Madura y adolescente
Un quinceañero me sigue hasta casa, yo le doy un hermoso regalo que recordará toda su vida.
Me presento soy Clara tengo 48 años y esto que les narro paso hará como tres semanas que paso. Llevaba casada bastantes años y no me quedaba embarazada. Mi marido y yo fuimos a muchos médicos, y todos coincidían en decir que no nos pasaba nada a ninguno de los dos, que no nos obsesionáramos con el tema y que el estrés podría estar influyendo negativamente.
Mi marido obsesionado con tener un hijo me follaba todas las noches, no se saltaba ni una. Así un día a casi a los diez años de casados descubrí que lo habíamos logrado, estaba embarazada. Mi marido era el hombre más feliz de la tierra siempre presumiendo de mi embarazo con todo el mundo.
Ahí empezó realmente el problema para mí. Conseguido el objetivo de dejarme embarazada ya apenas me follaba. Durante el embarazo pensé que sería por temor a hacerle daño al bebe. Tras dar a luz seguíamos sin follar, y yo lo achacaba a que esperaba a que me recuperara del parto y a que teníamos la cuna en nuestro dormitorio, pero después de un tiempo la cosa seguía igual.
Así que hable con él, me confeso que no le apetecía y que llevaba tiempo esperando esta charla porque no sabía que explicación darme que lo único que se le ocurría era que los diez años en que habíamos follado todos los días lo habían dejado sin libido.
Desde esa charla comenzamos a volver a follar, pero un par de veces al mes nada más. Tengo la íntima sospecha que mi marido camionero de profesión tiene a otra en algún sitio. Me cuesta creerlo pues tiene una ruta y solo una vez al mes debe hacer noche fuera de casa.
Bueno que así llevamos unos diez años, yo quiero a mi marido y no dudo de que el me quiere. Sin embargo yo me encuentro con ganas de sexo siempre. Me estuvo follando todos los días durante casi diez años, ahora llevamos otros diez en que apenas me toca y se me hace muy difícil.
Bueno pues yo llevo todos los días a mi hijo al colegio, es un colegio con instituto donde hacen la educación secundaria con chicos y chicas adolescente. Los patios y las puertas de entrada de los niños están separadas para no mezclar a los más pequeños con los más grandes.
La otra mañana ya hacía calor y me puse unos zapatos con algo de tacón, una falda por encima de la rodilla y una camisa blanca. Me dirigí al colegio, y al llegar a la puerta me puse a charlar con algunas mamas esperando a que abrieran las puertas.
En la puerta de la parte de instituto, los chicos hacían payasadas esperando a que les abrieran la puerta. Había un chico de unos quince años que no dejaba de mirarme, por lo que en varias veces se cruzaron nuestras miradas. Sin darle la menor importancia le sonreí, me sentí íntimamente complacida que clavase sus atentos ojos en mi como si quisiera desnudar. Retire la mirada para seguir con la conversación con la mama con la que estaba.
Abrieron la puerta del colegio de di un beso a mi hijo y entro al colegio. Comencé el camino de vuelta a casa con otra de las mamas que llevaba la misma ruta que yo pero a mitad de camino ella se desviaba nos dimos un beso y se marchó. En ese momento me di cuenta que el chico que me miraba desde la puerta del instituto venia tras de mí, no había entrado a las clases. Al ver que lo miraba me sonrió y yo seguí mi camino.
Varias veces durante el recorrido mire hacia atrás y el seguía tras de mí, al cruzarse nuestras miradas él me sonreía. Yo en vez de sentirme intranquila me sentía excitada ¿Qué querra este chiquillo que me sigue?, pensé.
Ya no soy una niña, tengo casi 50 años, mido 1,60 pelo negro (de tinte, por las canas ya están hay) de piel blanca, un culo no voy a decir pequeño pero tampoco exagerado, no estoy gorda pero si con algún kilo de más. Lo mejor de mí son las tetas, me crecieron para amamantar a mi hijo y no han perdido apenas ese tamaño.
Al llegar al portal, abrí la puerta y no la solté hasta asegurarme de que a él le diera tiempo a entrar antes de que se cierre. Subí hasta el tercero por las escaleras, para que me pudiera verme desde el hueco y supiera hasta donde debía llegar.
Abrí la puerta la deje entornada, entre en la cocina que queda enfrentada a la puerta de la calle. Vi como se abría lentamente, vi aparecer la cabeza del chico con mucha cautela. Al verme mirándolo apoyada sobre la encimera entro rápidamente cerrando la puerta tras de si.
Era un chico de mi estatura, delgadito y guapo de ojos castaños y muy peinado. Siempre me hacen gracia verlos con esos tupes y esos flequillos que se hacen ahora. Soltó la mochila en la puerta y se acercó a mí, al yo no decirle nada se abalanzo y metió la cara entre mis tetas.
Separándolo de mí no sin esfuerzo y soltando los botones de la camisa le dije.
- Espera. ¿Ahora mejor? -
El chico no dijo nada, solo asintió con la cabeza y volvió a meter la cabeza entre mis tetas, las besaba y lamia. Las sacó de las copas del sujetador y comenzó a mamar de un pezón. Yo le abrazaba la cabeza con mis brazos jugando con su pelo mientras disfrutaba de cada mordisco y lamida. Cuanto tiempo sin sentir ese placer.
Note como en esa posición luchaba por subir mi falda con una mano, mientras con la otra se aferraba a la teta que estaba devorando. Solté su cabeza, y con mis manos subí mi falda dejándola enrollada en mi cadera, dándole permiso de esa forma a llegar más lejos.
Entonces fue bajando por mi abdomen hasta ponerse de rodillas quedando frente a mis bragas. Llevaba una bragas de vieja de color visón, nada sexi. Eso no le importo, metió su nariz en mi coño sobre las bragas aspirando mi aroma mientras luchaba por meter un dedo bajo ellas.
En ese momento escuche a la vecina llamándome por el patio. Nos quedamos los dos helados, mientras yo miraba hacia la ventana y vi que la persiana estaba casi echada y con las cortinas no se veía nada desde fuera. Aparte al chico me arregle la camisa y salí a la ventana. La vecina quería saber si me apetecía salir a desayunar, a lo que le respondí que acababa de llegar de dejar al niño en el colegio y que estaba bastante liada que lo dejábamos para otro día.
Volví a cerrar la persiana, y mientras me habría de nuevo la camisa le dije al chico.
- Siéntate en una de las sillas -
El obedeció sin rechistar. Yo mientras bajaba la cremallera de la falda y la dejaba caer al suelo, solté el cierre del sujetador liberando mis tetas de su encierro.
El chico no decía nada, solo me miraba con los ojos muy abierto. Por ultimo me baje las bragas quedando completamente desnuda ante el. En su pantalón del uniforme del instituto había un notable bulto bajo su cremallera.
Lo puse de pie, y quedando frente a frente, dirijo mi boca a la suya besándolo y comprobando su inexperiencia. Mientras con mis manos desabroche el cinturón solté el botón y baje la cremallera del pantalón dejándolo caer hasta los tobillos.
Sin dejar de besarle palpe el bulto de sus calzoncillos, note como palpitaba con el contacto de mi mano, estaba duro como una piedra y parecía de buen tamaño. Deje de besarlo, y arrodillándome tire del calzoncillo saltando aquella polla de 18 centímetros más o menos que no tenía nada que envidiarle a un adulto.
Cogiéndola con la mano tire hacia abajo descubriendo un glande rosado liso y suave. Lo bese, lo pase por mis labios una y otra vez dándole una buena ración de saliva, hasta que tras un espasmo, creció un poco más, se puso completamente tiesa y soltó un poco de líquido.
Lamí la punta con mi lengua, retirando aquel líquido dulce. A continuación lamí golosa con mi lengua desde los huevos hasta llegar al glande. Me la metí toda en la boca dando grandes chupadas y masajeándole los huevos, que se notaban duros, el pobre debía estar cargado con toda la excitación que acumulaba.
El chico apenas no se pudo contener y me lleno la boca con una corrida que parecía no acababa nunca. Saboreando la enorme corrida, observe aquella polla que no había perdido nada de tamaño. Pensé: “esto hay que aprovecharlo”
Lo senté en la silla y me puse encimal, enfilando con una mano su polla a la entrada de mi coño dejando que me la fuera metiendo hasta quedarme sentada sobre las piernas del chico. El estaba en éxtasis cuando le pregunte:
- ¿Es la primera vez que lo haces con una mujer? -
- Si, si señora. Es la primera vez -
- Tú déjame hacer a mi. Te cuidare bien y tendrás tu primer recuerdo maravilloso -
Comencé a moverme sobre él, pero al ser bajita no llegaba bien al suelo por lo que apenas podía sacarme su polla de dentro y era poco satisfactorio. Me la saque de dentro y cogiéndolo de una mano le dije:
- Ven conmigo -
Cogidos de la mano avanzábamos por el pasillo, con los pantalones en los tobillos, el polo del instituto aun puesto y con la polla apuntando al techo era una imagen un poco cómica. Lo lleve a mi dormitorio en el que la cama aun estaba sin hacer. Lo senté en ella y me arrodille para descalzarlo y quitarle los pantalones, hice lo mismo con el polo.
Lo puse sobre sobre la cama fui subiéndome sobre él, besándolo desde los pies, pasando por su magnífica polla, su abdomen, su pecho hasta llegar a su boca. Mientras lo tenía entretenido con mis besos con una mano encajaba nuevamente su polla en mi coño.
Que placer sentir la estupenda longitud de aquel miembro viril y joven. Comencé a cabalgarlo con ímpetu, mis tetas botaban con cada cabalgada que daba sobre aquel falo que me estaba dando el placer que llevaba tanto tiempo deseando. El no hacía nada, solo miraba con una impresionante cara de gusto. Le cogí las manos y las puse sobre mis tetas diciéndole.
- No te cortes ahora, disfruta de ellas, toca o chupa si quieres -
Comenzó a estrujarlas y amasarlas como si fuera la primera vez que las había cogido, de vez en cuando se las acercaba a la cara y el aprovechaba para metérselas en la boca, chupando de los pezones como si fuera un bebe. Note que me corría y tuve que poner mis manos sobre su pecho para mantener el equilibrio.
¡Hacia tanto tiempo que no me corría tan bien como en ese momento!. Él puso sus manos sobre mi cintura acompañando mis movimientos, y fue cuando note en mi útero como me regaba con su leche caliente de nuevo.
Caí sobre su pecho exhausta, mientras notaba su polla salir de mi interior al hacerse mas pequeña. Me quite de encima, pero quedando pegado a su costado con una pierna sobre las suyas y con mi mano acariciándole el pecho. El chico completamente alucinado por la experiencia no decía nada solo miraba al techo con cara de satisfacción.
- ¿Te a gustado? -
- Mucho… mucho. Ha sido sin duda la mejor experiencia de mi vida - balbuceó.
- Bueno chico. Te quedan muchas más experiencias y con chicas más jóvenes y guapas que esta vieja pervertida.
- De pervertida nada. Has ayudado a un pobre chaval quede no ser por ti, a saber cuándo hubiera perdido la virginidad.
Diciendo eso giraba dejándome mirando al techo y subiéndose encima, note algo sobre mi pubis mire y era su polla lista para otro asalto. Abrí mis piernas dándole mi consentimiento, y el de una sola estocada me la metió hasta los huevos.
Comenzó unas embestidas salvajes que hacían que la cama se moviera, me besaba y estrujaba mis tetas me tenía en éxtasis. Me corrí otro par de veces en esa posición sin que el llegara. Yo pensaba ¿cómo puede aguantar tanto? Pero claro ya se había corrido dos veces y había soltado una gran cantidad de leche debía estar seco. Cuando estaba por correrme una tercera vez note que me volvía a bañar por dentro y me corrí de una forma escandalosa a la vez que él.
Me levante de la cama y me dirigí al baño, tenia el coño dolorido de las embestidas que me había estado dando. Hilos de semen y mis flujos comenzaban a resbalar por el interior de mis muslos, abrí la ducha y me metí bajo la regadera, cuando sentí que su polla erecta de nuevo se apretaba contra mi culo.
- ¿Otra vez estas listo? ¿Si te acabas de correr y por tercera vez? -
- Así me has puesto al verte desnuda, con el agua chorreándote por tu cuerpo -
Eche mi mano hacia atrás, y dirigiéndola me la fue metiendo hasta quedar mi culo pegado a su pubis. Me incline un poco hacia adelante agarrándome a la pared, el cogiéndome las tetas con las manos comenzó un vaivén que me tenía en el cielo.
Sentía cada centímetro de esa magnifica y juvenil polla entrar y salir de mi encharcado coño. Se aferro a mi cintura y comenzó a darme una fuertes y rápidas embestidas volviéndose a correr. Yo esta vez no había llegado a correrme, así que con el agua cayendo sobre nosotros lo puse de rodillas y le metí la cabeza entre mis piernas.
Me dio una comida de coño en la que se notaba su inexperiencia, pero en la que llegue a correrme. Succiono tanto mis fluidos como su propia corrida que salía de mi coño, lo paladeaba con tanto placer que debía sentirse como en el paraiso.
Salimos de la ducha y secándonos mutuamente note como se le volvía a levantar. Pensé, vendita juventud pero tuve que decirle.
- Tranquilízate. Mira que hora es.
Ya era tarde, debíamos vestirnos y el marcharse. Yo hacer algo de almuerzo para mi hijo y recogerlo del colegio.
- ¿Volveremos a vernos?- me preguntó casi suplicando una respuesta afirmativa
- No. Esto no puede pasar otra vez. Soy una mujer casada, y tú ya debes buscar a chicas de tu edad.
- Pero a mí me gusta hacerlo contigo. Además me gustaría hacerlo también por el culo.
- ¿Queeeeee? Por ahí no la ha metido ni mi marido, no te iba a dejar a ti.
Lo dirigí a la puerta y miré por la mirilla para ver cuando podía salir. Cuando me di la vuelta para abrir y que saliera, me dio un beso de despedida que hizo que volviera a mojar mis bragas.
Ese día no lo vi a la salida del colegio, imagino que se iría directamente a casa. Esa noche en la cama, me acordé de él, no sabía ni su nombre ni su edad… para mí siempre sería mi joven semental.
Ahora lo veo todos los días en la puerta del colegio. Me sonríe esperando una respuesta, pero yo no le respondo a la sonrisa para que no me siga.
Al llegar a a casa me masturbo como una depravada pensando en aquel día. Creo que no tardaré mucho en perder la poca sensatez que me queda, y responderé a la sonrisa para que me siga a casa y pasaremos otra mañana follando como locos.
Este relato lo ha escrito lobeznoxman para todos nosotr@s.
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