Madre ebria 2

Luego de la primera experiencia sexual con mi progenitora, tuve la necesidad de repetir aquel momento en el que, con mi verga completamente dura, la penetrara en continuas ocasiones y apreciar cómo se retorcía de placer. Es importante señalar que una mujer como mi madre provoca la arrechura de mucho

Madre ebria 2

Luego de la primera experiencia sexual con mi progenitora, tuve la necesidad de repetir aquel momento en el que, con mi verga completamente dura, la penetrara en continuas ocasiones y apreciar cómo se retorcía de placer. Es importante señalar que una mujer como mi madre provoca la arrechura de muchos varones y mujeres. Pero el valor añadido es que el incesto lo vuelve más  excitante.

Ha pasado una semana desde la primera cogida con mamá. Pasé las noches pensando en su bello cuerpo desnudo y me masturbé imaginándola en las poses más ricas que una mujer puede hacer.  Sin embargo, sentí que ella quiso olvidar aquel momento de entrega carnal. Me evitaba y reducía sus conversaciones a cosas netamente domésticas.

Evidentemente no me rendí. Decidí que el fin de semana, mi pene debía entrar nuevamente a la cavidad vaginal de mamá. Lo malo era que ella, al estar sobria, no se desinhibiría como aquella noche en el hotel. Necesitaba darle algo de licor para que se suelte.

Mientras el domingo por la tarde transcurría, vi que mamá fue a la cocina. Yo también ingresé Llevaba un pantalón holgado  y mientras me daba la espalda, le manoseé todo el culo de manera descarada. Ella volteó precipitadamente y me miro con sorpresa. Estaba nervioso y le ofrecí un poco de vino. Ella aceptó el vaso y supe que ella quería que yo me insinuara. Lo estaba esperando. Tomo todo el vino de solo golpe y se volteó otra vez. Yo me pegué a ella cogiéndole las tetas y moviéndolas. Empezó a jadear. No nos dijimos nada pero cuando empecé a meter mi mano por su sexo, me apartó  y salió de la cocina. Pasó la noche como si nada y en la madrugada fui a la cocina a beber agua porque no podía dormir. Estaba pensando en mi madre. Estando en la cocina sentí unos pasos y era ella. Estaba con su ropa de dormir y muy desaliñada, aun así se veía hermosísima.

Nos miramos y se sentó conmigo.

-          ¿ Y ahora? – me dijo seriamente.

-          Terminemos la botella- contesté.

Así lo hicimos sin decirnos nada. Ya acabada la botella, ella estaba algo adormecida y con la cara rosada. Me paré y saqué mi verga, ella con sus manos empezó a pajearme y luego me la chupó. Había más licor y abrimos otra botella. Mientras bebíamos, nos besábamos. Perdimos la noción del tiempo y ya había bebido tres botellas. Estaba lista. La empotré contra la mesa de la cocina, le bajé el pantalón, No hubo necesidad de chuparle la concha porque ya estaba húmeda y se la ensarté. Le empujaba duro así durante varios minutos. Ella gemía de placer y yo sentía la calidez de su sexo. No pude aguantar mucho y me corrí dentro. Ella lo advirtió y se limpió rápidamente  la vagina y se fue.

Yo quedé con los pantalones abajo y con mi pene regresando a su estado natural.

Durante una semana nos encontramos en las madrugadas para nuestra sesión de sexo en la cocina. Lo hacíamos en el piso, encima de la mesa, contra la refrigeradora. Ya no hubo más necesidad de licor. Ninguna miembro de la familia lo descubrió. Pero pensamos mejor en cuidarnos y trasladamos nuestro lugar de encuentros sexuales a la cochera. Así también la sometía contra el auto y también en la parte trasera. Ella no era de hablar mucho. Pero me decía que era mi perra y que le pidiera lo que sea.

Así fue que maquiné la idea de hacer un trío. Sin muchos miramientos me contacté con una madura con la que había tenido breves encuentros en su departamento y le hablé de mi situación. Era muy abierta sexualmente y no hubo muchos moralismos al decirle que podríamos hacer un trío con otra señora. Claro, le dije que andaba con otra madura. No le dije que era mi madre. Así que ella accedió. Nos encontramos en la casa de Esther, la milf, y le dije que mi otra amante, nos grabaría teniendo sexo. Esa idea la puso a mil. Sería mi madre quien agarrara la cámara mientras ve cómo su hijo de brinda placer a otra madura como ella.

El licor era factor clave. Aunque sé que mi mamá estaba más suelte, un trío con su hijo, es otro nivel. Ella se conocieron, hablaron un poco de temas sexuales y bebimos bastante.  Era como un trámite. Me desvestí y quedé totalmente desnudo con la verga parada, mi madre sacó el celular y grabó cómo Esther me hacía una felación, cómo escupía en mi glande y demás guarrerías. Además de filmar, mi mamá estaba aprendiendo a ser más puta de lo que ya era.

Esther, se quitó la ropa y traía una lencería muy cachonda con una aberturas en las partes de las tetas, culo y vagina. Sin más, me precipité a ella como un desesperado mordí sus tetas. Ella suspiraba y miraba hacia el techo mientras se masturbaba. La puse contra el sofá, escupí en su concha y le penetré diciéndole grosería. Jalándole el cabello. Mi madre se quedó pasmada con el celular en la mano. Luego reaccionó al verme  sudoroso con mi milf disfrutando. Se acercó para hacer planos más cerrados y me dio órdenes.

-          Dale una nalgada

-          ¿Así? – mientras azotaba a Esther-

-          Más fuerte- decía-.

-          ¿Así?

-          Sí, sigue así, déjale el culo rojo.

-          ¿Qué más hago?

-          Háganlo en alfombra como animales- contestaba con miradas de pícaras.

Nosotros obedecíamos mientras era inmortalizado ese momento de lujuria y locura. Hice lo que se me antojó con Esther y ella gemía y gemía. Me chupaba los huevos, se metía mi pene muy adentro y se atragantaba. Me solicitaba que le dé de perrito  y que me corriera. En ese momento mi mamá se encontraba en el sofá, con el pantalón abajo y masturbándose mientras admiraba  a dos cachondos llenos de sudor y en el cuarto oliendo a vagina y fluidos. Siento que la idea de compartirme la excitaba aún más. Dejó de grabar. Y se masturbó con más desenfreno. Mientras me miraba a los ojos. Esther con los ojos cerrados era sometida en cuatro.

Estaba a punto de correrme y se los dije. Esther me pidió que resistiera un poco más, que ella también quería hacerlo. Pensé en otras cosas para no venirme y al rato, mi milf dejó salir todo el squirt y mojó el piso. Le dije que se arrodillara para recibir mi semen en su cara y me pidió que me corriera adentro. Insistí una vez más, y ella totalmente exhausta, su arrodilló frente a mí. Inmediatamente mi madre se coloco al lado de ella en la misma posición y comenzó a chuparme toda la verga. Esther miraba sorprendida porque mi progenitora lo hacía como toda una sucia escupiendo y atragantándose. Me la chupo tan rico que no soporté más y me corrí dentro de su boca. Ella se atoró y lo escupió en el suelo, que por cierto estaba empapado de los fluidos de Esther. Nos echamos al sofá a ver cómo se había grabado todo.

Esther sostenía la cámara viendo y riéndose de nuestra película amateur. En ese momento se me ocurrió algo mucho mejor. Exhibir vía webcam cómo penetro a mi madre. La idea me excitó tanto que luego de unos minutos tenía la verga totalmente dura de nuevo. En esta ocasión le tocaría a mi madre ser la follada y Esther de espectadora.

Continuará

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