Madre mia un domingo en la carretera
Es el relato de como a un chico muy timido le revientan en una gasolinera.
Madre mía un domingo en la carretera.
Una mañana de domingo, aburrido en casa sin tener nada que hacer me decidí a dar una vuelta con el coche. Me puse unos pantalones cortos, una camiseta y unas deportivas para aliviar el calor del verano.
Empecé a dar vueltas con el coche por carreteras alejándome de la ciudad. La carretera iba haciendo de vía de escape a mi aburrimiento. Encontré una gasolinera para repostar y pare con el coche a echar gasolina, entre en el baño una vez terminado de cargar el deposito.
El baño era muy frió en contraste con el calor que hacia fuera, eso despertó en mi un temblor que recorrió mi cuerpo dando paso a una sequedad de boca provocado por la excitación de oler ese aroma a meado que allí había, me puse a mear y de repente entro un hombre fornido, supuse que era un caminero por las pintas que llevaba, unos vaqueros desgastados y una camisa totalmente roída por la grasa. Yo mire hacia el otro lado y seguí con mi tarea. El se puso a mear justo en el que estaba a mi lado.
Saco su enorme verga y yo de reojo la miraba aluciado, sin que se notara mucho como mi mirada se clavaba en su nabo, el hizo un gesto de fuerza con la cara y un gemido que propulso el empiece de su meada, madre mía que rabo tenia. Yo me estaba poniendo cada vez mas cachondo al oír como la orina caía en el meadero, era el sonido de un chorro enorme y con mucha fuerza.
No podía deja de mirar, como sus manos grandes con esos dedos gordos sujetaban aquella polla carnosa y morenita. Sin darme cuenta, él me estaba mirando y yo no podía dejar de mirar fijamente su rabo, levante la cabeza, le mire a la cara y vi su cara enojada y sorprendido por el descaro que tuve y sentí morirme de la vergüenza. Corriendo aparte la vista y mire al frente, con la mirada fija en el azulejo, con la imagen de su cara de cabreo en mi mente.
De repente me dijo con una voz ronca y grave: "¿Que pasa que todavía no has desayunado?" me quede atónito no sabia como reaccionar, no sabia si me lo estaba diciendo de malas maneras o por vacilarme. Lo único que pude hacer fue girar un poco la cabeza y sonreírle tímidamente por la vergüenza que estaba pasando por la pillada que me había echo, no se como puede estar tanto tiempo mirando su rabo tan descaradamente sin notar que se estaba dando cuenta, creo que me deje llevar por el clímax que había en aquel baño.
"Pues toma que vas a desayunar pero bien" de pronto me dijo esa frase con su vozarrón y empezó a meter su gran mano dentro de mi bermuda, acariciándome las nalgas, note como unos de sus enormes dedos buscaba el ano en mi culo prieto. Yo me dispuse, y sin mediar palabra me incline un poco para facilitarle la tarea, mientras miraba como con la otra mano sostenía y agitaba su polla, que empezaba a ponerse dura mientras se echaba toda la carne para atrás asomando su capullo, tan grande como una manzana. Al final consiguió meter todo su dedo en mi culo y yo gemí del placer que estaba viviendo. Saco su dedo y se lo llevo a la nariz para olerlo, "joder como te lo voy a poner" me dijo, yo no podía dejar de mirar todos los movimientos que hacia, me ponía cada vez mas cachondo. Escupió en su mano un lapo enorme y me lo empezó a untar por el culo, yo notaba como mi ano se dejaba hacer de todo y cada vez estaba más dilatado y relajado, parecía gelatina con tanta saliva que me había echado.
"Cómemela un poquito primero que no veas como te voy a poner" yo estaba callado sin saber lo que decir ni lo que hacer parecía su putita en aquellos momentos, me incline con las piernas rectas para que el pudiera seguir jugando con mi culo y comencé a mamarsela. Madre mía no me entraba casi en la boca era muy gorda y estaba súper dura no podía dejar de pensar en si me la conseguirá meter en el culo, pero esa situación y sobre todo el olor y sabor de su polla, hacia que el pudiera introducirme cada vez mas dedos.
Solo podía meterme en la boca su capullo y un poco de pene pero no conseguía tragármela entera, hasta que con su mano sobre mi cabeza la empujo hasta el fondo, "trágatela entera joder" me dijo con voz de cabreo y empezó hacer fuerza con el brazo para que me la tragara, yo cerré los ojos y cuando los abr tenia el botón de su vaquero a un lado de mi cara, al otro lado la cremallera y delante de mi cara tapándome la nariz tenia aquella mata de pelo pubico áspera de un color negro, me estaba quedando sin respiración y me aparte, y él enseguida volvió a metérmela entera otra vez, "venga coño no tenias tanta hambre, pues come joder". Todas aquellas palabras me hacían sentirme cada vez mas puta y a disfrutar mas de aquella brusquedad.
"ponte ahí anda" me dijo y me puse en una esquina del baño con el culo en pompa, mis piernas tenían un liguero temblor, que rápido se me quito cuando me dio un manotazo fuerte en una de mis nalgas. Empezó a introducirme el pene con fuerza, pero yo estaba apretando mi culo para impedir que entrara toda la polla, tenia mucho miedo a lo que pudiera pasarme. Él se enfado mucho y de repente bruscamente me agarro del culo y me la medio con fuerza, yo grite de dolor mientras oiga como el gemía: "ahhh toma" gritando también con su vozarrón, creo que me corrí de placer, no lo se muy bien porque mis manos estaban contra la pared impidiendo que me diera con los azulejos en la cabeza, mientras el empujaba cada vez mas fuerte y me agitaba para conseguir su máximo placer. Cuando el dolor se convirtió en un placer extremo, mire hacia atrás para verlo a el como disfrutaba y su cara cada vez era mas agresiva, me miro y cuando yo pensaba que ya estaba todo dentro, empujo con mucha fuerza gimiendo y note como metió toda su polla bien dentro, que hasta ahora todavía no lo había conseguido hacer, fue una sensación indescriptible de dolor y muchísimo placer. De pronto empezó a gemir con mas fuerza y rapidez como sino le importara si nos pudiera escuchar alguien y empecé a notar como su polla empezaba ha hacerse mas grande dentro de mi culo, como si se hinchase. Un temblor en su pene, seguido de una sensación de algo caliente en mi culo y acompañado de un gemido fuerte y prolongado me hizo presagiar que aquello acababa. Se me había pasado volando como si cuando me estaba penetrando hubiera perdido la noción.
"Madre mía como te he puesto eh?" me dijo, haciendo en su cara la primera expresión de mínima sonrisa, se subió los calzoncillos y los pantalones sin limpiarse, se dio la vuelta y se fue. Yo me quede allí alucinando todavía de lo que me había pasado, me limpie y me fui. Cuando salía del baño, él ya estaba montado en su camión en marcha y no me dirigió ni la mirada, me monte en el coche y me fui a mi casa, y pensé "madre mía que domingo en la carretera" "ahí que repetirlo!!"