Madre , esposa y ...putita de lujo 2

¿ Qué hacen dos putitas de lujo mientras esperan a sus clientes?

MADRE, ESPOSA Y....PUTITA DE LUJO 2.

Cuando me subieron la yerba y el agua, les di los pantalones de mi marido que tenían un recuerdo del polvo del día anterior, tomé mate, pude ir de cuerpo. Me lavé bien la cola y comencé a deshacer las maletas. Mi chico me había traído una musculosa blanca, un short, y unas deportivas. Decidí prepararme para ir a la habitación de Nicole, me quité la pollera y el corpiño, era fácil, se abrochaba delante y me quedé sólo con la blusa blanca semitransparente que se me ceñía como una segunda piel.

Eran las 10 cuando golpeé la puerta de comunicación entre las dos habitaciones.

- Pasa ,está abierta.-

Nicole llevaba el albornoz del hotel atado a la cintura, debajo nada. Rubia , con el pelo corto, los senos dos peras erguidas, apenas cubiertas, las piernas largas y el pubis depilado a la vista, era una mujer que apetecía comérsela.

-

Nicole , estás preciosa. -

Me acerqué para darle un beso de amiga, pero con la intención de sentirla junto a mí. Al abrazarla noté su piel desnuda, cálida, suave, aterciopelada. Ella me apretó contra sí, y sus manos se posaron en mis nalgas. Yo le pasé los brazos por la cintura, soltando el cinturón del albornoz. Nuestros labios estaban unidos. Nos miramos a los ojos al separarlos, siguiendo abrazadas.

-

Y tú , Elena , eres una muñeca apetecible, que se te nota lo guarrilla que sos. Esto te da unos puntos más de atractivo.-

Liberó mi cola y me agarró la cabeza, ella estaba descalza, yo con tacos altos, eso hacía que tuviéramos la misma altura. Los muslos estaban entrelazados, yo notaba como su vulva empezaba a ponerse mojada. Yo estaba igual, plena de humedad de hembra caliente. Nuestras miradas despedían fuego.

  • ¿

Tienes experiencia?.-

- Sí, y me vuelve loca. Te he deseado desde que te conocí.-

- Yo acepté este trabajo, cuando tu marido dijo que le parecía bien que tu hicieras el rol de su putita. Sabía que podíamos hacer cositas juntas.-

- Lo estoy deseando.-

Y la besé con hambre, mi lengua fue en busca de la suya, que respondió en un duelo que nos dejó sin aliento. Nuestros cuerpos se restregaban el uno con el otro. Nos separamos ansiosas. Fue ella la que empezó a desabrochar mi blusa, cuando soltó los botones, tiró de ella hasta medio brazo, yo me quedé semiatada.

-

Estate quieta, dejáme hacer a mí.-

Yo me estiré todo lo que pude haciendo que mis lolas se irguieran ante ella, la uña de su índice me recorrió los pezones . Estaban duros pero aumentaron hasta quedar enhiestos como dos moras enormes.

-

¿Te gusta que te dominen?-

- Me apetece si lo haces vos.-

Me empujó y caí sobre la cama.

-

Te voy a devorar.

  • Me metió un dedo en la concha que se empapó de mí.- ¡

Dios, ...cómo te gusta!-

- Mucho, pero deja que me quite la camisa.-

Mientras lo hacía , ella se quitó el albornoz, me agarró las manos y me las ató con el cinturón.

-

Ahora sos toda mía.-

Yo tumbada, levanté mis manos por encima de la cabeza entregada, me abrí de piernas, ella se colocó sobre mí , su lengua recorrió mi cuello, mis axilas, hasta llegar a mis senos. Al tiempo su muslo chocó contra mi vulva y empezó a restregar mi concha, que mojada permitía deslizar fácilmente su pierna.

Me chupaba, me besaba, me lamía los senos, mis pezones querían estallar de placer. Empecé a gemir como una gata en celo. Y moví mis piernas para lograr entrar también en contacto con su coño empapado.

El tiempo se detuvo en nuestra caricia, era un río que corría cantarín desde el sexo hasta el cerebro. No era un orgasmo, no era una explosión, era un estar en una nube de placer que no acababa.

  • ¡

Qué lindo!. Me estás matando.-

le susurré mimosa y entregada.

Nicole metió la mano entre nuestros pubis, noté como buscaba mi clítoris , estaba duro, lo dejó sin protección, y en segundos el suyo entró en contacto. Fue terrible, una corriente me recorrió todo el cuerpo.

-

Aaaayyyy....¡qué haces!-

- Una cogida de clítoris ….te va a encantaaaar.-

- ¡ Me voy a veniiiir!-

- Y yoooo.-

Y estallamos en un orgasmo tembloroso, ella había abandonado mis tetas y me besaba con un hambre que yo correspondía fuera de mí, sintiendo que el cielo se había roto en mi cuerpo.

Nicole me abrazó , yo seguía atada, pero bajé los brazos cargada del cariño postorgasmo para apretarla contra mí y poder dedicarnos a besuquearnos con ternura. Eramos dos mujeres que sabíamos que podíamos darnos placer y encontrarnos en el juego amoroso de las iguales.

Se separó de mí, sus labios se curvaron en una sonrisa malvada y me musitó morbosa:

- ¿ Sabes que te voy a comer?-

-

Lo estoy deseando.-

Y lo hizo, yo tenía muy sensible toda la concha , por eso comenzó con una suave lamida de mi vulva, su lengua me acariciaba sin prisas, dejando que la fuera sintiendo poco a poco. Metió la punta en la entrada de mi vagina abriéndola para después recorrer la zona sorbiendo todos mis flujos. Cuando buscó mi botoncito yo ya estaba en situación de despegue hacia la estratosfera del orgasmo. Y con sabiduría me guió en el camino de la explosión del placer. Bajé las manos y atrapé su cabeza apretándola contra mi sexo.

- Volvéme loca, lleváme al paraíso.

  • rogué.

Lo hizo, mis piernas temblaban y se cerraron fuerte alrededor de su cabeza cuando me fui.

-

Casi me ahogas.-

me soltó cuando se separó de su presa.-

No me dejabas respirar.-

Y volvió a besarme, me desató las manos y entonces si pude abrazarle cómodamente y acariciar su cuerpo bajando por la espalda hasta las nalgas. Las masajeé suavemente sintiendo su tersura, mi dedo índice recorrió el valle de sus medias lunas, las secreciones de su concha le habían mojado. Me di cuenta que debía actuar.

- Ahora me toca a mí.-

No le dejé tiempo para que reaccionara, me bajé hasta colocar mi cara entre sus muslos y ante mí tuve la visión de una concha depilada y abierta con labios empapados y rosas por la excitación.

Mi lengua entró en su gruta, la moví recorriendo las paredes de su vagina, luego la saqué y lamí los labios de su vulva, los tomé apretándolos entre los de mi boca. Nicole gimió y lo hizo más cuando los mordisqueé. Metí dos dedos buscando su punto G y avancé con mi lengua hacia al clítoris. Estaba duro, su puntita salía del pequeño capuchón , sabía que debía tratarlo con mimo pues debía estar como el mío. Jugué con él al tiempo que acariciaba el interior de su vagina.

  • Sigue...sigue...así...mira que lo haces bien..ahí que ver la casadita....uuuyyy...aaaay.......qué hija de puta.-

Fue lo último que oí, me apretó la cabeza con los muslos en los temblores del orgasmo. Mis dedos se llenaron de leche, se había venido con descarga. Se relajó y abrió las piernas, aproveche para meterle la mano en cuña en la vagina, la tengo pequeña pero cuando la cerré formando un puño, dio un respingo.

- ¿ Qué haces?-

- Yo también sé dominar.-

Empecé mover el puño dentro de ella, como si fuera una polla enorme.

-

Hija de puta...me estás matando.-

- Cariño...tocate las tetas...mientras vuelvo a ese pijín que tenés.-

Tenía el botón rosado tan excitado que sobresalía como la punta del pene de un bebe y mi lengua cayó sobre él para que mi compañera se volviera loca de placer.

Estuvo gimiendo hasta que dio un grito.

.-

Por favor..para ..no puedo más.-

Desenfundé mi antebrazo y me lancé a darle un beso en la boca , feliz de haber correspondido a la sesión de placer que ella me había dado antes.

Nos quedamos abrazadas agotadas de la terrible sesión de sexo que habíamos tenido.

- Elena , ¿ sabes lo que me apetece? ...fumarme un pucho.-

- Yo también ..pero acá en Uruguay no se puede fumar en los hoteles. Así que...-

- Pues salimos a dar un paseo por la Costanera que está preciosa.-

-

No sé si me voy a poder poner los jeans , creo que tengo paspada la concha de tanto darle.-

- Puede que tengas razón debíamos ir sin bombachas, sólo con pollera.-

- Yo sólo tengo la de ayer..-

- Si quieres puedes usar el vestido que llevaba yo ayer y yo me pongo una pollera y una remera.-

Me di cuenta que su oferta tenía que ver con la diferencia de estatura, a ella le llegaba unos dedos por encima de la rodilla y a mí, lo mismo pero por debajo. Había algo más, Nicole quería que me lo pusiera porque le daba morbo compartirlo conmigo. Me lo probé, me ceñía los pechos , tenía más que ella. Se acercó y me lo abrochó, no lo hizo con los últimos botones, dejando el canal de mis senos a la vista, al mirarme en el espejo me dí cuenta que me daba un aire perverso al mezclarse el largo con lo estrecho y el tipo de tejido , que se pegaba a a la carne .

Nicole se puso una pollera hasta los pies y una musculosa. Las dos nos calzamos con sandalias de taco bajo para poder andar.

Nos miramos en el espejo, era una extraña sensación, la ropa era discreta menos mi escote, pero el sabernos desnudas debajo, me volvía a poner caliente.

En cuanto salimos a la calle ,sacamos los luckys ,un pucho después de tanto sexo era una satisfacción complementaria.

Nos dimos un paseo por la Costanera, fumando y charlando. Algunos hombres se volvían a mirarnos, sobre todo a mí, mis senos se balanceaban libres y el roce con la tela y la brisa del río hacía que los pezones estuvieran erectos marcándose orgullosos.

Nos sentamos en una confitería junto al río, y hablamos y hablamos tomando café, y nos hicimos de verdad amigas. Me enteré que su relación con Carlos, el amigo de mi marido, era una relación muy consolidada, que la invitaba a casi todos sus viajes y a pasar temporadas pequeñas en España y me preguntó cómo era vivir allí, porque estaban pensando que fijar su residencia en Alicante. Yo conté de mí, de los niños, de mi marido, de mi amante. A ella le hacía mucha gracia mi bisexualidad y como lo compaginaba con mi vida de señora casada y burguesa. Decidimos volver al hotel para tomar un poco de sol. Al entrar, yo tenía un aviso en recepción.

La cosa va complicada, no sé cuando acabaremos, pero seguro no podemos cenar juntos.

Mandé un mensaje a mi marido.

Te quiero. ¿ qué hacemos?

Me contestó:

Pasadlo bien, tenéis libre hasta las 11. Paga tú todo con la tarjeta. Yo te adoro, gatita. Estoy liado hasta los cojones.

Decidimos ponernos los bikinis , ir al solarium y allí planificar el día. Seguimos dándole sin parar a la lengua. Lalo dice que las mujeres tenemos una necesidad fisiológica de hablar, y en el caso de estar a gusto, hablar más. Y sin parar de cascar, del sol pasamos a la sauna y de la sauna al shoping cercano donde había un bar en el que se comía bien.

Cuando acabamos el almuerzo, una ensalada y un canadiense con unas cervezas se nos habían hecho casi las tres.

-

Nicole , mi marido me ha dicho que tire de tarjeta , así que ayúdame a buscar un algo de ropa y mira si te gusta a ti algo, el gallego invita-

Dimos una vuelta y elegimos dos vestidos de tirantes, el mío beige , el suyo estampado en flores azules, sobre blanco. Tenían botones .delanteros qu permitían abrir los escotes.

- Yo creo que un poco de lingerie no nos vendría mal

.- cuando la conocí ella (Carlos) me había regalado unas prendas encantadoras y sexys.

- Te hago una propuesta. Cada una le compra a la otra 3 prendas , no vale espiar y ..-

lo dijo con la alegría de una niña pequeña que hace picardías, pero detrás estaba la mujer que pensaba el show que nos íbamos a dar al probárnoslas en el hotel.

-

Vale....yo primer.-

Ella se quedó hablando con la cajera y yo fui a buscar sus 3 prendas. Luego fue el turno de Nicole.

-

Tu amiga me ha contado el juego, si no aciertan en las tallas pasen a cambiarlas. No se hace...pero yo soy como vosotras.-

La dependienta me agarró de la mano al decirlo.-

Son divinas.-

Ella era una rubia teñida de mi edad, con estilazo que remarcaba el uniforme de una blusa blanca, una pollera negra y medias grises de rejilla. Cuando llegó Nicole y pagué, nos despedimos de la dueña, abrazándonos y besándonos en la boca, separadas de la vidriera, ocultas a miradas indiscretas.

Subimos a las habitaciones, en el ascensor nos tomamos de la mano como dos compañeras de vida. Fuimos cada una a la suya para volver a abrir la puerta de comunicación. Yo había dejado mis compras encima de mi cama, ella había hecho lo mismo.

Nos miramos relajadas, las dos sabíamos lo que queríamos hacer: desnudarnos. Cuando quedamos sin ropa, separadas , me deleité viéndola.

-

Sos preciosa. ¿ Has tomado el sol desnuda porque tienes las lolas y el pubis con color? Esas zonas que tapan todos los bikinis por pequeños que sean.-

- Sí, a Carlos le encanta el nudismo y hemos estado juntos a finales de septiembre y algo de bronceado queda. ¿ Sabes qué tienes mejores tetas que cuando te conocí.? Te han crecido...son divinas...y ya te estás poniendo caliente porque tus pezones te delatan. Son enormes. Me das envidia.-

- Las tuyas están más duras...pese a la gimnasia ...se me han caído un poco....y sabes ...como mi amante tiene los 100 pasados a mi no me parecen tan grandes.-

- Pues estás explosiva , los tíos y algunas chicas se vuelven para mirarte con ganas de cogerte ... el americano sólo piensa garcharte.-

- Vos sos mucho mas guapa que yo , así que no entiendo eso de Joe.-

- En la variedad está el gusto y además es que se te ve muy requeteputa. Para ser una señora casada y madre de familia juegas el rol de viciosa con autentica afición.-

Me recordó que tenía que llamar a casa para ver como andaban mis hijos. Hablé con mi madre, todo estaba tranquilo. Me di cuenta que Nicole me miraba divertida.

-

Lo que te he dicho, una señora tan señora y tan golfa.-

-

Anda ,vamos a ver que nos hemos regalado. Te espero.-

Fui a mi cuarto y abrí el paquete. Un corsé blanco con ligueros , que dejaba los senos al aire apenas sujetos por aros que los resaltaban, medias blancas y un baby doll transparente gris ceniza.

Me puse el corsé con las medias blancas. Ella entró con mi regalo puesto. Un corpiño negro de aros calado, un liguero del mismo color que enganchaban las medias tersas sobre sus largas piernas. En la mano me trajo unas sandalias blancas con plataforma, yo sólo las tenía negras, que no pegaban con la lencería.

Me las puse, así estaba a su altura. Nos acercamos una a la otra admirándonos. Y nos besamos, fue un beso sosegado, de amigas y algo más, donde había más cariño y ganas de divertirnos que deseo salvajes. Nos acariciábamos notando la calidez de la piel, su suavidad, era un extraño erotismo en el que la ternura nos invadía sin prisas, una sexualidad relajada.

- Quiero hacer el amor con vos, mi amiga, mi compañera.-

Me encantaron esas palabras: amiga, compañera. Porque eso éramos, dos mujeres que vivían una aventura juntas, y que se habían desnudado sus almas.

-

Yo, también te necesito.-

Abrí la cama,nos tumbamos sobre la blanca sábana. Nos volvimos a abrazar, entrelazando los muslos para que pudieran acariciar nuestras vulvas que esperaban el mimo del roce. Seguíamos besándonos mientras las manos recorrían nuestros cuerpos sacando toda nuestra sensualidad de hembras que se encuentran. El tiempo había dejado de transcurrir , estábamos en un más allá, en ese estado de nirvana que parece imposible de lograr en el que el placer se hace eterno, donde se mezclaba el tacto de la piel y de la lencería.

- ¿ Nos degustamos?-

no sé cómo me pudo salir esa frase, quizás porque no era ansía de devorarla ni comerla, era como sentir la necesidad de deleitarme con un plato de la nueva cocina, de esos en que importa más el sabor que la cantidad , donde manda la estética junto al paladar.

-

¡ Qué redicha sos a veces! . Me encanta.-

Nos soltamos, fui yo la que se giró buscando que mi cabeza se colocara entre sus muslos. Olí su perfume de hembra y comencé a lamer la cueva femenina. Iba tranquila, como ella lo hacía conmigo. No buscábamos la explosión salvaje, queríamos llegar a lo alto de la montaña y disfrutar de la cumbre. Cuando buscamos el botón rosado, estaba erguido, lubricado, con la cabecita fuera. Al entrar en contacto con la punta de le lengua la hice vibrar. Nicole hizo lo mismo y entonces empezó un oleaje infinito de placer. Incansables, seguimos y seguimos subiendo, bajando en un orgasmo interminable.

- Te voy a meter los dedos, tomarte toda.-

Musitó Nicole , liberando su presa.

- Yo haré lo vos que hagas

.-

Sentí como tanteaba mi vulva para entrar en mi vagina. Yo la imité, deslicé dos dedos en ella. Busqué, en la húmeda pared, la textura del punto G y lo acaricié.

Me sobresalté, un dedo recorría mi perineo buscando otra entrada sin abandonar la que ya había tomado posesión. Acarició mi esfínter y muy despacio me penetró por detrás. Se movía tomando posesión de mi, haciendo que me invadiera un extraño morbo. La imité con mi índice.

Había llegado el momento de acelerar, el orgasmo continuo en el que estábamos terminó en una carrera desenfrenada que acabó en un terremoto que nos dejó exhaustas.

Felices nos quedamos abrazadas. Mandé un mensaje a mi marido para saber hasta que hora teníamos libre y si podíamos ir a cenar al Mercado. Me contestó diciendo que me quería, que estaba súper liado, que cenásemos donde quisiéramos, que pagase yo y que antes de las doce no volvían.

Nos levantamos para ducharnos, los hicimos juntas, nos enjabonamos la una a la otra con la mano y usamos la alcachofa para dejar la piel limpia, esa piel que acariciábamos como dos niñas que descubren un tesoro. Cuando nos secamos entre besos, una sonrisa de felicidad curvaba nuestros labios.

Decidí estrenar lo que había comprado pero tenía un antojo, quería que Nicole usara una blusa mía y fuera con pantalones, se lo pedí. Aceptó divertida.

- ¿ Quieres que sea tu hombre?.-

- No se si mi hombre pero sí mi compañera de placer.-

Reservamos mesa desde el hotel, donde nos dijeron, en un taxi no tardamos nada. Aprovechamos para dar un paseo por la zona. El Mercado del puerto es un lugar delicioso, una vieja estación que desarmada quedó varada en Montevideo y que se ha llenado de casas de comida. Íbamos de la mano, vimos una tienda de regalos. Nicole me hizo entrar, eligió dos pulseras de pequeñas piedras engarzadas por una goma.

-

Es un recuerdo de hoy, es algo de crías, pero para mí ha sido un día importante. Me has tratado como una igual,como una amiga.-

- Eres boba, somos dos mujeres...punto. No sé cual es la diferencia. Eres buena gente, preciosa, alegre y... vos sí que me has dado vida.-

Me la puse en la muñeca. Ella me imitó, de nuevo de la mano, fuimos a sentarnos en la terraza del restaurante.

Se acercó el camarero, se quedó extasiado con mi escote que dejaba ver el canalillo de mis senos desnudos bajo el vestido. Mi amiga estaba más guapa , pero en verdad yo estaba más explosiva.

Pedimos unos mejillones a la bordalesa y unos calamaretis al ajillo, luego un tiramisú y dos cafés, para beber champagne. Pagué con la tarjeta y en otro taxi volvimos al hotel. Los hombres no habían vuelto, yo me puse el baby doll y Nicole una remera larga hasta medio muslo, nos quedamos hablando en mi habitación.

-

Elena, me encantan tus lolas , digas los que digas ahora están perfectas. Y los pezones, con ese color gris, tan grandes cuando estás excitada son una maravilla. Con el corsé se te acentúan las caderas y te aguitarras. No había mas que ver como te miraban los hombres. El americano te tiene ganas-

- Nicole , la preciosa eres tú. Hablas de tetas y las tuyas tienen el tamaño perfecto, no necesitan corpiño y si hablas de pezones , los tuyos tan rosa, y cuando te pones, parecen pequeñas fresas que una se comería de un bocado. Y la concha es divina.....Y ¿cómo es el americano?-

- ¿ Cuantos orgasmos tuvistes ayer con Lalo? Yo con él ninguno, es de los que con la pastilla se les pone dura y se pasan cogiéndote horas, pero sólo preocupados de su placer. Eso sí, chille como si me matara de gusto. Yo casi estoy retirada....lo que pasa es que me apetecía estar con vosotros. Y el día de hoy ha valido la pena...no sabía que eras tan...-

- Tan lesbiana...lo soy...más que hetero, lo descubrí tarde , gracias a Lalo y ...creo que se me puede aplicar una frase que oí el otro día en la tele: adolescente reprimida...depredadora en el geriátrico. Eso me pasó a mí, de cría no entendía y cuando lo descubrí...me encantó.-

Seguimos hablando, ella quería saber si Lalo y yo habíamos hecho algún intercambio. Dije media verdad, sólo conté lo que hicimos en Venezuela (

relatos de la autora: Intercambio y orgía en los Roques)

donde el moro de mi marido me había compartido con otro para poder tirarse a su mujer, una joven de apenas 18 años, de color ébano, una belleza fuera de los normal. Le divertía ver como ponía caliente a otros hombres, lo que a mí me excitaba, y luego lo disfrutaba él. Eso sí no le parecía mal que estuviera con mujeres, decía que era natural, que la que no lo hace es porque se reprime.

Era la una cuando Lalo envió un mensaje, salían para el hotel. Nicole y yo nos separamos con un beso. El hombre que entró en la habitación estaba destrozado.

  • ¡

Hostias que día! Ese hijo de puta es un cabrón negociando. Quieren cambiar parte del edificio, lo entiendo pero cuando empezamos a discutir cómo y quién lo pagaba ...joder ...A las ocho llegamos al acuerdo de qué, lo he tenido que valorar.... Con la diferencia horaria , él podía consultar..yo no. He tenido que mandar todos los datos a España...creo que aceptarán. Luego lo veré y mañana a las 10 volveremos a redactar el contrato. De eso se ha encargado ese jodido americano con los abogados...es un hijo de puta, creía que podía emborracharme para sacar provecho ….y dale y dale al güisqui

.

Vengo con un pedo catedralicio. Y a las seis a hablar con la oficina...Y , tú ¿ cómo lo has pasado?.-

- Nicole es una joya...anda deja que te ayude a desnudarte.-

- Estás buenísima con ese camisón pero vengo muerto.

- No te preocupes , deja ya tendremos tiempo...-

Cuando se desnudó se tumbó y se quedó dormido enseguida. Le miré cariñosa, dándome cuenta que estaba casada con una joya de hombre y también me dormí.

Me despertó a las seis, estaba hablando en voz baja por teléfono y metido en la computadora. Le veía trabajando, desnudo , procurando no hacer ruido. Me llenó de ternura, más cuando, creyendo que seguía dormida, se fue al baño para comunicarse con Madrid.

Cuando salió, yo ya había encargado que nos subieran el desayuno y el instrumental matero. La camarera se quedó mirándome valorando mi cuerpo apenas velado por el baby doll.

Primero el jugo de naranja, el café con leche y tostadas con mermelada y manteca y luego el mate, todo mientras no paraba de trabajar.

-

Ya está . Ahora a ver si los yankies no cambian nada, y cerramos. Voy a ducharme. Creo que al final lo habremos dejado listo para firmarlo.-

Le seguí tras quitarme el baby doll y me metí con él en la ducha.

- Cariño, deja que te bañe. Necesitas relajarte.-

Me encanta ducharnos juntos, mis manos le fueron enjabonando, me entretuve en la verga. La acaricié , hasta que poco a poco se puso dura. Tenía claro lo que iba a a hacer, me arrodillé mientras se lavaba la cabeza y me la metí en la boca. La meneé mientras chupaba golosa, no teníamos mucho tiempo así que me esforcé en lograr que soltara su leche antes de que acabara de enjuagarse y ¡ PATAPLAM ! LO CONSEGUÍ.. Su semen se derramó en mi boca.

-

Eres una joya , así da gusto trabajar. Me voy a secar , me visto y recojo al cabrón de Joe, vamos al bufete de abogados y le damos carpetazo. Creo que podremos almorzar juntos y tener parte de la tarde libre ,hasta tomar los aviones. Te quiero.-