Magica noche de Reyes
Un deseo no siempre se cumple, reencuentro con un amor imposible.
Es de noche, de nuevo la luz de la luna lame mi cuerpo, desnudo, impávido, frío y quizá algo descuidado desde que no estas la arena cubre mis manos y sólo el pequeño bikini se interpone entre la brisa y yo.
Playa teñida de nácar por la luz clara y blanca que platea al mar con su mirada, el sonido del agua acariciando la orilla se mete en mis oídos, y de pronto siento como mi cuerpo se convulsiona al recordarte, se nutre de tu recuerdo, de la imagen suave que creaste en mi subconsciente.
Gélida agua observándome, tu tacto húmedo y fresco me evoca sus palabras en mi oído en una mágica noche.
Me siento transportada al pasado como si algo dentro de mí quisiera despedir tu recuerdo y sobreponerse al dolor con un gran homenaje en tu nombre, el tiempo cambia, el espacio y me veo de repente en una ciudad distinta, lejos del mar
Noche de Reyes, tardee de emoción para todos aquellos infantes que esperan la mañana siguiente con impaciencia, de nuevo se iluminara su casa con los regalos de cada año, algunos no podrán dormir y la mayoría se despertaran temprano agitados por la alegría de las dulces sorpresas que al día siguiente esperan. Así comienza la tarde, con la ilusión de un niño, la que siempre tuviste en esos lindos ojos marrones que brillan con fuerza cuando tu alegre lado infantil se hace con el control de tu cuerpo, así eres
Salí de casa recién duchada, recogí cuidadosamente mi pelo en un moño con algunos pelos sueltos para enmarcar la cara, suavemente limpie impurezas de la piel y un pequeño toque de brillo en los labios. Sé que me quieres pero tu orgullo no quiere volver a cometer de nuevo el mismo error de siempre yo, tu error a veces, según tus propias palabras el caos dentro de tu mundo de orden.
Tu coche se acercó a casa, salí, mi ropa como siempre algo desgarbada, una camisa abrochada solo de los botones de abajo marcando un escote de los que siempre te han perdido, lo sé, te he visto muchas veces acariciarme los pechos con pasión, como si fueran un santuario en el que es obligado pararse a contemplar. Es invierno, hace frío, de modo que me pongo un abrigo y una bufanda grande que permite tapar mi delicada garganta y protegería el amplio escote del frío.
Ida hasta Canillejas, dejar el coche y a Sol a ver la cabalgata, el Metro con su algarabía, todo aquel gentío acercó nuestros cuerpos, no pude evitar mirar sus labios y luego sus ojos deseando besarle como había ocurrido tiempo atrás, de nuevo notar esa pasión que sólo él era capaz de desatar en mí parada ritual en la mallorquina a coger un roscon de reyes para tomar con unos amigos, risas, y noche de paseo por el centro hasta las 3 o 4 de la mañana, nos gusta la noche a ambos de vuelta a casa . Desaté a la entrada al coche el moño que cuidadosamente había colocado antes, el pelo castaño cayó en cascada por mis hombros, coloqué los rizos aún húmedos y ya dentro del coche moví ligeramente el pelo haciendo ver que me lo aireaba consciente de que de esta forma quedaría el coche inundado de su aroma a frutas.
¿Te llevo a casa?- Me preguntaste
Si no hay más opciones por que no tengo sueño - Conteste rogando por que algo ocurriera en mi vida
Debió cruzarse una estrella fugaz, sólo sé que pedí un deseo y Dios debió escucharme.
- Podemos ir a mi casa, sabes que estoy solo y estar allí un rato echar una partida al poker
El póker, sí, nos gustaban mucho las apuestas, el juego de amor en el que el tira y afloja crea ambiente, nuestra variante favorita era el streap-poker Al llegar reparte sobre la cama las cartas.
-Streap poker? me dijo con una sonrisa malévola
- Si te atreves - Dije retadora
Perfecto, el estómago se me encogía, ¿por que iba a caer de nuevo en la tentación que me evoca su cuerpo? Por que de nuevo podía ver todas las lágrimas que derramé por él y aún así como si de una droga se tratara necesitaba mi ración.
Las prendas fueron cayendo, el frío, el recuerdo, el magnetismo, el amor no sé lo que influyó pero nuestros labios se acercaron, me besó en la frente, noté su cuerpo pegado al mío, su calor, el olor de su cuerpo, la suavidad de su pelo en mis manos y de pronto perdí la noción del tiempo cuando sus labios rozaron los míos, nos besamos, intercambio de fluidos, de pasión contenida, le abracé con fuerza como si notara que algún día volvería a separarme de él, me tumbó despacio en la cama, fue acariciando mi cuerpo mientras yo acariciaba el suyo, sus hombros , su cuello, sus fuertes brazos, repasé con mis dedos esa clavícula que me volvía distinta, su torso desnudo, jugamos a deleitarnos en cada milímetro del cuerpo como si quisiéramos saber si seguía ahí el amor que habíamos perdido
Sus manos rozaron mis pezones, sus labios los acariciaron exaltando su dureza y la lengua remató el momento, mi sexo anunciaba su humedad y su erección me transmitía que ambos deseábamos lo mismo, introdujo sus dedos dentro de mí y los sacó húmedos para que los lamiera, no sabía cuando podría repetirse aquello y me daba igual si tras ello no había un nuevo amanecer, lamí los dedos profundamente sustituyendo la humedad levemente blanquecina de mi sexo por la de mi lengua, presionando con los labios, cerrando los ojos para concentrarme en la sensación, bajé hasta su sexo para lamerlo, o recorrí trazando círculos con mi lengua desde la base hasta la puntita y fui engullendo glotona todo el falo con devoción hasta lo más profundo que mi garganta daba, lo saqué cuando vi que hacía amago de levantarse, y mientras buscaba un preservativo seguí lamiendo y acariciando su culo. Lo encontró y poniéndoselo lo introdujo despacio, fui sintiéndome llena de él, se acoplo perfectamente y empezó a hacerme el amor dulcemente, me agarraba a la cama suspirando de deseo, no quería gemir para no estropear el silencio que entre ambos siempre nos había transmitido tanto.
El ritmo se incrementó cada vez más, no podía imaginar que parase, su miembro entraba y salía, él me cogía enérgicamente, en un momento dado paró, acarició mis nalgas buscando el agujerito con el que yo más disfrutaba, me masturbó mientras lo preparaba introduciendo los dedos, me puse a cuatro patas mostrando las ganas que tenía de que ese inmenso falo llenara mis posaderas y lo hizo, me la clavó hasta lo más hondo sentí un leve pinchazo de dolor y después todo placer, me empujo para ponernos de lado ambos sin sacarla de mi recto, y continuamos acoplándonos, ahora sí que no podía ahogar los gemidos, apenas podía cerrar la boca excitada como esta de sobremanera, ahora con una de sus manos en mi cintura para ayudarse y dar mas impulso a sus embestidas y mientras yo acariciando mi clítoris, el ritmo se intensificaba mas y más asta acabar en un orgasmo fin de fiesta que nos unió dejándonos extenuados, sacó su herramienta de placer de mi, me di la vuelta y lo abracé de nuevo
Acaricié tu frente, te besé en los labios suavemente, acaricié tu pelo masajeando tu cuero cabelludo y me abrazaste más, te di la espalda y puse mi cabeza mas abajo que la tuya para que tus labios estuvieran a la altura de mi oído y poder escuchar tu respiración.
- Casi había olvidado lo dulce que eres.- Dijiste
Hasta el día de hoy pocas palabras me han quedado grabadas de esta forma, pocas personas han logrado de mí lo que tu hiciste. Nadie ha hecho que derrame tantas lágrimas, nadie ha hecho que reduzca mi orgullo a su mínima expresión como lo hice contigo, fuiste cielo e infierno, luz, oscuridad, alegría y tristeza, pasión, morbo, éxito y fracaso. Lo más preciado que guardo dentro de mí en el baúl de los recuerdos, un mágico regalo en una noche de reyes.
Para ti, queda, el que fuera mi primer amor.