorcía de placer y me corrí encima de la cama sin haber sido tocado en todo el tiempo, pues yo estaba con mis manos apoyado en la cama y mi hermano con sus manos en mis caderas marcaba el ritmo de la follada. A mi hermano aún le costó diez minutos de bamboleo hasta que se corrió dentro de mí, haciéndome sentir una explosión de leche en mis entrañas que, como si me pusieran un enema, invadía todo mi intestino. Mi polla que no se había bajado a pesar de la corrida volvió a escupir su carga por el placer que había sentido y las piernas y los brazos me flaquearon quedando colgado ensartado en la polla de mi hermano que aún seguía dura a pesar de la corrida.

Te ha gustado?

Joder, tío, me has destrozado, ¡Qué placer me has dado!

A que es cojonudo?

La verdad es que no podía ni imaginar que fuera tan placentero.

Si quieres repetimos?

No sé si seré capaz de resistir otra embestida como ésta ahora mismo.

Podemos probar cambiando de postura.

Me la sacó y me derrumbé sobre la cama. El me cogió y con dulzura me dio la vuelta poniéndome cara a él tumbado sobre la cama. Cogió mis piernas y las llevó sobre sus hombros, me puso la almohada debajo de los riñones, apuntó su tranca en mi culo y volvió a meterla poco a poco. Ahora entró a la primera sin dolerme. Con una mano me sujetaba de la cadera izquierda para ayudarse a mantener el ritmo de la follada y con la mano derecha empezó a masturbarme. Mientras las embestidas iban ganado en velocidad el pajeo seguía también al mismo ritmo, esta vez, al correrme noté cómo se contraían los músculos de mi ano apresando y apretando la polla de mi hermano. El, que controlaba muy bien el momento de la eyaculación dejó de resistir y se corrió simultáneamente dentro de mi. La sacó chorreando y la llevó a mi boca. Era la primera vez que probaba el semen y me supo rico. Le lamí el glande hasta dejarlo brillante y otra vez duro, pero le dije que ya no podía más.

Para ser tu primera vez te has portado como un hombre de verdad – me dijo

Querrá decir como todo un mariconazo. Pues lo he disfrutado de lo lindo. Y, aunque no me has hecho daño, no sé si voy a poder sentarme en toda una semana.

No te preocupes, te voy a untar una crema cicatrizante que utilizo yo y mañana como nuevo.

Me ayudó a levantarme y me llevó a la ducha donde me enjabonó y limpió con cuidado el ano, además del resto del cuerpo que estaba lleno de leche de mis tres corridas, me secó con suavidad y me llenó el culo de una pomada que sacó de su bolsa de deporte, se notaba refrescante y calmaba el escozor que me había quedado. Me ayudó a cambiar las sábanas de mi cama y se tumbó a mi lado acariciándome el pecho. Así me dormí, en la gloria.

El sábado por la mañana se levantó temprano para ir a su partido y yo me quedé en la cama hasta el mediodía para recuperarme de la follada salvaje que me había dado. Ahora sólo me faltaba darle yo a él y eso pensaba probarlo esa misma noche.

Llamé a mi novia y le dije lo que había pasado y me preguntó:

Y querrás seguir haciéndolo conmigo o ya sólo quieres a tu hermano.

Ven y lo descubrirás.

Apareció a la hora casi de comer y nos fuimos a mi cuarto estábamos en plena acción cuando apareció mi hermano.

Quieres sumarte a la fiesta? - Le preguntó mi novia sin cortarse un pelo.

La verdad es que no lo he probado nunca con una tía y no creo que a mi hermanito le gustara verme follando con su novia.

Pruébalo si quieres – le dije. – Tu y yo ahora lo compartimos todo.

Mi hermano se quitó la ropa y dejó ver su tranca colgando ante lo que mi novia no pudo resistirse y se lanzó a chupar con delectación, yo mientras tanto dilataba a mi novia, pues si quería tragar por su coño ese pedazo de carne tan tremebundo debería estar preparada. A mi hermano se le puso dura enseguida y decidió probar a meterla. Se tumbó sobre la cama y mi novia se sentó sobre su polla poco a poco hasta que la tuvo toda dentro y empezó el movimiento. Cabalgaba sobre mi hermano a un ritmo frenético yo miraba sentado en la cama de mi hermano y me hacía una paja viendo la escena. Mi novia tenía un orgasmo tras otro con la polla de mi hermano en su interior, se tuvo que apoyar con las manos para poder mantener el ritmo pues tanto orgasmo la estaba dejando destrozada, pero mi hermano aguantaba. El la abrazó y la hizo girar sobre la cama para quedar sobre ella y siguió empujando hasta el fondo. Al cabo de unos diez minutos más se corrió dentro de mi novia, no había tomado la precaución de ponerse un condón y la inundó con su leche.

Te ha gustado – le preguntó mi novia.

No ha estado mal del todo, y a ti?

Que le den por el culo a tu hermano, necesito esa verga para mí, para siempre –dijo riéndose, y me atrajo a ella para besarme en los labios con muchísima ternura.

Qué susto me has dado.

No te preocupes- me dijo mi hermano – Follar con una tía no me da asco como a otros homosexuales, pero tampoco es el ideal de mi vida. A mí me gusta mi chico y con él soy muy feliz, así que no te la quitaré. Lo que pasa es que tendrás que aprender técnicas nuevas si la quieres satisfacer o si no siempre te echará en cara mis 22cm y los orgasmos que ha sentido hoy, que seguro que nunca los había tenido. O me equivoco?

Tienes razón – le contestó mi novia – Le falta aprender mucho para ser tan buen amante como tú. Pero yo le quiero y disfrutaremos mucho juntos. Y vosotros dos sois libres de tener el sexo que queráis y no me sentiré celosa.

Así descubrí que soy magoya como tú. Desde ese día mis relaciones con mi novia van viento en popa y con mi hermano tenemos sexo de vez en cuando. Yo no solo soy pasivo con él, también activo. Le he pedido a mi hermano que me lleve algún día con su pareja para compartirlo, pero a eso se ha negado en redondo, lo mismo que a compartir a mi novia otra vez. Pero yo disfruto de los dos a plenitud.

Espero tus noticias

Miguel"

El relato de Miguel me había dejado con la polla tiesa, pero no quise masturbarme para aliviar la necesidad. Cuando vinieran las chicas se lo enseñaría y tendríamos algo de lo que hablar, que me andaba rondando por la cabeza.

Pero eso es otra historia.

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cmagoya@hotmail.com