Madre, esposa y...puta

Las casadas buscan satisfacer a sus maridos, para que no anden buscando fuera, lo que tienen en casa.

MADRE, ESPOSA Y...PUTA.

-“ Vos ¿qué crees que harán hoy con los posibles socios?”- -“Explicarles la operación, darles un buen almuerzo, volver a la oficina, seguir intentando convencerles, sacarlos a una cena ligera, llevarlos a un puticlub y...”

-“¿Crees que tu marido y el mío se irán con ellos de putas?”-

-“ No lo sé, pero a mi chico le he hecho una mamada matutina y ayer nos metimos una buena cogida y ya no tiene 30 años. Pero...por si las moscas...voy a recordarle sus deberes”-

-“Yo también se la he chupado por la mañana, quiero que esté satisfecho. Lo que pasa es que ¡estoy tan gorda !”-

Vero, mi vecina, la mujer del socio de mi marido ha venido a pasar el día conmigo. Está casi a punto de dar a luz y su hijo, de la misma edad que mi niña, la deja agotada. Así que ha bajado a comer, el mío mayor se encarga un poco de suavizar a las dos bestezuelas, mandando en los juegos, dejándonos un rato de respiro. Las vacaciones de invierno son pesadas para las madres, y más ,cómo el caso de Vero, si no te encuentras ágil por el embarazo.

Verónica me encanta, es un pedazo de hembra, una yegua alta, con un cuerpo de infarto, las tetas más apetecibles que he conocido, y ahora que está en estado, son dos misiles duros y turgentes. Es más joven que yo, la llevo cuatro años, su marido, el socio de mi Lalo es bajo pero bien dotado, tiene un pedazo de minga que envidiaría un actor porno. Yo sólo se la he visto en descanso, un día que se le salió del bañador, me quedé asombrada, no creía que había miembros así. Los matrimonios nos llevamos genial, hasta el punto de vivir en el mismo edificio , con vistas al río, ellos en el piso superior a nuestro. A veces son tan ruidosos que nos animan a imitar sus juegos sexuales, aunque no necesitemos mucho estímulo ni mi marido ni yo.

Ella va con un premamá rosa, que destaca sus pechos y deja al aire sus piernas largas y bien torneadas pese a lo avanzado del embarazo. Yo llevo una túnica mora que compré este año en Granada, sin nada debajo, me encanta estar sin ropa interior.

Me acerco a ver que hacen los niños, están en el cuarto de juegos montado un castillo con los LEGO, así que cuando vuelvo donde está Vero, le doy mi celular y le digo mientras me abro la túnica dejando mis senos al aire.

-“

Sácame una foto de las lolas”-

se queda asombrada pero me obedece.

Miro como he quedado, estupendo plano de mis tetas morenas , añado el mensaje de : “

TE ESTÁN ESPERANDO”

y se lo envío a mi marido.

-“

Es para que no olvide de lo que tiene en casa”-

le digo a mi amiga con una sonrisa cómplice- “

¿ No quieres mandarle vos, otra a tu Paco?”- -

¿ Crees que no estaré ridícula con esta tripa?-

me pregunta entre divertida y excitada, simulando un poco de escándalo. Le desabrocho el vestido, le abro el corpiño, tiene cierre delantero, separo las copas y dejo al aire la maravilla de sus melones. Agarro su celular y ¡zas! Le hago una foto a sus montañas gemelas. Se la enseño, se vuelve a vestir, escribe un texto y lo manda a su marido.

Nos reímos como dos niñas traviesas, nos sentamos a tomar mate y nuestra conversación repasa la diaria de nuestras vidas de esposas y madres.

Un ¡

MAMÁ!

nos saca del charloteo, que se iba haciendo cada vez más íntimo. Mi hijo se aburre de jugar con los pequeños y quiere ver una película. Le pongo en su cuarto “La taberna del irlandés” de Ford, y vuelvo con los otros, les doy unas hojas y pinturas y les digo que intenten pintar a su familia. Vuelvo con Vero. Nos han contestado a nuestros mensajes. El suyo dice :

MI GUARRITA EMBARAZADA.

El mío es más directo:

MI PUTITA VICIOSA.

Seguimos dándole a la lengua, me apetece saber de ella, y hoy la encuentro dispuesta a las confidencias íntimas. Hablamos de cómo cogemos, lo que nos gusta, lo que fantaseamos, todo dentro de un orden, pues creo que ninguna de las dos contamos los más vicioso y delicioso de nuestras experiencias.

Pero me va calentando el contar y escuchar historias de sexo cotidiano, más en el caso de Vero que siempre me ha puesto. La dejo para ir al baño. Enciendo la luz más potente, con la que se afeita mi marido, me subo la túnica y con el celular me fotografío la conchita depilada. Se la envío con un mensaje :

TU PUTITA ESTÁ CALIENTE Y CON GANAS DE QUE LA JODAS.

Vuelvo al salón con mi amiga, está colorada, se le notan los pezones a través de la ropa. -“

No sé que me pasa pero este embarazo me tiene caliente, el mensaje de Paco me ha dado un subidón”-

-“Tranquila,ven al dormitorio, lo cierras y....haces lo que quieras”-

La acompaño a mi cuarto, abro el placard y le dejo un vibrador rosa pequeño casi de juguete. Y me voy cerrando la puerta. Me pone a mil pensar que se está haciendo una paja.

Me quedo un rato con los pequeños, les ayudo con las pinturas, me revuelco con ellos hasta que vuelve mi hijo mayor. Está emocionado, le ha encantado la película, la llena de elogios, me cuenta lo que más le ha gustado y divertido. No puede negar de quien es hijo y nieto.

Vero tarda reunirse con nosotros, cuando lo hace, me da un beso y las gracias: una complicidad se ha establecido entre nosotras. Nos quedamos con los críos.

Ha obscurecido, seguimos jugando un rato más, le propongo a Vero que si sube a por pijama de su hijo podemos bañarlos y darles de cenar y luego hacerlo nosotras. Le parece bien, mientras preparo las bañeras ,Vero vuelve con la ropa de su hijo. Baño a los pequeños, el mayor mío le gusta hacerlo solo. Han almorzado espaguetis, para la noche les preparo unas hamburguesas, a todos los niños les encantan. Comen como desesperados, después les llevamos a la cama. Mi hijo se queda leyendo, los pequeños contándose sus cosas.

Nosotras , tranquilas, nos preparamos una ensalada y una tortilla, ella bebe agua, yo tomo una copa de vino rosado frío. Suenan los celulares tenemos mensajes. Leo el mío:

“QUIERO LA MEJOR DE LA PUTAS EN MI CAMA”. “ TE VOY A LLENAR DE LECHE ESAS TETAS”

dice el suyo. Parece que nuestros maridos no se van a ir de putas con sus clientes, las tienen mejores en casa.

Los niños se han dormido, tomo al suyo en los brazos y la acompaño a su departamento. Nos damos un piquito para despedirnos, pero a las dos nos sabe a poco y nos abrazamos besándonos en la boca.

Su

gracias

es promesa de un futuro.

Bajo, compruebo que mis hijos duermen y voy a mi dormitorio.

Me ducho tranquila, me seco y extiendo crema por todo mi cuerpo, me quedo desnuda hasta que mi piel la absorbe toda. Al mirarme en el espejo me gusto. Toda morena,a mi color de morocha, el sol que he tomado en Vera haciendo nudismo, lo hace más atractivo.

Voy al placard , y miro que ponerme. Elijo un liguero blanco con sus medias. Me calzo unas sandalias del mismo color de taco enorme. Eso me va hacer andar más erguida. Dudo entre un corsé y una bata de seda transparente, me decido por ésta. Dos aros de oro cuelgan de mis lóbulos. Llega el toque final : saco otros dos más pequeños y me los coloco en los pezones, me duele un poco al ponérmelos, llevo un tiempo sin usarlos y los agujeros se han cerrado un poco. Me peino dejando que el pelo me tape los senos, y voy a la heladera, compruebo que el champagne está enfriándose. Me siento a esperar. Me tomo otro vaso de vino y me fumo un Lucky. Han pasado las doce. Saco la botella, la pongo en el cubo con hielo que he llevado al dormitorio y meto las copas para que estén a punto. Espero a mi marido como una gata a su ratoncito.

Oigo la puerta que se abre, no enciende la luz, viene hacia nuestro dormitorio como la polilla a la luz. Me paro para que me vea bien.

-“¡Dios qué buena estás!”-

me doy cuenta que ha tomado un par de copas de más. Me acerco y le beso. Me aprieto a él, pese a todo la ropa que lleva.

Le quito el abrigo, lo dejo en el silloncito cercano a la ventana. La luces de Buenos Aires son un espectáculo en la noche. Yo soy otro, recortada en luz tenue de la habitación.

Vuelvo a él y le desanudo la corbata. Mira ansioso mi cuerpo velado por la seda. Le quito el saco y lo cuelgo en el galán.

-“¿ Quieres una copa de champagne o has bebido suficiente?”-

-“Luego, ahora , nena, sigue desnudándome.”-

Me arrodillo y le suelto los zapatos, le ayudo a quitárselos. Me levanto rozando mi cuerpo contra él.

Le agarro la verga, la noto dura a través de la ropa. Me encanta tenerlo caliente.

Le voy desabrochando la camisa. La abro y mis manos acarician su torso velludo. Le araño con mimo, después lo lamo, me detengo en sus pezones , los chupeteo. Es una de sus zonas erógenas. Le muerdo despacio la piel desnuda hasta volver a su pecho. Muerdo las cimas excitadas, flojo al principio, más fuerte luego, para que sienta una mezcla de placer y dolor. Mientras mis manos han desatado su cinto y soltado el pantalón que cae al suelo.

Me agarra del pelo y tira, separando mi boca ansiosa de su pecho. Mientras le saco la camisa, él se mueve para salir de los pantalones caídos. No sé como miro al espejo y sonrío: la imagen es cómica. Yo con una bata transparente, y medias. Él con la corbata suelta al cuello, boxer de corazones y calcetines negros. Sigue mi mirada y se ríe.

-

“ Gatita, gatita, parecemos dos personajes de peli italiana.”-

le paso los brazos por el cuello , me aprieto a él y nos besamos. Es un beso lleno de humor, ternura, pasión, lujuria...de AMOR.

-“

¿ Que quiere mi señor...mi tigre....mi vida?”-

le susurro enamorada.

-“

Que me hagas gozar como a un chancho. Saca esa putita que llevas dentro y vuélveme loco”-

Era lo que yo estaba deseando, me solté la bata para que pudiera deleitar la vista con mi cuerpo ardiente. Al ver los aros en los pezones, supo que iba ser su puta más guarra, más entregada a su lujuria. Me arrodille y con cuidado le bajé el calzoncillo. Tenía ante mi su polla dura, gorda, erguida. La tomé en las manos y comencé a lamerla. Lo sé hacer bien. Mi lengua recorre su arma, ensalivándola, luego juego con la zona bajo el ciruelo, le vuelve loco, y por último me la voy metiendo en la boca, como si fuera una espada que entra en su funda. Me muevo despacio aprisionándola con los labios y sin dejar de usar la lengua, luego paso a mayor rapidez en mi mamada.

Tira de mi cabello para separarme, tiene miedo a correrse. Me levanto y le beso restregando mi cuerpo con el suyo. Se queda parado ante mí, su mirada rezuma lujuria. Me quito la bata, quedo ante mi marido, erguida, sólo con el liguero, las medias y las sandalias de taco altísimo. Respiro hondo para que mis pechos se muevan elásticos. Y sin dejar de mirarle , voy a la cama y me pongo en cuatro, me meto los dedos en la concha empapada y me unto el agujero trasero. Muevo mis nalgas incitándole a que me tome por detrás.

-

“ Te lo voy a romper”-

llena mi esfínter con saliva e introduce un dedo para humedecer la ruta trasera. Después apoya su glande en la puerta que se abre para recibirlo. La clava despacio, me molesta más que me duele, me llena y empieza un mete y saca rápido, salvaje, agarrándome las nalgas para moverme a su ritmo desbocado. No va a durar mucho su carrera desenfrenada, me llena con su leche. Ha sido una enculada rápida, de desahogo y dominio. La saca, yo me levanto y le beso. - “

Te amo”-

le musito contenta de su gozo. Se tumba en la cama. Con una toallita higiénica le limpio bien la verga. -

“Ven que te lave”-

se levanta y va al baño, se la enjabono bien y con agua tibia la enjuago a fondo. La sigue teniendo gorda y semidura.

-“

He tomado una pastillita sabiendo lo que me esperaba con mi gatita”- -“Pues vamos a la cama y brindamos , tigre mío”-

Se quita la corbata y los calcetines y se tumba en el lecho. Abro la botella y sirvo dos copas, brindamos y las bebemos de un trago. Le miro a los ojos, los sigue teniendo cargados de vicio, que me excitan, yo estoy supermojada pero todavía no me he venido. Vuelvo a poner champagne y con la copa en la mano, parada ante él, me empiezo a hacer un dedito.

Se que le vuelve loco , ver como me masturbo, así que lo hago despacio para que disfrute del espectáculo. Juego con la copa fría acariciando mis pechos, la hago sonar con los aros que taladran mis pezones erguidos, todo sin dejar de mimar mi botoncito rosa que va camino de una explosión. Me cuesta, pero logro un buen final del show: me bebo la copa despacio mientras me vengo y no dejo de mirarle a los ojos, un derroche de erotismo y porno hogareño.

Mi marido se ha tocado la polla viendo la paja de su mujercita y la vuelve a tener dura como una piedra. Voy a la cama, me paro sobre él, con un pie a cada costado y me voy arrodillando hasta que el glande entra en contacto con mi sexo. Me dejo caer, un tronco de vida me llena la lubricada vagina. Me quedo empalada en su verga. No me muevo disfrutando de ese momento de placer. Inclino mi torso haciendo que mis pechos queden al alcance de su boca, los chupa jugando con los peones y los aros. Y empiezo a moverme.

Lo bueno del segundo polvo es que dura mucho más y más se disfruta. El subir, el bajar, el mecerse, con una verga dura dentro se prolonga , se goza, sabiendo además,que al ser una la que cabalga, controla el ritmo del placer. Me echo un poco hacia atrás dejando que mi clítoris se muestre y lo acaricio, está duro, me lo imagino brillante ante los ojos lujuriosos de mi marido. Ando muy cerca del final, sigo tocándome hasta que me llegan las olas del orgasmo, quiero que él las sienta, apenas acabo, cambio del paso al galope en la cabalgada de pasión. Noto como se corre, yo sigo aprovechando su dureza hasta volver a explotar.

Nos quedamos abrazados. Ahora es Lalo el que se levanta para llenar las copas , cuando me la ofrece y brindamos, me besa.

-“Elena te quiero, eres una madre muy buena, la mejor esposa posible y ….una putita maravillosa”-