Maestra infiel con el director de la escuela

Les contaré cómo fui infiel con el director de mi escuela después de una noche de copas.

Hola a todos,

Esta es la primera vez que escribo un relato, realmente quien me está invitando a hacerlo es la persona con quién tuve toda esta aventura, de paso me exito un poco al recordar todo lo que pasó, todos los nombres serán cambiados para no tener problemas en nuestro trabajo, todo lo relatado es completamente real.

Comienzo a presentarme, mi nombre es Sandra, soy maestra de primaria, tengo 28 años, físicamente soy de piel morena, cabello negro un poco rizado, mido 1.65, mis pompis son pequeñas pero sin ser una tablita, lo que siempre ha cautivado a los hombres son mis grandes pechos, mis piernas y mi carita, no falta el típico idiota que me queda viendo en la calle directamente a mi busto y babea, tengo que admitir que eso a veces me da mucha risa cuando vienen con su novia o esposa y se pelean por ser tan indiscretos; mi novio trabaja en otro estado, por lo que nos vemos una o dos veces al mes, sexualmente siempre he sido muy caliente pero nunca infiel ni he tenido relaciones sexuales fuera de una relación, con mi novio actual la verdad es que el sexo es muy normal y aburrido a diferencia de ex novios anteriores.

Lo que les contaré ocurrió hace un año, antes de que iniciara la pandemia, justo en épocas navideñas; en la escuela donde trabajo tengo varios compañeros que desde que llegué me han invitado a salir pero yo nunca he aceptado, ya que como mencioné tengo novio y el es muy celoso, esto a pesar de que me ha sido infiel anteriormente, con el llevo 6 años de noviazgo, prácticamente nos conocimos al final de nuestros estudios; con mis compañeras maestras y también amigas, tenemos la tradición de salir cada jueves a tomar unas bebidas o a comer, pero siempre puras chicas, lo típico, noche de chicas, una de ellas, Mónica, mantiene una relación con el director de nuestra escuela, su nombre es Enrique, tiene aproximadamente 60 años, pelo semi canoso, delgado, más o menos de mi altura, no es guapo pero su cuerpo está bien conservado para su edad, conmigo siempre ha sido atento y jamás me ha propuesto algo indebido, cabe recalcar que el es un hombre casado y mi amiga tiene apenas unos 30 años.

Yo no entendía el por qué una chica como ella, muy guapa por cierto, podía andar con un hombre de esa edad, por Dios! Podría ser nuestro papá o un tío. Ella constantemente se peleaba con el ya que sentía celos de su esposa, ya que en la escuela mantenían su relación pero al salir cada quien por su lado, siempre andaba triste y nos contaba sus problemas, por lo que siempre le aconsejaba buscar a alguien de su edad pero ella siempre estaba ciega para los demás, realmente estaba muy enamorada de él.

Cierto día, los compañeros quisieron hacer un convivio fuera del típico que nos hacen cada año, por lo que acordamos ir a casa de alguno de nosotros y ahí armar todo, para esto le comenté a mi novio y como ya de costumbre tuvimos la típica discusión pero termino aceptando al final, algo que no comente es que en el conjunto de departamentos donde vivo, vive una tía de mi novio, por lo que siempre le tiene al tanto de si me encuentro bien, más bien me tiene bien vigilada la señora. Se llegó la fecha planeada, me puse una ropa muy linda, un vestido corto muy delgadito, zapatillas, una tanga negra (desde los 18 años he usado solo tanga, apenas y tengo uno o dos calzones normales, esto por qué un ex novio le encantaba que las usara y desde entonces me acostumbré) y un bra que convinaba muy bien, nos fuimos a casa de un supervisor de zona, una casa que estaba a casi media hora en auto desde la escuela y a casi una hora desde donde vivo, por lo que me fui con una de las maestras que tenía auto y otras más, al llegar llegamos a una casa muy linda, tenía muchas flores y un gran jardín, la fiesta comenzó cerca de las 8 de la noche, empecé a convivir con mis compañeros, si bien siempre los veía todos los días, rara vez estableciamos una conversación, bailé con algunos de ellos y tomé al punto que estaba ya muy mareada, tome mucho ya que la maestra con la que había venido me llevaría a mi casa en la madrugada pero para mí sorpresa ella estaba peor que yo por lo que no sabía que hacer, así que hable con mis amigas y Mónica me dijo que no había problema con que Enrique y ella me pasaran a dejar así que me tranquilice, si bien Enrique estaba tomado, no estaba tan mal como la otra maestra que me llevaría. Después de tanto bailar, cotorrear y beber se llegaron las 3 de la mañana, así que me dispuse a buscar a ellos dos para que me llevarán a la casa, me puse a buscarlos por todos lados hasta que los encontré peleando detrás de una fuente de agua, hice como que no los ví y me regresé, al poco tiempo veían enojados y muy amablemente Enrique me dijo:

-Ya nos vamos maestra, quiere usted que ya nos vallamos o la esperamos un poco más?

A lo que contesté:

-Claro, me despido y ahorita los alcanzo en el auto.

Me despedí de todos y al subir al auto note a Mónica con los ojos rojos, se notaba que había llorado, me subí atrás y comenzamos el viaje, realmente fue muy incómodo ya que a la mitad del camino, Enrique recibió una llamada de su esposa y comenzaron a pelear por lo que ella le dijo que la dejara en su casa, a lo que me dijo Enrique:

-Maestra, paso a dejar a Moni a su casa y de ahí la paso a dejar, mi casa está a 10 minutos de la de usted así que no hay problema.

Llegamos a la casa de Moni y me despedí de ella, le di un abrazo y le dije que estuviese tranquila, volví al auto, me dijo Enrique que me pasará adelante y seguimos el viaje, en el transcurso, detuvo el auto en la carretera, cerca de unos arbustos altos, a lo que me dijo:

-Disculpa que me baje Sandy pero no aguanto, me estoy orinando, no quise pedirle su baño a Moni.

A lo que se bajó y camino delante del vehículo, se metió entre los arbustos pero poco le cubrían, la luz le daba de lleno, mi sopresa fue enorme al ver que de su pantalón saco un pene enorme, no estaba erecto y aún así se veía enorme, era gordo y al orinar parecía una manguera que no paraba. Me quedé atónita con lo que estaba viendo, jamás había visto un pene así de grande, sentí claramente una corriente que comenzó desde mi vagina hasta mi cuello; termino de hacer sus necesidades y volvió al auto tambaleándose un poco, entro y me dijo:

-Ahhhh, pensé que me haría en los pantalones, disculpe maestra ya nos vamos para que llegue usted a descansar.

Arrancó el auto pero note que no se había subido el cierre del pantalón, no sabía que hacer, mi mente estaba recordando su enorme pene, pensaba que por eso mismo Moni no lo dejaba, como lo dejaría con tremendo instrumento.

Estábamos a casi 10 minutos de llegar a la casa cuando note que estaba saliéndose un poco de la carretera, le dije si todo estaba bien a lo que me dijo que estaba muy mareado, nos orillamos y bajo las ventanas para tomar aire, cuando me di cuenta se quedó dormido, lo moví un poco y no despertaba, así que pensé que era mejor que se le bajara un poco.

Mientras dormía, no dejaba de ver su entrepierna, no podía creer que debajo de su pantalón tenía bien guardado tremendo pedazo de carne, los nervios inundaron mi cuerpo, realmente estaba excitandome, lo sentía en mi vulva, sentía esas enormes ganas de ser penetrada por un hombre. Estaba pesando en que se sentiría justo cuando recibí una llamada de mi novio, no quise contestar ya que tenía muchos WhatsApp de él, preguntando que como estaba que por qué no había llegado a la casa, a lo que le dije que el auto donde venía con la maestra se quedó sin gasolina y estábamos esperando a que Maira (otra compañera) regresara con ayuda a lo que se molestó y me colgó, no sin antes decirme que le avisara cuando llegara.

Volví a mover a Enrique para que despertara pero seguía dormido, la excitación volvió, algo dentro de mi quería desabotonar su pantalón y ver una vez más ese enorme pene, estaba en una pelea interna, no sabía que hacer, por una parte quería verlo, quería aún que sea tocarlo pero por el otro lado recordaba a mi novio y también a Moni, estaba en un enorme dilema, cuando recordé la infidelidad de mi novio y de que Moni era solo la otra, además, con lo dormido que estaba, posiblemente ni se daría cuenta y si notaba que su pene estaba fuera le diría apenada que así regreso cuando salió a orinar.

Trague saliva y me animé a moverlo un poco más y hablarle, pero él seguía dormido, así que me quité el cinturón de seguridad y lentamente me acerque él, con cuidado levanté su suéter y desabroché su cinturón, estaba a mil, la adrenalina que pasaba por mi cuerpo era muchísima, quería llegar a su pene antes de que despertara, desabotoné su pantalón con mucho cuidado, en eso lo ví, ahí estaba, ese enorme pedazo de carne, ese olor a hombre me producía mayor exitación, para este punto estaba a mil, voltee a verlo y seguía dormido, así que fui por todo, metí mi mano a su boxer y lo saque, empecé a acariciarlo, apenas y cabía en mi mano, me acerque un poco, tenía muchas ganas de probarlo, pensé en darle una pequeña pasada en su cabeza con mi lengua, así que me acerque completamente, estuve a nada de pasarle la lengua cuando sentí su mano en mi cabeza, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, no sabía que hacer, voltee a verlo y estaba con una sonrisa enorme, a lo que me dijo:

-Sabia que se animaría maestra, ya se había tardado, no se detenga, vamos, sabes que quieres probarlo, métete en esa boquita este pedazo de carne, apuesto que tu novio no tiene ni la mitad de esto.

No sabía que decir, estaba en shock, así que sin pensarlo le dije:

-Profe, perdón, entraste al auto con tu miembro de fuera y quería ayudarte a meterlo pero no podía ver, no pienses mal por favor, anda vámonos que tú esposa ya te había llamado.

A lo que me tomo del cabello y me dijo:

  • No mientas Sandy, bien sabes que lo quieres, vamos, solo una chupadita, quiero sentir esos gruesos labios aquí.

Voltee a ver su pene, estaba completamente erecto, era más grande de lo que estaba, sus venas estaban muy marcadas, estaba más grueso y largo, media más o menos de 20 a 22 cm, cuando lo ví sentí nuevamente ese escalofrío en mi vulva, sentí como mi tanga se mojó, ya sin pensarlo más, lo tome y me lo metí a la boca, comencé a chuparlo, era enorme en verdad, apenas y podía meter la mitad de ese enorme pene en mi boca, sentía sus venas en mi boca y como palpitaba, sentí su mano en mi cabeza, me tomaba sin forzarme, solo escuchaba sus pequeños quejidos y como me decía:

-Ohhh Sandy, sigue así, lo haces muy bien, que rica boca tienes, continúa por favor, no pares.

Por ningún motivo quería detenerme, seguí chupando su enorme cabeza, pasaba mi lengua sobre todo su miembro y bajaba a sus testículos, los chuapaba mientras no dejaba de masturvarlo, sentía como el hacía movimientos para que entrara más en mi boca pero apenas y podía, cabe mencionar que era yo muy buena en el sexo oral, siempre volvía locos a mis novios pero en esta ocasión, me sentía inexperta frente a este enorme miembro, quería sentirlo dentro de mi garganta, quería hacer que se corriera, así que seguí en mi ardua labor; en eso escuchamos una sirena de policía, me quedé helada, pensé que habían avisado de nosotros así que me levanté de golpe, para nuestra suerte solo paso a toda velocidad, nos quedamos viendo y me dijo:

-Mejor vamos a otro lugar.

Arrancó el auto y empezó a manejar, yo seguía muy excitada, a lo que me metí como pude y seguí chupando su pene, no quería dejarlo ir sin que me diera su leche, necesitaba hacer que se corriera, el estaba disfrutando muchísimo, íbamos a más de 120 km, sentí como levanto con su mano mi vestido y acaricio mi trasero, lo apretaba y me dió una nalgada riquísima, a lo que seguí chupando, sentí como a cada minuto que pasaba mi garganta estaba aceptando ese extraño miembro, sentí como estaba adaptándose a su nuevo invitado, si bien no era todo, ya era más de la mitad lo que podía tragar.

Llegamos al edificio donde estaba mi depa así que me saque su pene de mi boca, estaba con miedo que ser descubierta por la chismosa tía de mi novio pero a la vez eso me excitaba aún mas, logré sentir como escurrían mis piernas, me temblaban por todo el mar de sensaciones, bajé y con una mirada coqueta y sacando la lengua le hice señas para que me siguiera, subimos por el elevador y me metí rápidamente al depa con él, apenas y cerré me tomó de la cintura y me pegó contra la pared, me besó con su lengua de una forma muy rica, sentía como su pene se pegaba a mi entrepierna y pedía penetrarme; si bien quería sentir ese enorme pene dentro de mi, me aterraba la idea al mismo tiempo, los otros novios que habia tendido apenas y tenían la mitad de esa cosa, mi plan era hacerlo terminar sin que me penetrara, eso sería para otro día. Seguimos besándonos y me agaché frente a él, lo mire a los ojos, baje su pantalón y me metí lentamente ese enorme pedazo de carne a la boca, sentí como palpitaba dentro de mi, veía su cara de placer, veía como se retorcía, como inclinaba la cabeza para atrás mientras con su mano me tomaba del cabello con una cola de caballo, estaba yo a mil, así qué comencé a masturbarme mientras lo hacía a lo que me levantó y me volvió a pegar contra la pared, se arrodilló frente a mi, aparto a un lado mi tanga y comenzó a chupar mi vulva, sentí como si mis fuerzas se fueran, fue un orgasmo, esa forma en que lo hizo me provocó el orgasmo más rico que había tenido, tomo mi vestido y lo saco de golpe, frente a él estaban mis dos enormes pechos, a lo que dijo:

-Por fin se me hace ver tus enormes pechos, no sabes cómo quería aún que sea verlos, los demás idiotas se conforman con ver por arriba de tu escote y mírame ahora, los tengo frente a mi, son los mejores pechos que he visto putita, el plan salió a la perfección.

Después de decir esto, de un golpe me bajo el Bra y comenzó a chuparlos como un bebé hambriento, no podía creer lo que estaba haciendo, ese viejo estaba dándome el mayor placer de mi vida, el llamarme putita fuera de enojarme me puso más cachonda, a la vez sabía que todo había sido un plan de su parte, siempre se hizo el dormido para llegar a todo eso, lo impresionante fue que yo sola hice que llegáramos a eso.

Siguió chupando mis pechos e hizo que me arrodillara, sabía yo que era lo que quería, pero quería hacerlo bien, por lo que me levanté y lo jale hasta un sofá dónde lo lancé, me arrodille frente a él y puse su pene entre mis pechos, comencé a masturbarlo y a chuparlo, me veía con cara de morbo y excitación, sabía que no faltaba mucho para que se corriera, sentí el sabor de su lubricante anunciando que en poco tiempo sentiría su descarga de leche. Estaba en mi labor cuando escuché la puerta, estaban tocando el timbre, de golpe me levanté y le dije que no hiciera ruido, era la estúpida tía de mi novio, me puse mi Bra y me acerque a la puerta, abrí apenas a lo que permitía la cadena de seguridad y asome mi cabeza simulando cara de haber despertado, pero no había notado toda la saliva que tenía en mis pechos, por lo que me oculte lo más que pude, su tía me quedo viendo y me dijo:

-Hija buenas noches, venía a verte por qué me habló preocupado Héctor (mi novio), dice que no contestas y pensó que seguías en la carretera, está todo bien? Escuché ruidos y ví la luz encendida.

Contesté con un bostezo:

  • Si tía, perdón, llegué cansadísima y me quedé dormida con la tv prendida, perdón si los preocupe pero ya dormiré.

-Estas segura? Te veo muy colorada, te sientes bien?

  • Si tía de verdad, solo que me quedé dormida muy tapada y me abochorne.

  • Bueno pues descansa eeee, mañana vengo a verte.

  • Claro, descanse usted, porfa avísele a Héctor que estoy bien, mañana le hablo.

Cerré la puerta disimuladamente, voltee al sofá pero Enrique no estaba, camine hacia la cocina y no estaba, le hable despacio:

-Profe, salga usted, ya se fue

Seguí caminando hasta la habitación y valla sorpresa, estaba acostado, completamente desnudo con su espada en mano, mastuvandolo de arriba a abajo, el verlo me volvió a poner cachonda, su cuerpo estaba más que conservado, estaba un poco marcado y musculoso sin que llegase a verse exagerado, me lancé sobre el, pero al caer me dió la vuelta rápidamente, me subió sobre mi y me dijo:

-Ya no aguanto más, te haré mía, tienes un cuerpo riquísimo, un cuerpo que cualquiera quisiera tener, por cierto el pendejo de tu novio te estaba llamando pero no conteste, llámale si quieres, mientras te parto en dos putita.

Sus palabras me excitaron mucho, la idea de estar regresandole la misma moneda a mi novio no se me hacía mala, pero si me daba mucho miedo que me penetrara, por lo que le pedí que por favor no lo hiciera:

  • Enrique, por favor, no lo hagas, en verdad quisiera pero me vas a lastimar, no voy a poder aguantar tu pene, si me dejas muy abierta mi novio se dará cuenta, por favor no lo hagas, déjame seguir chupandotela.

A lo que me tomó del cabello y me dijo al oído:

  • Mira putita, en primera, me vas a llamar Profesor o director, y en segunda, vas a ver qué te va a entrar toda, pero si tú miedo es que te la dejé abierta, existen más de un camino.

Me puso boca abajo, me tomo de la cintura y me levanto el trasero, despegó la tanga de entre mis nalgas y comenzó a chuparme mi ano, sentí esa rica sensación que desde hace muchos años no sentía, mi novio jamás me hacía sexo oral y volver a revivirlo me ponía en la gloria, antes de mi novio, casi todos mis ex me hacían el amor vía anal, solo con mi ex comencé a tener sexo vaginal por qué le daba asco el anal.

Sentía su lengua pasar, era todo un maestro con su lengua, los años no eran en vano, sentía como trataba de meter la lengua hasta que lo logró, su lengua entraba fuertemente en mi ano, yo solo me aflojaba lentamente y disfrutaba de tan rico sexo, de repente se despegó de mi, ví que saco un condón y se lo puso, puso su pene en la entrada de mi ano a lo que pegue un brinco y le dije:

-Profe no, de verdad, me va a lastimar, no lo haga, se lo ruego.

-Lo mismo me decía Moni y acabo disfrutando de este pedazo de carne, tú también no vas a querer que te la saque cuando te la meta.

Me jalo nuevamente contra él y me hizo levantar mi trasero, el imaginar a mi amiga siendo penetrada me daba un poco de morbo y a la vez curiosidad, no podía ser vencida por esa estupida, le pedí que fuera cuidadoso:

-Ok Profe pero con mucho cuidado, si me duele por favor lo saca.

A lo que rio y me dijo:

-Sandra, confía en mí, serás adicta a este pedazo de carne.

Me acomodó, puso su pene nuevamente en mi entrada y comenzó a pasarlo de arriba a abajo y en círculos, sentí como escupió y comenzó a hacer fuerza con su pene, yo sentía un enorme dolor, sentía que me partía en dos, jamás había sentido tanto dolor, así que trate de relajarme pero eran tanto que no pude evitar soltar un grito pequeño y cortado, sentí que se detuvo pero mi culo sentía que ardía, lo sentia muy adolorido a lo que me dijo:

-Por el dolor a lo mejor no lo notas, pero ya entro la cabeza mi reina, ahora acostumbrate y te lo meteré lentamente.

Lleve mi mano hasta mi culo y efectivamente, su cabeza había entrado, no podía creerlo, esa enorme cabeza la tenía adentro, eso me puso a mil, poco a poco el dolor fue desapareciendo, Enrique volvió a la acción, lentamente siguió metiendo su pene mientras yo apretaba mi almohada, era un gran dolor pero a la vez una sensación de placer que deseo cualquier mujer pueda sentir en su vida, sentí como centímetro a centímetros entraba, ya no podía más, lo quería todo adentro de mi, así que de un golpe me metí los últimos pocos centímetros que faltaban, por fin sentí que su pelvis tocó mis nalgas, no podia creerlo, lo tenía todo adentro, mi pequeño culo tenía dentro esa espada, lo abrazaba y lo aceptaba y sobre todo estaba a punto de volver a tener un orgasmo, comenzó el rico mete saca, poco a poco, yo estaba más que en la gloria, no aguante y comencé a gemir de placer, regularmente no soy de las que lo hacen pero en esa ocasión salia de muy dentro de mi.

Enrique me estaba dando cada vez más duro, cada vez yo sentía que se me iba el alma en cada embestida, su pene se sentía tan bien que cuando casi lo sacaba sentía un enorme vacío dentro de mi, los gemidos y pequeños gritos inundaban el departamento, en ese momento no me importaba siquiera que la tía chismosa me escuchara, yo quería seguir sintiendo todo ese placer, me siguió montando muy duro hasta que se salió de mi, me tome de las nalgas, abriéndolas y le suplique como una loca:

  • Profe por favor no se salga, metamelo por favor que me siento vacía, metamelo otra vez por favor, lo necesito.

-Pidemelo putita, pídemelo.

-Por favor direc, metame su verga, cojame cómo una puta, soy su puta.

Antes de decir más me la volvió a meter hasta el fondo y la volvió a sacar, siguió con eso hasta que tuve un orgasmo que me tiró completamente en la cama, sentí que me desmayaba de tan fuerte orgasmo.

Se tiró en la cama y me dijo:

-Ven aquí Sandra, es turno de que te montes tu sola, vamos putita, sabes que lo quieres.

Con mis pocas fuerzas me subí sobre el, me tomó de mis enormes pechos y comenzó a chuparlos mientras su miembro en automático encontró mi entrada anal y siguió en lo suyo, estaba yo nuevamente en la gloria, me estaba chupando los pechos como loco. Yo misma me sacaba todo su pene y de un senton lo volvía a meter hasta sentir sus testículos. Así seguí hasta que ví su cara de que no resistía más, seguí montando más rápido y cuando sentí el palpitar de su pene me salí de el, rápidamente le quite el condón y me lo metí a la boca, quería esa leche para mí, quería cada gota, por lo que sin pensarlo lo metí centímetro a centímetro dentro de mi boca, sentí como me entró hasta el fondo, por fin lo tenía todo dentro, seguido de esto sentí las convulsiones de su pene y se descargo completamente en mi garganta, no podía respirar pero no quería perder ni una gota, tragaba y tragaba su leche, era riquísima, parecía no terminar, hasta que por fin termino su tremenda corrida y me lo saque, comencé a limpiarlo de arriba abajo hasta que volvió a su estado normal, a lo que dijo:

-Maestra, usted es maestra con todas las letras, eres la mejor, quien diría que detrás de esa carita inocente se esconde toda una puta hambrienta de verga.

-Lo quedé viendo morbosamente y le enseñe una pequeña gota de su leche que tenía en mi lengua, la trague y le enseñe.

Se tiró en la cama con una enorme sonrisa, estábamos los dos agotados, agitados y sudorosos, la cama estaba empapada en sudor, baje mi mano a mi vulva y estaba súper mojada, mi ano estaba súper dilatado, no podía creer lo abierto que estaba, me acerque a Enrique y nos quedamos dormidos completamente.

Al despertar ví que Enrique estaba aún dormido, ya era temprano pues habíamos pasado casi dos horas cogiendo de lo lindo. Me dolía mi cuerpo como si me hubiesen golpeado pero esa sensación me encantaba, note que el Profe tenía la típica erección de los hombres al amanecer, parecía una carpa de circo bajo las cobijas, así que me metí debajo de ellas, lo tome con mis labios y empecé a chuparlo, trate de volver a hacer la asaña de meterlo completo y así lo hice, mi garganta ya lo conocía, no era más un desconocido si no todo lo contrario, conocía cada vena que tenía.

Seguí chupando, me levanté y sin pensarlo me monte sobre el, Enrique despertó y al verme sin pensarlo se abalanzó sobre mis pechos, los comenzó a chupar mientras yo apunté su pene a mi vagina, ya no me importaba nada, ni siquiera que no tuviese condón, tomé valor y comencé a metermelo poco a poco, para mí sorpresa mi húmeda vulva hacía que entrara como cuchillo caliente en mantequilla, sentí como entraba y me recorría un enorme placer, me lo metía y sacaba cada vez un poco más , sentía como su pene estaba mojado por mis fluidos, sentía mis piernas mojadas como si me hubiese orinado, cuando por fin entro todo me vino otro orgasmo, el me tomó muy fuerte y me penetró con mayor frenesí, esto aumento mi orgasmo, no quería que se parara, como una loca seguí montando sobre su pene, sentía como sus venas se abrían camino en mi vagina, sentía como llegaba a lo más profundo de mi ser, los gemidos de placer venían de mi puteria interna, de esa mujer escondida que amaba el sexo de esta forma y que nunca había sido despertada.

Seguí montandolo, cuando me tomo y me pegó contra él, sentí que lo sacó completamente, pensé que quería terminar pero mí sorpresa fue cuando lo metió de golpe en mi aún dilatado culo, eso me puso a gritar de placer, me estaba metiendo y sacando en mis dos hoyos a placer, en eso escuché que mi celular comenzó a sonar, era Héctor, por lo que le pedí a Enrique que no contestará, seguí en mi labor, gritando por el rico placer mientras el me apretaba mis pezones, me vino un enorme orgasmo que caí sobre el pecho de Enrique, estaba exausta, no podía más, voltee a ver mi celular y el aprovechado de Enrique le había contestado, mi novio estaba escuchando mis gritos, esto puso a Enrique a darme más duro, algo me invadió y me deje llevar completamente, como una muñeca, estaba fuera de mi, mi excitación hacia que no me importace mi novio, Enrique siguió aplicando esa rica forma de cogerme hasta que me dijo:

-Aqui te va todo lo que me sobra maestra, aquí te va toda la leche que me queda, tómala!

Sentí dentro de mi recto como salían y salían chorros de leche muy caliente, ya no pude más y me quedé rendida sobre él, nos volvimos a quedar dormidos y despertamos en la tarde, por suerte era sábado así que no teníamos problema, me levanté y me dirigí a la ducha, sentí mi ano dilatado, me metí un dedo y salió un poco de la leche de Enrique, me lo comí y comencé a bañarme, él no tardó en alcanzarme, pero estábamos realmente agotados, lo veía en su cara, quería cogerme una vez más pero sabía que los años le estaban cobrando factura, me dió ternura, por lo que me arrodille frente a el y comencé a chuparle su verga, ya era común que me entrara toda, no pasó mucho y se corrió en mi boca, me levanté y me saque mi cuerpo con la toalla, lo quedé viendo y le enseñe cómo dejaba caer un poco de su semen en mis pechos, pasé como crema toda su leche sobre mis pechos y la demás me la trague, le saqué la lengua para que lo viera.

Acabo de bañarse y le planche su ropa, le di un rico beso y me dijo al oído:

-Creo que quien se hizo adicto fui yo a ti, eres toda una diosa, dime que volveremos a hacerlo.

Abrí la puerta, le di un beso y pase mi mano sobre su paquete, le cerré un ojo y salió. Actualmente no lo he visto, por lo mismo de la pandemia, créanme que lo extraño mucho, siento todos los días un enorme vacío dentro de mi (literal), nos mensajeamos por Whatsapp discretamente para que su esposa o Moni no sospechen; termine con mi novio, la verdad no me arrepiento de nada, lo único es de no pasar más tiempo con ese enorme pedazo de carne dentro de mi.

Se que leerás esto "Enrique", así recordaras nuevamente nuestra rica aventura, espero volver a sentirte dentro de mi pronto, te sacaré todo ese semen que tú tonta esposa rechaza ;).

Besos a todos!