Madre pervertida
Cuando yo era joven solía coger las bragas sucias de mi madre, las olía y lamia mientras me pajeaba, algo frecuente en la pubertad de mi generación por lo que he podido constatar. Mi padre se marchó a Bélgica a trabajar, mi madre tenía un amigo que nos llevaba en su moto al campo, cerca del rio
Cuando yo era joven solía coger las bragas sucias de mi madre, las olía y lamia mientras me pajeaba, algo frecuente en la pubertad de mi generación por lo que he podido constatar.
Mi padre se marchó a Bélgica a trabajar, mi madre tenía un amigo que nos llevaba en su moto al campo, cerca del rio, yo me ponía a jugar y ellos charlaban. Yo era muy inocente y no me daba cuenta de nada, Sólo veía a un tipo estupendo que me hacia regalos etc., al parecer se veían porque le dejaba una nota precisamente en mi ventana que daba hacia un lugar de la calle discreto, una vez oí ruido y vi que era él dejando una nota.
Bien, pues en Navidad vino mi padre de vacaciones y de una forma natural me sonsacó y yo inocente le conté todo, entonces formó un pollo enorme, discutió con mi madre, y entonces comprendí todo. Mi madre se enfadó mucho conmigo me dijo que me iba a enterar. Cuando se volvió a marchar mi padre, mi madre me dijo que no me descarrilara lo mas mínimo que las bofetadas que le dio mi padre se las tenía que pagar. Así que un día entró en mi cuarto con unas bragas suyas diciéndome:
-¿Esto qué es? Guarro, que te crees que no sabía lo que hacías, y me he callado, no se lo he dicho a tu padre, imagínate si se lo digo, la paliza que te hubiera dado-
A medida que me iba diciendo cosas me iba dando bofetadas, cada vez más fuertes, cogió una correa mía y empezó a darme con ella cada vez más fuerte, parecía que iba a enloquecer.
-A partir de ahora te vas a ser un hombre de una vez, y vas a saber guardar un secreto, que si se veía con Paco o lo que fuere que yo no contaría nada a papa ni a nadie.
-Entendido, maricón, que eso es lo que eres un maricón chismoso, toma, toma, por chivato. Y no vuelvas a coger mis bragas, so puerco, guarro-
-Ay, Ay, mama, te lo juro, que no lo volveré a hacer, te lo juro-
-No, de eso nada, lo harás sólo cuando yo te lo mande. ¿Entendido?
Dijo ella tajantemente. Me quedé patidifuso, sin entenderla bien; y sentándose en la cama me ordenó que me colocase delante de ella, de rodillas; levantó sus piernas y se quitó las bragas delante de mis ojos, cuando le vi la pelambrera del coño me dio un vuelco el corazón y sin darme cuenta hasta me empalmé. Mostrándome las bragas por donde estaban manchadas me las acercó a la cara y me las restregó, me las dio y me dijo:
-Venga, pajeate, demuéstrame lo que haces con mis bragas. Haz lo que sueles hacer con ellas. Venga-
Y Zas una bofetada con toda su fuerza. Con miedo y excitado comencé a olerlas y a masturbarme lenta y tímidamente, fui perdiendo la vergüenza o la excitación se fue apoderando de mi, que saqué mi lengua y lamí por donde estaban manchadas. Entonces me las quitó y se las restregó por el coño, aquella visión hizo que me pajeara más fuerte y para que parase me dio con sus zapatos una patada ordenándome que parase. Se metió casi la totalidad de las bragas dentro de su coño, las sacó y me las fue introduciendo en la boca. -Te gusta el sabor de mi coño ¿verdad?- -Si, mama, que rico sabe- -Te gustaría comérmelo ¿a que si?-
-Sí, mama, si, déjame chupártelo- -Esto no podrás contárselo a nadie, y menos a papa, imagínate si se entera, nos mata a los dos-
-Te lo juro, mama, no se lo contare nunca a nadie-
Y cogiéndome de la cabeza aplastó mi cara en su coño; estaba húmedo, chorreando, pensé que se había meado, que sabor más rico, fui lamiendo con la lengua, introduciéndola dentro, chupando su pipa, según me iba ella dictando.
-Saca la lengua, como hacen los perros, así, así. Me corro sigue, sigue, aaah, cómetelo, trágatelo todo-
Ahora sí que se meó, de gusto; o eso pensé yo pero en verdad fue que se corrió y disparaba su orgasmo contra mi cara como si fuese orín, y yo lo bebí con más gusto aun. Me corrí, cayendo mi semen en el suelo y en mi mano. Por mis jadeos ella se percató de mi eyaculación y se incorporó.
-Te has corrido, sin mi permiso, sin follarme. Porque quieres follarme ¿verdad?- -Si que quiero, claro, me puedo correr más veces-
La verdad es que con esa edad me pajeaba 8 o 10 veces al día, me podía correr todas las veces que hiciera falta y ni se me aflojaba.
-Si es que no te lo mereces- “Zas” una bofetada –Por chivato- “Zas” otra bofetada, y otra y otra. Mientras me pegaba no paraba de repetirme que no me lo merecía por chivato, me llamaba maricón, chivata, so mierda etc. Yo le juraba que no lo volvería a hacer, que nunca diría nada a nadie. Que no me pegase mas, que parara por favor.
-Y correrte lo harás cuando yo te lo ordene, nunca antes- -Sí, mama, lo que tu digas sólo lo que tu ordenes-
Me cogió la mano que tenía llena de mi semen. Y acercándola a su cara me preguntó:
-¿De verdad vas a hacer todo lo que yo te diga?- -Sí mama, todo- -¿Sin rechistar ni protestar, aunque no te guste a ti? ¿Sí?-
-Si mama, todo lo que tú quieras, para darte gusto a ti-
-A ver como sabe tu leche- Y empezó a chuparme los dedos, y la mano hasta dejarla limpia; me cogió de la barbilla y me atrajo hacia su cara, pensé que nos íbamos a besar, como lo deseaba, que excitación, pero me ordenó que abriera la boca y sacara la lengua y con fuerza me escupió mi propia leche en mi boca. –Trágatelo- me ordenó, me lo tragué
–Abre la boca enséñame la lengua a ver si lo has tragado todo- y mientras le mostraba mi lengua me escupió un par de veces y me volvió a ordenar que lo tragara “Zas, zas” un par de bofetadas más, mientras me decía que era un guarro.
-Eso es trágatelo todo, so guarro, de ahora en adelante vas a ser mi perrito lamedor, vas a lamer todo lo que yo te ordene como el guarro que eres, vas a ser el más guarro del mundo, ¿verdad, contesta, dime que vas a ser desde ahora?-
Todo esto me lo decía y yo le contestaba sin parar de darme bofetadas, unas más flojas pero otras iban fuerte de verdad.
-Si mama soy tu perrito lamedor, el más guarro del mundo, todo lo que me pidas mama-
Se incorporó y yo aún de rodillas, me empujó de la cabeza hasta que di con mi cara en el suelo y me ordeno que sacara la lengua y lamiera el semen que había caído, me pisaba la cabeza con sus zapatos puestos y me daba patadas en el culo.
-Tira para el baño- me dijo, pero no me dejó incorporarme, a cuatro patas y dándome patadas en el culo fui por el pasillo hasta llegar al cuarto de aseo; me ordeno meterme en la bañera, se desnudó por completo y se metió también, se puso delante mía, con un pie sobre el borde y abriéndose con sus manos el coño me ordenó que se lo volviera a lamer. Al rato de estar lamiéndoselo pensé que se estaba nuevamente corriendo, pero ahora fue cuando se meó larga y abundantemente, ordenándome que lo tragara, que bebiera sus meados, cuando terminó y después de seguir lamiéndoselo, me ordenó que fuera limpiándola por la pierna abajo hasta llegar a sus pies que estaban en un charquito de su orín. Ella lo pisaba y me lo restregaba por la cara y se ordenaba chuparle los dedos, la planta, el talón etc., según se le antojaba, hasta que sorbí todo y lamí bien toda la bañera. Empezó a ducharse y me pidió que la enjabonara la frotase y acabe secándola, me dejo allí, me dijo que me duchara y que al salir no hiciese ningún comentario. Después cenando me dijo que se había acabado el que cogiese sus bragas ni sus zapatos ni nada ni que jamás insinuara nada de lo ocurrido, que sería ella la que diría cuando haríamos juegos, que quedaba claro que sería nuestro secreto. Que entendía que estaba en una edad natural de estar a todas horas caliente pero que me tendría que aguantar y estar varios días sin correrme o se acabarían los juegos. Me costó muchísimo estar un día sin tocarme, mas aun después de lo que había ocurrido, pues no me lo pude quitar de la cabeza un solo segundo. El segundo día me encontraba hasta malo, acostumbrado a pajearme 4 o 5 veces, la miraba con disimulo con unas ganas de tirarme a sus pies, por la tarde en mi cuarto con el libro abierto, pero pensando en lo ocurrido y empalmado, me dijo que me hiciera algo de cena que vendría tarde. A las 11 de la noche y yo a punto de pajearme llegó.
Entró en mi cuarto y me ordenó que fuese al suyo. La escena se repitió, con la única excepción que me pidió que cogiese un plato hondo de la cocina y me lo pusiera delante de mi pene en el suelo, me ordenó que me desnudara y me arrodillase delante.
Me dijo: - Te doy permiso para que te corras cuantas veces quieras, pero apunta bien sobre el plato-
Ordenándome que le quitara los zapatos, le besara y lamiese los pies, las piernas hasta llegar a sus bragas que se las fue quitando y ella misma me las ofrecía por la parte interior donde estaban manchadas y húmedas, tenían semen, excrementos, muy húmedas. Le estaba comiendo el coño, cuando levanto las piernas ofreciéndome su ano y ordenándome que se lo lamiera, que le follase el culo con mi lengua, estaba muy dilatado y manchado, se notaba que le habían follado el culo. Yo no paraba de correrme en veinte minutos me corrí cinco veces, depositándolo todo en el plato salvo algún que otro chorro que cayó al suelo. Cuando ella se incorporo y vio el plato tan lleno me preguntó cuantas veces me había corrido.
-Te dije que apuntaras bien dentro, limpia con la lengua todo lo que ha caído fuera- Y las dos primeras bofetadas de la noche cayeron sobre mi cara. Me ordenó que cogiera el plato y se repitió la escena de irnos al lavabo. Allí, ella sentada en la taza, comenzó a pisar el plato, llenándose los pies de mi semen, y dándomelo a chupar ordenándome que me lo fuera tragando, a veces acompañado de un escupitajo suyo o de un par de bofetadas mientras me insultaba y humillaba. Me volvió a mear en la cara y boca, y me hacia tragarlo; también defecó algo, y al terminar se levantó y se giró, dándome nuevamente su ano para que lo limpiase con mi lengua. Me volví a correr un par de veces más, volviendo el plato a estar muy lleno, ahora además tenia orín que cayó en el plato cuando se estuvo meando en mi cara. Me empujó de la cabeza introduciéndola dentro de la taza. Ordenándome que respirara profundamente, después me ordenó que cogiese un mojóncito y lo pusiese en el plato, empapándolo de semen y orín.
Ella piso parte llenándose un pie, y me lo acercó a la boca.
-Chupa, déjame el pie limpito- Hice un mohín de repulsa. –Vamos, lámelo perrito- -No, esto no mama, me da asco- Y me dio una arcada, ella se enfado bastante y comenzó a darme bofetadas y patadas en la cara, manchándomela toda.
-Como que no, ¿que dijiste, no juraste que harías todo lo que te ordenase? Chupa-
Y lo lamí con ansia, tragando todo, entonces cogió ella misma el plato me ordeno que abriera la boca y me lo fue derramando todo hasta que cayó el mojón dentro de mi boca, se volvió a sentar en la taza e introduciéndome su pie en la boca fue introduciendo todo en mi garganta, yo lamía y tragaba todo con deleite.
Estas escenas se repetían un par de veces por semana, sobre todo los sábados, algunos de ellos cuando venia borracha eran muy excitantes y muy duros, acabó por gustarme todo lo que me hacía, a veces sentada en la taza le venían vómitos de la borrachera y lo hacía sobre mi cara, cabeza, en mi boca directamente, y me obligaba a tragarlo a lamerle todo lo que había caído por sus pechos y vientre, me ordenaba tumbarme en la bañera y en cuclillas se cagaba en mi cara, me ordenaba que me lo restregara por el cuerpo a veces que lo masticara y tragara, lo peor al principio, pero que me fue gustado, eran las palizas, cuando venia borracha me pegaba sin piedad, con un cinturón que ella tenía expresamente para darme, pero recuerdo que algunas veces me corría sin tocarme siquiera, solo con sus bofetadas y escupitajos.
Una noche se presento con su amigo, venían contentos.
-Te acuerdas de Paco verdad- Yo asentí con la cabeza y dijo él –Ay, Antoñito, que disgustado me tienes, en el lio que me metiste con el cabrito de tu padre. Si no fuera porque sé, que ya tu madre te ha castigado te iba yo a dar una buena tunda, pero no obstante ya veremos, como te vuelvas a comportar como una chivata-
Al rato se metieron en el cuarto de mi madre y me dijo –Quédate viendo la tele cuando te acuestes que apagues todo-
Al ratito empecé a escuchar los gemidos de mi madre. Me acerqué sigilosamente hasta la puerta del dormitorio y puse un vaso para oír mejor. Me entró cierta ira, el chulo este tenía encoñada a mi madre las cosas que le decía lo que le hacía, que a pesar de mi cólera comencé a excitarme, no pude más me la saque y a pajearme, estando en ello, no sé cómo no me percaté, pero de repente, mi madre abrió la puerta y me pilló.
-No te lo he dicho, mira como esta- Le dijo a Paco –Es un guarro mirón, pajillero- dijo él.
Mi madre me cogió de la oreja y me acercó a la cama donde estaba su amigo tumbado con una polla enorme, toda tiesa hasta arriba, me puso de rodillas en un lado, desde donde pude ver como mi madre se la comía, como la saboreaba, como sacaba su lengua y la lamia de abajo arriba, como se la introducía lentamente hasta el fondo, como podía tragarse eso tan grande, cuando la sacaba soltaba un chorro de saliva, que resbalaba por sus testículos y ella apresuraba a lamerla y restregársela por la cara; en una de estas veces me cogió de la barbilla y acercó mi cara más, y me escupió toda la arcada en mi cara me la restregó y me dio una buena bofetada, otra de las veces que se sacó la polla de la boca, me acercó totalmente a ella y me besó dándome su lengua que yo devoraba. – ¿Te gusta como sabe mi boca?- -Si, uhm, que rica- -Mira- me dijo, y presionándole desde la base de la polla hasta el glande sacó unas gotas de liquido pre seminal, que ella recogió con la puntita de su lengua, y la acercó a la mía, que yo chupé, volvió a lamer lentamente la polla mirándome a los ojos con cara de vicio. –Te gustaría lamerla, verdad- Yo hice un mohín de desagrado, pues la verdad no me apetecía hacerlo. –Acércate más, vamos- Le dio un besito en la puntita y con una mirada de mala leche me insinuó que lo hiciera yo. Y le di un besito en la punta, Ahora le dio un lametón, y yo a repetir todo lo que ella hacía, cuando se la tragó hasta el fondo y al sacarla soltó tanta saliva, sí que relamí la polla por todas partes bebiendo la saliva, entonces ella cogió la polla por la base y a mi del pelo y me fue empujando hasta que trague lo que pude- Abre la boca todo lo que puedas, mas, chupa, chupa – me la sacó y los dos como locos la lamimos, chupamos, los huevos, se alzo y mi madre se bajó a lamerle el culo, mientras yo chupaba la polla, ahora era Paco el que me empujaba la cabeza, me sacaba la polla de la boca y me golpeaba con ella la cara - Anda si además de chivato y mirón es maricón, toma mamón, chupa que te está gustando- - Y el culo también, date la vuelta- dijo mi madre, y poniéndose en pompa le abrió bien las posaderas quedando expuesto su ano tan negro lleno de pelos.
-Anda lámelo perrito- me ordeno mama –Chúpaselo igual que me lo chupas a mi- Y empujando mi cabeza contra su ano estampó mi boca en el, saque mi lengua al principio con asco, tanto pelo no era igual que el de mama, pero ella me iba ordenando como hacerlo, sacando la lengua y lamiendo desde los huevos hasta arriba del todo o follándolo con mi lengua, o chupetones, sorbiéndolo etc., según me iba ella ordenando. Hasta que me aparto bruscamente tirándome del pelo me dio dos bofetadas, llamándome maricón y me mandó nuevamente de rodillas en el suelo, me ordenó que me desnudara se tumbo y le pidió que la follara, que ya no podía más. El sin miramiento, le metió toda la polla de golpe hasta el fondo, ella gritó y ya no paró de gritar. Con las piernas totalmente abiertas me ordenó que lamiera el pie que caía a mi lado, chupaba sus dedos, lamia su planta mientras era follada salvajemente por su amigo, hasta que se corrieron los dos a la vez. Cuando se calmaron un poco, mi madre tirándome del pelo primero y a continuación de la oreja, acercó mi cara a su coño a la vez que Paco sacaba su polla, mi madre me dijo:
-Ahora lo que tanto te gusta chupar no está en las bragas, ahora esta calentito en mi coño, chúpasela como antes, mira como esta chorreando de mi corrida- Y la volví a lamer y chupar, notaba un sabor diferente a cuando le comía el coño y se corría en mi boca; vi que de su coño salía bastante liquido blanco, espeso, entonces tiró de mi oreja hasta su coño y me ordenó que lo lamiera todo y me tragara toda la leche, lo hice hasta dejara sequita, me ordenaba enseñarle la lengua llena, y me ordenaba tragarla y volverle a enseñar la lengua limpia, me daba una bofetada y me empujaba para que siguiera lamiéndole el coño, ellos hablaban comentaban cosas, una de ellas fue que Paco le dijo a mi madre- Lo vas a convertir en un experto comecoños eh- -Ya lo es- le dijo mi madre y continuó –Pero lo que nunca va a tener es una polla como la tuya, mi amor- Y se morreaban. Cuando se hartó me apartó a patadas
-¿Te has corrido?- me preguntó –No, mama- le dije, pues como no me dejaba tocarme, ya que varias veces que lo intenté desde que empecé a chupársela junto a mi madre, ella me daba una ostia o un manotazo en la polla, para que dejara de tocarme.
Le dijo a Paco – Mira, si te va a sorprender lo que ya te he contado, como se corre- y dirigiéndose a mi me dijo – Venga pajéate hasta correrte, córrete en mis pies- y los puso al borde de la cama; yo allí de pie delante de ellos meneándomela hasta que me vino la enorme eyaculación sobre sus pies. –Vaya corrida- exclamó Paco. –Eso no es nada más que el principio, ya verás. Sigue meneándotela córrete otra vez mas- me dijo, y yo seguí, y en tres minutos volví a eyacular, ahora más abundante aun, pues la segunda y tercera vez siempre echaba mas leche que la primera de las cinco a seis veces que me podía correr en quince o veinte minutos. Cuando me hube corrido cinco veces, me ordenó que se los lamiera, que los dejara sequitos, mientras lo hacia seguían con su charla, Paco se dirigió a mi – Ya no te puedes chivar al cabron de tu padre ni a nadie, anda que como se entere alguien de lo maricón que estas hecho- -.Es un guarro, mira- dijo mama y levantándose los dos de la cama para verlo bien lo que mama me ordenó hacer. Lamer y tragar todo mi semen que había caído al suelo, mientras ella me apretaba la cabeza con su pie o me daba patadas en el culo a la vez que me llamaba perro, cochino, cerdo, guarro, lame pollas, todo lo que se le ocurría, el se reía y se animó a darme patadas también en el culo; cuando ya se hartaron, y consideraron que había dejado bien limpio el suelo, me ordenó que me largara a dormir a mi cama. A partir de entonces, Paco venia más a menudo por casa, aunque muy pocas veces me llamaban a su cuarto, por lo general cuando él se iba de madrugada era cuando mi madre me despertaba y me hacia ir a su dormitorio para que le lamiera el coño y culo hasta que se quedaba dormida y yo me cansaba, alguna vez estuve cuatro horas lamiéndola hasta que se despertaba.
Una vez que mi madre se tuvo que ir de viaje por un par de días, se presentó Paco en casa, venia bebido y traía unas revistas porno nos sentamos en el sofá y empezó a enseñármelas, nos fuimos calentando, se saco la polla y me dijo que me la sacara yo que nos echásemos unas pajas, me la cogió y me dijo que se la cogiera a el que se la meneara, al rato me empujo de la nuca para que se la chupara, dijo de irnos al cuarto que estaríamos mas cómodos allí, nos desnudamos. Cuando estaba más caliente me tumbo boca abajo y me dijo te voy a follar Antoñito, tranquilo que iré despacio, saco un bote de vaselina, me embadurno el ano metiéndome un dedo, me dolía, ja, me dolía, cuando arrimó su polla aquello era dolor, y eso que iba despacio, pero era tan gorda, cuando tuvo metido el glande un poco, empezó a apretar algo mas, pero yo no lo soportaba, me apretó la cara contra el colchón me puso por la nuca la almohada, y empujó con fuerza su polla en mi culo, metiendo cada vez mas, rajándomelo, abriéndolo cada vez más, yo creí que me iba a matar, mas aun por las cosas que me decía. –Toma por chivata, maricona, te voy a partir en dos, maricón, en el lio que me metiste con el cabron de tu padre, eres un niñato de mierda, que no sabes nada de la vida, tú que sabes si a tu padre le gusta eso, ser lo que es, un cabrón, pero lo que no quiere es que su hijo lo sepa, pero le encanta que tu madre le cuente por carta como la follo, a ti también va a acabar por gustarte, ya verás como acabas suplicándome que te folle, como hace la puta de tu madre, que ya sabes bien lo guarra que es-
Yo intentaba zafarme con todas mis fuerzas pero él era más fuerte que yo y no lograba quitármelo de encima, creo que me desmayé, porque no sé cómo, pero de pronto me vi tumbado de espaldas con las piernas en sus hombros, clavándomela hasta el fondo, y dándome ostias, y metiéndome sus dedos en la boca para que los chupara, de nuevo volví a sentir el dolor que no cesaba, cuando por fin se corrió en mi culo y la sacó, quedé allí encogido, se vistió y se fue, cuando tuve fuerzas para levantarme me fui al cuarto de baño, entonces me di cuenta que tenía todos los muslos y el culo llenos de sangre, de excrementos de yo que sé, me duche pero empecé a encontrarme mal, me acosté, el día siguiente ni me levante cada vez que lo hacía era para ir al baño tuve fiebre y unas hemorroides enormes. Cuando llegó mi madre y me vio así, ella fue a la farmacia a por una crema, también vio sangre en sus sábanas. Le conté lo ocurrido, que Paco me había violado. También le referí las cosas que me dijo y le pregunté si era cierto eso de que a papa le gustaba que ella le contara en las cartas lo que hacía con su amigo etc.
Al terminar de contárselo mi madre dijo: -Ya hablaremos de eso-
Al cabo de unos días, una noche que venía bebida, me llamó a su cuarto, yo estaba con unas ganas enormes, ya me imaginaba todo lo que iba a hacer, pero fue muy diferente. Nada más entrar en su dormitorio me dijo que me desnudara deprisa, cuando lo hube hecho me dijo que me sentara en la cama y que le contara con todo detalle lo ocurrido el otro día con Paco; yo al principio trate de ocultar los preliminares pero ella me advirtió que no mintiera o me iba a enterar, así que le conté toda la verdad, ella me increpó que eso me pasaba por maricón, por habérsela chupado, ya que a un macho si lo calientas eso es lo que puedes esperar, que te parta el culo.
-Date la vuelta, ponte en pompa, a ver como esta ese culo-
Ya me encontraba algo mejor, entonces ella abriéndome las nalgas me escupió en el ano y comenzó a acariciármelo con sus dedos
Y de vez en cuando me escupía, estaba poco a poco metiendo un dedo, me molestaba, pero sus azotes en mis nalgas, saber que era sus dedos era suficiente para soportarlo, empezó a penetrarme con su dedo mas fuerte al igual que los azotes.
-Tu, no vas a aprender nunca, sigues siendo una chivata, hazte un hombre de una vez y soluciona tus mismo los problemas que te buscas, eso te ha pasado por maricona, y ya te advertí que dejaras de ser un chivato-
Y presionó dos de sus dedos arrancándome un grito de dolor.
-Toma, por chivato, te va a acabar gustando que te partan el culo, maricón-
Sacó de su mesilla un pepino finito y procedió a introducírmelo por el ano, a la vez que cogió su correa y me azotaba con fuerza el culo, las espaldas. El dolor al principio era el mismo que el del otro día, pero al ser mucho más finito al rato empezó a gustarme así que acabé diciéndole lo que ella me ordenaba que dijera, pero que en verdad era lo que yo sentía.
-Si mama, me gusta, dame, dame, follame tu mama, si, si soy un maricón, que rico que bueno-
Acabé corriéndome sin tocarme, cuando vio que manché las sábanas me saco el pepino todo manchado de mis propias heces y me lo dio para que lo chupara, primero me hizo lamer las sabanas y después el pepino, me daba asco de mis propias heces y las de ella no, pero descargó sobre mi cuerpo unos correazos que tuve que meterme todo el pepino en la boca chuparlo y dejarlo totalmente limpio.
-Anda que puedes negar que eres hijo de tu padre, eres igual de guarro y maricón que tu padre. Claro que le gusta que le cuente todo lo que me hace Paco, después del numerito que montó pegándome, para salvaguardar su honor ante ti, al siguiente día nos resarcimos Paco y yo con él, no paré de darle correazos, pero por la hebilla mientras Paco me follaba por donde quería y el suplicándole que lo follara a él; y cuando lo hizo, se la clavo entera de golpe, ahí tendrías que haberlo visto pidiéndonos perdón y como me entregaba totalmente a Paco. Tu padre es un cabrón, con la picha mas chica que tu, y le encanta que Paco lo follé con su pollón. Después se tumbo en la cama y me tuvo comiéndole el coño hasta que se durmió.
A los dos días, Paco se presentó nuevamente en casa, cuando yo estaba solo. Le dije que mi madre no estaba, pero él dijo que no importaba que quería hablar conmigo. Entró y me dijo.
-Ya veo que sigues siendo un chivato, oxease, una maricona, que en el fondo te gusta que te den. Igual que acabaste con el pepino vas a acabar suplicándome que no saque mi polla de tu culo, maricón-
Y “Zas, zas” me dio dos ostias que me dejó inmóvil sin saber cómo reaccionar.
-Vamos desnúdate, deprisa, deprisa-
Lo hice sin darme cuenta, muy asustado, estas ostias sí que me habían dolido, pensé que me iba a dar una paliza, fui a decirle que por favor no me pegara, cuando de repente me cogió por el pelo y me arreó otra ostia, a la vez que me arrodilló a sus pies.
–Calla y sácame la polla, vamos chúpala mamón-
Yo mismo le afloje la correa le desabroche los pantalones y le saqué la polla que empecé a mamársela.
-Así, los huevos lámelos, así baja por la pierna, besa y lame mis pies perro-
Mientras iba lamiendo por donde me ordenaba, me iba diciendo:
-Sabes cómo me hice el amante de tu madre, porque tu padre es una maricona como tú, primero conocí a tu padre que le encantaba chupármela y que me lo follara, cuando un día lo vi por la calle con tu madre, pensé este maricón con ese pedazo de mujer, esta me la follo yo. Se lo dije a tu padre que la convenciera para hacer un trío, él no se atrevía pero le corte mi polla, y como no podía pasar sin ella me presentó a tu madre y así nos hicimos amigos, yo le fui tirando los tejos, insinuaciones, toqueteos y un día hable con ella, le dije que la deseaba tanto que para acercarme a ella me había hecho amigo de su marido y a mi pesar me estaba dejando chupar por el maricón de su marido. No lo creía, le propuse que si lo veía, ella se acostaría conmigo, y aceptó.
Cuando lo hacía con tu padre teníamos una fantasía sobre el trío, le dije que lo íbamos a hacer que había hablado algo con ella.
Y estando aquí una noche los tres, le dije a tu padre. Hoy es el día vas a realizar tu fantasía, tu mujer ya sabe cuál es, ponte de rodillas y chúpamela, puso pegas cortado ante tu madre, le di un par de ostias y se arrodilló ante mí y comenzó a chupármela delante de ella, tu madre cuando lo vio, y también mi polla, ge, ge, la llame y empecé a morrearla y al rato apartó a tu padre a patadas llamándolo de todo y lo hizo un cabrón pidiéndome que la follara por todas partes delante de él. Desde ese día tu madre es mi puta, tu padre mi perro y tu vas a ser mi perrita, ¿verdad, que quieres ser mi perrita?-
A patadas me hizo ponerme en pompa en el sofá, nuevamente sacó el bote de vaselina y me embadurnó el ano, metía un dedo luego dos, y al final su polla, esta vez fue más despacio y aunque hubo momentos que sentí dolor en general me gustó, de hecho hubo un momento en el que acabé corriéndome, que le grité:
-Si, me gusta, follame, mi culo es tuyo si, para tu polla-
Y eso que me estaba penetrando con toda su fuerza, hasta el fondo. Cuando acabo, me hizo que se la chupara y la dejara bien limpia, obligándome a tragarme todo.
-Ojito con chivarte, que ya sabes lo que te espera, maricón- Y dándome una patada en el pecho me dejó allí tirado y se marchó.
Yo estuve unos días dudando si contárselo a mi madre o no, pero la verdad aunque me reconocí que hubo momentos que me gustó, no quería que se repitiese.
Y una de las noches que se quedó a dormir con mi madre, cuando me llamaron para jugar conmigo, me hizo chuparles a los como siempre solía hacer, pero estando en ello mi madre sacó, no sé de donde unas cuerdas que ató a mis muñecas, entonces como si estuvieran de acuerdo, cada uno tirando de una cuerda que colocaron en pompa sobre una cómoda y me ataron a las patas, después sacaron mas cuerdas me las ataron a los pies tirando de ellas hasta quedar totalmente espatarrado con el ano totalmente ofrecido, mi madre cogió sus bragas y tras restregárselas por el coño me las metió en la boca, y Paco desde atrás con un salivazo nada mas, empezó a meter su polla, así en seco me estaba doliendo mucho, pero él sin miramientos me daba cada vez los pollazos mas fuertes, yo empecé a gritar, pero con las bragas en la boca y una mano tapándomela, creí que se me saldrían los ojos que me rajaría el culo, que dolor.
-Sí, grita puta, maricón- me decía mi madre y “Zas” Zas”. No paraba de darme bofetadas cada vez más fuertes, de repente sentí como se me rajaba el culo, como entraba totalmente su polla, ahora sí que no paro de meterla fuertemente, pensé que me desmayaría, pero las bofetadas de mi madre que eran cada vez mas fuertes me lo impedían, la miré a los ojos y pude ver la cara de vicio que tenia, como disfrutaba viéndome sufrir; cuando se fue a correr, la sacó y me la metió en la boca, tuve que tragarlo todo y dejarle la polla bien limpia de toda mi sangre, excrementos, y semen, cuando estaba casi floja me la metió en la boca, y me amenazó con darme una paliza, si dejaba caer al suelo una sola gota de la meada que me iba a dar, fue abundante y larga, pero yo trague todo sin dejar caer una gota, lo poco que se escapó lo restregué sobre mi cuerpo.
Así que, entre mi madre con los pepinos, y él con su polla, bien en tríos con mi madre, o, cuando él venía sólo, me tenían el culo totalmente dilatado.
Hoy estoy casado con una mujer fantástica, que sabe tratarme como me gusta, empezamos con tríos etc. hoy tiene su amante que entre los dos me humillan y vejan, como hacían mi madre y su amante.
Quien tenga interés en saber cómo va mi vida actual que lea el relato titulado “El perro de mi mujer”.
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