Madre, esposa ... ansiosa de gritar.
LLevaba mucho tiempo teniendo que coger en silencio, y por fin podía dar suelta a toda mi lujuria deshinibida y ahí estaba mi boca, mi concha y mi culito
MADRE, ESPOSA... ANSIOSA DE GRITAR
Por fin estamos solos, hemos pasado dos meses largos rodeados de familia, algo maravilloso pero que quita la intimidad a una pareja fogosa y un poco perversa como somos mi marido y yo.
Me miro en el espejo. He engordado, es normal. Muchos almuerzos y cenas fuera de casa y poco gimnasio. Quizás por eso no me veo arrugas, soy un año mayor, me queda menos para los cuarenta. Las tetas están perfectas, elásticas, sin caer, con sus areolas beige oscuro y los pezones grandes. Me los toco, quiero ver como se ponen duros. La verdad es que tengo buenas lolas, no enormes como mi amante Verónica, pero con un morbo que levanta no sólo pasiones.
Echo de menos a Vero, hasta navidades no vuelve de Chile, se ha tenido que ir , con su marido, a un trabajo. Vero llena todas mis necesidades de mujer a la que le gustan las mujeres. Desde que nos liamos, ha sido una fuente de placer diaria, cotidiana, pero...ahora no está y noto su falta.
No voy a estar quejándome, ya volverá así que a esperar.
Mis manos recorren mi cuerpo, me gusta acariciarme. La piel responde. La tengo muy suave, he ido a depilarme. A muchas no les gusta, a mí me encanta, aunque influye Alejandra, me excita sentir cómo se pone nerviosa, caliente cuando le toca ir retirando la cera,y va surgiendo mi piel satinada. Hago que me quite cualquier vello de la concha y de las nalgas y su valle. La miro con disimulo, se le ponen erectos los pezones , yo me siento una patricia romana perversa. Salgo divina tras lavarme el pelo, hacerme las uñas y quedar con la piel como un bebé.
Tengo una almohadilla púbica mullida,no gorda, tampoco hundida. Me gusta mi concha, mi marido sostiene que pese a los dos partos tengo un coño de adolescente japonesa. Una rajita dibujada en el valle de mis muslos que rebordean un atisbo de los labios más oscuros.
Mi cuñada sostiene que tengo pinta de muñeca perversa. La verdad que me río con ella. Es la creadora de la gatacolorada, me animó a escribir, me lee, me comenta. Los días que ha estado acá ha sido una musa, me proponía historias, basándose en lo que a mi me va : la vida cotidiana. Esas pequeñas cosas que nos ocurren a todas y que fantaseadas son origen de un relato. Me hace ver eso que ella llama “y si” , por ejemplo: y sin darte cuenta te encuentras en una orgía por exceso de alcohol ( a raíz de una reunión de matrimonios amigos y viendo como me devora con los ojos Emilio). Y si unos adolescentes te obligan a tener sexo con ellos ( viendo cómo nos miran los chicos del secundario de un colegio cercano). Y si te enredas con tu suegro ( una broma que siempre surge entre nosotras viendo cómo me adora el padre de mi marido) . Y sigue dándome ideas , en las que siempre acaba con una propuesta : una historia de cuñadas. Sé que lo hace para ponerme nerviosa, y joderme un poco, conociendo mi bisexualidad.
Me giro para verme la cola, un poco más grande, se aguanta, pero ahí han ido parte de los kilos.
Podría hacerme una pajita, pero prefiero aguantarme, sé lo que me espera en muy poco tiempo.
Y oigo como se abre la puerta. Y adopto una postura sexy, levanto los brazos, llevándome las manos a la cabeza. Y así me ve mi marido.
- ¡Dios que ganas tenía de estar solos!-
Y me besa, su boca devora la mía. Sus manos recorren mi cuerpo , está ansioso. Noto como tiene la polla dura, pegada a mí.
-
Por favor, desnúdate. Quiero que cojamos desnudos. Acá en el salón-
Se quita el saco , la corbata, la camisa , mientras descalza, se suelta el cinturón, los pantalones caen al suelo , está ante mí en calcetines y boxer. Un calzoncillos que su pija quiere romper.
Yo, parada delante de él, me acaricio los senos, mis manos remarcan mis caderas, me relamo, pasando la lengua por los labios entreabiertos.
Cuando comienza a bajarse los calzoncillos, y veo su verga dura, en alto , deseando clavarse en mí, no puedo más. Me abalanzo sobre él, y ansiosa lo tumbo.
-
Deja que te monte-
Coloco un pie a cada lado de su cuerpo y me agacho hasta que su glande entra en contacto con la puerta de mi coño. Le miro y en voz alta , casi gritando, le digo:
-
Te amo. Necesito chillar y que me chilles. Volverme una loca.-
-
Pues clávate de una vez, gatita.-
Con un gemido, me voy dejando caer. Sujeto su verga para que entre en el guante de mi húmeda vagina. Y siento como me penetra, bajo despacio, quiero sentir su deslizar en mi interior. Estoy totalmente empalada.
-
¡Que gusto me das pedazo de cabrón.! ¡ Que pija mas dura tenés!-
- Mi nena sabe ser una putita hogareña.-
Eso de putita hogareña me hace gracia, me muevo despacio, adelante y atrás, aun costado y al otro. Sus manos van a mis tetas, las soba, las aprieta, me pellizca los pezones. Con ansias, con furia, sin mimos. Yo sin parar comienzo a tocarme el clítoris.
No queremos florituras, sólo sexo duro, joder liberados, sin tener que controlar nuestros gritos , nuestros gemidos, nuestras voces.
-
¿ Que soy?-
- Mi nena....mi gata...mi perra...mi puta.-
- Sigue ...dile gorrinadas a tu esposa. Así...mi dueño..así ...mi amo..Uyy
...qué
lindo mi tigre...-
- Muévete más rápido ….guarra ...viciosa...-
Estábamos ansiosos, muy excitados, chillamos, no necesitamos mucho tiempo, mi marido está en un sube y baja de sus nalgas haciendo que su pija golpee en lo más profundo de mí. Yo me desato, gimiendo empiezo un galope tendido, siento el deslizar de su espada en mi chorreante funda. Me doy cuenta que empieza a escupir su leche, yo me toco más rápido y grito como una loca cuando me llega el orgasmo como una explosión.
Me inclino con él dentro y le beso. Un beso largo, sosegado, cargado de vida y amor.
Dejo que vaya perdiendo dureza hasta que sale de mi. Me echo hacia atrás, le saco los calzoncillos, y me los pongo en la concha para que su semen no deje mancha en la madera del salón. Luego me tumbo a su lado.
-
¿ Crees que le habremos dado el show a alguien?.-
- En el piso que estamos, no sé...a lo mejor a la torre que está a dos cuadras ...o a los obreros que están construyendo el nuevo edificio. Pero ...¿te importa? -
- Nada, es más, me pone que nos vean.....sabes que estás gracioso con las medias puestas...deja que te las quite...te quiero desnudo...En la mitad de la casa...estoy harta de coger sólo en el dormitorio.-
Me levanto y me arrodillo junto a sus pies. Tiro de uno y luego del otro hasta que le quito los calcetines. Tomo el pie derecho y lo apoyo en mi teta y agarro el otro y me lo llevo a la boca. Le chupo los dedos , uno a uno ensalivandolos , después cambio de apoyo en mis senos y repito la operación. Le miro con sonrisa perversa.
-
Dejate hacer.-
Sus pies mojados acarician mis pezones sensibles que se alegran con el toque, poniéndose más y más duros. Mis manos recorren sus piernas, no llego al final de los muslos, pero su polla comienza a revitalizarse.
Le comienzo a lamer los pies , luego paso a los tobillos, se ha abierto de piernas para que me coloque entre ellas. Aprovecho para rozar mis pezones contra su vello. Mi objetivo está más animado y comienza a levantarse cuando chupo y muerdo sus muslos.
Le agarro la polla y suelto mi saliva sobre ella que la envuelve al deslizarse sobre la carne endurecida. Le masturbo con la derecha, con la izquierda me toco mi botoncito rosado, que está deseando que lo mimen.
Me encanta verle así , excitado, con ganas de mí, sabiendo que le provoco, que saco la bestia que tiene dentro.
Estoy sentada sobre su pierna derecha, mi concha valora la dureza de sus huesos restregándose , le mojo con el resto del semen y mis propios flujos. Me masturbo tranquila, gozando del va y ven de mi pubis.
-
¿ Te gusta tu mujercita?-
- Nena eres una joya. Sigue ….mira cómo se está poniendo.-
- Muy dura, muy grande ….para comérsela.-
-
Pues cómetela , putita.-
Me entretengo un poco más en pajearle, Mi puño desliza por la verga tiesa, ayudado por la saliva que lubrica el movimiento de arriba y abajo. La quiero muy muy dura. Luego paso la punta de la lengua por el glande, me entretengo en el pellejo del prepucio, paro la mano y surco el canal del arma, la boca de su lava
-
Puta...sigue..no seas cabrona.-
Me la meto en la boca, uso mis labios como almohadillas que aprietan con suave firmeza su lanza. Al principio es sólo el cabezón, luego parte del tronco , hasta que cabe entera. Lo hago despacio, no quiero sentir arcadas, me llega al principio de la garganta.
Voy concentrándome en el ciruelo y la parte más próxima. Me he restregado tanto contra su pierna que mi concha parece un charco.
-
Soy tu yegua. -
Me encanta sentirme yegua. Acá, en Argentina, te dicen yegua cuando sos una hembra garbosa, sensual, en celo pidiendo que la cojan. De jovencita , en la estancia de unos amigos de mis padres, vi como a una la cubría un semental. Fue un espectáculo que hizo que me mojase pese a mis pocos años, una fantasía recurrente en algunas de mis masturbaciones solitarias. Esa polla enorme buscando el coño de la hembra, ondeando hasta que lograban que entrara, y cómo se movía el garañón , loco poseído por el sexo, mordíendola hasta que descargaba su leche.
Me pongo en cuatro, muevo la cola, estoy pidiendo guerra.
- Elena...eres una perra en celo....te voy a romper ese coño mojado...de golfa ansiosa.-
-
Rompeme...metela hasta dentro....AAASIII.-
Mi marido no anda con preámbulos, mientras hablamos me la mete hasta dentro, sin miramientos, aprovecha mis flujos que lubrifican la vagina, mi concha abierta de deseo y me la clava hasta el fondo.
Es una máquina a toda presión y velocidad, sus mete y saca son rápidos, potentes, profundos. Se ha corrido hace poco y sabe que tardará tiempo en soltar su leche.
-
Mi vida...para un momento.-
Deja de moverse, con su espada dentro de mí hasta la empuñadura. Yo estiro el brazo y agarro un cojín del sillón cercano
.
Lo coloco en el suelo, y apoyo en él la cabeza sobre mi brazo izquierdo. Mi mano derecha busca mi clítoris.
- ¿ Te vas a tocar para correrte más veces?-
- Sí, quiero venirme hasta caer muerta y gemir..chillar ...no cortarme por nada.-
- ¡ Qué chica más caliente!....te voy a dar caña a tope...hasta que revientes...potrita.-
- Dale a tu yegua....mi vida ...mi macho.-
Yo me estoy acariciando el botón del placer mientras hablamos , mi marido vuelve a sus traca- traca rápido, profundo, duro. Empiezo a gemir como una gata en celo a la que cogen, él está callado concentrado en meterla con ansias, lujurioso, disfrutando de lo salvaje del polvo. Me conoce muy bien y sabe mi respuesta cuando me dice:
-
Nena...avisa cuando estés a punto de correrte.-
- Me queda un poquito...sigue así... ¡ que lindo!...ay...aayy...aaayyy.. ¡ Dios mío!...que bien coges....-
Mis maullidos suben en intensidad, lo mismo que se mete y saca , me tiene agarrada por la cintura y acompasa su va y ven al polvo.
- Aaahhhh...ya...me vengo...-
El cabrón se para, deja que sea yo la que me mueva buscando que su polla me rompa.
- Así mi yegua...córrete putita...más rápido.-
Y me da unas nalgadas, sus azotes no me duelen ,me excitan aun más, hacen que explote y vea las estrellas. Me paro dejando mi cuerpo
muerto. Ha sido sublime. Él sigue dentro de mi con la verga dura, pétrea.
Me deja descansar un minuto escaso, haciendo que vuelva en mí, me junta los muslos, ahora mis piernas están rodeadas por las suyas, y empieza a moverse despacio, casi la saca, hasta dentro deslizándose por mi túnel ,que se ha estrechado por la postura, y la envuelve como la media al muslo.
-
Cariño, ¿ te apetece una vez más pero lento?.... anda vuelve a tocarte.-
- Si...mi tigre ….las veces que vos quieras...tu nena se viene... me lo haces tan bien que me vuelves loca......cómo te siento...me llenas...ayyy que lindo.-
La verdad es que tengo ganas de más, pero además es que no tengo alternativa, su voz dulce ha sido tajante , posesiva, mandona, me dice que él es mi macho, mi dueño, mi amor, mi marido y que quiere disfrutar más de mi cuerpo y de mi lujuria.
Me acaricio suave, tengo el clítoris muy duro, muy sensible, mis flujos hacen de lubricante, como un aceite balsámico que me ayuda en el camino del placer.
La verga me recorre la siento deslizar en mi interior, poco a poco me voy subiendo a la ola. Mi marido se da cuenta , mi ronroneo pasa a ser un ayyy y un uyyy cada vez más entrecortado. Si bien se retira despacio, cuando entra el último tramo es rápido, un golpe en lo más íntimo de mí.
-
Mi amor ...por favor ..sigue así...ay qué lindo...vuelvo a estar a punto...sigue ...sigueee....Yaaa....uuuuuhhhh....-
Me vuelvo a venir, respiro profundo,,,menudo principio de tarde., tres orgasmos, lo necesitaba, necesitaba coger fuera del dormitorio, gemir, maullar, chillar.
Mi chico sólo se ha corrido una vez, la sigue teniendo dura, ansiosa. Quiero hacerle un regalo, sé que le gusta mucho, a mi no tanto, pero hay veces que me apetece, saber que soy suya totalmente , que me puede usar cómo quiera. La saca, yo me embadurno los dedos con mis jugos lúbricos y me unto el ojete del culo. Se da cuenta que tiene una presa nueva para su lanza. Muevo mis nalgas invitándole, como una perra que busca macho.
Me vuelvo a apoyar en las manos y las rodillas, no hemos dicho nada, después de tanto gemido y griterío , nos cubre un silencio morboso.
Apoya su ciruelo en la puerta trasera, empuja abriéndola y entrando despacio.
- Ayy.-
- Nena ..¿Te duele?-
-
Un poco ….pero me gusta.-
- ¡Que prieto tienes el culo!-
Está toda dentro, me molesta más que me dolerme, se mueve tranquilo, no quiere hacerme daño, pero sí disfrutar de la estrechez de la funda que envuelve su polla.
-
Quiero darte placer....No te preocupes por mí...sabés que soy un poco masoca...y esa polla en el culo me está volviendo loca....así...así...más duro...rompeme...cabronazo … ¡qué bien coges!....quiero volverte loco.-
Acelera las metidas, me siento perversa, me doy cuenta que me encanta que me encule, me empiezo a mover cada vez más rápido acompasando sus embestidas , haciendo que aumente su goce,que sepa que soy suya, que soy su hembra, su gata, su perra , su yegua , su amante esposa.
Se ha vuelto salvaje, me grita, me dice palabras soeces, cada vez más sucias, más guarras y a mi me excita,me hace feliz , sé que no voy a venirme, pero no es eso lo que busco, quiero que disfrute él, que se sienta mi macho, mi dueño.
Me agarra las tetas cuando se corre, las aprieta mientras su polla suelta toda su leche. Se queda un rato dentro, luego nos desacoplamos . Él se va a lavar , yo me quedo levantando su ropa, pero...como siempre que me sodomiza sin forro, su leche me hace el efecto de una lavativa y marcho al baño, él ya se ha higienizado la verga. Mimoso me da un beso.
- Hay que ir a buscar a los niños al cole. Te saco la ropa.-
Cuando llego al dormitorio, me doy cuenta que sigue con ganas de más. Una remera blanca, una tanga, unas calzas, medias, deportivas y las bolas chinas en la mano.
- Deja que te las meta. Te quiero cachonda toda la tarde. Hoy cuando se duerman los niños, volvemos a la carga. ¿ Qué te parece hacerlo en la cocina?-
- Sos un marido perverso pero ..adorable.-