Madre e hijo XVIII. La historia de Juana y Martín

Último día de vacaciones y todo puede pasar: La calentura de Juana es extrema!

Al despertar en lo que sería el último día completo de vacaciones de Juana y Martín, ella sintió como la verga de su hijo estaba durísima contra su culo. No pudo evitar sentirse excitada y comenzó a moverse para sentirla más profundamente. Martín por su parte, casi entre sueños, se movía al mismo ritmo del culo de Juana y su verga estaba durísima.

-          Me parece que ya empezamos, Juana susurraba

-          Mmmm, me encanta sentir tu culo moverse contra mi pija. Martín, aún con voz de dormido le decía a Juana en un tono firme

-          Mmmm, y a mí me encanta sentir tu pija en mi culo, Juana sostenía el nivel

-          Mmmm, Martín no demoró un segundo en meter las manos debajo de la remera de Juana buscando sus pechos

-          Aghhh, ni bien sintió sus manos recorrer su piel a Juana se le endurecieron los pezones de manera instantánea

-          Mmmm, me encantan tus tetas, mami! Martín las sopesaba y frotaba los pezones con sus dedos

-          Aghhh, me encanta lo que me estás haciendo, Juana se retorcía de placer y apretaba aún más su culo contra la pija de su hijo

-          Mmmm, Martín sintió el impulso de besarla, pero lo reprimió el hecho de saber que su aliento de recién amanecido no sería el mejor

-          Mmmm, Juana bajó la mano y moviéndose con dificultad pudo bajarse la bombacha hasta sus rodillas

-          Ufff, Martín no dejó pasar la señal que le deba su madre y comenzó a bajarse, no sin dificultad, el calzoncillo liberando su verga, que caliente y dura golpeó contra la cola de Juana

-          Aghhh, susurró Juana cuando sintió esa barra dura

-          Mmmm, nada más lindo que arrancar el día así. Martín agarró firmemente su pija y la apoyó en la entrada de la concha de Juana

-          Aghhh, ya me la vas a meter? Juana se hacía la bebota

-          ¿Vos que queres que haga? Martín colaboraba con el juego

-          Mmmm, a mí me gustaría que me la metas…Juana, divertida, continuaba el juego

-          Mmmm sí? Martín empujó un poco y la cabeza de la pija se fue abriendo paso desde atrás en la cueva de Juana

-          Aghhh, como me gusta tu pija Martín! Juana sentía esa barra caliente comenzar la entrada en su vagina

-          ¿Así? Martín empezó a cogérsela desde atrás despacio y bombeándola lentamente.

-          Aghhh Si Martín! Cogeme así! ¡Por favor! No la saques y seguí cogiéndome todo el día, Juana se sentía plena cuando su hijo la penetraba

-          Mmmm, me encanta cogerte, mami!!! Martín le hablaba al oído

-          ¡Y a mí que me cojas! Juana sabía qué responder y cuando…

-          Mmmm, Martín seguía detrás de su madre cogiéndola y abriéndole las nalgas para hacer la penetración más profunda

-          Aghhh, Juana colaboraba abriendo las piernas

-          Mmmm, me voy a quedar todo el día cogiéndote hasta que nos vengas a buscar para irnos, Martín a esta altura ya decía cualquier cosa que le venía a la mente

-          Mmmm, no me vas a dejar salir de la habitación en todo el día? Juana respondía lo que tanto ella como su hijo querían oír

-          No, ¡te voy a coger todo el día! Vení! Martín la agarró y la puso en cuatro patas manteniendo la penetración por la concha

-          Aghghhhh Siii! Cogeme así! ¡Dale! Juana estaba en el aire

-          Aghhh mami, me encanta cogerte así! Martín la tomaba fuertemente de las caderas y miraba el cuerpo desnudo de su madre delante de él y se excitaba terriblemente

-          Mmmm, me encanta que me cojas! Juana giraba la cabeza para mirar a su hijo y le sonreía con su cara aun somnolienta

-          Agghhh, si si! Martin seguía bombeando

-          Mmmm, Juana bajó una mano para acariciarse el clítoris, pero en el momento cambió y comenzó a sopesar y acariciar los duros y pesados huevos de su hijo

-          Aghhh mami, me encanta! ¡Pero pará porque no aguanto! Martín sentía un placer desconocido al estar penetrando y sentir las caricias de las manos de su propia madre en sus huevos

-          ¡No importa mi amor!! ¡Acaba tranquilo! Llename de leche!!! Juana apretó apenas los huevos de su hijo al decir esto y los soltó volviendo a acariciarlos

-          Agghhh acabo mami! Aghhh perdóname, pero… Aghhh Aghhh Agghhhh Martín comenzó una serie de embestidas muy profunda

-          Aghhhh si si! Juana casi se sentía desgarrada por la gruesa verga de su hija

-          Mmmm Aghhh Aghhh si si me encanta! Siiiiii! Martín seguía tomando firmemente las caderas de su madre

-          Agghhh Siiii, Juana empezó a contraer su vagina para proporcionar un mayor placer a su hijo

-          Mmmm, me encanta eso que me haces! Martín sentía las contracciones sobre su verga y los espasmos de su eyaculación no paraban

-          Aghhh Si! ¡Me encanta sentir tu pija latiendo en mi concha! Juana estaba totalmente entregada

-          Aghhh Aghhh

-          Aghhh MMmmm

Se desplomaron juntos en la cama. Volvieron a la posición de cucharita sin que la verga de Martín saliera del interior de Juana. Él la acariciaba por el costado de su cuerpo, y ella aprovechaba para pegarse aún más, con la cola contra el cuerpo de su hijo. Martín sentía que había acabado muy rápido y le debía a su madre un orgasmo, se lo hizo saber:

-          Mami, vos no acabaste. Queres que te haga algo?

-          ¡No mi amor, no hace falta! ¡Ya tendremos tiempo! Y no pasa nada si no acabo, ¡quedate tranquilo! Juana si bien se había quedado caliente, sabía que disfrutaba mucho con el placer de su hijo

-          ¿Segura? ¡Yo no tengo problema en chuparte o lo que quieras! Martín bajaba la mano para frotar el clítoris de su madre

-          ¡Está bien, Martín! ¡No pasa nada! Juana le retiró la mano de su concha y lentamente fue levantándose hacia el baño

-          Mmmm, segura mami? Martín se sentía en deuda

-          Martín! Juana se dio vuelta para hablar con él y su cara era de seriedad

-          ¿Que pasa? Él se asustó

-          ¡No pasa nada! Solo decirte que me parece muy bien que busque el placer de la otra persona aparte del tuyo. Muchas chicas se van a sentir muy bien con vos y eso me gusta, pero en este caso no te hagas problema. Yo voy a estar bien. Juana se metió en el baño

-          ¡Gracias Mami! ¡Por enseñarme tanto! Martín hablaba en voz alta para ser escuchado del otro lado del baño

-          ¡Dale! Cámbiate y desayunemos

-          ¡Perfecto, mami! Martín se metió en la ducha y se bañó rápidamente

-          Yo me voy cambiando, Juana en la habitación, después de pensarlo durante un instante, se colocó el bikini blanco y diminuto para ir a la playa, esta vez sin su hijo

-          ¡Ya estoy! Martín salió y comenzó a cambiarse

-          ¡Yo ya estoy lista! Juana se había colocado un vestido por encima del bikini por lo que su hijo no pudo darse cuenta de que llevaba aquella diminuta prenda

-          ¡Vamos a desayunar y nos vamos directamente! Martín estaba bastante apurado, quería comprar unas zapatillas que sólo podría conseguirlas allí

-          ¡Vamos! Juana salió con él de la habitación

Desayunaron juntos y salieron directamente hacia la playa donde Juana se quedaría sola esperando a que su hijo la pasara a buscar. Al llegar a la playa Martín le volvió a preguntar:

-          ¿No tenes problema en quedarte sola?

-          ¡Claro que no! Me traje un libro, el MP3 y la verdad es que 5 o 6 horas pasan rapidísimo

-          Bueno, ¡ok! ¡Me voy así no se me hace tarde! Le dio un piquito en la boca

-          Eso si no vuelvas después de las 5 que a las 7 nos pasan a buscar y tenemos que terminar de armar las valijas, Juana volvía a ser madre

-          Ok, ¡no te hagas problema! La volvió a besar en la boca

-          ¡Chau! ¡Y cuidado en el camino, manejá tranquilo y salí con tiempo para no tener que correr en las rutas! ¡Son caminos que no conocés! Juana quería dejar sus últimas advertencias

-          ¡Si Si! ¡Pero si seguís hablando no salgo más! Martín la cortó divertido y salió rumbo a esos lugares

-          ¡Chau! Juana se dirigió a la playa y se ubicó en una reposera bastante alejada del resto

Ni bien llegó se comenzó a pasar protector pese a que el cielo estaba cubierto por algunas nubes pasajeras. Se acostó en la reposera, se puso el MP3 y sacó un libro para leer. De a ratos detenía la lectura para mirar al mar y en esos momentos se detenía a pensar en todo lo que había ocurrido con su hijo durante esos últimos días. No se sentía culpable y realmente al recordar ciertos detalles se volvía a calentar. Encima no había llegado a acabar y eso la mantenía inquieta. Unas voces la sacaron de su pensamiento.

-          ¡Pero mirá quien está acá Agus! Juan, el argentino y su amigo se acercaban a la reposera de Juana

-          ¡Ah bueno! ¡Pero que linda sorpresa! Agustín se acercaba y saludaba a Juana con un beso en la mejilla y se sentaba en otra reposera a su lado

-          ¡Hola! ¿Cómo están? Juana se sorprendía e intentaba buscar algo para taparse, ya que ese bikini que, si bien ellos ya habían visto, era casi un escándalo

-          ¡No hace falta que te tapes, Juana! Juan recordaba su nombre perfectamente

-          ¡Estamos en confianza! Agustín se sumaba a su amigo

-          ¡Está bien! Juana se soltaba

-          ¿Donde está tu marido? Juan revisaba las cosas cercanas, no veía nada perteneciente a un hombre e íntimamente se alegraba

-          No está, se fue a Cabo Frío a comprar unas cosas, reconoció Juana

-          ¡Ah qué bien! Juan no pudo reprimir su alegría

-          ¿Qué bien por qué? Juana ya empezaba a jugar con los chicos

-          ¡Porque nosotros también vamos a estar solos toda la tarde! Agustín sonreía y miraba descaradamente el cuerpo de Juana apenas tapado por unos pequeños retazos de tela

-          ¿Y eso que tiene? Juana ya estaba empezando a pensar en las intenciones de estos chicos y no sabía si continuar siguiéndoles el juego

-          El tema es que estamos solos porque nuestras novias se van a Río dos días y nosotros preferimos quedarnos un día más y después ir para allá así las dejamos para que compren tranquilas…y ¡mirá que linda sorpresa nos deparó el destino! Juan sabía utilizar el lenguaje e ir llevando a Juana poco a poco

-          Aparte, terció Agustín levantando la vista hacia el cielo, mirá como se está poniendo el día. Puede terminar siendo muy aburrido…

-          ¡Ay chicos! ¡Ustedes son muy pícaros! ¿Que hacen los dos hablando con una señora como yo en la playa? Aparte tienen novia los dos. Está mal lo que hacen. Juana se defendía como podía

-          ¿Que tiene de malo?, Juan no se achicaba, al contrario, le miraba descaradamente las tetas apenas cubiertas y decía: ¡Estamos disfrutando de compartir un momento con una mujer hermosa y con unas…cuerpo increíble! Casi se le escapa “tetas” pero alcanzó a reprimirse

-          ¿Ibas a decir “tetas”? ¡Que desubicado que es mi amigo! Perdonalo! Agustín sabía cómo colaborar en esto. Evidentemente no era la primera vez que abordaban una mujer entre los dos.

-          Bueno, no sé si iba a decir eso, Juana ya se volvía a prender en el juego

-          Debo reconocerlo…Juan bajaba la cabeza en señal de arrepentimiento y volvía a mirarla a los ojos a Juana

-          Sos tremendo! La sonrisa de Juana mostraba que no estaba enojada, al contrario, le gustaba esto. Aunque sabía que debía detener esto, no quería hacerlo

-          ¡Es que es verdad! Discúlpame Juana lo que te voy a decir, pero tenes unas tetas tremendas. Juan iba a fondo

-          ¡Otra vez! Agustín hacía lo suyo. ¡Ahora te falta decirle también que ese bikini le hace un culo perfecto y listo! Sos un desubicado total!

-          Jaja! ¡Eso ya lo dijiste vos! Juana lo miraba a Agustín con otra de sus encantadoras sonrisas.

-          ¡Es verdad! ¡Eso lo dijiste vos! Juan rápido se metió. ¡No podés ser tan desubicado vos también! ¡Que yo me desubique y le diga que tiene buenas tetas vaya y pase pero que ahora vos que tiene un culo perfecto ya es mucho! Va a pensar cualquier cosa de nosotros.

-          Mmmm, ya no sé qué pensar de ustedes, Juana reía divertida. Mientras tanto, en el cielo se dibujaban nubes cada vez más grises

-          Ufff, me parece que nos vamos a tener que ir! Mirá como se puso el cielo! Agustín insistía

-          Juana! ¿No queres venir a nuestro departamento a tomar unas cervezas mientras esperamos que mejore? Justo estamos alquilando acá a tres cuadras. Juan ya iba de frente

-          Mmmm, no me parece…Juana estaba realmente caliente pero no quería parecer fácil y menos aún entregarse a dos hombres en simultáneo, aunque la idea la seducía

-          Mirá Juana, quedate tranquila que no vamos a hacerte nada…Agustín empezaba

-          …que vos no quieras! Ya sé lo que vas a decir, Juana lo interrumpió

-          Jaja, sos muy inteligente Juana y sabes cómo manejar a dos chicos como nosotros, Juan la llevaba para su propio terreno

-          ¡Eso! No tenes que preocuparte, vos vas a saber cómo controlarnos a nosotros, sos una mujer que la tiene muy clara…Agustín era el ladero perfecto de Juan

-          Mmmm, no sé, aunque está lloviendo y no tiene sentido quedarse mucho tiempo acá! Juana miraba al cielo y las primeras gotas empezaban a caer

-          Mirá acá la lluvia, en general, para enseguida. Si te parece vamos al departamento que está acá nomas y si sale el sol volvemos, ¿que te parece? Juan la miraba fijamente a los ojos para inspirarle confianza

-          Está bien, ¡vamos! Juana lo soltó de repente y ellos se miraban como no creyendo lo que acababan de oír

-          Yo te ayudo con las cosas, Agustín solícito empezó a recoger todo lo que estaba por ahí

-          Yo voy yendo a buscar nuestras cosas a la sombrilla nuestra y los alcanzo, dijo Juan rápido como no permitiendo que Juana se arrepienta

-          Bueno…yo…Juana se dejaba llevar por Agustín que rápidamente le tomo la mano para guiarla por la playa. Ella se había colocado el vestido

-          Ahí está Juan, a la salida del parador estaba su amigo y juntos caminaron las tres cuadras juntos hablando tonterías

(continuará…)

Si les gustó pueden escribirme a reybaco2005@hotmail.com