Madre e Hija
No fue tan malo como esperaba.
Soy Fernando un chico de 18 años, blanco, mido 1,78, tengo ojos claros y cabello castaño .Un día cuando recién llegaba a mi apartamento de clases, toca a mi puerta mi vecina Victoria, una mujer de 35 años, que está casada con un sujeto llamado Pedro, delgada, de cabello negro liso, blanca con unas tetas muy hermosas y un culo pequeño pero levantado, tenía puesto una camisa de tiras la cual le realsaba el busto y un short, yo me había cambiado la ropa que llevaba puesta, me puse un short corto y una franela. La saludé con un beso en la mejilla y le dije: - Hola Vicky, como estás?-.
Bien y tu?-. Me dijo, a lo que le respondí que me sentía bien.
¿Me puedes hacer un favor?¿me puedes ayudar con unas cajas?-. Me preguntó y yo le respondí que si. Nos dirijimos a la habitación donde se encontraban las cajas, élla fue delante mío y me excitó la manera en que movía el culo. Al llegar al cuarto me di cuenta que no era mucho lo que había que acomodar, terminé a los 15 minutos más o menos, en ese momento se me acercó y me dio un beso en la boca, fue suave y me dijo:-Eso es por agradecerte que me ayudaras y lo que voy hacer es por mi, lo necesito-. Se puso de rodillas delante de mi, me quitó el short, a través del cual se notaba mi polla erecta y sacó mi interior, todo fue rápido y de golpe, al salir mi verga, es larga como de 18 cm, al verla puso cara de sorprendida pero de felicidad, comenzó a pajearme y se la metió en la boca, me hizo una mamada espectacular, apretaba los labios contra mi pene y lo hacía con una rapidez impresionante, no tardé mucho en correrme en su boca, se tragó todo no desperdició nada. La levanté y le di un beso en la boca, le quité la camisa, tenía puesto una braga blanca, se la quité y me puse a chuparle los pesones, estaban rojos y erectos, la acosté en la cama que ahí se encontraba y le quité el short que levaba, para mi sorpresa no tenía pantaleta, le abrí las piernas, comencé a masturbarla y a meterle lengua a ese rico coño que ya estaba mojado, gemía como una loca, me pedía que siguiera mamándole la concha, me puse de pie y le coloqué el pene en la vagina, se lo metí de golpe, pegó un grito de excitación y empecé a follarmela, se movía con rapidez y se pellizcaba los pesones, pedía que la cojiera, tuvo su primer orgasmo pero esto la hizo ponerse más cachonda. Le saqué la polla, la tomé de la cintura y la puse en 4 patas y fui metiendo poco a poco, gemía por dolor pero se fue convirtiendo en placer, fui cojiéndola suavemente hasta que empecé a darle fuerte, hacía que se moviera de la rapidez con la cual la estaba sadomizando, en eso siento que alguien abre la puerta y me detengo en seco, me dijo: -No te detengas, que esa es mi hija, sigue-. Me puso más cachondo aún y le di más duro todavía, Ana(así se llama su hija)pasó por la habitación, vio lo que estábamos haciendo y pareció no sorprenderle la situación, al ratico apareció desnuda en el cuarto, tiene unos senos hermosos y un culo espectacular, con el cabello rizado negro siendo élla más morena que Vicky. Ana se masturbaba y eso hizo que Vicky y yo nos viniéramos casi al mismo instante, caí rendido en la cama entre las dos y me dispuse a besar a Ana, comencé a besarle los senos, a comerla de pies a cabeza, la acosté en la cama, le abrí las piernas y comencé a chuparle el coño, eran unos gemidos suaves, dulces, estaba mojada por completo hasta que tuvo su primer orgasmo, con mi verga erecta otra vez, me acosté, ofreciéndole mi polla, se la metió en la boca, le dije a la mamá que pusiera su coño en mi cara, mientras le chupaba el coño me estaban mamando la verga, era una tremenda mamada, impresionante, se paró y puso su vagina en mi sexo y comenzó a saltar, un mete y saca salvaje, Ana acabó primero y su madre se vino casi al mismo tiempo, sus jugos vaginales recorrían mi boca, acabé a los dos minutos más o menos. Ambas de acostaron una a lado de la otra y se dieron un beso largo, como tenía que hacer una diligencia, me dispuse a vestirme e irme, después les contaré lo que pasó en los siguientes días.