Madre mia, inconcebible

Lo increible fue el desenlaze, que falta de sexo tenia mi madre.

Nunca  me había imaginado acudir a una cita a ciegas y menos pagándome una mujer.

Eran los años noventa y pico yo estudiaba en formación profesional, empezaba mis pinitos por Internet, descubrí una pagina de contactos, movido por la curiosidad y por el propio deseo entre en ella.

Llegue a realizar un contacto con una mujer de 54 años, la engañe un poco para que accediera al contacto, tras varios mensajes le propuse una cita en un conocido hotel de la ciudad, me llevo lo suyo convencerla para que fuese pero al final lo conseguí. Dude durante toda la semana en acudir o no pero el deseo de sexo que tenia era superior a mis posibles negativas, acudió al hotel un poco antes de la hora marcada por aquello de ser caballero.

Llegue a la habitación acordada, me mando pasar mientras ella se daba una ducha, estaba el wiski que a mí me gustaba en la mesa con dos vasos. Tras un reconocimiento de la habitación en contre su ropa en una esquina la cual observe para determinar la clase de chica que era, sus braguitas blancas y muy limpias  olían muy bien a ese olor de mujer que a mí me pone loco.

Salió del baño y sorpresa era mi madre, no sabia donde esconderme, ella volvió entrar en el baño pidiéndome por favor que me fuese, yo no sabia donde esconderme ni que decir. Tras un buen rato de pedirle que saliese poco convencida salió. Me explico que era la primera vez que recurría a esto, que tenia una carencia importante de sexo por parte de mi padre, el cual prefería a sus queridas, en resumen tenia una falta de afecto y sexo. Por mi parte le dije que me excitaban las mujeres maduras que quería aprender y poder disfrutar.

Tras largo tiempo de charla y explicaciones acabo llorando en mi hombro, esa situación me excito tanto que inconscientemente mis caricias y abrazos acabaron con mi mano en su pecho por encima de la blusa, al no obtener ningún reproche puse mi mano en sus rodillas, la situación era propicia pues los dos acostados en la cama me facilitaba todo. Fui deslizando mi mano por sus rodillas a la vez que levantaba la falda, al llegar a los muslos las caricias fueron más delicadas, lo que me animo a seguir fue que ella no sacaba ojo de mi paquete el cual como es normal estaba a tope, entre llantos sus suspiros eran más notables, al llegar a sus braguitas aprecie con mi tacto que estaba mojadísima, mi dedo se humedeció solo de pasarlo por encima de las bragas, era increíble pero maravilloso, con la falda por al cintura empecé a sacarle las bragas a lo que ella no opuso resistencia, cuando las tuve en mi poder las olí y saboree, saque mi poya del calzón acariciándola con esa húmeda y delicada prenda, en ese paréntesis ella se dio cuenta de lo que pasaba, entre despedidas Y perdones se marcho corriendo, por mi parte y tras analizar la situación me masturbe con el olor y el roce de sus húmedas braguitas.

En casa evitaba mirarme e incluso permanecer en la misma estancia que yo huyendo como podía de mí. Harto de esta situación decidí darle fin por lo que un día que mi padre salió de viaje me arme de valor dispuesto a dialogar. Tras sus negativas me fui para mi habitación, me estaba masturbando cuando entro en mi habitación, como pude me tape disimulando, se sentó a mi lado explicándome por que buscaba sexo solo sexo fuera de casa. La cogí de los pelos y la tire en la cama casi violándola, la bese los pechos arrancándole la blusa cuanto más la besaba mas se calmaba y accedía a mis deseos. Le levante la falda bruscamente, esto la excitaba mucho el sentirse dominada la hacia cada vez más sumisa, estaba súper mojada es mas al pasar mi lengua por las bragas esta se humedeció toda, que cosa más  deliciosa. Tras sacárselas se las di a ella la cuales besándonos lamimos, mientras ella se deleitaba con sus bragas yo le lamía la concha, metí mi lengua por su culo ella me pidió que por hay no que era asqueroso, continué con ese mete saca hasta que  gritando llego al orgasmo, meciéndose mi polla en la boca se masturbaba como una loca, me pidió que se la metiera por donde había salido yo, la deje masturbándose, traje de la cocina un rodillo de amasar el pan y metiéndoselo por el coño le metí mi polla por el ano ella gritaba que no por ahí no pero la sumisión la excitaba mojándose mas y mas, el ano se fue dilatando hasta tenerla toda dentro, pedía mas y mas, nos corrimos a la vez, ella me lamió la Polla con restos de semen y heces, yo le lamí los restos de semen que salían de su ano, algo guarro pero exquisito.

Tras quedarnos dormidos esa noche la escena se repitió a menudo, mi padre sigue con sus amantes y mi madre y yo seguimos con nuestro juego de incesto. Somos felices.