Mae disfruta de un tierno adolescente...

Nuestra sensual Mae se fue de vacaciones y un joven de apenas 18 años caerá en sus redes inexorablemente...

MAE DISFRUTA DE UN TIERNO ADOLESCENTE...

Nuestra sensual Mae se fue de vacaciones y un joven de apenas 18 años caerá en sus redes inexorablemente...

Hola queridos lectores...

Creo que ya conocen a Mae esa sublime musa que se nos ha aparecido cual milagro tudelano y nos enriquece con sus aventuras sexuales de enorme voltaje....

Ya nos habló de su experiencia de sumisa y mamadora en un club liberal de Pamplona.

Mae manda otro relato absolutamente sensual y morboso, ocurrido en Gandía, el agosto pasado.

Dice así:

Todo lo que voy a relatarte José Miguel ocurrió el año pasado en el mes de agosto y guardo de ello un grato recuerdo, tierno y sensual.

Habíamos alquilado un chalet con piscina para todo el mes en la localidad de Gandía, con vistas a la playa de Venecia, junto al Puerto.

Mi marido estaba trabajando irremediablemente y no podía venir a acompañarnos regularmente. De hecho en todo el mes de agosto solo nos visitó un fin de semana.

Él se lo perdió.

Me fui con mi hija Vanessa de 18 años y una amiga suya de nombre Diana.

Amabas son muy parecidas, algo revoltosas pero encantadoras.

Desde el primer día revolucionaron aquella zona de playa y enseguida sus feromonas engancharon sin remisión a dos jóvenes de similares edades.

A los pocos días con mi permiso ya venían a la piscina del chalet a pasar el día, entre piscina, juegos, comidas, y detalles sinuosos sensuales...

Las visitas empezaron a repetirse con el paso de los días...

La monotonía de los jóvenes..., de día en la piscina y de noche de fiesta...

No veía yo a aquellos jóvenes demasiado lanzados y me confié.

Les pillaba de vez en cuando..., con algún piquito más tierno que morboso..., algún abrazo fraternal..., alguna erección casual en la piscina...

Las niñas por la noche hablaban del tema y se masturbaban...

Soy experta en los detalles y mi oído es muy fino.

Quizás a escondidas alguna comidita oral..., creo que no hacían mucho más...

Mi hija ya había hecho sexo con varios chicos o al menos lo intuía sin que me dijese nada.

Si le preguntaba, me daba excusas.

A las chicas les encanta excitar a los jóvenes de su edad..., y luego se vuelven locas por los malvados algo mayores que ellas...

Creo José Miguel que es la edad...

No recuerdo con detalle, pero creo que yo también era así a su edad...

Uno de los chicos, de nombre Raúl, el más guapo y alto..., desde el primer día no me quitaba ojo, y me lanzaba miradas de deseo.

José Miguel tú me vas conociendo..., y aquello me ponía morbosa..., muy morbosa.

Con tacto, le intentaba provocar sutilmente sin que ninguna de ellas se diese cuenta...

En un lateral del jardín teníamos un baño con una ventana grande con el cristal ligeramente pulido, pero desde fuera se veía casi todo.

Justo donde la ventana había unos arbustos, por lo que desde fuera podían espiar sin ser vistos.

Yo siempre iba a cambiarme y a ducharme allí, porque me di cuenta que Raúl me espiaba.

Así estuve calentándolo unos días...

Una noche salieron a una fiesta en un chiringuito de la playa, y me convencieron para que les acompañase.

Vanesa a pesar de su edad tiene su conocimiento y no quería dejarse a solas tantas noches.

Cenamos, bailamos y tomamos copas.

En un momento determinado estando sola en la mesa, me apetecio dar un paseo solitario por la playa con mis pies descalzos.

Mi coño me hacía intuir que alguna pieza, quizás aquella tierna pieza...,  podría caer...

Intuía lo que iba a pasar, pues al pasar cerca de ellos Raúl con el rabillo de su ojo me miro.

A los pocos minutos lo tenía como un perrito detrás de  mí.

Me paré a esperarlo.

Inocentemente me dijo que temía por mí...,  si paseaba sola y se disculpó con el resto para venir a acompañarme.

Aplaudieron su acto solidario.

Luego me diría que Diana la amiga de mi hija, ya no le hacía tanto caso como al principio y que había estado bailando con otro chico algo más mayor.

Me preguntaba Raúl si no me importaba que me acompañase.

Obviamente le dije la verdad..., que estaba encantada de que viniese conmigo.

Después de un par de kilómetros, nos sentamos a descansar.

Nadie a nuestro alrededor y solo el murmullo de las olas.

José miguel me empezó a salir mi vena más malvada y jugueteaba con mi mirada sobre él.

Hablábamos tan cerca, que no pudo remediar lanzarse al vacío y me dio un beso en mi boca más bien corto y rápido..., sin que pudiese saborear nada de él.

Me quedé fija mirándolo para escrutar su pensamiento...

Me pidió perdón...

Sonreí exteriormente de manera tierna y malvadamente en mi interior...

Le cogí la cara y le besé apasionadamente durante unos minutos en que comprobé que aún no sabía besar como un hombre pasional...

Alguna vez tendría que aprender... (Pensé)

Sería su maestra... (Seguía elucubrando)

Le di algo de cera a la pieza...

Le dije que estaba encantada de que un chico tan joven se hubiera fijado en esta madura a punto de cumplir los cincuenta aunque muy bien conservada...

La pieza me piropeo...

-       Aparentas veinte menos...

(Atestigua José Miguel su gran estado de forma, dado que las fotografías que ayer le mando son pruebas irrefutables...)

Volví a besarle intentando generarle la suficiente adicción...

Consolidaba mi trampa...

Ya mi mente actuaba en futuro y quería tener a ese joven dentro de mí...

Nos volvimos a besar y le pedí discreción.

Asintió, cual joven inocente...

Mi plan estaba en la cabeza.

Las niñas tenían previsto irse a un festival el siguiente fin de semana con amigas de Tudela que estaban de vacaciones cerca de nosotros y habían quedado desde hacía semanas.

Los padres habían llamado y yo había autorizado a mi hija y a su amiga a trasladarse durante dos días a aquel festival de música.

Estaría dos días y una noche sola en el chalet... Ali claudicaría el joven cervatillo.

Aquellos jóvenes se quedaban sin entretenimiento juvenil, pero al menos uno de ellos tendría una experiencia inolvidable..., conmigo.

Quedaría con Raúl para el sábado siguiente a las nueve de la noche a cenar en el chalet..., lo tendríamos para nosotros solos.

La pieza a cazar se presentó puntual...

Como era muy temprano le sugerí que nos diésemos un baño en la piscina..., yo ya tenía toda la cena preparada..., una cena frugal y ligeramente afrodisiaca..., con un postre muy especial..., y una sobremesa más especial aún...

Se excusaba con que no traía bañador. (Inocente...)

Le dije que no me importaba, que nos bañaríamos desnudos..., que al estar solos, eso no importaba.

Me fui a por toallas y le comenté que fuese metiéndose en la piscina.

Mientras entraba a por las toallas de reojo vi cómo se desnudaba y se metía en la piscina.

Su polla estaba muy bien para su edad..., ya la había intuido en sus juegos en la piscina con las niñas y en alguna ocasión en que la erección espontanea me indicaba su medida y grosor.

Cuando regresé él ya estaba nadando y veía como su polla zigzagueaba debajo del agua a su antojo, ya bastante removida.

Me acerqué al borde la piscina y empecé a quitarme la ropa cual diosa que venera todo su público.

Mi público..., en este caso esta joven presa...

Se acercó al borde a no perder detalle del espectáculo.

No pude contenerme...

-          Aquí me ves mejor que cuando me espiabas a través del cristal...

Sonrió, trago saliva y se ruborizo parcialmente...

Por supuesto que me esmeré en desnudarme artísticamente en plan de absoluta y sensual exhibición de hembra cazadora.

Pensaba en su polla que suponía ya tremendamente dura.

La cara de Raúl, solo aparentaba felicidad y gozo..., además de inocencia morbosa.

Totalmente desnuda bajé las escaleras acompasadamente y me metí en la piscina, dirigiendo mis pasos hacia él...

Sus manos buscaron las mías.

Nuestros cuerpos se rozaban.

Nos empezamos a besar...

Ya me besaba mucho mejor..., había aprendido muy rápido.

Raúl estaba totalmente excitado ya que lo primero que noté fue su enorme polla dura debajo del agua.

Sentía su excitación en su respiración.

No paraba de besarme y tocarme.

Estábamos en la zona de la piscina donde hacíamos pie y gran parte de mis enormes pechos..., la mayoría...,  estaban fuera del agua..., al alcance de mi joven candidato a amante.

Se lanzó enseguida a por ellos, empezando a chuparlos con mucha pasión.

Yo mientras le acariciaba su polla, que al tacto aprecia impresionante, grande, dura y totalmente depilada.

No dejaba de sobársela a placer y notaba sus jadeos que abrazaban que no tardaría en correrse.

No quería desperdiciar aquella primera leche en la piscina y le sugerí (ordené diligente y suavemente) que saliera de la piscina y se sentase en el borde al alcance de mi viciosa boca.

Empecé a chupársela sujetando su tronco con mi mano.

Cuando la tenía a mi satisfacción solté la mano y la metí entera en mi boca apretando mis labios contra ella, mientras agarraba fuertemente sus caderas.

Aceleré el ritmo y enseguida noté que iba a estallar.

Cuando notaba su primera descarga quise atraparla más y bajé el ángulo de mi boca y garganta..., metiendo su polla hasta el fondo.

Quería sentir la profundidad de su espasmo caliente lo más hondo que pudiese.

Quería ser su primera garganta profunda..., como así me confesaría que fue poco después.

La leche salía y anidaba en mi garganta...

Chupaba y chupaba todo aquel néctar caliente maravilloso y juvenil.

Aguante las dos o tres primeras andanadas de leche...

Noté mi boca enteramente llena y me dispuse a tragar, actuando con su polla como mástil de referencia.

Mi idea al mamarle la polla y sacarle aquella primera leche era quitarle los nervios y prepararle para la segunda fase..., la gran follada, ya sin la necesidad imperiosa de correrse a las primeras de cambio..., y por qué no..., disfrutar de aquel néctar juvenil en aquella posición tan morbosa como era al pie de la piscina.

La verdad, es que estaba muy excitada, dado que llevaba semanas sin un buen rabo entre mis piernas ni en mi boca...

Creo que incluso estaba más excitada que él en comparación.

Lo había notado al aproximarme a él en la piscina y rozar mis sensuales pechos en su torso.

Habia sentido un estremecimiento excepcional.

Mi coño emanaba lubricación interna prefollada sin duda...

Desde que lo había sentado al borde de la piscina y le había hecho aquella soberbia mamada, me sentía como la dueña de la situación, la capitana del timón del barco del placer sin igual...

Cada minuto mi excitación subía de graduación...

Aquella polla recién ordeñada por mi boca no decaía y estaba lista para el siguiente envite...

Pero quería alargar la velada y le dije que pasábamos a cenar antes de seguir nuestro juego de seducción en esa noche de placer privado para ambos...

Durante la cena, reímos sin parar..., nuestras miradas anticipaban el placer posterior a la sobremesa...

Pero antes tocaba el postre...

Le pregunte que quería de postre..., si fruta, vainilla o nata...

El pidió nata y trufa...

Fui a la cocina a prepararlo, diciéndole que esperase...

En la cocina cogí el spray de la nata y el de trufa...

Me desnude enteramente.

Me tumbé en la mesa de la cocina, me rocié... y le llamé...

Cuando entró, su cara fue de asombro y felicidad.

Le dije que disfrutase del postre a su antojo.

Me lamio a su capricho hasta que todos aquellos manjares desaparecieron de mi cuerpo...

Seguía pasando su lengua por mis pechos, vientre y pubis...

Nos fuimos a la ducha.

Nos tendimos sobre el césped desnudos sobre las toallas en aquella noche bochornosa de agosto.

Jugábamos, nos metíamos mano...

Me confesó que desde el primer minuto le había gustado y que no había dejado de pensar en qué hacer y cómo hacer para seducirme...

Que llevaba tiempo con la fantasía de estar con una mujer madura como yo, aunque no pensaba que realmente se realizase.

Me contó sobre sus experiencias sexuales... (Inocente...)

Tan solo había estado con dos chicas, que aunque aparente y bien parecido era excesivamente tímido. (Eso era evidente..., aunque trataría de remediarlo a lo largo de la noche...)

Que solo una de aquellas chicas le había mamado la polla un poco antes de follar y que no lo había hecho demasiado bien.

Tomamos un par de copas cada uno mientras jugábamos a tocamientos, besos, caricias, lametazos y mordisquitos sensuales en todos los rincones de nuestros cuerpos..., menos dos sitios...

Los sexos de momento intocables.

Así eran las reglas...

Su polla cada vez más dura y preparada para el triple estoque fin de fiesta.

Nos íbamos calentado cada minuto más y más...

Me ponía aperitivos en mis pechos y se los comía, lamiendo los restos salados de los mismos en mis pezones que cada vez estaban más duros y necesitados de sentir...

Llegaba el momento.

Me abrí de piernas y le invité a comerme...

Sería la primera vez que aquella lengua frugal que ya había aprendido a jugar en mi boca comenzase el juego de mayores...

Su torpeza inicial corregida levemente fue transformándose en eficaz comidita de mi sexo que se correría por primera vez...

Esto empezaba a ser verdaderamente una noche de sexo gratificante.

Tumbados en aquel césped iniciamos el primer cortejo del sesenta y nueve..., algo que siempre me ha entusiasmado.

Una vez que me había corrido otra vez y que notaba aquella polla durísima y presta a trabajar vaginalmente..., le dije que se tumbase boca arriba.

Me acomodé encima de él.

Con mi diestra mano acoplé aquella estaca importante dentro de mi ser.

Mi sexo la dejaba entrar hambriento...

Cual amazona experta comencé a espolear de menos a más a aquel joven corcel.

Sus manos adoraban mis pechos llenos de pasión.

Veía su boca necesitada de mis duros pezones y me agachaba lo suficiente sin dejar de cabalgarlo para que lamiera, chupara y mordisqueara mis erectos pezones que ya necesitaban de aquel joven macho equino.

Me sentía poderosa cabalgando a ese joven animal desbocado y apasionado, lleno de deseo y placer, llevando yo el ritmo.

Cuando noté que me llegaba mi tercer orgasmo, primero vaginal..., apreté mis pechos sobre su cara y me dejé llevar lentamente, fue genial, maravilloso, morboso, poético y muy gratificante...

Ahora necesitaba que él me cabalgase a mí, para que me llenase el coño de su segunda leche.

Me levanté y me puse a cuatro patas para que me follase así, para que me follase en condiciones..., para que me follase como un hombre me debe de follar...

Es mi postura favorita.

Le dije...

-          "Ahora me cabalgaras tú a mí".

Me empezó a follar agarrándome de mis caderas pero sobándome de vez en cuando mis glúteos y dándome palmadas suaves.

-          Dame más fuerte..., no te cortes..., me encanta...

Yo estaba cada vez más excitada a pesar de haberme corrido ya varias veces.

Quería volver a correrme con su polla y su leche dentro de mí...

Estaba ansiosa...

Quería sentir esa sensación única de oír el gemido de follador, de sentir la elevación de su ritmo cardiaco..., de sentir ese último impulso de su polla dentro de mí.., y a continuación sentir esas andanadas de leche caliente que explota y rebota contra el fondo de mi vagina y en ese momento dejarme llevar por ese culmen, ese gran orgasmo, ese clímax intenso y unico...

Intentar aguantar unos minutos esa meseta de excitación antes de caer desplomada de placer...

Estaba cada vez más excitada.

No lo esperaba..., pero empezó a jugar con sus dedos acariciando mi esfínter, lo que me excitó más aún.

Al poco el empezó a decir...

-          "Uhmmm, que culo tienes..., ¡cómo me gustaría follarlo!

Estaba ensimismada en mis pensamientos vaginales de disfrute...

No le dije nada...

Me metió un dedo en mi cueva negra, en mi preciado y lujurioso ano..., en la apertura de mi culo que tan buenos momentos me ha proporcionado, aun cuando menos de los que hubiese deseado...

Cómo no lo esperaba hice un movimiento brusco cuando me metió el dedo.

Entonces lo sacó pidiendo perdón.

Enseguida le dije...

-          Nooo, sigue por favor

Eso le excitó mucho, y empezó a follarme el culo con el dedo, mientras seguía dándome buenas sacudidas en el coño con esa polla cada vez más henchida, dura y folladora..., cual experto se tratase.

Realmente me estaba sorprendiendo aquel joven de 18 años recién cumplidos y con solo dos míseros polvos a sus espaladas...

Sin duda este joven había nacido para ser el perfecto amante.

Estaba cada vez más cachonda..., sintiendo mi coño lleno y bombeado y mi culo siendo perforado al mismo tiempo rítmicamente por aquel dedo sin duda el corazón...

De los respingos anales iniciales..., mi culo agradecía aquella intrusión.

Ésa situación me estaba dando cada vez más morbo y excitación.

También cada vez más placer, que se juntaba con el de mi coño..., alienándose y creando una sinergia que me hacía sentir en mi vientre una sensación única.

Mi corazón latía cada vez más acelerado...

Sin duda todo estaba dispuesto para el sumún placentero...

Era cuestión de minutos...

Yo gemía y gemía...

Le decía...

-          Así..., así..., sigue así...

El joven inexperto..., cada vez menos..., ahora osado..., metió otro dedo en mi culo...

No lo podía remediar...

Me volví a correr, sin esperar su corrida caliente...

Después de unos segundos inconmensurables caía rendida al suelo..., como  saben aquella posición del perrito con el paso del tiempo te hace resentir brazos y piernas...

Le miré...

Su cara de circunstancias reclamaba mi ayuda para que aquella polla escupiese por segunda vez.

Vi aquella polla más grande que en toda la noche...

Sin duda sus cuerpos cavernosos no daban más de sí..., por culpa de la excitación.

Aquella sangre interna potenciaba su dureza y sus ganas de sacar su ansiada leche...

Le obligué a tumbarse de nuevo.

Me acomodé ante su polla.

Empecé a comérsela con deseo, dándole mucha saliva y de vez en cuando sacaba mi boca de su tremendo bate de carne..., dejando caer un hilo de saliva desde mi caliente apertura bucal a su ansiado glande rosado ardiente y esplendorosamente deseoso de ser el estandarte de la salida de esperma.

Cuando estaba a placer nuevamente..., le ofrecí mi culo y un lubricante sabor fresa que tenía reservado para la ocasión.

Ya les dije que tenía mis planes...

Le di indicaciones...

-          Ponme el lubricante con tus dedos en mi culo...

-          Luego quiero que lo saborees con tu lengua...

-          Y cuando te plazca me mete esa pollaza en mi culo..., y te corres...

Raúl era sumiso y obediente, además de buen amante...

Metió sus dedos en mi culo impregnados de lubricante oloroso rosaceo...

Me folló nuevamente el culo hasta estar adecuadamente dilatado...

Sentía que me iba a volver a correr y quería su polla en mi culo...

Pocas veces me he corrido dos veces follándome el culo y esa noche tenía toda la pinta de ser una de ellas, y quizás la mejor...

Estaba cachondísima..., estaba como nunca de perra...

No dudé dejar de decirle...

-          Vamos..., fóllame el culo...

-          Fóllame ya por favor...

Me abrió el culo con sus manos.

Apuntaló.

Noté su enorme glande.

Respiré..., para mejorar la resistencia....

Entró sin problemas...

Durante unos segundos noté como su enorme polla me recorría...

Empezó a follarme furiosamente...

Notaba como me llegaba mi súper orgasmo...

Me empecé a tocar mi clítoris con fuerza para conseguir el máximo clímax...

Ya llegaba...

Solo notaba en mis sienes y en mi pecho como se aceleraba mi pulso...

Por fin...

Ya llegaba...

Solo pide decir...

-          Joder..., que bien..., Ya... Ufmmm

-          Ufmmm..., Uf,mmmmm... Ufmmmm

Durante unas décimas de segundos, fui la mujer más gozosa del universo...

Creyendo que me esperaba para correrse..., después de unos segundos gloriosos..., le dije que se corriese cuando quisiese...

Inocentemente me dijo...

-          Quiero correrme en tus pechos, lo más encantador y sensual que he visto jamás... (Bendito momento para un piropo...)

Hubiese preferido sentir su leche dentro de mí, pero para agradecerle esta noche le haría una tremendísima cubana...

Con mis enormes tetas es algo muy fácil de conseguir...

Apliqué un poco de lubricante alrededor de su enorme y dura polla...

La acomode entre mis enormes tetazas...

Mis pezones aún seguían duros...

Junté mis tetas con mis manos.

Penetró mi vagina pectoral.

Empezó a follarme las tetas.

La punta de su largo y grueso pene sobresalía...

Doblé mi cuello para llegar hacia ella sin problemas.

En cada envite de polla, yo lamia su punta con mi enorme lengua caliente y deseosa de leche...

Sin dejar de mirar su cara de vicioso amante, sabría de sobra el momento de escupirme el ansiado néctar en mi cara... Quería que entrase todo en mi boca si podía escudriñar su recorrido...

Seguía follándome mis tetas...

Mis manos notaban su calor y la dureza de mis pezones...

Cerraba los ojos y empezaba a gemir...

Subió el ritmo.

Ya llegaba...

Abrí la boca.

En el siguiente golpetazo su semen exploto...

Un recorrido enorme de semen en el aire de al menos veinte o treinta centímetros...,  golpeaba en mi boca, nariz, cuello...

Abrí la boca al máximo, para aglutinar el máximo posible de aquel néctar caliente y sabroso.

El segundo golpetazo de leche quedo atrapado en mi canalillo y parte de mi cuello inferior...

Notaba como recorría velozmente en dos pequeños riachuelos..., hacia mi nuca en ambos lados...

Abrí mis tetas...

Vi como aquella polla seguía escupiendo leche...

Un par de andanas más..., cania sobre mis enormes pechos y pezones...

Acertaba en ambos de pleno...

La quinta y última andanada de aquel noble néctar juvenil golpeó debajo de mi pecho izquierdo y rebotaba hacia  abajo..., llegando segundos después a mi ombligo...

No le vi cara de lamedor de leche...

Nada es perfecto amigos... ¿Verdad?

José Miguel..., sé que estas envidiosamente dolido..., de no ser tu mi lamedor..., quizás en un futuro... ¿Quién sabe?

Ensimismada en el placer de aquella noche de agosto perfecta, recogía toda aquella leche caliente que iba enfriándose poco a poco y la saboreaba..., mirando aquella cara inocente de amante estupefacto que no ha visto jamás a una verdadera hembra caliente y salvajemente hambrienta de leche...

Después de aquella impresionante escena de morbosa comida de leche que él seguro que tardaría en asumir..., nos metimos en la piscina...

Volveríamos a jugar durante un par de horas más...

Volveríamos a disfrutar de sexo...

Me volvería a correr varias veces más..., sintiendo por fin el preciado néctar juvenil dentro de mí...

Extasiados nos acurrucamos en aquel césped de entrañable recuerdo y como un niño de pecho..., terminó dormido sobre mi seno derecho mientras le acaricia su melena castaña...

De madrugada nos metimos en la cama.

El calor del amanecer nos hizo recomponernos para volver a follar varias veces más...

Dos para ser exactos.

Las niñas venían por la noche y Raúl debía de desaparecer y yo recoger todos los detalles de aquella apasionante aventura...

Había disfrutado por primera vez de un tierno adolescente que prácticamente desvirgue aquella noche...

Aquel mes de agosto volvería a follármelo varias veces más..., no podía despreciar una ocasión así..., pero ya no tendría el morbo de aquella noche tan especial.

Mi resumen de leches aquel agosto... Mi marido (1)..., Mi amante (22).

Como ves José Miguel, yo también tengo mi agenda secreta en donde computo mis correrías...

Hasta aquí el segundo relato de Mae, que creo que es la madura más viciosa y sensual de toda España.

Queridos amigos, como siempre comuníquense conmigo para todo lo que quieran...

Tengo preparada una Oda a Mia Sara que publicaré de inmediato junto a este relato de Mae y la prioridad es..., mi primer relato sobre una verdadera puta sumisa de nombre Luci, cuyo cornudo marido me ha pedido publicar..., Un relato sin parangón como comprobaran mañana...

Hasta pronto...

PEPOTECR.