Madre e hijo VII La historia de Juana y Martín.

Segunda noche de vacaciones. Sube la temperatura entre estos personajes

Al atardecer decidieron volver al hotel a bañarse. Primero pasa Juana y empieza a ducharse. A los gritos desde la ducha le dice a Martin que se quemaron mucho al sol y que le arde toda la piel. Sale envuelta en una toalla y le pide a su hijo que le pase post solar. Martin, de pie junto a ella, empieza a pasarle por toda la espalda y le dice que se baje la toalla sabiendo que ella no tiene nada debajo. Ella lo hace porque está de espaldas, pero no se da cuenta que, a través del espejo del baño, él puede verle perfectamente las tetas. Ella levanta mira hacia el espejo y ve que él le está mirando las tetas. Le sonríe cómplice mientras sus pezones se ponen duros por el efecto de la excitación y el frío gel que Martín le está aplicando. Hacen contacto visual con ella en tetas. Martin aprovecha y adelanta el cuerpo apoyándola. Juana deja caer totalmente la toalla. Abajo tiene puesta la bombacha. Martin, en short de baño y con el torso descubierto, flexiona apenas las rodillas para que el apoyo de su paquete en el culo sea total. Juana cierra los ojos. Martin la toma de la cintura y le apoya el culo en el medio de las nalgas. Juana corresponde moviendo el culo en círculos. Martin le empieza a besar el cuello, Juana se retorcía. Martín sube una mano acercándose a una teta de su madre. Juana lo detiene tomándole la muñeca.

-          ¡No Martin, no! ¡Eso no!

-          ¡Por favor! Martin suplicaba

-          Andá a bañarte, por favor

-          ¡No puedo, mirá como estoy! Martin se señala la carpa del pantalón

-          Andá al baño!

-          ¡No quiero!

-          Andá al baño, dale! Descargate!

-          ¡No Juana! Sos mi mujer! Martin parecía otro

-          Martin, déjate de joder con eso! Juana se puso seria. Si queres acabar andá al baño y pajeate

-          ¡Por favor! Ayudame!

-          QUeeee?! Que queres que haga

-          No sé, déjame tocarte una teta, y me voy al baño… por favor. Martin suplicaba

-          Ok. Pero solo una, Juana pensó que era lo mejor para terminar con esto

-          Gracias, mmmm. Martin acercó su mano a la teta de su madre, la acarició y jugó unos segundos con el pezón erecto

-          Mmmmm, Juana cerró los ojos

Martín se acercó a besarla, pero ella lo detuvo. Ya está, andá. ¡Está bien! Agachó la cabeza y se fue al baño. Cerró la puerta y se desnudó por completo. Me voy a bañar gritó desde adentro.

-          Enjabonate bien! Jajaja, gritaba Juana del otro lado de la puerta del baño

-          Claro, si, sí. Estoy a punto. Martin la quería calentar a su madre también

-          Bueno dale tranquilo nomas. Juana estaba del otro lado de la puerta con las tetas al aire y solo una bombacha. Se sentía muy caliente

-          ¡No sabes lo dura que la tengo! Martin jugaba fuerte

-          Siiii? Juana se metió la mano en la bombacha

-          ¿No queres tocarte vos también? Martin notó en ese “si” que había mucha excitación en su madre

-          Mmmmm, dale seguí! ¿Muy dura la tenes? Juana ya estaba entregada con dos dedos metidos en la concha…

-          Siiii! ¡Tus tetas me dejaron así! Ahhhh Martin estaba a punto de acabar

-          Sii? ¿Te gustaron mis tetas? Aghhh se le escapó un suspiro. El orgasmo era incontenible

-          Siiii, la pija la tengo que explota, me gustó pasarla por tu culo… Aghhh

-          Aghhh Ahhh Martin voy a …. Juana no quería decirlo

-          ¡Yo también Juana! ¡Estoy acabando! Uh Ahhhhh Martin estaba sacado

-          Agggg si si acabá mi amor! Yo también, yo estoy…

-          Dale acabá para mi Juana, ¿te gustó sentir mi pija en tu culo? ¿Te gustó que jugara con tu pezón? Martin acababa sin parar

-          Ahhhhh SIiiiiiiiiiii Siiiiiiiiiiii Siiiiiiiiii Juana acababa una y otra vez. Me encantó siiiii, tu pij… ¡Me encantó todo!

-          Ahhhh si Juana! Gracias no sabes cómo lo necesitaba

-          Ahhhhh yo también! Juana se recomponía

-          Ahhhhh me voy a duchar, Martin relajado y con una sonrisa por lo logrado abrió el grifo

-          Si, dale, dúchate y bajemos a cenar

-          ¡Ok, me ducho feliz, mi amor!

-          Callate, feliz! Y déjate de joder con el jueguito del marido y la esposa

-          ¡No te quejes que tan mal no la pasaste! Martin gritaba

Juana comenzó a vestirse con una mezcla de sensaciones. La calentura de recién iba bajando y se asomaba la culpa, pero la sonrisa se dibujaba en su rostro y no podía evitarla. Había cruzado un límite, era verdad. Pero lo había disfrutado muchísimo. Hacía años que no acababa así. Y no sentía culpa o al menos la excitación producida superaba a ésta. Martin salió del baño solo con un bóxer puesto. Se paseaba por la habitación así sabiendo que provocaba a su madre. Juana lo miraba mientras se ponía unas sandalias. Martin se puso una bermuda y una remera ajustada. Juana con un vestido corto sin corpiño, una vincha, unas sandalias y el celular en la mano estaba espléndida. Martin se separó de ella para mirarla y decirle lo perfecta que se veía

-          ¡Estas hermosa! Hubo un tono de emoción en su voz

-          ¡Gracias, mi amor! Juana noté la emoción en la voz de su hijo que quiso besarlo, pero se contuvo

-          Aunque no te guste que lo diga…

-          ¡Ojo lo que vas a decir! Juana lo advirtió

-          Sos una mujer hermosa y un orgullo que seas mi esposa, jaja! La abrazó mientras se lo decía

-          Jaja, Juana aceptó el abrazo y le dio un breve piquito en la boca a su hijo

Llegaron a la mesa del restaurante y se sentaron uno frente al otro. Por el modo en que se miraban, parecían enamorados. EL mozo lo advirtió y los trató con mucha cordialidad y refiriéndose a ellos como “casal” que significa pareja en portugués. Comieron liviano y tomaron unas cervezas. Se volvieron caminando al hotel, siempre tomados de la mano o abrazados. En un momento se sentaron en un banco tomados de la mano y Martín estuvo tentado de besarla. Siguieron camino hacia la posada. Cuando llegaron, una hermosa recepcionista les dijo si no querían tomar unas caipiriñas, lo que aceptaron alegremente. Se las preparó y se las llevó al cómodo sillón que tenía la recepción del hotel. Se sentaron pegados como una pareja

-          ¿Es luna de miel? Preguntó la recepcionista en buen castellano

-          No, se apresuró en contestar Martin

-          Estamos casados hace un año, mintió Juana con una sonrisa

-          ¿Cómo la pasaron hoy?

-          Muy bien, dijo Martin

-          ¡Fuimos a la playa todo el día! Juana sonreía

-          Si, se los ve muy bronceados, les dijo la recepcionista

-          Si, hoy nos va a costar dormir, dice Martin mientras le pasa la mano por el muslo a Juana

-          Va a ser difícil, reconoce Juana

-          Bueno, espero que disfruten de su estadía, se dice de Buzios que es la playa del amor

-          Mmmm, Gracias. Juana y Martin se miran e instintivamente se dan un beso en la boca. Sin lengua pero largo y sentido

-          Hasta luego, dice la chica dejándolos solos

-          Hasta luego, dicen ellos con los ojos chispeantes y riéndose

Se toman las dos caipiriñas y suben a su cuarto. Ni bien llegan se tiran en la cama.

-          No voy a poder dormir así, dice Juana

-          ¿Qué te pasa? Pregunta Martin

-          Vamos a hacer una cosa. Acostémonos y apaguemos la luz.

-          Si si. ¿Por? Martin pregunta realmente intrigado

-          Es que… nada. Apaguemos la luz y listo

-          Ok. Martin se acostó solo con los boxers por el calor y por cómo estaba de quemado en toda su piel

-          Hasta mañana, Juana lo hizo con shorts y remera sin corpiño.

-          Hablemos un ratito…Martin se puso de costado mirando a su madre

-          Está bien, Juana se puso de la misma manera mirándolo

-          La pasamos bien hoy, ¿no? Martin quería ver como estaba su madre después de todo lo vivido en ese día

-          Si, la pasamos bien. Muy bien.

Estaba muy oscuro, aunque por la ventana entraba la suficiente luz como para dormir, pero podía verse con claridad todo el detalle de los cuerpos de ambos. Juana se sentía muy molesta con la ropa rozándole el cuerpo y no lo soportaba más.

-          Martin, no voy a poder dormir así. Me voy a sacar el short.

-          Sí, claro. No pasa nada. Martín no entendía a qué venía esta aclaración

-          Aunque seas mi marido te lo aclaro por las dudas, jaja. A Juana ya le gustaba este juego

-          Después de todo lo que te vi hoy, no pasa nada porque de noche estés en bombacha a mi lado

-          Es que me molesta al grado de no soportar la ropa, Juana aclaraba

-          A ningún marido le molestaría que su esposa duerma así, Martin aprovechó el piropo para acariciarle el muslo

-          Tranquilo, mi amor con esas manos… A Juana se le erizaba la piel. Tiró hacia abajo y se quitó el pequeño pantalón

-          ¡Muy bien! Por mi si queres sacarte la remera también, no hay problema. Lo de Martin parecía más un pedido que una sugerencia

-          Jaja, vos lo que queres es verme las tetas de vuelta, ¿no? Reconocelo. Juana jugaba con fuego y lo sabía

-          No te lo voy a negar. Pero tampoco me vas a negar que vos tenes ganas, ¿no? Martin iba a fondo de nuevo

-          La verdad que sí. Juana se sentó en la cama y se sacó la remera

-          Gracias. A Martin se le escapó eso

-          Lo hago porque me molesta, ¡no te entusiasmes! Juana sonreía divertida. Se acostó de espaldas a su hijo para no quedar con las tetas expuestas ante él

-          No hace falta que te des vuelta, Martin quería verla

-          SI, sí que hace falta. No quiero que te excites de vuelta

-          Si es por eso, ya es tarde. Ya estoy excitado. Podes darte vuelta tranquila

-          Mirá Martin! Juana se dio vuelta seria

-          ¡Es que no puedo aguantarme!

-          ¡No podés estar así! Otra vez! ¡Lo que es la juventud por Dios!!!

-          Quedate así, dejame que te vea. Martin suplicaba. Pese a la penumbra podía ver con claridad las tetas y los pezones de su madre

-          Está bien, pero no me mires mucho, eh. Juana estaba excitada y le gustaba mostrarse frente a su hijo

-          Es que no puedo dejar de mirarte Juana. Sos una mujer tremenda. EN estas vacaciones estás mejor que nunca, esas tetas…

-          Gracias Martín me gusta lo que decís. Juana estaba visiblemente excitada

-          Es lo que siento, Martin llevó la mano y la metió dentro de su calzoncillo

-          ¡Ojo Martin! No está bien que hagas eso. Sos mi hijo… Juana no quería, ni podía enojarse con él

-          Dejame Juana, por favor Martin insistía en llamarla por su nombre de pila y ya estaba sacudiéndose la verga

-          Nooo Martin no hagas eso… Juana cerraba los ojos y bajaba la vista hacia el paquete de Martin

-          Dale, déjame. Vos también tocate. Martin susurraba y se acercaba a la cara de su madre

-          No, eso no…vos si queres si, Juana trataba de negar su deseo

-          Dale, tocate por favor. Mirá como estoy… Dice Martin sacando la pija afuera y continuando con su paja

-          Mmmmm. Juana baja la vista y ve la pija de su hijo a centímetros

-          Dale, no te reprimas. Martin le ordena

-          Mmmmm, Juana baja su mano y la mete dentro de su bombacha, su concha es un lago

-          Siiiii, dale, pajiemonos juntos! Martin le hablaba y Juana parecía elevarse a un grado mayor de excitación

-          Mmmmm esto no est…Juana rozó su clítoris y se estremeció

-          Sé que te gusta, soltate.

-          Siiii, estoy muy caliente

-          Me encantan tus tetas, Juana Martin buscaba llevar a su madre aún mas al límite

-          ¿Si? Juana se acarició una teta mirando a su hijo a la cara

-          Ahhhhhh que buena que estas! ¿Te gusta mi pija?

-          Ahhh sí me gusta, voy a…oh oh

-          ¡Yo también voy a acabar! Martin dio dos sacudones y empezaron a salir chorros de leche impactando uno en su propio pecho y otro en la teta de su madre

-          Agggghhhhh Agggghhhhh, estoy acabando oghh ohhh ohh

-          Mmmm que buena que estas! Martín acarició una gota de su propio semen y la llevó al pezón de su madre llevándola a un clímax total

-          Ahhhhg no  hagas eso nooooo aghhhhh hijooo por Dios!!! noooo, Juana se convulsionaba

-          Aghhh no se me baja. Es increíble lo que me calentas

-          Siiii siii ayyy por Dios que hicimos!

-          Me gusta mucho Juana! Me volves loco

-          ¡Yo me estoy volviendo loca! Juana se recomponía lentamente

-          Voy al baño a traer papel, Martin salió disparado al baño

Lentamente fueron volviendo a la realidad del cuarto y a acostarse para dormir. Martin se limpió en el baño y Juana tapándose con una toalla ingresó para hacer lo propio. Volvió a la cama y sin decir palabra se acostó de espaldas a su hijo.

-          No digas nada, Juana fue cortante

-          Está bien, Martin concedió

-          Hasta mañana

-          Hasta mañana

A ambos les costó conciliar el sueño, pero pese a las culpas, mas del lado de Juana que de Martin, se durmieron sonrientes

(Continuara…)

Si les gustó pueden escribirme a reybaco2005@hotmail.com