Madre e hijo VIII La historia de Juana y Martín
Siguen las vacaciones de esta madre y su hijo. Esta vez se le une una pareja de recien casados en la playa
Juana se despierta y se da cuenta de que está abrazada por su hijo. Ella está con la bombacha y las tetas al descubierto mientras que Martin la apoya estilo “cucharita” mientras duerme. Se remueve en la cama y se levanta despertando a su hijo. Este se despereza en la cama mientras ve a su madre, que en tetas se dirige al baño. Ya la tiene parada y nada parece indicar que se le va a bajar. Juana se empieza a vestir. Se pone el bikini, se lava los dientes y la cara mientras Martin ingresa en el baño sentándose para hacer pis. Ella lo mira y le sonríe. Él le corresponde.
- ¡Buen día! ¿Cómo dormiste? Juana arranca la conversación tratando de romper el hielo
- Muy bien. Martin le sostiene la mirada
- Me alegro, Juana se sonríe
- ¿Vamos a desayunar? tengo hambre… dice Martín
- Y si… Hay que reponer jajaja Juana suena divertida y eso Martin lo toma como una buena señal
- Jaja es verdad! Hay que reponer lácteos, Martin ríe cómplice y aprovecha para dejar en claro que no va a aflojar con el tema
- Dale vamos que muero de hambre, dice Juana dejando el baño y terminando de vestirse
Cuando bajan a desayunar se encuentran nuevamente con Ana y Daniel y comparten la mesa de 4 en la que estaban sentados ellos. Ana les comenta que hoy es el último día de ellos y que van a ir a una playa retirada, mas desierta y privada pero que es hermosa. Juana y Martin se miran y dicen que les gustaría conocerla. ¡Perfecto! Son las 9. Les parece 9.30 acá abajo y vamos en el auto que alquilamos nosotros, dice Daniel. Perfecto asienten Juana y Martin y suben a prepararse para el día en la playa alejada
Suben al auto los cuatro, los hombres van adelante conversando y las mujeres hacen lo propio en el asiento de atrás. Los hombres charlan de futbol. Daniel y Martin son ambos hinchas de River y se ponen a hablar de sus equipos. Las mujeres hablan del lugar y de las playas. Ana le comenta a Juana que la playa a la que van es semi nudista. Es decir que va muy poca gente pero que se puede practicar nudismo.
Llegan a la playa después de 25 minutos de carretera. La playa es completamente desierta y no hay nada a la vista. A lo lejos se ve una pareja con una sombrilla y ambos parecen estar desnudos. Daniel y Ana bajaron del auto unas sillas y una sombrilla y las colocaron cerca de una palmera para poder disponer de más sombra. Las chicas se acostaron rápidamente en toallas y los chicos en sendas sillas de playa. Las chicas se despojaron de sus ropas y les pidieron a sus parejas que las ayudaran con el protector para ponerse al sol. Una vez en las toallas Juana y Ana comenzaron a charlar:
- ¡Que linda que es esta playa! De donde la sacaron? Preguntaba Juana
- La verdad es que nos la recomendaron unos amigos que habían venido
- Ah que bueno
- Sí, el tema es que queríamos ver si nos animábamos a desnudarnos, pero bueno…decía Ana
- ¿Qué pasa? Por mí no se repriman, eh, dice Juana
- No sé, es muy raro…Ana se hacía la tímida
- Bueno, ¡por mi cuando quieras! Juana la invitaba
En las sillas los hombres hablaban con la vista en sus mujeres.
- Íbamos a practicar nudismo en esta playa, dice Daniel
- ¿Si? ¿Y porque no lo hacen? Martin los instiga
- Ana!! ¡Dice Martin porque nos desnudamos si lo teníamos pensado! Daniel invita a su mujer
- ¿Ustedes no se animan? Ana los desafiaba
- No… Bah, ¡no se! ¿Vos Juana te animas? Martin le tiraba el fardo a su madre
- ¡Dale! Le decía Ana
- Empiecen ustedes, les decía Juana
- Bueno, yo siempre dije que fuera del país me animaba y acá no parece haber nadie conocido así que... Ana se sienta se saca el corpiño dejando a la vista unas tetas blancas, medianas y de pezones rosados y se va corriendo al mar.
- Esperá que voy con vos! Grita Juana y la acompaña. Juana no se anima a desnudarse
- ¿Y vos? ¿Te vas a desnudar? Martin le pregunta a Daniel
- Si, en algún momento lo voy a hacer. ¿Y vos? ¿Te animas? Daniel lo pinchaba
- Creo que si…
- ¡Si no lo hacía ahora, no lo iba a hacer nunca! En el mar Ana se confesaba con Juana
- Es liberador, ¿no? Juana se siente curiosa contemplando la desnudez de Ana
- ¡Si! ¡Totalmente! ¡Deberías probarlo! Ana insta a Juana a hacerlo
- ¿Vamos a las toallas? Dice Juana
- ¡Vamos!
- ¡Que linda que te ves! Daniel le dice a su flamante esposa
- ¡Gracias mi amor! Ana va y lo besa
- Ponete protector por favor! Daniel le tira el bote a su esposa. Estas muy blanca
- Sí, ¡me voy a pasar! Ana se seca las tetas y empieza pasarse protector por las tetas. Sus pezones se empiezan a poner durísimos
- ¡SI, si cuídate! Le dice Juana sin poder sacar la vista de las tetas de su compañera
- ¡Ahora me toca a mí! Daniel se desnuda y una verga mediana, morcillona y totalmente depilada sale a la vista. Luego sale corriendo al mar
- ¡Voy yo también! Martin lo acompaña haciendo lo mismo. Se denuda y sale corriendo atrás de él
- ¡A bueno! Juana no puede creer lo que acaba de hacer su hijo.
- ¡Ah bueno! ¡Qué bien dotado que está tu marido! Te felicito
- ¡Gracias! Dice Juana. Si supieras que es mi hijo, piensa
- Ahhhh que lindo es estar en bolas comentan en el agua los dos hombres
- ¿Volvemos para allá? Vuelven caminando ambos
- Mmmm a Ana se le va la vista hacia la verga de Martin
- Y vos Juana, ¿para cuándo? Daniel la invita a desnudarse
- No sé, ¡no me animo! Juana se hace la difícil, pero tiene ganas
- ¡Yo te ayudo a que tomes coraje! Ana dice esto y se empieza a sacar la parte de debajo del bikini quedando totalmente desnuda, mostrando una concha totalmente depilada
- Ufff, la verga de Martin da un respingo
- Epa! ¿Qué pasó? Jaja Daniel le mira la pija a Martin y se burla riéndose!
- Y bueno, ¡es una reacción natural! Ana trata de justificarlo, pero no deja de mirar esa pija
- Ok Ok, Juana toma los breteles de su corpiño y empieza a desabrocharse
- ¡Qué buenas tetas que tenes! ¡Te felicito! Ana y todos le miraban las tetas
- ¡Gracias! Los pezones se le ponían duros
- Ponete protector vos ahora! Ana le alcanzaba el pomo
- ¡Gracias! Juana se empezó a pasar y todos empezaron a mirarle aún más las tetas
- ¡Bueno parece que quedamos solos! Ana ve como la pareja que estaba se empieza a vestir y se marcha de la playa
- Mejor, así estamos más tranquilos, dice Juana
- ¿Me acompañas a comprar algo para tomar y comer? Le dice Daniel a Martin
- ¡Dale, vamos!
Las chicas se quedan solas mientras los hombres agarran el auto para ir a comprar.
- ¡Qué lindo que es estar en bolas! Ana no se reprime
- ¡Yo no me animo a sacarme todo! Dice Juana
- ¿Porque?
- ¡No estoy muy depilada como vos! Reconoce Juana
- ¿Y eso que tiene que ver? Dale sacate que ahora estamos solas
- Bueno, Juana lo hace porque tenía unas ganas terribles de desnudarse. Con los hombres presentes no lo hubiese hecho
- ¡Qué buen cuerpo que tenes Juana! Ana la miraba curiosa y parecía excitada
- ¡Gracias! ¡Vos no estas nada mal tampoco! Juana correspondió el elogio
- Sí, ¡pero mis tetas son chiquitas! Ana se las toca y se pellizca los pezones
- Las mías son muy grandes, me parece. Juana hace lo propio con sus tetas
- ¿Las tenes operadas? Ana no puede dejar de mirarlas
- Noooo! Nada que ver
- ¡No te creo! Ana las mira con insistencia
- Tocá! ¡mirá! Juana le agarra la mano y la lleva a una de sus tetas…
- A ver… Ana le masajea una teta y le acaricia el pezón durante un buen tiempo
- Mmmmm. El pezón se le pone duro al instante provocándole una tremenda excitación a Juana, quien nuca había sentido nada así por una mujer
- ¡Es perfecta! Ana baja su mano y se toca la concha suavemente
- Mmmm estas toda depilada? Eso sí que se ve bien… Juana esta lanzada
- ¡Si es muy suave…mirá! Tocá! Y le agarra la mano a Juana
- No, pero... Juana no sabe cómo reaccionar
- Dale, ¡tocá sin miedo! y le pasa la mano muy cerca de los labios vaginales…
- Ahhhh que suave! ¿Es definitiva?
- ¡Si! Si soltarle la mano la pasa por la parte más húmeda de sus labios mayores
- Ufff estas muy mojada o me parece a mi? Juana esta sacada a esta altura
- Siiii, la verdad que entre la verga de tu marido y tus tetas se me revolucionaron las hormonas
- ¡Yo también estoy muy caliente! Juana se sonrojaba
- ¡Te juro que soy capaz de cualquier cosa! Ana le miraba las tetas a Juana
- Mmmm, yo también! Juana se mete la mano en su concha
- Mmmm, vos también estas mojada?
- Mucho, Juana que se había metido dos dedos en la concha se los muestra a Ana
- A ver…Ana le agarra la muñeca y se lleva los dedos de Juana hacia su cara
- No hagas eso porque no respondo de mi… Juana estaba lista para la aventura
- Mmmm Ana se metió los dedos de Juana en la boca y los chupó
- Dame un beso…Juana se lanzó
- ¡Buenas! ¡Volvimos! Daniel empezó a gritar desde unos 30 metros
- Noooo, la cara de Juana era un poema
- ¡Me muero! Ana la miró con pena
- ¿Cómo están las chicas? Martin animadísimo llegaba con una bolsa con latas de cerveza
- ¿Vamos a comer? Daniel se sentó en su silla
- ¡Ok ahí vamos! Ana se puso el bikini y fue donde estaban los chicos
- ¡Ahí voy! Juana hizo lo propio poniéndose el corpiño y se dirigió hacia allá
Comieron los cuatro juntos y se rieron mucho. Realmente Daniel era muy divertido y Ana no se quedaba atrás. Juana y Martin tampoco desentonaban. Por la tarde decidieron desnudarse por completo todos. Juana no se atrevía y Martín tuvo que insistirle. En el momento en que Juana se quitó la parte de debajo de su bikini a Martín se le paró de una manera animal. Martín no podía creer en estar viendo la cincha de su madre rodeada por una cuidada mata de pelos. Juana estaba muy colorada después del día anterior. En determinado momento Juana, desnuda como estaba le pidió a Martin que le pusiera protector en la espalda. Daniel se puso a hacer lo mismo con Ana. Hasta ahí no había tensión sexual. Pero sucedió que a Martín se le empezó a parar nuevamente y como el chico tiene una herramienta que llama mucho la atención en reposo cuando se le paró ya era un escándalo por el largo y ancho. La cabeza roja se exhibía totalmente y no podía pasar desapercibida para la mirada de ninguno de los presentes.
- ¡Se está poniendo dura la cosa! Ana mira a Juana señalando en dirección de la pija de Martin y se ríe
- Si, ¡parece que sí! Juana totalmente desnuda y masajeada por su hijo no estaba menos excitada
- Jaja, perdón! ¡Es que mi mujer me pone así! Martín tenía que seguir en el papel de marido. De todos modos, nadie sabía el secreto que ocultaban madre e hijo
- No quiero parecer homosexual, aclara Daniel, pero debo reconocer que tenes una muy buena pija
- ¡Gracias! Dice cohibido Martín
- Bueno, ¡ya se le va a bajar! Juana quiso poner un poco de paños fríos al momento
- ¡Y si! ¡Sino va a tener que descargarse de alguna manera! Ana lo dice como si fuera ella la que podría prestar esa ayuda
- ¿Me parece que las chicas tienen los pechos muy blancos, les ponemos protector? Daniel busca jugar un poco con la tensión que produce ver la pija de Martin tan levantada
- Pero, si se pone así por pasarle crema en la espalda, ¡ni me imagino si se la pasa por las tetas! Ana se ríe divertida
- ¡Si! ¡Mejor no! Juana intenta poner freno a esta situación
- Bueno, pero no pasa nada, si a ustedes no les molesta que este así, yo no tengo problema, dice Martin poniéndose abundante crema en las manos
- Por mí no hay problema, dice Ana
- Por mí tampoco, va a parecer una linda película porno, una mujer muy bien formada y un joven bien dotado acariciándola…Daniel decidió jugar fuerte
- No, ¡no sé si está bien! Juana hacía los últimos intentos por parar esto
- ¡No pasa nada mi amor! Martin se acerca a Juana y empieza a frotar el costado de un pecho y posteriormente su pezón
- ¡Sigan que está muy bien! Ana y Daniel no pueden dejar de mirar el masaje que Martin le estaba propinando a Juana
- Mmmm. Juana cierra los ojos
- ¿Te gusta? Le pregunta Martín mientras su pija da un respingo
- ¡A todos me parece que nos gusta! Ana hace referencia a Daniel que la tiene re parada
- ¡Y la verdad que sí! Daniel se toca la pija como si fuera una masturbación que empieza
- Pasame vos también a mí! Ana quiere ser tocada también
La tensión sexual es extrema y los cuatro están dispuestos a llegar más lejos. Aunque ninguno quiere dar el primer paso, pero sucedió una cosa que aplacó los ánimos de todos
En ese momento llegó una familia con chicos y empezaron a instalarse a metros de ellos. Los vieron desnudos y se sintieron incómodos, pero no se fueron. La mujer se acerca a los cuatro y les pregunta, en un castellano muy poco claro, si es una playa nudista que ella y su familia se iban, no había problema. No terminaron de contestarle cuando otra familia se acerca y empiezan a instalarse.
- No, en realidad es tanto nudista como no. Se puede hacer nudismo como no, pero si les incomoda a ustedes nos ponemos las mayas
- No, no. No tenemos problema.
Pero si bien siguieron desnudos un rato mas, el clima se había cortado por completo. Durante un rato más continuaron riendo y haciendo chistes, algunos de estos con tono sexual. Después se volvieron al hotel donde Ana y Daniel pasarían la última noche antes de volverse a Buenos Aires.
En cuanto llegaron al hotel se despidieron y Ana y Daniel se metieron en la habitación a coger como dos adolescentes.
(Continuará…)
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