Maestra poseida XXIV

El concurso de strippers

Capitulo 24

Puri se despertó temprano. Su sueño no había sido muy sosegado. Su mente giraba fuera de control. Soñó que se encontraba dando clase con su vestido para el striptease y que Yolanda dejaba que Eugenia hiciera todas las clases de cosas que ella no le permitía hacer, y esos pensamientos hicieron que su sueño fuera muy inquieto. Sus dedos habían hallado el camino hacia su estimulado coño y estaba cerca del orgasmo cuando fue despertada por el despertador.

Puri se duchó rápidamente y se arregló sus cabellos y su maquillaje. Se puso una bata y preparó el desayuno para Yolanda y Eugenia. Entonces despertó a las muchachas. Eugenia estaba muy cansada y no quería despertarse.

A Puri se le permitió tomar una tostada y café con su crema especial. Entonces lo limpió todo y subió la escalera para ver lo que Yolanda le había preparado para que llevara. Puri se sorprendió realmente al hallar un equipo conservador comparado con los que tenía que usar normalmente. Sin embargo, se la obligó a que llevara el consolador metido en el ano y un termo grande de café con semen que debería beberse durante el día.

El día en la escuela transcurrió sin incidentes. Al final del día Yolanda vino a la clase de Puri. Le mandó a Puri que quitara el consolador de su ano y lo dejara en su escritorio. Entonces dejó el cajón sólo parcialmente cerrado y llevó a la abatida maestra a casa para que se preparara para competir en un concurso de striptease delante de completos extraños.

Yolanda tenía la comida preparada para ella y Eugenia y se sentaron a la mesa y disfrutaron de una comida caliente en familia mientras Puri limpiaba la cocina porque tenía poco tiempo. Puri desconfiaba de la relación entre Yolanda y Eugenia, y ella se sintió cada vez más y más inútil. No sabía qué podría hacer acerca de ello, pero esperaba que Juan estuviera en casa pronto para que, por lo menos, tomara el control sobre Eugenia.

Después de comer Puri se fue a su cuarto y después de practicar durante una hora preparó su bolsa para las actividades de la noche. Mientras el tiempo pasaba, se puso ser más y más nerviosa mientras su coño se ponía más y más caliente.

A las 5:15 Puri salió con Yolanda hacia el local mientras Eugenia se vestía para quedar con unos amigos. A Puri no le agradó la ropa que Eugenia llevaba, pero cuando Yolanda le dijo que la había escogido ella, supo que no podría hacer nada al respecto.

Cuando llegaron al local, Yolanda dejó sola a Puri y le dijo que estaría de vuelta más tarde. Puri se sintió muy vulnerable cuando caminó sola hacia el local. Ella explicó que estaba allí para concursar en el striptease para aficionadas. Se dirigió a los camerinos. Era la primera en llegar y los halló vacíos.

Puso sus cosas en una silla y salió a la pista. No había estado nunca en una pista de baile y la encontró tan oscura que le pareció un lugar tenebroso. Mientras Puri exploraba la pista y el local, Yolanda conducía hacia el aeropuerto. Había pasado la mayor parte de la mañana después de salir de la escuela preparando todo lo que necesitaba. Se había asegurado de volver antes de la clase de la señorita Gómez para que ésta no supiera que Yolanda había salido el edificio. Yolanda sonrió mientras conducía. Su plan haría las cosas más interesantes.

Cuando Yolanda llegó al aeropuerto estacionó en el parking y después de coger el bolso se dirigió al área de llegadas para encontrarse con Juan. Aproximadamente 30 minutos más tarde, Yolanda vio a Juan bajando la rampa de su vuelo. Alzó la señal con su nombre. Él vio el cartel y caminó hacia ella.

"¿El señor Gómez?".

"Sí."

"El Sr. Rodríguez me envió para que me encontrara usted. Me pidió que le diera esta carta. Dijo que todo lo que usted necesita está en esta bolsa."

El Sr. Rodríguez era su jefe. ¿De qué podría tratarse?. "Gracias", le dijo Juan. Él abrió el sobre.

“Estimado Juan,

Algunos negocios muy importantes han surgido en Arabia Saudí. Sé que ha estado fuera durante mucho tiempo, pero es necesario que usted vaya allí inmediatamente para manejar esta situación. Para otorgarle más poderes, le promuevo a vicepresidente a cargo de negocios extranjeros. Ésto tendrá un reflejo substancial en su sueldo. Todos sus gastos serán cubiertos por la compañía. Éste trabajo puede ocuparle varios meses. En la bolsa tiene sus billetes y el pasaporte. Su vuelo sale a las 7:15. Cualquier otra información le esperará en su oficina cuando llegue.

Alberto”.

Juan se asustó. Una promoción a vicepresidente de negocios extranjeros y un aumento de sueldo substancial. Tendría que estar fuera varios meses. ¿Qué pasaría con Puri y Eugenia?. Estarían felices por él y Puri era una madre muy competente. Estarían bien. Tendría que darse prisa para coger su avión.

"Señorita, ¿podría hacerme un favor y darle un mensaje a mi esposa?".

"Naturalmente, señor."

Rápidamente garrapateó una nota y le dio a Yolanda 2.000 ptas, antes de marcharse corriendo hacia su avión.

Puri estaba preparándose para vestirse para el striptease y arreglando sus cabellos cuando vio a la stripper negra venir hacia ella en el espejo. Podía sentir cómo temblaban sus rodillas. La mujer negra le dio unas palmaditas a Puri en el hombro y dijo, "Levántate."

Una asustada Puri se volvió y se quedó de pie delante de la amenazante bailarína negra. "Quería decirte las reglas. Ganes o pierdas, la casa se queda con 1.000 ptas. de cada 10.000 ptas. que consigas. Los mozos y camareras también se llevan otras 1.000 ptas. y el DJ también. Éso significa que tú sólo te quedas con 7.000 ptas. de cada 10.000 ptas., y debes pagar 5.000 ptas. por la inscripción, y las muchachas nuevas pagan 1.000 ptas. más por cada 10.000 ptas. al club. Así que sólo te quedas con 5.000 ptas. de cada baile. Si ganas el concurso te puedes quedar con 25.000 ptas. de las 100.000 ptas. del premio. Después de que hayas pagado otras 25.000 ptas. al club, te podrás quedar con 6.000 ptas. de cada 10.000 ptas. ¿Alguna pregunta?".

Puri estaba asustada por la mujer y contestó, "entiendo las reglas."

"Después de que cerremos esta noche tendrás que quedarte para la iniciación", le dijo la intimidatoria bailarina negra.

"Está bien”, le dijo Puri mientras se sentaba para terminar de arreglarse. No quería estar allí, ni hacer aquello, pero sabía que tenía que ganar el concurso o sería castigada. El concurso debía empezar a las 9:00. Hasta entonces a las aficionadas no les estaba permitido salir a la pista ni bailar entre las mesas. Puri se quedó tras las cortinas y habló con las otras bailarinas mientras se cambiaban. Atisbó por la cortina pero no pudo hallar a Yolanda entre la muchedumbre.

Cuando la hora del concurso se acercaba, Puri estaba más nerviosa que nunca antes en su vida. Estaba sola, Yolanda no estaba allí. Las otras oponentes eran todas más jóvenes que ella por varios años. Sus esperanzas de ganar se hundían cuando miraba la preparación de las otras 5 mujeres. ¿Qué le haría Yolanda a ella si no ganaba?. Ella no quería enterarse.

Justo antes del concurso el DJ se les acercó y les explicó que las 6 mujeres saldrían juntas a la pista para un primer baile pero que no podían quitarse nada de ropa durante este primer baile. Luego saldrían individualmente para hacer su baile. Tenían 3 canciones cada una.

No podían salir de la pista durante su baile. Después de que las 6 hubieran bailado, ellas volverían a salir a la pista desnudas para una canción más, y entonces el público votaría. Se les había dado un “dólar de Desnuda Elegancia” a cada cliente. Le darían su dólar a la muchacha de su elección. Las muchachas seguirían bailando hasta que todos los dólares fueran entregados. La muchacha con la mayoría de dólares ganaba. Puri sería la cuarta bailarina.

Salir a la pista en grupo permitió que las mujeres se acostumbraran a la pista. No podían ver al público a causa de las luces, pero podían oír a los hombres llamarlas y hacer comentarios obscenos. Puri se sintió como un pedazo de carne en exhibición. No sabía si podría quitarse la ropa delante de todas estas personas o no.

La primera muchacha era muy bonita, con piernas largas y cabellos largos rubios. Recibió un buen número de aplausos y salió de la pista sonriendo confiadamente. La segunda muchacha tenía los cabellos cortos y negros. Su ropa era de cuero negro y fue recibida entusiásticamente por la muchedumbre.

Cuando la tercera muchacha salió a la pista, Puri se dio cuenta de que era la próxima. Mientras esperaba detrás de las cortinas, ella pensó que no podría hacerlo. De repente, Yolanda estaba allí.

"Hola, mascota. ¿Lista?".

"Señorita García, su mascota no cree que pueda hacer ésto."

"¡Oh, sí que puede y lo hará!. Si no gana este concurso le aseguro que será una mascota muy afligida."

"Por favor, señorita García, éste no tiene sentido."

"Ese comentario le costará ahora salir ahí y hacer que cada hombre y mujer en esa sala desee su culo. Si es buena podrá fingir que es una maestra y madre mañana. Pero esta noche será lo que verdaderamente es, una perra. Ahora, salga ahí y gane."

Puri sabía que Yolanda tenía razón. Tenía que bailar mejor y ganar para hacer que su dueña estuviera orgullosa. No podía permitir que su dueña se sintiera decepcionada o se la castigaría y su vida sería aún más complicada.

De repente, era su turno. Puri trató de bloquear su mente de la muchedumbre y pretender que estaba en su alcoba delante del espejo. Bailó y osciló al son de la música. El griterío era una distracción pero continuó. Se quitó su vestido y de repente podía sentir los ojos en ella. Sus caderas asumieron una mente propia y empezó a girar. Empezó a mover sus caderas de un lado a otro mientras dejaba caer su sostén al suelo. Sus pechos oscilaron mientras su cuerpo continuaba haciendo cabriolas alrededor de la pista. Se empapó su tanga y su coño estaba ardiendo. Literalmente rasgó la tela diminuta desnudando su coño ante los ojos del anhelante cerco de los hombres. Mientras bailaba la tercera canción, sus dedos abrieron sus labios del coño y empujó su pelvis a la muchedumbre. Agitó sus pechos y masajeó su coño mientras encorvaba su culo alrededor de la pista.

Por el fin de la tercera canción, Puri estaba agotada. Sus piernas estaban muy cansadas por el ejercicio. Había dado todo lo que tenía por su dueña. Yolanda no estaba de vuelta tras las cortinas cuando ella se tambaleó hacia la silla. Su cuerpo estaba cubierto con transpiración y ella podía sentir sus jugos resbalando por sus muslos. Se sentó allí en la silla y descansó. Quería volver a la pista y coleccionar sus dólares. Entonces quizás podría darle algo de solaz al fuego entre sus piernas.

Puri anduvo con paso arrogante mostrando su cuerpo desnudo en la pista con otras 5 mujeres desnudas. Bailaron una canción y entonces se movieron por el borde de la pista para coleccionar sus dólares. Se manoseó a Puri mientras coleccionaba su dinero. Sintió dedos resbalando en su coño mojado y abriendo sus piernas para acceder mejor. Parecía que estaba recogiendo muchos dólares. Finalmente, se habían coleccionado todos los dólares. Las mujeres fueron tras las cortinas y el DJ contó los dólares.

La rubia alta tenía 40, la siguiente muchacha tenía 25, la tercera bailarina tenía 23, Puri tenía 57, la quinta tenía 29 y la última bailarina tenía 52. Lo había hecho. Había ganado. Su dueña estaría tan orgullosa. Puri fue llevada de nuevo a la pista y mientras permanecía desnuda con sus piernas ligeramente abiertas, aceptó el cheque por 100.000 ptas. Era la mejor stripper de la noche. Estaba tan orgullosa.

Mientras abandonaba la pista, un pensamiento cruzó su mente, “¿Por qué estoy orgullosa de ser una gran stripper?. Soy maestra, esposa y madre. ¡Oh, si alguien me ha reconocido!”. Sólo quería vestirse y salir de allí, pero estaba siendo felicitada por las otras muchachas. Vio a Yolanda venir hacia ella.

"Bueno, mascota, finalmente ganó. Cobraré las 100.000 ptas."

"Señorita García, su mascota sólo puede quedarse con 25.000 ptas. El resto va como comisiones y honorarios por la participación."

"Pues, mascota, yo quiero 100.000 ptas., así que será mejor que mueva su trasero ahí fuera y hacer aproximadamente 15 bailes privados para conseguir las otras 75.000 ptas."

"Señorita García, su mascota sólo puede guardar 3.000 ptas. de cada baile en las mesas."

"Mascota, quiero 100.000 ptas. Puede hacer bailes en las mesas o hacer mamadas. No me importa cómo lo haga, pero cuando este lugar cierre a las 2:00 A.M., será mejor que usted me de 100.000 ptas."

"Sí, señorita García. Las muchachas dicen que tengo que quedarme para la iniciación después de cerrar."

"Está bien. Sólo deme las 100.000 ptas. y entonces puede quedarse tanto como usted quiera. La veré por la mañana."

"Sí, señorita García." ¿Qué iba a hacer ahora?. ¿Cómo podía conseguir 100.000 ptas. en 4 horas?. ¿Cómo podría trabajar por la mañana si tenía que quedarse aquí después de las 2?. ¿Cómo iba a volver a casa?. De nuevo su mente no estaba funcionando claramente. Ella necesitaba ponerse ocupada o las cosas se pondrían peor.

Puri se dirigió hacia las mesas y fue invitada inmediatamente a sentarse con tres señores. Declinó la invitación diciendo que necesitaba trabajar las mesas. "¿Les gustaría un baile privado?”, preguntó. Ellos estuvieron rápidamente de acuerdo.

Haciendo las cosas que había observado que las otras muchachas hacían, Puri empezó a bailar para el primer hombre. Cuando movió su cuerpo desnudo cerca del señor, éste movió su mano hacia su muslo para que cuando ella abriera sus piernas su mano quedara directamente debajo de su afeitado coño mojado. Mientras movía su cuerpo de arriba a abajo sus dedos empezaron a jugar entre sus piernas abiertas. Cuando la canción acabó y ella se movió hacia el segundo hombre, su temperatura corporal se acercaba al punto de ebullición.

El segundo hombre siguió el ejemplo de su compañero y jugó abiertamente con su coño. Cerca de media canción, Puri se estremeció en un orgasmo y se avergonzó profundamente de poder sentir placer en esta situación tan repugnante, pero ella no paró de moverse.

El tercer hombre resbaló su dedo más allá de su mojado coño y le metió un dedo en su ano. Puri sintió el dedo en la abertura y apretó su dedo más hondo dentro de su firme agujero. Puri se sentía agitada por la traición de su cuerpo pero ella se movió hacia la próxima mesa. Ella necesitaba conseguir 100.000 ptas. para su dueña o se la castigaría. Mientras miraba alrededor de la sal, Puri echó una ojeada al reloj. Ya se había humillado varia veces masturbando a completos extraños, pero sobre la 1:00 sólo tenía 60.000 ptas., por lo que se dio cuenta de que así nunca conseguiría las 100.000 ptas. antes de que el lugar cerrara. Tenía que tomar una decisión. Correr el riesgo de afrontar la ira de su dueña o ir más allá de bailar para conseguir el dinero. Verdaderamente no tenía opción cuando pensó en ello. Ya había ido demasiado lejos para proteger a su familia para arriesgarse a perderlo todo ahora. Además, Juan estaría en casa pronto y juntos podrían hallar una manera de escapar de esta situación.

Puri volvió con los tres hombres para los que había bailado y cuchicheo en la oreja del primer hombre, "les haré una mamada por 5.000 ptas. a cada uno de ustedes", la cara de Puri le ardía de vergüenza cuando se ofreció por dinero. Después de una discusión breve entre los hombres estuvieron de acuerdo y Puri los llevó tras el escenario. Puri no podía creer qué estaba haciendo mientras se arrodillaba en el suelo de azulejos duros y fríos con una polla metida en su garganta y una polla en cada mano a la espera de metérsela en su boca. Los hombres habían bebido bastante y hacerles alcanzar el orgasmo le tomó más tiempo del que Puri había esperado, pero estaba de vuelta en la pista de baile con sólo 10.000 ptas. por conseguir y con 10 minutos para el cierre. Se había tragado tres cargas de semen y el sabor a esperma llenaba su boca.

Muchos de los hombres empezaban a salir de la sala mientras se acercaba la hora del cierre, y Puri se acercó rápidamente a un tipo sentado cerca de la pista. Le susurró su oferta en su oreja y él se puso de pie, la tomó por el brazo y la llevó tras el escenario.

"Puedes mamármela y ponérmela dura con tu boca, pero por 10.000 ptas. quiero follarte por el culo".

Puri no tenía salida. Como el tiempo corría no tuvo elección, así que estuvo de acuerdo y después de arrodillarse y chupar su polla grande, levantó su trasero y pegó su cara al suelo y dejó que su ano fuera follado. Mientras la estaba sodomizando, Puri se sintió sucia y usada. No era nada más que una prostituta. Ella deseó que Juan volviera a casa pronto.

Al terminar, Puri volvió a la pista de baile y vio a Yolanda en la barra. Caminó hacia ella y le dio las 100.000 ptas.

"Muy bien, mascota. Y sólo son las 2:05."

Puri se asustó. Pensó en lo que había hecho.

"No se inquiete, mascota, sabía que lo haría bien. Creo que se quedará aquí un rato más, ¿no?. Esteban, el camarero, ha estado de acuerdo en llevarla a casa más tarde. Despiérteme a las 6:30, mascota. Usted puede dormir en el porche por llegar 5 minutos tarde con su dinero”.

"Sí, señorita García."

"¡Eh, señorita ganadora del concurso, vuelve aquí!", la llamó la bailarína negra.

"¿Puedo ir, señorita García?".

"Diviértase, mascota."