Madre e hijo pajeros
Una madre se calienta con su hijo y terminan masturbandose juntos.
Madre e hijo pajeros
Esto me sucedió hace seis meses. Yo me llamo Andrea y tengo 39 años. Estoy casada, pero hace ya varios meses que mi marido no me coge como a mí me gusta; a decir verdad le gusta mas pajearse mirándome y toqueteándome que cogerme. Mido 1,75 y peso 60 kilos. Tengo pelo castaño hasta los hombros. De cuerpo estoy bien, mis tetas son muy grandes y se mantienen firmes, las areolas de las mismas son muy amplias y oscuras. La mayoría de mis amigas se depila el pubis, pero, a pedido de mi marido, mi triángulo de pelos en la concha es muy espeso, nunca lo corto en lo largo, solo lo emprolijo en los laterales. Tengo muy buenas caderas y un culo hermoso, grande, salido un poco para fuera. Mi marido se calienta mucho con mi cuerpo, tanto que muchas veces me hace caminar completamente desnuda o con portaligas y medias negras por la habitación mientras el se hace la paja y esto hace que yo me caliente hasta tener que pajearme también.
Tengo un solo hijo, llamado Mariano de 15 años. Mi marido por su trabajo esta ausente casi todo el día.
Todo empezó un día jueves. Eran las nueve de la mañana y estabamos en casa Mariano y yo solos. Normalmente se despertaba a esa hora pero algunas veces lo despertaba yo.
Ese día tuve que despertarlo. Entre a su cuarto, encendí la luz y me dispuse a despertarlo cuando note que por la parte superior de su calzoncillo asomaba la cabeza de su verga, colorada y brillante. No tenia la verga dura pero igual me di cuenta de su magnifico tamaño. Inmediatamente se me empapo la concha con mis flujos y el corazón empezó a latirme con mas fuerza. Tuve que hacer un esfuerzo para no pajearme ahí mismo pues note que instintivamente mis manos se dirigieron a mi entrepierna para sobarme el clítoris. Desperté a Mariano y salí de su cuarto apresuradamente.
Pasaban los días y miraba a mi Mariano con otros ojos, recordando constantemente su pija asomando por arriba de su calzoncillo. Me alarmé un poco la vez que, mientras me culeaba mi marido, pense que esa pija que se metía por mi culo era precisamente la pija de Mariano.
La alarma paso pues yo comencé a espiarlo cuando se pajeaba en su cuarto, y al mismo tiempo yo también me hacia la paja.
El se hacia la paja sentado frente a su computadora pero por la posición yo no podía ver la pantalla y me entro curiosidad por saber que tipos de cosas lo calentaban.
Pasaban los días y él seguía pegado a su PC, yo espiándolo y pajeándome en la ducha. Solía pensar en él, no se porque, yo no quería pero... era inevitable.
Para poder espiarlo le decía que tenia que salir por un buen rato a hacer unas compras al centro de la ciudad. Él, creyendo que yo no estaba, se quitaba toda la ropa y se encerraba en su cuarto. Yo, por mi parte, también me desnudaba completamente y me dirigía hasta su cuarto para espiarlo por el ojo de la cerradura. Solamente caminar unos metros por la casa totalmente desnuda me excitaba terriblemente. Mariano se encontraba casi de perfil y yo podía ver claramente como se sobaba su enorme pija totalmente erecta mientras yo sobaba mi clítoris, me apretaba las tetas pellizcando mis pezones y me metía los dedos en la concha o en el orto.
Como comentaba anteriormente quería saber que cosas miraba en su computadora aunque estaba segura que miraría paginas porno en Internet.
Como yo no sabia de computadoras recurrí a una amiga que tenia buenos conocimientos. En un par de clases aprendí todo lo necesario para espiar los sitios que mariano visitaba en Internet y a buscar imágenes o videos en el disco rígido etc.
En la primera oportunidad investigue en la compu de Mariano. Descubrí que visitaba sitios con fotos y videos de mujeres desnudas, especialmente aquellos dedicados a las mujeres maduras y también los que mostraban conchas peludas. Evidentemente había heredado su fijación por las conchas peludas de su padre, ya que fue el quien me pidió, oportunamente, que no me afeitara la concha. En la carpeta "mis imágenes" encontré mas de 2000 fotos de mujeres en pelotas, la mayoría eran, como dije, maduras y con la concha bien peluda. También encontré como 120 videos con la misma temática, aunque estos eran bien pornográficos.
Me agradaba que a Mariano le gustasen las mujeres mayores que él y que se matara a pajas con fotos de ellas. Yo estaba dispuesta a darle motivos para sus mejores pajas. Para esto le pedí a mi amiga Silvana, la que me había enseñado todo sobre computadoras e Internet, que me fotografiase desnuda con su cámara digital.
La sesión fotográfica, en su casa, fue todo un éxito. Realicé varios streep tease utilizando ropa interior de lo más erótica, bombachitas transparentes, portaligas, medias, corpiños con agujeros para que asomen los pezones etc.
Mi amiga Silvana se calentó tanto que ella también se desnudó completamente y me pidio que la fotografiase. Me sorprendio que ella llevara la concha tan peluda como la mia. Nos tomamos varias fotos totalmente desnudas las dos juntas, de frente y de cuerpo entero, desde atrás, mostradando nuestros soberbios culos o chupándonos las tetas. Lo mejor de todo fue cuando Silvana se apareció con un par de consoladores y nos pusimos a jugar con ellos. Tuve una infinidad de orgasmos y mi amiga otro tanto. Luego descargamos las fotos en su computadora y las enviamos a varios de los sitios de internet que frecuentaba Mariano. Fue una tarde alucinante.
A los pocos días las fotos ya estaban publicadas en varios sitios y Mariano no tardó en encontrarlas.
Recuerdo cuando las descubrió pues en ese momento yo lo estaba espiando. Escuché levemente cuando murmuraba: "esa es mamá y su amiga Silvana" y se acercó al monitor como si no creyera lo que veía. Inmediatamente se quitó el pantalón y el calzoncillo, tenía una erección enorme y ahí mismo frente a la pantalla se hizo una soberana paja mirando fotos de su madre desnuda. Yo me agarré una calentura mayúscula y así arrodillada frente a la puerta de su cuarto y totalmente desnuda me pajié metiéndome dos dedos en la concha y sobándome las tetas y las nalgas.
Desde ese día me puse mucho mas osada. Una calurosa tarde de diciembre esperé a Mariano a que llegara del colegio; yo estaba totalmente desnuda en el baño y cuando escuché que el entraba a la casa y subia a su habitación salí del baño y me topé con Mariano en el pasillo. Por supuesto que me hice la sorprendida e inmediatamente me tapé o casi, las tetas y la concha como pude y pidiéndole perdon por el momento sali corriendo a mi cuarto. Sentí su mirada clavada en mis opulentas nalgas y supe que se iría a su cuarto para sacudirse una paja.
Un día de mucho calor estaba yo en la cocina preparando el desayuno. Llevaba puesta solo una camiseta blanca holgada que me tapaba un par de centímetros por debajo de las nalgas, debajo estaba totalmente desnuda.
Llegó Mariano de su cuarto y le dije que se sentara que le serviría el desayuno. Luego de que estuviera sentado yo disimuladamente deje caer una cuchara al piso y me agaché a levantarla. Sabia que al agacharme se me vería todo el culo y como no flexione las piernas al hacerlo buena parte de los pelos de la concha asomarían por detrás. Me tome mi tiempo para realizar aquella acción, sabiendo que mi hijo me estaría mirando con atención. Mi intención era, por supuesto, calentarlo. Cuando me incorpore pude ver la cara de sorpresa de mi hijo, pues no se esperaba que su madre se mostrara de aquella forma. No contenta con haberle mostrado el culo y la concha desde atrás, "accidentalmente" se me mojo la camiseta justo sobre mis tetas, de manera que esta quedó toda transparente y mis enormes tetas con sus oscuras areolas quedaron ante su vista. Yo baje la vista haciéndome la sorprendida y diciendo algo así como "que torpe soy..." Note su turbación y sobre todo el enorme bulto que asomaba en su pantalón. Su mirada se dirigía alternativamente entre mis tetas y la pelambrera entre las piernas, pues el agua derramada había hecho que la camiseta se transparentara por completo mostrando no solo mis abultadas tetas sino también mi hermosa concha peluda.
Al verlo le dije: mejor me voy a cambiar la ropa, no quiero que pienses que tu madre te quiere mostrar las tetas, que por el bulto que tienes entre las piernas te excitan mucho.
Me fui a mi cuarto a cambiarme la ropa, me quite la camiseta mojada y admire mi cuerpo, totalmente desnudo, frente al espejo. Me toque un poco la concha, desenrollando los pelos con los dedos, admire mis enormes tetas con sus erectos pezones; luego me puse de espaldas al espejo, me agache un poco separando ambas nalgas con las manos, y así pude observar mi oscuro ojete y los labios de la concha... todo rodeado de hermosos y brillantes pelos negros. Estaba muy caliente pero no quise hacerme la paja....por ahora.
Me puse la bombachita más pequeña que encontré. Era de color blanco y transparente, solo un pequeño triángulo de un par de centímetros de lado que dejaban al aire todos los pelos negros de mi concha. Por detrás solo una delgada tira que se me metía en la raya del culo, dejando mis nalgas totalmente desnudas. Elegí el corpiño que le hacia juego, también dos pequeños triángulos que a duras penas me tapaban los pezones. Las oscuras areolas quedaban totalmente al descubierto. Decidí ponerme también, pese al calor, portaligas y medias negras. Complete mi atuendo con un diminuto baby-doll y me fui al encuentro con mi hijo, dispuesta a todo.
Lo encontré en la sala mirando tv y cuando me vio los ojos se le desorbitaron. Por unos segundos quedo mudo, hasta que reacciono y me dijo: mama como se te ocurre presentarte así delante de mí.
Así como?, Pregunte yo.
Así...así, tan...tan desnuda.
No estoy desnuda...bueno por lo menos no totalmente desnuda. Dicho esto abrí completamente el baby-doll para que mi hijo pudiera ver a su madre con una lencería muy erótica.
Y no decís nada, pregunte sensualmente, a la vez que veía como él llevaba su mano a la bragueta para sobarse la verga por arriba del pantalón.
Él, sin dejar de sobarse la verga me dijo: estas buenisima...me calentas muchisimo mama.
Por que no apagas el televisor y pones un poco de música para que baile para vos?
Sin contestarme se levanto y cumplió mi orden. El bulto en el pantalón era impresionante.
Puso una música suave y comencé a moverme sensualmente, el se sentó en el sofá sin dejar de sobarse la pija. Sin dejar de moverme me abrí completamente el baby-doll, seguí bailando y el movimiento había hecho que ambas tetas se escaparan totalmente de la pobre contención del diminuto corpiño. Mi hijo seguía mirándome, pero ahora su mano derecha estaba debajo del pantalón haciéndose una soberana paja. Yo le dije: por que no te sacas la ropa para estar mas cómodo?. En menos de dos segundos estaba en pelotas. Sin tocarla me di cuenta que su pija estaba dura como una roca y debía medir como 20 centímetros. Me quite el baby-doll, estaba muy caliente, sentía la concha totalmente empapada, tanto que me dí cuenta que varias gotas de flujo chorreaban por mis muslos. Ahora Mariano estaba de pie, con una mano se pajeaba y con la otra se sobaba las bolas. Me acerqué a el, lo tomé de ambas manos y las llevé a mis tetas. Inmediatamente se puso a sobarlas, yo aproveché para quitarme la pequeña bombachita. Una vez desnuda sentí la pija de Mariano sobre mi vientre, sin dudarlo se la agarré y la coloqué entre mis muslos, justo en el vértice inferior del negro triángulo de pelos negros. El comenzó un movimiento de avance y retroceso con sus caderas al tiempo que se deleitaba chupándome los pezones. Sentía su verga como iba y venía por entre los labios de mi peluda y super mojada concha. El buen tamaño de su pija hacia que parte de ella me sobara el clítoris a la vez que la colorada cabeza se deslizaba por la raya del culo produciéndome un enorme placer en el mismísimo ojete.
En un momento el se separó de mi y me pidió que me acostara boca abajo en el sofá. Yo accedí a su pedido y me coloque con el culo bien parado esperando recibir toda su pija en mi apretado culito. Primero comenzó por toquetearme bien las nalgas, separándolas y chupándome el ojete y la concha, luego se entretuvo un rato pasando su verga por toda la raya del orto, deteniéndose ocasionalmente en el ojete. Una mano libre se encargaba de una de mis opulentas tetas, mientras que la otra palpaba la abundante pelambrera de mi concha. Yo gozaba como una perra y estaba totalmente descontrolada. En un momento sentí como me escupía el orto, apoyó la cabeza de su pija en el mismo y lentamente comenzó a metérmenla por ese apretado agujero. A los pocos segundos la tenía toda adentro y el empezó a bombear agarrado a mis tetas. A la cuarta o quinta bombeada sentí que todo el orto se me inundaba con su caliente leche, yo a todo esto ya había acabado varias veces.
Cuando hubo terminado me la sacó del culo y me la apoyó en las nalgas. Yo sentí que aun le salía leche y aproveché para sobarme el culo con esa hermosa crema.
Mariano, con la respiración agitada me dijo: espero que esto se repita otra vez. A lo que yo le contesté: no me perdería esa pija en mi culo por nada del mundo. De ahora en mas siempre tendrás un culo donde meterla.