Madre posesiva

Historia de amor filial

MADRE POSESIVA

Leonor se sentía vacía. A sus 34 años y con un hijo de 18, trabajando como funcionaria en una oficina de hacienda sentía que su vida estaba sin rumbo. No tenía pareja y su carácter no la ayudaba para buscar una. Seria, de trato seco y un poco intolerante, no la hacia simpática y entre sus compañeros su única amiga era Lina, la subjefe del departamento que también tenía fama de no ser muy sociable.

Siempre vestía muy recatada con faldas largas y blusas cerradas al grado que los demás empleados le decían “la monjita”. Ahora su problema era su hijo Alfredo, que ya quería volar y eso provocaba frecuentes disgustos entre ellos. A veces pasaban dos o tres días sin hablarse y eso la ponía mal, muy mal, pues su hijo era su adoración. No, no permitiría que Alfredo se descarriase y lucharía contra eso con todas sus fuerzas. Ya bastante caro había pagado ella un matrimonio inconveniente que solo había durado cinco años, hasta que se hartó de su marido y lo dejó. No quería que Alfredo hiciera lo mismo.

Tenía cuatro o cinco días descuidada en su trabajo, evadida, ausente, a tal grado que Lina su jefa lo notó.

-Leonor, ¿nos podemos tomar un café en la tarde?

-si Lina, como no.

-que te parece a las seis, ya sabes donde.

-esta bien ahí nos vemos.

Ese día como todos llegó a su casa, preparó la comida y esperó a Alfredo que llegó de la preparatoria como siempre, con mucha hambre y un poco enojado.

-¿Qué te pasa hijo, porque siempre andas de malas?

-es que no te das cuenta que ya no soy un niño, que tengo necesidades.

-bueno, podemos hablarlo.

-tu eres muy intransigente.

-tal vez no tanto hijo.

Alfredo se levantó y se fue a su recamara, ella sospechó que como todos los días se pondría a ver porno en la computadora y se quedó pensando en que hacer. Así le dio la hora de ir a su cita con Lina y se arregló. A las seis en punto se encontraron en le café, pidieron una mesa en un rincón y se sentaron. Después de algunos temas intranscendentes Lina abordó la cuestión.

-¿Qué te pasa Leonor? hace días que te noto ausente como si algo te preocupara. Tú sabes que soy tu amiga y puedes confiar en mí.

-lo que pasa es que……….. es que no puedo controlar a Alfredo, cada día lo noto mas distante de mi, siempre enojado, dice que soy una tirana e intransigente. Tengo miedo que un día no vuelva de la prepa. Creo que me moriría.

Lina se quedo callada un  par de minutos, como sopesando lo que le iba a decir y de pronto se decidió.

-mira Leonor, lo que voy a decirte es algo muy personal que a nadie se lo he dicho, pero creo que seria la solución para ti. Espero que me guardes el secreto y creo conocerte lo suficiente como para tenerte la confianza necesaria para decírtelo ¿conoces a mi hijo Miguel?

-claro que si ¿ya es ingeniero verdad?

-así es, ya tiene tres años que se recibió y sigue viviendo conmigo. Cuando el tenia la edad de tu hijo tuvimos mas o menos los mismos problemas, el estuvo a punto de irse de la casa y entonces me decidí a……

-¿a que?

-a convertirme en su amante.

Leonor se sorprendió, abrió los ojos inmensamente y se calló por un par de minutos.

-¡pe…..pe….pero como es posible!

-fácil, un día nos confrontamos y al darnos explicaciones llegamos a la conclusión de que nos deseábamos y lo decidimos. Desde hace ocho años soy la mujer más feliz del mundo.

-¡pe….pe….pero eso es incesto!

-si, si lo es. Creo que ya eres lo suficiente adulta como para que no te asuste la palabreja.

Leonor se calló unos minutos y se puso a pensar en su hijo. A sus 17 años era alto, mas de 1.80 hacia mucho deporte y si, era guapo. A cualquier mujer se le antojaría estar con el, pero ella era su madre y no podía hacerlo……………. ¿o si?

-no se-le dijo a Lina-tengo miedo que me rechace y se vaya de la casa.

-mira Leonor, el problema es este. Tu hijo esta en una edad donde necesita muchas cosas, no nada mas sexo. También necesita amor, comprensión, caricias, amistad. Todo esto se lo dabas tu, pero la necesidad sexual lo esta absorbiendo. La única mujer con la que convive noche y día eres tú. Contigo come, ve televisión, juega, etc. su cuerpo le pide tener sexo contigo pero no se atreve porque eres su madre.

-pero….es que no soy muy buena en cuestiones sexuales.

-yo tampoco lo era, es mas, era una reprimida sexual hasta que me acosté con Miguel. Cosas que antes me daba asco ahora las disfruto. Por ejemplo, a mi marido muy pocas veces le mame la verga pues me daba asco el sabor de su semen, con Miguel no solamente no me da asco, si no que lo disfruto, lo saboreo en mi boca como si fuera un dulce. A mi esposo nunca le di el culo, a Miguel se lo doy a diario y ya no se por donde disfruto mas, si por la vagina o por el ano.

La platica continuo por el mismo derrotero y después de tres horas se separaron. Leonor llegó a su casa a preparar la cena y durante ella no le quitaba la vista a su hijo pensando en sus adentros “seré capaz”. Esa noche antes de acostarse se desnudó ante el espejo y descubrió que tenía muy buen cuerpo. De jovencita había sido muy delgada y con los años ganó en tetas y culo, pero seguía teniendo plano el estomago y sin imperfecciones en las piel, nada de celulitis o estrías. No eras muy alta, más bien baja pero cuando se quitaba los lentes lucían sus ojos verdes. Trató de dormir pero no podía y de pronto llevó su mano a la entre pierna. No recordaba la ultima vez que lo había hecho, pero ahora se sentía excitada y se masturbó, se masturbo como nunca, y cuando estaba en éxtasis pensó en Alfredo, si, en su hijo. Después se quedo dormida como hacia días que no lo lograba.

Al otro día preparó el desayuno y despidió a Alfredo a la escuela. Se fue a trabajar y en un momento entró a la oficina de Lina donde sostuvieron una platica de media hora. Ella le dio consejos y la platica se cerró con una frase “después de esto su primer reacción van a ser los celos, ya lo veras”. Ese día salio dos horas antes y se fue de compras. Compró lencería, minifaldas y blusas escotadas, además de zapatillas de tacón alto. Llegó a casa a tiempo de hacer la comida y todavía bañarse y vestirse con su nuevo atuendo. Cuando Alfredo llegó de la prepa se quedó sorprendido. La vio con minifalda, blusa escotada y zapatillas, no pudo evitar decir.

-¿y ahora que te pasa?

-¿a mi? nada, solamente que si tu quieres hacer tu vida, yo quiero hacer la mía.

-pe…pe…pero, ¿vas a salir así a la calle?

-¿me veo mal?

-nooooo que va, te ves súper, pero, todo mundo te va a voltear a ver.

-¿estas celoso?

-bueno, eres mi madre y no me gustaría que…….

Leonor solo sonrió, se acercó a el y le dio un beso en la mejilla diciéndole.

-vamos a comer.

Durante la comida pensaba cuanto tiempo tardaría en conquistarlo, calculando que tal vez una semana o mas. Al terminar se fue a la sala a ver televisión y Alfredo, contra su costumbre se sentó con ella. Sentía como la recorría la mirada de su hijo, como buscaba el ángulo para verla mejor, hasta cambio de posición para verle las piernas y entonces ella las cruzó a la vez que agachó el tronco para que se expusieran más sus tetas. Después de tres o cuatro minutos Alfredo se levanto de improviso y se metió al baño. Calculando el tiempo que tardó imaginó que se había hecho una puñeta. Pensó que saldría a hacer deporte o con algún amigo como todas las tardes, pero para su sorpresa se quedó en casa, además buscó el modo de estar junto a ella. De pronto decidió acelerar las cosas.

-fíjate que me compre ropa interior bien bonita.

-¿ah si, y para que?

-pues a la mejor me hago de novio.

-¿serias capaz?

-porque no, ¿acaso tu no quieres volar? pues me prepararé para cuando me quede sola.

  • yo no te abandonare nunca.

-¿entonces…… que quieres?

Alfredo se levantó y se fue a su recamara donde se encerró. Ella entendió que era el momento de jugárselo todo a una carta y después de diez minutos abrió la puerta del cuarto de su hijo. Ahí lo vio, sentado ante su escritorio y fumándose un cigarro: era la primera vez que fumaba en casa.

Se acerco a el, saco un cigarro de la cajetilla y lo prendió, se sentó ante el y le dijo.

-si ya vamos a jugar a ser adultos porque no me dices lo que quieres.

Alfredo evadió la mirada, dio dos o tres chupadas al cigarro y le dijo.

-no lo se madre, tengo un sentimiento enorme dentro de mi que me sofoca y a la vez me repugna, no se como he llegado a pensar cosas tan tremendas y en algunos momentos me doy asco.

-¿Qué predomina en ello, el amor o el deseo?

-las dos cosas.

-entonces no tienes porque tener asco, ¿no has pensado que tal vez el objeto de tus sentimientos piense lo mismo que tu?

-¿será posible?

-¿Por qué no?

-tengo miedo al rechazo.

-una madre jamás rechazaría a un hijo, pidale lo que le pida.

Alfredo volteo a ver a su madre y la vio hermosa, sensual, lasciva. El deseo le invadió y levantándose se planto ante ella y la tomó por los hombros. Acercó su boca a la suya y la besó lentamente. Leonor respondió a la caricia metiendo su lengua en la boca de su hijo lo que lo excitó sobremanera, su erección era notable y Leonor bajó su mano a su pene y sobre el pantalón lo acaricio. Eso desencadenó todo. Alfredo pasó sus manos por la espalda de su madre, las bajó hasta las nalgas y sobre la falda las acarició, Leonor desabrochó el pantalón de su hijo y liberó su verga tomándola por el tronco y puñeteandola, poco a poco Alfredo levantó la falda de su madre y recibió una descarga eléctrica al sentir la piel de sus nalgas, suave, tierna, delicada. Sus bocas continuaban unidas y sus lenguas mezcladas trasegando saliva, como preludio de próximos trasiegos de sudor, semen y jugos vaginales. La misma Leonor liberó sus tetas mientras su hijo la desnudaba y de pronto se descubrieron, y lo que vieron les gustó. El la vio hermosa con su pelo suelto, sus tetas erectas y su piel delicada. Ella lo vio alto, fuerte, atlético y con un pene como nunca imaginó. Leonor se deslizo lentamente hasta quedar hincada ante el y se metió la verga en la boca. Antes se la había mamado a su marido pero nunca lo disfrutó, ahora sentía un placer infinito a sentir ese pene fuerte y duro que ella había manipulado cuando su hijo era un niño. La mamada fue deliciosa y con tanto amor que ella deseo por primera vez probar el semen de un hombre, a pesar de que su hijo quiso levantarla ella se negó y continuo hasta recibir la descarga en su garganta y no solo no le desagradó si no que lo disfrutó. A Alfredo le temblaban las piernas y se desplomó sobre la cama y su madre se acurrucó junto a el mientras se besaban tiernamente. Poco a poco Alfredo se repuso y entonces actuó sobre el cuerpo de su madre, se colocó entre sus piernas y llevo su boca a la vagina materna lamiéndola con ternura, a pesar de ser inexperto  para Leonor el placer fue enorme. Ni en sus mas húmedos sueños se imagino sentir tal placer, su cuerpo se cimbraba, su caderas se movían al ritmo de la lengua de su hijo, sus manos se metían entre el cabello de Alfredo y presionaban para que continuara y del pronto, de lo mas lejos de su ser, de la cabeza, el pecho y el alma le llego el orgasmo. Fue maravilloso y muy largo, quedando agotada. Alfredo lo hizo mas largo pues no separó su boca hasta que ella quedó quieta.

Al reponerse vio que Alfredo tenia el pene en todo su esplendor, pensó en dosificar la cosa un poco.

-amor, tenemos la tarde y la noche para………..

-mamá, no me detengas ahora, si no te la meto estallo.

Entonces ella se puso en la posición más antigua del mundo diciéndole

-ya te dije que una madre jamás rechazaría a su hijo.

Alfredo se puso entre sus piernas y apuntó su pene a la entrada del coño de su madre. Poco a poco lo fue metiendo sintiendo como las paredes de la vagina daban de si hasta aceptarlo todo provocando la humedad interna. La sensación era de calidez, de ternura, de amor. Se inicio el mete y saca y tomaron ritmo los dos mientras sus bocas se unían en un largo y lascivo beso. Sus cuerpos sudaban y sentían y disfrutaban sus olores. Leonor perdió la compostura y empezó a decirle.

-¡metemela toda, coge a tu madre hasta morir, dame tu semen!

Alfredo continuaba dándole con todo, desesperado, loco, enamorado. Hasta que vino el orgasmo. Nació de muy adentro y estallo en su cúpula llenando la vagina de su madre de esperma. Ella acepto todo y con sus piernas lo aprisionó para que no se saliera de ella hasta terminar de descargar, quedaron exhaustos, agitados y felices, abrazados en la cama. De pronto, muy quedamente ella le susurro al oído.

-a la mejor acabamos de encargar un bebé.

Alfredo se sorprendió y le dijo.

-estas segura.

-no se, tal vez si.

-¿y lo tendrías?

-claro que si, quiero que la familia crezca y que mejor que un hijo tuyo.

Se quedaron dormidos entre brumas cada quien con sus pensamientos, disfrutando el momento. Un par de horas después la naturaleza de Alfredo le pidió un nuevo combate así que la despertó entre besos y caricias. Ella, al darse cuenta que su hijo quería mas tomo una decisión, se volteo y se puso en posición para ser enculada diciéndole.

-mi amor, este tu premio por hacerme tan feliz. Vas a ser el primero y el único que entre por ahí.

-¿de veras mamá, nunca te la han metido por el culo?

-nunca mi vida, nunca me deje de tu padre y fue el único hombre antes de ti. Ahora me alegro de no haberlo hecho pues tengo algo que ofrecerte. Nada mas no seas brusco pues se que las primeras veces duele mucho.

Entre la plática y la sola idea que  iba a encular a su madre a Alfredo se le puso la verga mas dura que nunca. Era más de lo que había soñado. Apunto su pene hacia el culo de su madre que con sus propias manos se habría los globos de las nalgas, empujo suavemente y logró meter la cabeza. Ella lo detuvo con su mano diciéndole.

-despacio mi amor, deja que me acostumbre.

El se quedó quieto, esperando la dilatación de ano de su madre y un momento después ella misma empujo hacia atrás permitiendo la entrada de un buen tramo de verga, continuaron quietos hasta que ella empezó a moverse, primero lentamente y después mas rápido. Entonces Alfredo inicio el mete y saca y sin darse cuenta la penetro totalmente. Ella aguantó toda la longitud del pene de su hijo y la sensación era brutal, en momentos de dolor y en otros de placer hasta que fue solo placer. Leonor nunca pensó que se pudiera disfrutar tanto  ser penetrada analmente, en el fondo de su éxtasis le dio las gracias a Lina por abrirle los ojos. Poco a poco fueron llegando al clímax y cuando Alfredo descargó en su recto llenándolo de semen Leonor sintió que iniciaba una nueva vida. Va venida fue majestuosa, belicosa, brutal.

Se quedaron dormidos pensando como iban a organizar su vida de ahí en adelante. el en como se alejaría de la amigas que lo rodeaban con intenciones de noviazgo, ella en como justificaría sus futuros embarazos pues estaba decidida a tener hijos-nietos.

Tres meses después dos compañeros de trabajo de ella comentaban.

-oye que bárbaro, como ha cambiado Leonor su carácter, ahora es simpática, amable a todos le habla.

-si, creo que esta embarazada y eso le cayó muy bien.

-¿y quien será el padre?

-dicen que un jefazo

-bueno, ella es muy guapa.

-si, no lo habíamos notado hasta hace poco.

pacosuarez