Maestra poseida XXV
Una muy dura iniciación...
Capitulo 25
Puri caminó hacia donde la bailarína negra la esperaba con otras 5 bailarinas, 3 chicos guapos, una camarera y otras 2 participantes en el concurso. Esperó que pudiera hacer ésto pronto y volver a casa a la cama.
"Mi nombre es Diosa para el caso de que usted no lo sepa", le dijo la bailarína negra. "Ustedes tres han decidido llegar a ser por lo menos bailarinas eventuales en este local. Esta noche se iniciará al grupo. La mayor parte de las cosas que haremos son legales, por lo menos en la superficie, pero para asegurar nuestra inversión mutua tomaremos algunas precauciones. Después de esta noche, si alguna de vosotras traiciona cualquier de nuestras actividades estaría en graves problemas."
El primer chico se adelantó y explicó, "Esta noche será grabada en vídeo. En la cinta se os verá mantener sexo varias veces aparentando que es a cambio de dinero y otras actividades ilegales. Con esta cinta podréis ser acusadas de violar varias leyes federales. Esto os ayudará mantener la boca cerrada sobre nuestras actividades. Todo el mundo que ha trabajado aquí ha sido grabado haciendo estas mismas cosas y tengo las cintas guardadas a buen recaudo en la oficina. Diosa estará a cargo de la iniciación."
Puri pasó la siguiente hora follando y chupando en cada posición posible. Hombres, mujeres, 2 hombres, un hombre y una mujer juntos, y todo grabado en la cinta de vídeo. Después de cada sesión se la grabó aceptando dinero. Se grabó también lo que aparentaba ser una venta de droga. Se liaron varios porros y se los fumaron enfrente de la cámara. Cuando la iniciación acababa, Puri estaba cubierta de semen, exhausta y volando más alto que una cometa. Había orgasmado varias veces y descubrió que verdaderamente disfrutaba más después de haber fumado.
El camarero hizo que Puri subiera en la parte de atrás de su furgoneta para que no le manchara los asientos. Cuando finalmente la dejó en casa eran las 4:30. Sus trajes estaban en una bolsa y ella llevaba sólo sus tacones y una chaqueta ligera cuando subió los escalones de su porche. Puso el despertador que Yolanda había dejado en el porche y literalmente se tumbó exhausta a dormir en el suelo con todo su cuerpo cubierto de semen.
Tras lo que le parecieron como unos segundos, Puri oyó zumbar al despertador. Eran las 6:00. Cuando trató de abrir sus ojos los halló pegados con semen seco. Su cuerpo entero le dolía y su ano era penoso. Cuando su mente rememoró la noche pasada se dio cuenta de que su ano estaba herido por la botella de cerveza que alguien le había metido en el culo mientras ella comía el coño de Diosa.
Puri se tambaleó sobre sus pies y recogió sus cosas. Cada músculo le dolía. Ella subió la escalera y fue al baño. Cuando se sentó en cuclillas encima del retrete vio su reflejo en el espejo. No reconoció a la persona que veía. Vio a una joven desnuda, cubierta con semen seco, sentada en cuclillas encima del retrete con su coño desnudo y abierto orinando. Sus cabellos eran mates y sus pechos estaban rojos e hinchados. Entonces se dio cuenta de que la miraba y rápidamente cerró sus ojos y se metió en la ducha. Mientras el agua caliente corría por encima de su cuerpo exhausto su mente volvió a recordar lo ocurrido aquella noche. Podía sentir cómo todos los hombres la miraban en la pista mientras desnudaba su cuerpo. Podía oír los gritos y sentir el tacto de las manos encima de ella. Los tipos eyaculando en su boca una y otra vez. En su mente se le decía que se arrodillara con una polla en su boca mientras acariciaba otras dos en sus manos. Ella recordó su cara en el suelo mientras se follaba su ano por un completo extraño.
Su mano se movió hacia su coño donde sólo el toque de su dedo en su clítoris la provocó un orgasmo intenso. El agua calurosa acarició sus pechos mientras su dedo continuaba moviéndose encima de sus labios hinchados. Su mente recordaba todo el follar y chupar de la noche anterior. Diosa con sus muslos poderosos alrededor de su cuello obligándola a meter su lengua más hondo en su caliente coño mientras alguien le metía la botella de cerveza helada en su ano.
Puri se hincó de rodillas mientras el agua continuaba cayendo en forma de cascada encima ella, eliminando el semen seco de sus cabellos y cuerpo. Sus dedos continuaron jugando más profundamente en su agujero ardiente.
De repente Puri recordó que debía despertar a su dueña a las 6:30. Una mirada rápida al reloj le reveló que tenía 10 minutos. Se dio prisa y lavó sus cabellos. Salió de la ducha y después de secarse se dio prisa en despertar a Yolanda, que dormía en su cama. Más tarde se dio cuenta de que no se había arreglado los cabellos y el maquillaje. Yolanda se dio cuenta inmediatamente. "Mascota, usted debe de haber tenido una noche dura. Ha cometido otro error al olvidar ponerse presentable ante su dueña."
"Señorita García, lo siento. Su mascota no tiene excusa", le dijo Puri con una voz temblorosa.
"Pues no tengo tiempo de castigarla ahora, pero lo agregaré a su lista para esta noche. Vaya a preparar mi desayuno. Tómese su café especial y un yogurt esta mañana."
Puri se dio prisa en irse a la cocina mientras Yolanda se duchaba y se preparaba para ir a la escuela. Cuando Yolanda bajó a desayunar, vio que Puri se había arreglado rápidamente sus cabellos y el maquillaje y movía rápidamente su cuerpo desnudo alrededor de la cocina con su trasero oscilando sobre sus tacones.
Puri se quedó de pie cerca de la cocina y comió su yogurt mientras Yolanda devoraba su desayuno. El semen en su café no le suponía mucho a Puri. Había tragado tanto semen la noche pasada que el semen diluido en su café no era nada.
Después de limpiar la cocina, Puri arrastró su cuerpo cansado hasta arriba para ver qué ropa humillante le había preparado Yolanda. No sabía cómo lo haría para dar clase si no era capaz de centrar su mente en el trabajo. Intentó no pensar en la noche pasada y lo que más la perturbaba era que estos pensamientos la excitaron aún más.
Cuando llegó a su cuarto se sorprendió al ver que Yolanda le había preparado un conjunto elegante y bastante conservador. Una falda hasta poco más allá de las rodillas, una blusa de seda blanca con la chaqueta del traje. Mientras que la blusa era muy fina y ligeramente transparente, la chaqueta la cubría completamente. También halló un liguero color crema y medias color bronce con unos cómodos tacones de 12 cms.
Puri se vistió rápidamente y agarró su bolso y su cartera y se encontró con Yolanda en la puerta. No había tenido oportunidad de comprobar sus papeles en casa durante toda la semana y estaba muy atrasada. Quizá durante el fin de semana podría adelantar algo. Yolanda pareció aliviar la presión un poco considerando su opción de ropa. Quizá las cosas iban a ponerse algo mejor.
El camino hasta la escuela fue tranquilo. Puri estaba tan cansada que casi se durmió. Cuando llegaron, el único comentario de Yolanda fue que se encontraría con Puri en su aula después de la escuela.
Puri se dio prisa en llegar a su aula para prepararse para el día. Bebió una taza de café con semen de su termo para tratar de mantenerse despierta. A pesar de su agotamiento Puri se sentía más normal que nunca desde que toda esta cosa loca había comenzado.
Justo antes de su primera clase Puri abrió su portafolios y se asustó al ver la foto y la nota. Era una foto de ella desnuda y arrodillada sobre un suelo de azulejos con una polla dura en cada mano y una tercera en su boca. Se había tomado la noche pasada. Con lágrimas en sus ojos, desplegó la nota y leyó:
“Ésta es su verdadera personalidad. Usted sólo finge ser una maestra”.
Puri plegó la nota y trató de quitar la foto de su libro, pero la habían pegado a la página y ella no podía despegarla. Sus estudiantes comenzaron a llegar a clase, así que cerró de golpe el libro y lo puso en su cartera, debajo de todos los papeles que no había evaluado. Se agitó tanto por la foto y la nota que apenas podía enseñar. Su mente rememoró toda la noche pasada. Podía sentir las dos pollas en sus manos y la polla caliente y gruesa en su lengua y su garganta. Puri se desanimó al darse cuenta de que estos pensamientos la estorbarían en su enseñanza, pero lo que más la espantó fue que se sintió muy excitada por el recuerdo.
Después de clase Puri tuvo unos momentos libres y evitó abrir e libro mientras sacaba de su cartera algunos papeles para evaluar. Sujeto al segundo examen había un sobre que decía: “Mascota, ¡¡¡¡Ábralo Inmediatamente!!!!”.
Con las manos temblorosas, Puri quitó el sobre. No quería abrirlo, pero ella no podía dejar de obedecer una orden de Yolanda. En el interior había otra foto y otra nota. La foto mostraba a Puri sobre sus manos y rodillas siendo follada simultáneamente por dos hombres mientras chupaba la gran polla del guapo negro. El destello en sus ojos mostraba que estaba disfrutando de la doble penetración. Esto debía de haber ocurrido después de fumarse el porro, porque no lo recordó hasta que vio la foto. La nota decía:
“¿Qué esposa y madre se comportaría así?”.
No podía creer la crueldad de la nota que todavía sostenía en una mano mientras la otra se movía debajo de su falda para aliviar una comezón muy definida entre sus piernas. Quizá era cierto que sólo era una mujerzuela y que había fingido ser alguna otra cosa. Disfrutó con lo que había hecho. Las fotos lo mostraban.
Con su mente como un torbellino, Puri pudo llegar a la hora del almuerzo. Se fue directamente al vestuario antes de ir a comer. Mientras se sentaba en cuclillas encima del retrete se metió dos dedos profundamente en su mojado coño. Necesitaba llegar al orgasmo, pero ahora sabía que Yolanda no había disminuido su presión sobre su esclava y se la castigaría severamente si alcanzaba un orgasmo.
Después sacar a regañadientes sus dedos de su coño se lamió los dedos para limpiárselos sin pensar y secó sus muslos antes de ir a comerse su almuerzo. Su almuerzo consistió en una tostada sin nada y una manzana. Puri se bebió el especial café de su termo y se volvió a su aula. Sus nervios estaban al borde un ataque, porque estaba muy gastada psíquicamente. Su mente cada vez estaba peor.
La clase de Yolanda llegó y Yolanda fue sumamente cortés con la señorita Gómez. No hubo referencias sutiles o preguntas penosas. La clase transcurrió fácilmente. Cuando terminaron, ya fuera de clase, Yolanda le dio a Puri otro sobre. Puri no podía imaginar qué habría en este. Era más grueso que el otro.
En cuanto el último estudiante salió por la puerta, Puri abrió el sobre antes de que la siguiente clase llegara. Se asustó más y más al ver las fotos que había en su interior. En su interior había varias fotos de Eugenia.
Se la había vestido con algunos conjuntos de lencería. Se le habían arreglado sus cabellos y estaba completamente maquillada. Parecía una chica de 17 ó 18 años. Puri se enojó, asustada y repelida por las fotos. Ella, renuente, abrió la nota:
“Jugamos a vestirnos con la ropa de mamá. ¿Qué le parece?. ¿Parece tener 18 años o no?. Casi parece mayor que cuando la vestimos a usted. Hágale saber lo que se siente mientras desfilaba con su trasero desnudo delante de un puñado de extraños..., ¿y follando y mamando pollas a la vista de todo el mundo?. Supongo que estas fotos prueban que no sólo es una esposa infiel y una incapaz maestra, sino también una madre muy descuidada.”
Puri luchó con las lágrimas mientras trataba de controlar sus emociones. ¿Qué había pasado?. ¿Cómo se escaparon las cosas fuera de su control?. ¿Cuándo iba a llamar su marido?. No podía hacer nada para preservar a Eugenia de Yolanda. Y Juan no había llamado en 2 semanas.
Luchó consigo misma para poder dar su última clase y estaba esperando a Yolanda cuando entró en el aula al final del día.
"¡Deja a mi hija en paz!", gritó en cuanto Yolanda entró en el cuarto. "Haz lo que quieras conmigo, pero déjala a ella fuera de ésto", demandó Puri mientras se acercaba a Yolanda preparada para cumplir cualquier requisito necesario para proteger a su hija.
No se dio cuenta de cómo, pero una fuerte bofetada en su cara hizo que Puri se tambaleara. Fue rápidamente seguida por otra segunda bofetada en la otra mejilla.
"Ahora escúcheme a mí. Yo estoy al mando aquí y haré cualquier cosa que quiera, y cuando quiera. Usted no es nada más que mi mascota. No puede hacer nada sin mi aprobación y éso incluye a su hija. Si alguna vez me levanta la voz de nuevo le pegaré aún más fuerte y luego haré que la acusen de tráfico de drogas y prostitución. Perderá todo y yo tendré a su hija y a su marido para jugar con ellos como me guste."
Con lágrimas resbalando por sus mejillas, una sumisa Puri se mantuvo de pie mirando a Yolanda completamente asustada. Todo lo que decía tenía el poder para hacerlo. ¿Dónde se había metido Juan?. ¿Estaba involucrado en ésto?. Puri no supo qué decir, pero sabía que la pegaría. Su única esperanza era que Juan preservara a Eugenia de los caprichos de Yolanda.
Yolanda agarró los cabellos cortos de Puri y la empujó de sus rodillas delante de ella. "Ahora escuche cuidadosamente, mascota. Coja todas las fotos y póngalas en el cajón central del escritorio. Deje el cajón parcialmente abierto y entonces reúnase conmigo en el coche."
"Señorita García", le susurró Puri. "¿Puedo guardar las fotos de Eugenia?".
"Le he dicho que deje en el cajón todas las fotos. Quizá Luis disfrutará de la nueva Eugenia”.