Madre, esposa, amante

Pocas cosas hay comparables al amor conyugal.

MADRE , ESPOSA , AMANTE.

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“Pareces agotada”-

me dice en voz baja mi marido, mientras me ayuda a meter los cubiertos en el lavaplatos. Los niños se han dormido,es el primer momento de tranquilidad que he tenido en el día. En la calle hace mucho frío, al julio porteño le acompaña una ola de viento polar.

-“

Las vacaciones de invierno es que matan y encima ,hoy ,Vero me ha dejado a su hijo toda la tarde”-

hablo bajo procurando que no se despierten las fieras

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Los días en España parece que fueron hace tiempo y sólo llevamos acá una semana”-

Mimoso, Lalo me abraza por la espalda y me besa en el cuello, apenas un roce, sus brazos rodean mi cintura. Me aprieto a él. Mis nalgas cubiertas por la el pantalón del chandal se restriegan contra su pubis. Noto su miembro gordo pero sin erección.

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“Estoy cansada pero caliente”-

cuando se tiene una pareja como la mía, hay que tenerla satisfecha - “

Un polvito me ayudaría a estar más relajada”-

Me froto más incitante contra su cuerpo. La verga se le va endureciendo y mete las manos bajo la sudadera. Me encanta sentir su caricia mientras sube hacia los pechos. Lo hace despacio, tomando posesión de cada centímetro de mi piel. Llega al corpiño y me toca con la punta de sus dedos la zona no cubierta. Yo aprieto más mi cola contra su polla. Suelta el broche y mis pechos quedan libres, anhelantes de ser conquistados.

-“

¡Qué tetas más cojonudas tienes!”-

me susurra mientras las soba con las palmas de la mano. Me sigue besando y lamiendo el cuello. Yo me esfuerzo en acabar de meter los platos en el lavavajillas. Estoy mojada y caliente. Noto los pezones erectos, ansiosos. Lanzo un gemido de placer cuando sus dedos juegan con ellos, sentir sus uñas recorriéndolos , haciendo que me excite más y más.

Cierro la puerta de la máquina, ahora mi marido me muerde suave el cuello, fuerte el hombro cubierto por la sudadera. Me retuerce los pezones, mezclando dolor y placer.

-“

Vamos a la cama y fóllame”-

le exijo cachonda.

No se hace de rogar , me toma de la mano y vamos al dormitorio, por el camino cerramos las puertas de los cuartos de nuestros hijos. Hacemos lo mismo con la nuestra. Enciendo la luz, me pone más hacerlo viéndonos.

Tardo menos en desnudarme que él, abro la cama y me tumbo con el cuerpo apoyado y las piernas fuera.

Mi marido se quita la ropa despacio, saboreándome con la vista, me acaricio la concha para incitarlo más.

-“

Estoy tan caliente que cómo me toque un poco más me vengo”-

Me meto los dedo y los saco empapados, me los chupo, saboreando mi feminidad. Está desnudo frente a mí, con la polla enhiesta, se la agarra con el puño y se da unos toques dejándome ver como sale y se oculta su glande.-

-“

Por favor, métemela y rómpeme”-

le ronroneo viciosa.

Me agarra los tobillos y me levanta las piernas mientras las abre, se va dejando caer hasta que la punta de verga entra en contacto con mi concha. Se restriega buscando el camino de mi gruta, no puedo más, la tomo y la dejo justo en la puerta de mi sexo, y entonces mi marido empuja lentamente para note cómo me penetra.

Se queda clavado en mi interior, le ha sido fácil recorrer mi vagina mojada, lubrificada con mis jugos de pasión. Yo uso mis músculos para apretar su mástil que me llena ( un valor añadido al uso de las bolas chinas).

-“Te quiero, gatita”-

me susurra cuando empieza a moverse, lo hace lento al principio, deslizando la polla por mi túnel de pasión. Repite la operación de dentro casi fuera más de veinte veces, me encanta que se controle, que me permita gozar del sentir el vacío y el llenado de mi intimidad.

Tenemos los ojos clavados el uno en el otro, viendo como la lujuria nos va invadiendo, haciendo que recorramos el camino del goce maravilloso.

-“Dame fuerte”-

le suplico. No se hace rogar, cambia el ritmo, como una taladradora poderosa me folla salvaje, rápido, profundo, golpeando su pubis contra mi clítoris que se asoma vicioso entre mis labios íntimos.

-“

Sigue asiii....asiiii.....por fa.....aahhhh.....suelta la leche.....me voy ….a venir...aahhh”-

gimo cegada de sexo.

-“

Quiero ver como te corres.....saber que eres mía....”-

-“Soy tuya....aaayyyy... tu esposa....uuuuhhhh...tu amante...aahhh...tu gata...YAAAAAAAA”-

chillo mientras me dejo envolver en el orgasmo. _“

Nota como me corro...mi yeguiiiita...”-

las últimas embestidas, salvajes fuera de sí, acompañan la erupción de su esperma. Despues me suelta y se deja caer sobre mí.

Nos movemos despacio , con la pija dentro hasta acabar tumbados y abrazados, nos besamos en la boca, relamiéndonos, disfrutando de nuestro amor.