Madre recatada... hija puta
No me entendáis mal... tampoco es así, pues ni la madre era tan recatada ni la hija fuera tan... puta, ¡bueno ahora que lo pienso... qué coño!!, claro que lo era.
Madre recatada... hija puta
Bueno comenzaré por deciros que no suelo irme mucho a correr, pero el comentario que me han dijeron...
- "Estas echando barriguita".
Comentario que me ha hecho por decidirme a irme a correr, cosa que tampoco es muy extraña en mí, pero que era verdad que deje de hacerlo por volver a acudir al gimnasio. Y aprovechando precisamente a que no estoy muy lejos del parque del alamillo, pues pienso que como me vaya para casa, me entra la modorra y al final no salgo. Bueno sigo...
Tras finalizar mi jornada laboral, me da por cambiarme precisamente en los aseos antes de salir de trabajar, tomando luego camino hacia el coche, conduciendo hasta los aparcamientos que hay justo detrás del estadio de la Cartuja, accediendo al parque por uno de los accesos. Y como he dicho, voy a correr más por perder algo de peso y para mantenerme en forma, cosa que corro durante cuarenta y cinco minutos o una hora lo sumo, acabando por hacer algo de estiramiento y tirar más tarde hacía casa.
Al principio me sorprendí la cantidad de personas que corrían, más aun siendo las ocho de la tarde, pero cosa que agrado no ser el único. Me pongo mis auriculares y comienzo a trotar, mis zancadas son cortas para ir despacio, cosa que hace que sea adelantado por decenas de corredores. Llevaría un cuarto de hora, cuando una de estas personas que me pasaron, persona que era una mujer de unos treinta y muchos o quizás sobrepasando los cuarenta años. Me la encontré en el suelo quejándose del gemelo, esta intentaba hacer estiramiento a modo de quitarse el "bocadillo", pues parecía que le había dado un tirón el gemelo o una sobrecarga.
Según parecía nadie se había parado a socorrer la, siendo yo el primero ante sus quejas de dolor, opte por proponerle darle un masaje por la zona. Ella se mostró un poco reacia, pero finalmente acepto llevada más por el dolor, mostrándose más flexible finalmente. Callado, dirigí mis manos donde tenía la sobrecarga, comencé a trabajarle la zona, mientras le masajeaba me dio por decirle...
- “Tiene que tener cuidado, ya que los errores que cometemos en los entrenamientos, ocurren cuando intentamos hacer mucha actividad física demasiado rápido, pasando factura sobre todo si hace mucho que no la realizas”.
Y viendo por su cara la mejoría de su dolencia, me dio por ascender por si la zona afectada había comenzado al inicio del musculo, no habiendo en mis propósitos doble intención. Pero comencé a ascender como he dicho, trabajando los músculos y de los gemelos, pasando a trabajar los tendones, y mientras le masajeaba comenzamos a conversar, conociéndonos un poco mejor. Me contó algunas cosas triviales, pero poco a poco y sintiéndose más segura, acabo por confesarme que era divorciada desde hacía tres años, y madre de dos chicas. Chicas de diecisiete años y otra de catorce años, siendo la menor la que le afecto más el divorcio, pero que cada una se lo tomo de una manera diferente. Acabando por decirme donde vivía, ubicación que finalmente me dijo al saber que probablemente no podría conducir, y aunque ella al principio molesta me soltó...
- “Y como coño lo sabes tú, ni eres médico para decirme eso”.
Pero en el momento que quiso ponerse en píe, casi pierde la estabilidad por el dolor producido, volviéndole a recomendar... ‘no es cosa mía, pero probablemente no podrás conducir de la manera que esta, no soy médico ni ‘fisió’, pero se ve a simple vista’.
Y tras las disculpas por está, y como he mentado anteriormente, acabo por decirme donde vivía, ofreciéndome a llevarla si quería, haciéndole saber que dejara el coche hay y que al día siguiente lo recogería, o que llamara a una grúa. Y cuando me dijo la dirección exacta de donde vive, le respondí... ‘qué casualidad, pues yo vivo a escasamente unos metros’.
Acabando por reírnos finalmente entre tantas casualidades, como si el destino hubiera querido que nos encontrará. Y tras contarme ella sus penurias o así me lo llamo, acabo por preguntarme que le contará algo de mí, no dejando de decirme... ‘no quiero ser cotilla, ni inmiscuirme en tú vida, pero ya que estamos’.
Y claro está, yo le confesé poco de mi vida personal, pero todo esto sin dejar de masajear la zona afectada, pues tras levantarse antes lo logrado se perdió todo, volviendo a trabajarle la zona dolorida. Y sin darme cuenta la verdad, mientras hablábamos, iba dirigiendo mis manos hacia la parte interna de sus muslos.
Fijándome lo bien que le quedaba esa prenda, pudiendo apreciar como ese culote que llevaba se le había introducido un poco más en su entrepierna. Comenzando está a hablarme con cierta dificultad, palabras ahogadas, e incluso en sus palabras se apreciaba su respiración acelerada. Soltándome una íntima confesión, como...
- "Ooohhh!!... Dios, ¡no sigas por favor... uuuffff!!”.
Dice, pero en ningún momento le da por detener mis manos o apartarlas, volviéndome a soltar...
- “Uuummm!!, para... aaahhh!!, que una lleva sin hacerlo meses por no decir años, conformándome con hacerme un dedo a diario... ooohhh!!".
Y la cierta verdad, es que no era mi intención buscar o hacer esa noche nada, pero aquella mujer treintañera, comenzó a gustarme, notándose los efectos de sus palabras en mi entrepierna. O quizás fuera al ver sus pezones marcados, eso o la visible mancha húmeda de su entrepierna. Pero eso sí, fue ella la que se me acercó, buscando sus labios... lo míos. Jugándose un posible rechazo, jugándose el bochorno o el ridículo ante mi posible negativa, rechazo que no llego. Pues tras acercarse y posar sus labios sobre los míos, me estampó un pikito y continuo sus labios pegados a los suyos, cuya lengua entrecruzamos y saboree... uuummm!!.
Continuamos besándonos con pasión y ansias. Dándome por cogerla en brazo y llevarla a un lugar más oculto, aunque la falta de alumbrado era evidente, pero ante todo por si las moscas. Y posándola en el suelo, continuamos besándonos, siendo ella misma la que poso su mano derecha sobre mi entrepierna, mano que magreo sobre mi corto pantalón deportivo. Acabando por introducirla por uno de los perniles, sintiendo como la rodeaba entre su mano y los dedos... uuummm!!. Tomando mi miembro y comenzar a masturbarme, mientras nos besábamos, dejando sus labios y descender por sus mejillas hasta su oreja y finalmente su cuello, mientras ella gemía y suspiraba con mayor fuerza... ooohhh!!.
Mientras mis manos se dedicaban, tanto la izquierda a magrear sus senos, como la derecha comencé a frotar por encima de ese culote, restregaba la yema de mi dedo con rapidez... uuummm!!. Y debía de estar muy caliente, pues entre convulsiones logro su primer orgasmo, cosa que me sorprendió, pero no tanto como ver como ella misma se bajaba un poco su prenda hacia abajo. Momento en que me dio por continuar, sintiendo ese encharcado coñito y que en no más de cinco minutos, obtuvo un segundo orgasmo... uuummm!!.
Acabando ante mi sorpresa al escucharla, no pedírmelo sino suplicarme que se la metiera, cosa que no me lo pensé dos veces, y lo hicimos allí mismo. Ocultos por la penumbra de la noche, entre la maleza y a los pies de un árbol, no deje de besar sus labios alternándolo con su cuello, mientras ella no dejaba de masturbarme... uuummm!!.
Magreándole sus pechos, acabando por sacárselo de esa camiseta y de su sujetador deportivo, chupándoselos y lamiéndolos con suavidad, siendo algo mas brusco con sus pezones... ooohhh!!. Dándome por pedirle...
- “Agáchate y cómetela, venga que mira como me la tienes.... uuummm!!”.
Respondiéndome ella...
- “Noooo... quiero que me folles, no quiero chupártela que te corres seguro, ese juego ya me lo sé de mi exmarido... eeehhh!!”.
Pero volver a decirme...
- “Pero si aguantas y no te vienes, luego te la chupo, vale...”.
Y le hago levantar, bajarle el culote hasta medio muslo, arrodillarme y comenzar a saborear su coñito, lamiendo su vulva y clítoris, chupando sus labios vaginales, mientras ella se retuerce de placer. Y tomar mi miembro una vez me había puesto un condón, viendo lo impaciente que estaba esta mujer. Cogí y comencé a introducírselo, despacio y entrándole con suma facilidad debido a sus fluidos, comenzando a acelerar a medida que escuchaba sus gemidos y jadeos... ooohhh!!.
Dándome en esos momentos con alternar con sujetarla por las caderas mientras la embestía, como por tirar de sus prendas superiores hacia arriba y disfrutar con sus pechos... uuufff!!. Mientras está de vez en cuando, no dejaba de pedirme...
- "Despacio... por favor, ve despacio que una lleva mucho tiempo sin introducir una como esa".
Y pensar yo para mis adentros... ‘como una como esta’, pues para nada me considero un semental con mis dieciséis centímetros, simplemente soy realista y soy consciente de mis limitaciones, pero quizás lo diría por el grosor. Viendo como la muy puta, tras sacarla me hace tumbar en el suelo, viendo cómo se quita sus prendas (culote y tanga). Acabando por colocarse encima, colocándose a horcaja sobre mi miembro, siendo ella misma quien la sujeta y se la introduce... uuummm!!. Comenzando a marcar el ritmo, moviéndose frenéticamente y lograr su tercer o cuarto orgasmo, pues hace tiempo que perdí su cuenta... ooohhh!!.
Y finalizamos, acabando ella por cumplir su promesa, quitándome el preservativo e introduciéndosela en la boca, chupándomela mientras se quejaba del sabor del látex, donde en minutos le hice saber que me vendría y esta acabar por una paja... uuummm!!.
Y tras limpiarnos, arreglarnos toco marcharnos, dándome por ayudarla a llegar a mi coche, mientras hablábamos de tonterías, haciendo ella mención al ‘polvo’ recibido, sobre todo. Diciéndome...
- “Te lo he de reconocer ha sido fantástico, eso o lo necesitada que estaba de estar con un hombre, pero lo cierto es que he logrado venirme al menos cuatro o cinco veces, nunca con mi ex lo había echo".
Dice y entre risas, continua...
- “Pues haciendo cuenta, creo que los dos primeros han sido haciéndome un dedo, luego uno más cuando te ha dado por comérmelo... que nadie lo había echo, y otros dos con la ‘follada’. O sea que finalmente han sido, ¡cinco orgasmos... uuuffff!!, brutal...”.
Ya en el coche, arranque y nos pusimos en marcha, encaminándonos hacia donde vivía, y durante el trayecto, no dejaba de contarme la necesidad de tener un hombre en casa, no por qué no se hubiera acostumbrado a estar sin él, sino porque este realizara unas tareas que ella no puede hacer. Contestándome que también echa de menos el dormir con alguien, pues sola no es bueno el estar en una cama tan grande y sola.
Acabando por llegar donde vivía, aparque y le ayude a salir del coche, continuando hasta su casa, abriendo la puerta y por la oscuridad dimos por hecho que estábamos solos. Y continuábamos nuestra conversación, dándome en ese momento cuenta de algo, pues toda su actitud, cambio en el momento en que me ofrecí a realizarle esas tareas, rápidamente ella se puso a la defensiva, restando importancia las prisas por las tareas. Cosa que yo me extrañé más por los comentarios previos, acabando por hacérselo saber más por el lío que ella misma estaba montando. Acabando por disculparse primero y explicarme después...
- "Perdona tienes razón, pero ahora no es un buen momento, no quiero decir que no quiera, pero es que ha llegado mi hija”.
Y ahí es cuando me extrañe, cuando entro está chica de metro setenta, hermosa de infarto, pareciendo más una modelo que otra cosa. Chica que sin venir a cuento me miro y miro a su madre, soltándole...
- “Espero que al menos en la cama sea bueno”.
Y en ese momento, le da por desvestirse mientras se encaminaba hacia su dormitorio, viendo que la única prenda que le quedaba antes de desaparecer en su habitación, era un tanga de hilo... uuuffff!!. Obviamente no pude evitar no perder detalle de esa hermosura, a pesar de estar su madre delante, pero era un espectáculo que no podía perderme... uuummm!!. Y es cuando está mujer, me mira y me suelta...
- "Te pido dos cosas, una que utilices preservativo... no por ella, sino por ti y tu mujer, pues ignoro con cuantos tíos se habrá acostado ya. Y la segunda, debes prometerme que la trataras de la misma manera que me lo has demostrado a mí".
Mirándola boquiabierto y sorprendido, suelto...
- "Ya das por hecho que me voy a acostar con tu hija".
Respondiéndome ella...
- "Lo tengo claro por dos cosas, una que poco hombre se niega cuando una mujer se entrega, y visto lo visto, mi hija sabe bien explotar sus facciones y no mejor dicho su físico”.
Dice, y continua...
“Además, no es por ti... sino por ella, pues se encuentra en esa fase en la cual las hormonas están alteradas, esa fase en la cual se tira a todo macho que puede”.
“No te haces una idea, como llega a ofrecer de una manera tan descarada, provocando y explotando su anatomía hasta quedarse satisfecha, cosa que se, pues yo misma lo hacía a su edad".
Y acabar...
- “Eso y también, como una forma de quejarse y protestar por mi divorcio con el padre”.
Viendo mi rostro, suelta...
- "No pongas esa cara de sorpresa, no te voy a decir nada si no puedes negarte a sus encantos, y acabas follando con ella”.
Dice y veo como se marcha hacia el baño, diciéndome...
- “Cuando acabéis, no te vayas a marchar sin antes despedirte de mí, vale...”.
Y por lo demás, ya habrá otra ocasión de contaros lo sucedido, pero siento dejaros así. Pero antes de dejaros, debo decir hacia aquellos lectores que comparte conmigo sus criticas que, acepto todas ya que me enseñan a ver mis defectos. Pero no es mi intención entrar en un intercambio dialéctico al respecto, tampoco pido que nadie se crea mis vivencias, solo las comparto, porque son tan reales como la vida misma.
Así que, aquellos que me leáis esto y no me crees, pienso que es tu problema, pero pienso que la vida hay que disfrutarla y vivirla, como uno sepa mejor porque pasa muy rápido. Y lo dicho, agradecer a todos aquellos que me seguís y me leéis, deseando que os haya gustado. Si queréis saber más de mí, me lo hacéis saber a mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto).