Maestro 4

Mostrandome por primera vez

Mi adolescencia y juventud no fue la de una chica normal, mi familia era extremadamente conservadora y la disciplina a que me vi sometida como hija única siempre fue muy estricta y mientras mis compañeras de colegio y universidad vivían una vida llena de experiencias y diversión en su tiempo libre, yo tenía que afrontar el estudiar dos carreras a un tiempo, mas clases de piano, más equitación…

Todo esto hizo de mí una joven algo tímida y “rarita” ni vestía como ellas, ni me portaba como ellas, ni la imagen que proyectaba era la que se esperaba de una chica de mi edad.

Yo era consciente de ello, pero mis padres no me daban tregua, tenía que cumplir con lo que se esperaba de mí, debía ser economista y abogada, y además pianista, y además amazona y además una señorita “bien” de la que se esperaba una vida ordenada un buen partido como esposo y muchos hijos…

Cuando tenía dieciséis años, empecé a ser consciente de todo esto, la mujer libre y hambrienta de experiencias y sensaciones que despertaba dentro de mí, se vio obligada por las circunstancias a disfrazarse de aquella muchacha tímida, cursi y anticuada que mi imagen proyectaba pero que era el orgullo de mi familia, mientras mis compañeras iban de discoteca o hablaban de tal o cual cantante, yo iba a clases de piano y equitación y escuchaba a Chopin, pero empecé a vivir cosas secretamente para satisfacer mis ansias.

Cuando en el vestuario del gimnasio del cole vi a una compañera por primera vez usar tangas, los ojos se me salieron de las orbitas… poco después casi todas la imitaron y solo unas pocas quedábamos atrás usando las braguitas blancas de algodón “de toda la vida”, después de mucho pelear en casa logre comprarme algunas braguitas de colores o estampadas algo más modernas, no sin que ello me costara escuchar la letanía de mi mamá haciendo observaciones sobre lo indecente que era la ropa interior de hoy en día…

……

Mientras nos besábamos apretados en aquel abrazo, volví a sentir la dureza de su sexo contra mi vientre, justo bajo mi ombligo y aquello electrizaba mi mente y mi sexo, mis manos le rodeaban por la cintura y las suyas buscaron mi culo acariciarlo suavemente por encima de la falda.

Yo ya no lloraba, nuestras bocas se separaron y me miro diciéndome:

-te gusta?-

-si- respondí echándome a reír nerviosa.

-te gustan mis caricias?-

-si-

-quieres que siga?-

-si- repuse bajando la cabeza avergonzada.

Entonces sus manos abriéndose paso entre mi cintura y la falda acariciaron mi culo semi desnudo con aquellas braguitas metidas dentro de él.

-me gustaría ver cómo te quedan-

-como me queda el que?- repuse haciéndome la tonta.

-como te queda tu ropa interior-

Mi excitación se había desbocado, sentía sensaciones tan intensas y emocionantes que como si de una loca adicción se tratara quería más y más…

Me separe de él limpiando las últimas lágrimas con mi mano y mirando descarada hacia su abultado pantalón para después interrogarlo con mi mirada sobre aquel bulto palpitante mientras sonreía divertida.

-quiero un vals- le dije

Lo empuje suavemente para que se sentara de nuevo en el taburete del piano y comenzó a tocar, a un lado donde me pudiera mirar, cerré los ojos y me empecé a mover despacio, la música me penetraba, empecé a girar y a jugar con mi falda subiéndola y mostrándome, cuando asomaron mis braguitas rosas, sus manos empezaron a desafinar, me reí a carcajadas, él también, seguí subiendo mi falda hasta quedar totalmente expuesta:

-le gusta?- pregunte.

-me vuelve loco-

Di vueltas despacio, desafinaba más y yo riendo, mi culo se ofreció a sus ojos con las braguitas metidas en él, quede así de espaldas unos segundos antes de dejar de caer la falda de nuevo…

-ohhh no!... acércate por favor- dijo

Me acerque a él despacio, al llegar a su altura dejo de tocar, pasó una pierna al otro lado del taburete y quedo con una a cada lado, su erección era muy evidente, mis ojos miraban aquel bulto hipnotizados, quería tocarlo, verlo, sentirlo… cuando estuve al alcance de sus manos me abrazo, pego su cara a mi pecho y con una mano desabotono la falda y bajo la cremallera, la falda se desplomo a mis pies y quede expuesta a sus ojos, me separo un poco de él para poder verme mejor, me dio la vuelta y comenzó a tocarme, yo no podía más, sentía la cálida humedad de mi interior fluir ardiente, sus manos recorrían mi culo y jugaban con mis bragas…

-yo también quiero verte- acerté a decir nerviosa y temblando como un flan

Entonces a horcajadas como estaba en el taburete, se echó hacia atrás apoyando sus manos por detrás de su espalda dejando su abultado pantalón a merced de mi mirada.

-mira como estoy- dijo

Clave mis ojos en aquel bulto palpitante y mis manos fueron hacia él, toque tímida por encima del pantalón, aquella dureza me hechizaba, me sabía la causa de que estuviera así y me gustaba mucho serlo.

-descúbrelo- dijo

-puedo?-

-por favor-

Mis manos torpes intentaron bajar la cremallera sin conseguirlo por los nervios y la posición.

-desabrocha el cinturón-

Lo hice y después el botón y baje entonces la cremallera, unos boxes azules eran ya todo lo que me separaba de mi tesoro, dude… acaricie por encima de ellos y aquel tacto me animó a continuar mi descubrimiento, metí la mano por debajo de la tela y lo toque… cielos!! Que sensación!! El corazón se desbocaba en mi pecho, mi sexo ardía en sus jugos, lo extraje y fueron entonces mis ojos los que alucinaron con la visión de mi primer pene en vivo… mi pequeña mano apenas podía contenerlo sentía sus palpitaciones, las venas inflamadas se dibujaban en su contorno, en la punta, la piel se abría para mostrarse con aquel brillo…

-acaríciala- dijo a la vez que sus manos volvían a mi cuerpo y ante mi inclinación acariciaron mis pechos por encima del suéter, pero entonces…

Sonó el teléfono.

-es tarde!! Mi madre!!- dije

Cogió el teléfono y efectivamente era mi madre…

-sí, la niña sigue aquí-

…..

-tranquila, no pasa nada, nos hemos entretenido más de la cuenta con la mano izquierda, ya sabes cómo es esto-

…..

-enseguida va-

Agarré mi falda, me la puse corriendo, cogí mis cosas y le estampe un beso en la boca antes de irme muy aprisa, su pantalón aún estaba abierto, no tenía más tiempo.

Cerré la puerta de su casa tras de mi dejándolo triste y desolado, yo estaba feliz y muy excitada, deseaba llegar a mi cada para darme una… “ducha”…

….